Cortometraje completo (SIN DIÁLOGOS)
- Sinopsis
- Los retratos cinematográficos "Screen Test", de Andy Warhol, se filmaron entre principios de 1964 y noviembre de 1966. Si bien cada película se rodó a una velocidad estándar, es decir, 24 fotogramas por segundo, Warhol puntualizó que las imágenes deberían proyectarse a una velocidad inferior, a 16 fotogramas por segundo, que es la velocidad de proyección utilizada en el cine mudo. El resultado es un ritmo inusitadamente fluído; una cadencia que contrasta sutilmente con la austeridad de la iluminación y la rotundidad de los primeros planos del rostro y el cabello. (FILMAFFINITY)
- Género
- Documental Cine experimental Cortometraje
- Dirección
- Reparto
-
Documental
- Año / País:
- 1964 / Estados Unidos
- Título original:
- Screen Tests: Helmut
- Duración
- 5 min.
- Guion
Zapatero a tus zapatos
29 de abril de 2011
Andy Warhol, aquel "cineasta" (véanse las comillas) que copa la mayoría de películas incluidas dentro del género Desconocido y buena parte del subgénero surrealista y/o experimental, vuelve a aparecerse salvajemente en FilmAffinity aprovechando la retahíla de -benditos- cortometrajes subidos a esta página en las últimas semanas. El bicho salvaje, es decir, este aborto de película (suerte que esta vez lo hace en forma de cortometraje), no es más que otra extravagancia de Warhol no apta para la digestión del estómago de ningún espectador. Todo muy en su línea, todo demasiado tremendamente aburrido.
Nos encontramos ante otro más de los caprichos de este artista plástico, que eso es lo que es y no un director de cine. Un experimento fílmico en donde vemos solamente a un hombre mirando a cámara, nada más. Sus medio parpadeos es lo más emocionante a lo que agarrarse.
Víctimas de su cámara han sido también un hombre durmiendo y otro simulando (eso espero) una felación. Quizá aquella -también tediosa- grabación de ocho horas que hizo sobre el mítico Empire State Building tenía algo a lo que atenerse mientras el espectador veía a 16X el anochecer neoyorquino, pero ésta han sido 4 minutos realmente eternos.
Esta crítica está escrita básicamente para defecarme a través de mis palabras en este pintoresco personaje que nos dejó el siglo XX y al que le doy un parecido con Bernie Ecclestone. Nadie duda de su influencia en lo que hoy conocemos como "por art" ni de sus trabajos vanguardistas en la literatura y pintura, pero estas perroflautadas fílmicas que por favor no las saque del estudio donde las rodó. Zapatero a sus zapatos como reza el título de mi crítica. Que conste que reconozco el ápice de originalidad que supone ver a un hombre mirando a cámara durante 4 minutos, pero aunque sea cine, por qué no, esto se lo pones a una piara de cerdos y te gruñen hasta que se quedan sin pulmones.
Nos encontramos ante otro más de los caprichos de este artista plástico, que eso es lo que es y no un director de cine. Un experimento fílmico en donde vemos solamente a un hombre mirando a cámara, nada más. Sus medio parpadeos es lo más emocionante a lo que agarrarse.
Víctimas de su cámara han sido también un hombre durmiendo y otro simulando (eso espero) una felación. Quizá aquella -también tediosa- grabación de ocho horas que hizo sobre el mítico Empire State Building tenía algo a lo que atenerse mientras el espectador veía a 16X el anochecer neoyorquino, pero ésta han sido 4 minutos realmente eternos.
Esta crítica está escrita básicamente para defecarme a través de mis palabras en este pintoresco personaje que nos dejó el siglo XX y al que le doy un parecido con Bernie Ecclestone. Nadie duda de su influencia en lo que hoy conocemos como "por art" ni de sus trabajos vanguardistas en la literatura y pintura, pero estas perroflautadas fílmicas que por favor no las saque del estudio donde las rodó. Zapatero a sus zapatos como reza el título de mi crítica. Que conste que reconozco el ápice de originalidad que supone ver a un hombre mirando a cámara durante 4 minutos, pero aunque sea cine, por qué no, esto se lo pones a una piara de cerdos y te gruñen hasta que se quedan sin pulmones.
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34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Le han dado un 7? ¡Pero si ni siquiera es una buena foto!
8 de mayo de 2011
Del tipo que grabó ocho horas de la apasionante acumulación de nubes en torno al Empire State, o treinta y cinco minutos de caras de placer, llegan cinco minutos de pura magia. Sólo así podemos describir este cortometraje que durante estos 279 segundos perfectamente aprovechados nos muestra el rostro de un hombre en todo su esplendor, y nos podemos regodear en el movimiento de sus párpados, el balanceo de su barbilla, la profundidad de su mirada, la posición de sus orejas, vamos, una experiencia antropológica sin igual.
El actor protagonista realiza un papel digno del Oscar, sólo él podía transmitir la sensación de vacío cósmico que provoca este cortometraje, especialmente merecedora de mención es la contundencia y sutileza de sus gestos, la mejor cara de póker que he visto en mi vida.
En fin, señores, Andy Warhol. Un 1 y porque la estrellita va de regalo en el pack.
Ahora dirán que esto es cine experimental. Perfecto. A mí lo que me molesta no es que Warhol tenga una idea, es la idea en sí y el resultado. Vamos, que el experimento me parece una tontería, innecesario y vacío. Pero bueno, si el nene quería jugar a usar la cámara para animar una foto, allá él. Será un artista plástico y conceptual de la hostia, pero no por eso hay que dejar que invada el panorama cinematográfico alguien que no tiene nada que decir al respecto.
¿Que esto no es cine? Me da igual. Lo valoro como arte, como vehículo para transmitir sensaciones o conceptos. Y aquí no hay nada. Cero.
El actor protagonista realiza un papel digno del Oscar, sólo él podía transmitir la sensación de vacío cósmico que provoca este cortometraje, especialmente merecedora de mención es la contundencia y sutileza de sus gestos, la mejor cara de póker que he visto en mi vida.
En fin, señores, Andy Warhol. Un 1 y porque la estrellita va de regalo en el pack.
Ahora dirán que esto es cine experimental. Perfecto. A mí lo que me molesta no es que Warhol tenga una idea, es la idea en sí y el resultado. Vamos, que el experimento me parece una tontería, innecesario y vacío. Pero bueno, si el nene quería jugar a usar la cámara para animar una foto, allá él. Será un artista plástico y conceptual de la hostia, pero no por eso hay que dejar que invada el panorama cinematográfico alguien que no tiene nada que decir al respecto.
¿Que esto no es cine? Me da igual. Lo valoro como arte, como vehículo para transmitir sensaciones o conceptos. Y aquí no hay nada. Cero.
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