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La lluvia de julio (1966)

La lluvia de julio
115 min.
6,4
61
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Sinopsis
Lena (Yevgenya Uralova) y su novio Volodya (Aleksandr Belyavsky) van a casarse, pero la chica descubre a tiempo que su prometido es un hombre vil e innoble. Tras abandonarle, la chica se enfrenta al vacío y a la inutilidad de su antigua vida... cuando conoce a Zhenya bajo la lluvia. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Iyulskiy dozhd
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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4
Desesperante
Se propone la película retratar la desesperanza y el hastío vital de los jóvenes soviéticos en los años 60. A fe que lo logra: pocos filmes transmiten el tedio de forma tan eficaz como esta soporífera cinta de Marlen Khutsiyev. Con una palpable influencia del cine de Jean-Luc Godard (en alguna escena me ha parecido reconocer una cita, homenaje o plagio de «Bande à part»), pretende hacer el retrato psicológico de una pareja mediante una sucesión bastante inconexa de secuencias documentales en que se muestra la vida cotidiana en Moscú (con personas mirando estupefactas a cámara incluidas), planos fijos de personajes muy quietos y meditabundos y escenas en que un grupo de «intelectuales» esnobs cantan, bailan, se van de excursión y, sobre todo, parlotean sobre banalidades. Todo ello montado sin ningún ánimo de construir una narración coherente y con un implacable sadismo hacia el espectador.

Valen la pena, sin embargo, las tomas de las calles de Moscú que retratan el día a día en la URSS en los comienzos de la gris y terrible «era Brezhnev», la fotografía en blanco y negro, con algunos planos recordables, y las canciones de Bulat Okudzhava, uno de los mejores cantautores rusos de todos los tiempos.
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5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Июльский дождь" (1966). Марлен Хуциев. "Lluvia de julio" (July Rain) (1966). Marlen Jutsiev - Una mujer en Moscú - Francisco Huertas Hernández
"Июльский дождь" (Lluvia de julio) es la cuarta película de Marlen Jutsiev, tras "Мне двадцать лет" (1964) que tuvo muchos problemas con la censura, y solo se pudo ver completa en 1988 con su título original "Застава Ильича". Es un ejemplo de la Советская новая волна (Nueva Ola del Cine Soviético), menos conseguida que su obra maestra anterior. Una mirada poética junto con la filmación documental de la ciudad, con cámara oculta en mano entre la gente son características de estos films. Jay Leyda ha señalado que la película muestra la doble influencia de Anton Chejov y Michelangelo Antonioni

Es la historia -con guión de Anatoly Grebnev y Marlen Jutsiev- de una mujer de 27 años, Lena (Yevgeniya Uralova), traductora, empleada de una imprenta que edita libros de arte, y prometida a un articulista científico frío y calculador, Volodya (Aleksandr Belyavsky), que encuentra casualmente en mitad de una tormenta de julio a un hombre que le presta su chaqueta, Zhenya (Ilya Bylinkin)

En realidad ninguna de las dos líneas argumentales se desarrolla. La película cuenta su vida desde julio al otoño. Las reuniones con amigos de Volodya, como el conquistador Alik (Yuri Vizbor), alma de las fiestas, con su guitarra, sus canciones y su humor cínico, Vladik (Aleksandr Mitta), locuaz colega de saberes enciclopédicos inútiles, y otros personajes menores, son, al principio, parte sustancial de la vida de Lena, pero, poco a poco, ella se va distanciando de la vaciedad de esas reuniones.

Su madre (Yevgeniya Kozyreva) sirve de contrapunto a su relación con Volodya, en el que no confía. La demanda de matrimonio por parte de ésta sitúa a Lena en la necesidad de tomar una decisión acerca de su vida.


Hay de nuevo, como ocurría en "Tengo veinte años", un sentimiento existencialista de "extrañeza" ante lo cotidiano, que lleva a Lena, especialmente tras la repentina muerte de su padre, a evaluar su vida bajo una luz diferente, y en ese proceso las conversaciones telefónicas nocturnas con el desconocido Zhenya hacen aflorar una sinceridad nueva en la protagonista.

Como pasa en toda gran obra de arte, este film va dejando un poso en el espíritu con cada nuevo visionado, y, tratándose de un director como Marlen Jutsiev, la forma es el centro de la narración y el pathos de la obra.

El inicio es formidable: travelling lateral que recorre una avenida de Moscú el 12 de julio de 1966. La cámara se desplaza de izquierda a derecha mostrando la vitalidad de la gran ciudad, su muchedumbre. Estamos ante una filmación plenamente documental, en la que incluso algunos viandantes miran a la cámara. La música que acompaña este inicio alterna pasajes de la obertura de la ópera "Carmen" de Georges Bizet; "Die Moritat von Mackie Messer" (La Balada de Mackie el Navaja), la canción de cabaret de Kurt Weill y Bertolt Brecht, en versión instrumental; la retransmisión radiofónica de un partido de fútbol del Campeonato Mundial; marchas indeterminadas; la canción de Charles Aznavour "Ô! Toi La Vie"; modulación de estaciones de radio en otras lenguas, en un collage sonoro que quiere anticipar algo... Y, de repente, entre la multitud anónima, la cámara sorprende a Lena, que también mira al objetivo -¿qué efecto pretende el director con este distanciamiento?. Lena, con su vestido de rayas, parece perseguida -¿por quién?- Se gira hacia el espectador mientras camina de espaldas. El registro de ficción se introduce en la representación documental.

En la siguiente escena -que es el germen poético de la cinta- Lena, con vestido blanco, se resguarda de la lluvia de julio entre personas anónimas. Un desconocido entabla conversación con ella. Es Zhenya, que le presta su cazadora impermeable. El travelling y lo habitantes de Moscú siguen siendo el medio en el que Jutsiev expresa sus ideas. El director tuvo esta visión en el set de rodaje de "Primavera en la calle Zarechnaya": una cabina telefónica en la que una niña se resguarda de la lluvia y a la que se le arroja una chaqueta para que salga.

La historia del film es casi una anécdota en ese juego dialéctico de registros externo (Moscú) e interno (pareja y amigos) en el que la presencia ausente de Zhenya al teléfono sirve de mediación lírica.

El lirismo procede siempre de la ciudad, marcado por la banda sonora, y de un transeúnte del registro de ficción incrustado en lo documental, siempre fuera de plano: Zhenya.

Como siempre el equipo del film es sobresaliente. La fotografía de German Lavrov en blanco y negro que hace resaltar la belleza de Lena y, sobre todo, de Moscú.

Por encima de todos, el director que sabe hacer dialogar, a veces por yuxtaposición, los escenarios sociales -Moscú- y naturales -bosque, playa- con los personajes, con la profundidad de campo, los planos-secuencia, los travelling, los encuadres. Curiosamente, la cháchara interminable de Vladik o Alik, incluso de la pareja principal, solo es una anécdota, frente a las imágenes límpidas y poéticas. Zhenya dice a Lena al teléfono: "¿Puedes vaciar tu corazón de palabrería y vivir una vida limpia y despejada?... Estoy cansado de parlotear cuando las palabras dejan de significar algo..."

"Lluvia de julio" es, desde su título, un film poético, que ilustra la evolución de una mujer de Moscú en su relación de pareja. La pérdida de la ilusión de los veinte años. Y un lirismo triste que se acumula en la soledad de las llamadas de un desconocido y el alma de Moscú, ciudad tan amada por Jutsiev, quizás el director que mejor la ha mostrado como personaje principal de sus películas.
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