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Horizontes perdidos (1973)

Horizontes perdidos
150 min.
5,4
168
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Sinopsis
Un grupo de personajes extranjeros, se encuentra en la ciudad de Baskula y tratando de huir de la guerra, consiguen un avión que se espera les lleve hasta Hong Kong. Pero el avión es secuestrado y un accidente mecánico les obligará a aterrizar en lo alto del Himalaya donde, curiosamente, los pasajeros son rescatados y llevados a un sitio paradisíaco, donde no hay enfermedad y donde se puede vivir muchos años en paz y en armonía. El lugar es conocido como Shangri-La... Pero también allí hay alguien que ansía marcharse. (FILMAFFINITY)
Género
Fantástico Musical Aventuras Drama Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Lost Horizon
Duración
150 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de James Hilton
Links
6
El valle donde los hombres han aprendido a vivir
James Hilton (1900-1954) fue uno de los más valiosos reclutamientos que hiciera Hollywood en los años 1930… De origen inglés, Hilton se había formado en un colegio cristiano en Cambridge, y parece ser que desde allí surgió en él una búsqueda espiritual que, con los años, lo llevaría a alcanzar ese profundo entendimiento de la existencia que luce magníficamente plasmado en sus diversas y exitosas novelas. Varias de ellas han sido llevadas al cine, y cualquiera que las haya visto, puede dar fe de su gran sentido humano y de los maravillosos y encomiables personajes que circulan en cada una de ellas.

Adiós Mr. Chips, No estamos solos, Niebla en el pasado… y su más celebrada, Horizontes perdidos (1933), hacen parte de un valiosísimo legado literario que, además de varios otros guiones escritos (o co-escritos) directamente para el cine (“Camille”, “Mrs. Miniver”, que le merecería el premio Oscar, “Forever and a day”…) son cita obligada para cualquier lector o cinéfilo que anhele cosas de calidad y de profundos significados.

”HORIZONTES PERDIDOS”, ya había sido llevada magistralmente al cine por el director Frank Capra en 1937, y no resulta raro que, años después, los productores se interesaran por hacer una nueva versión de esta celebrada novela. La intención era hacer ahora un semi-musical, y el nuevo guión escrito por Larry Kramer (muy apegado al de Capra) se puso en manos del director Charles Jarrott, quien hizo lo mejor que pudo para repetir mucho de lo que ya hiciera el director italo-americano (pero sin su brillantez escénica ni su sensibilidad narrativa), y le dio su toque personal con unas coreografías de Hermes Pan (el eterno colaborador de Fred Astaire) y con unas canciones a las que favorecen sus agradables tonadas, pero que adolecen de verdadera sustancia en las letras.

Queda bien claro que no se trabajó con la intención de hacer algo decididamente original sino que primó el interés de repetir el gran clásico de Capra, con unos apartes musicales que se ajustaran a la nueva época y ofreciendo el cuento alegre y colorido que ahora prefieren las nuevas generaciones.

En las actuaciones. asignadas a reconocidos actores de los años 1970… apenas resalta, Peter Finch, en una sobria recreación de Richard Conway, el político y escritor que va a encontrarse con la realización de su más altos anhelos. Y Charles Boyer, en ese corto pero significativo rol de El Gran Lama que, en la versión de Capra, representara Sam Jaffe. De resto, y con puros afanes comerciales, se quiso tener a la recordada Ofelia del “Romeo y Julieta” de Zeffirelli, Olivia Hussey; a la “Hot lips” de “M*A*S*H*”, Sally Kellerman; a la célebre sueca asentada en Hollywood, Liv Ullman; y a Michael York, otro rescatado de “Romeo y Julieta”, que venía pasando por un buen momento.

Con todo, y aunque objetivamente hay que decir que no ha logrado Charles Jarrott una película brillante ni tampoco original, hechas bien las cuentas, prefiero este “HORIZONTES PERDIDOS” a muchos de esos filmes con un montón de chatarra (de esos que cuestan varios millones de dólares), pues éste sigue hablando de cosas trascendentales y aún contiene suficiente sustancia para motivar unas cuantas y muy valiosas reflexiones.

Concluyo con una frase que vale la pena recordar: “Cuando al fin los “fuertes” se hayan devorado entre ellos, entonces los mansos heredarán la tierra”.
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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Amable y delicioso musical
Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: INTERESANTE.
Estamos antes una película agradable, de loables intenciones y humanos valores. Lo es porque proviene de la pluma de un buen escritor, como lo era James Hilton, prematuramente fallecido en 1954, a los 54 años, pero que fue capaz de dejarnos un buen puñado de obras memorables, algunas de ellas llevadas a la gran pantalla con notable éxito. Es indudable que su novela más famosa es Horizontes perdidos, de 1933, y gracias a ella hoy día una gran parte del colectivo humano sabe qué representa Shangri La, ese utópìco y ensoñado lugar, paradigma de todo lo bueno y noble, y en el que el que la gente vive durante muchísimos años. La película de Charles Jarrott no ofrece nuevas perspectivas a lo conocido, ni representa un sesgo en relación a su antecesora, llevada a la pantalla en 1937 por el gran Frank Capra, lo cual, en mi opinión, es de agradecer. Basta con la idea de insertar unos agradables números musicales, cuyo encanto no desentonan con una trama de estas características, y no menoscaba el conjunto de la función. Los actores elegidos para la ocasión no brillan en exceso y se funden en el mismo decorado en el que tiene lugar la historia. Cumplen sin resaltar, siendo el díscolo de la función el hermano de Conway, representado por un enérgico y vehemente Michael York. A destacar las secuencias iniciales y las del avión sobrevolando el Himalaya. Quizá la actuación que más me gustó fue la de John Gielgud en su papel del hierático monje, así como la de un caracterizado Charle Boyer como el Gran Lama. Muy aconsejable escuchar las canciones subtituladas.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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