- Sinopsis
- Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un indio (Tony Curtis), apodado "jefe" por sus camaradas, formó parte del grupo que plantó la famosa bandera en Iwo Jima. (FILMAFFINITY)
- Género
- Bélico Drama II Guerra Mundial Biográfico Alcoholismo
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1961 / Estados Unidos
- Título original:
- The Outsider
- Duración
- 108 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
Injustamente desconocida
8 de abril de 2016
Una obra prácticamente desconocida, a mi parecer muy injustamente. Con una dirección delicada de Delbert Mann y una gran actuación de Tony Curtis. Narra la historia de uno de los soldados que izaron la bandera estadounidense en Iwo Jima. Pero la historia representa a un hombre que quiso hacerse amigo del mundo.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cuando estas en guerra ya estás muerto”
30 de julio de 2017
Biopic en torno a la figura del indio pima Ira Hayes, uno de los seis soldados de la icónica foto de la conquista de la colina de Iwo Jima, durante la segunda guerra mundial, a quien la incapacidad para asumir la súbita fama unido a un profundo sentimiento de culpabilidad por sobrevivir, le llevaron a un trágico fin ahogado en alcohol.
Contada a través de las cartas que escribe desde el frente, la película narra con bastante sosería el discurrir vital de este entristecido personaje -muy bien interpretado por Tony Curtis pese a que no da para nada el pego como indio, con esos ojos tan azules y esa piel mal maquillada- pero el directo Delbert Mann insiste más por el lado sentimental y superficial que por un análisis profundo y crítico. Lo más interesante resulta la cuestión de la psicosis traumática de la guerra, las dificultades que para muchos soldados supuso la vuelta imposible a la vida normal o como su cordura quedó sencillamente en el campo de batalla.
El retrato del personaje principal es ligeramente condescendiente y en exceso enfático y el único momento verdaderamente emotivo –aunque mediocremente rodado- es el encuentro de la madre de su compañero fallecido Sorensen, en uno de esos homenajes con los que el ejército trataba de obtener más bonos de guerra y que tanto aceleraron el deterioro psicológico del protagonista, poco rédito sin embargo para una película tan decepcionantemente plana.
“No soy un héroe. Todos los héroes están muertos”
Contada a través de las cartas que escribe desde el frente, la película narra con bastante sosería el discurrir vital de este entristecido personaje -muy bien interpretado por Tony Curtis pese a que no da para nada el pego como indio, con esos ojos tan azules y esa piel mal maquillada- pero el directo Delbert Mann insiste más por el lado sentimental y superficial que por un análisis profundo y crítico. Lo más interesante resulta la cuestión de la psicosis traumática de la guerra, las dificultades que para muchos soldados supuso la vuelta imposible a la vida normal o como su cordura quedó sencillamente en el campo de batalla.
El retrato del personaje principal es ligeramente condescendiente y en exceso enfático y el único momento verdaderamente emotivo –aunque mediocremente rodado- es el encuentro de la madre de su compañero fallecido Sorensen, en uno de esos homenajes con los que el ejército trataba de obtener más bonos de guerra y que tanto aceleraron el deterioro psicológico del protagonista, poco rédito sin embargo para una película tan decepcionantemente plana.
“No soy un héroe. Todos los héroes están muertos”
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