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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Fantástico. Musical. Aventuras. Drama Un grupo de personajes extranjeros, se encuentra en la ciudad de Baskula y tratando de huir de la guerra, consiguen un avión que se espera les lleve hasta Hong Kong. Pero el avión es secuestrado y un accidente mecánico les obligará a aterrizar en lo alto del Himalaya donde, curiosamente, los pasajeros son rescatados y llevados a un sitio paradisíaco, donde no hay enfermedad y donde se puede vivir muchos años en paz y en armonía. El ... [+]
19 de junio de 2014
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
James Hilton (1900-1954) fue uno de los más valiosos reclutamientos que hiciera Hollywood en los años 1930… De origen inglés, Hilton se había formado en un colegio cristiano en Cambridge, y parece ser que desde allí surgió en él una búsqueda espiritual que, con los años, lo llevaría a alcanzar ese profundo entendimiento de la existencia que luce magníficamente plasmado en sus diversas y exitosas novelas. Varias de ellas han sido llevadas al cine, y cualquiera que las haya visto, puede dar fe de su gran sentido humano y de los maravillosos y encomiables personajes que circulan en cada una de ellas.

Adiós Mr. Chips, No estamos solos, Niebla en el pasado… y su más celebrada, Horizontes perdidos (1933), hacen parte de un valiosísimo legado literario que, además de varios otros guiones escritos (o co-escritos) directamente para el cine (“Camille”, “Mrs. Miniver”, que le merecería el premio Oscar, “Forever and a day”…) son cita obligada para cualquier lector o cinéfilo que anhele cosas de calidad y de profundos significados.

”HORIZONTES PERDIDOS”, ya había sido llevada magistralmente al cine por el director Frank Capra en 1937, y no resulta raro que, años después, los productores se interesaran por hacer una nueva versión de esta celebrada novela. La intención era hacer ahora un semi-musical, y el nuevo guión escrito por Larry Kramer (muy apegado al de Capra) se puso en manos del director Charles Jarrott, quien hizo lo mejor que pudo para repetir mucho de lo que ya hiciera el director italo-americano (pero sin su brillantez escénica ni su sensibilidad narrativa), y le dio su toque personal con unas coreografías de Hermes Pan (el eterno colaborador de Fred Astaire) y con unas canciones a las que favorecen sus agradables tonadas, pero que adolecen de verdadera sustancia en las letras.

Queda bien claro que no se trabajó con la intención de hacer algo decididamente original sino que primó el interés de repetir el gran clásico de Capra, con unos apartes musicales que se ajustaran a la nueva época y ofreciendo el cuento alegre y colorido que ahora prefieren las nuevas generaciones.

En las actuaciones. asignadas a reconocidos actores de los años 1970… apenas resalta, Peter Finch, en una sobria recreación de Richard Conway, el político y escritor que va a encontrarse con la realización de su más altos anhelos. Y Charles Boyer, en ese corto pero significativo rol de El Gran Lama que, en la versión de Capra, representara Sam Jaffe. De resto, y con puros afanes comerciales, se quiso tener a la recordada Ofelia del “Romeo y Julieta” de Zeffirelli, Olivia Hussey; a la “Hot lips” de “M*A*S*H*”, Sally Kellerman; a la célebre sueca asentada en Hollywood, Liv Ullman; y a Michael York, otro rescatado de “Romeo y Julieta”, que venía pasando por un buen momento.

Con todo, y aunque objetivamente hay que decir que no ha logrado Charles Jarrott una película brillante ni tampoco original, hechas bien las cuentas, prefiero este “HORIZONTES PERDIDOS” a muchos de esos filmes con un montón de chatarra (de esos que cuestan varios millones de dólares), pues éste sigue hablando de cosas trascendentales y aún contiene suficiente sustancia para motivar unas cuantas y muy valiosas reflexiones.

Concluyo con una frase que vale la pena recordar: “Cuando al fin los “fuertes” se hayan devorado entre ellos, entonces los mansos heredarán la tierra”.
Luis Guillermo Cardona
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