Su grata compañía (1961)

Muy irregular comedia, con buenos intérpretes, elegante en la forma y sofisticada, que tiene como mejor virtud la maravilla en el vestuario, a cargo de Edith Head, la mejor en esta lide.
Por lo demás, y esto es lo peor, pero que hay que resaltar, es demasiado larga para lo que cuenta, durando casi dos horas cuando con ochenta hubieran sido más que suficientes.
Y es que todo es previsible, se sabe cómo finalizará, y tan solo la presencia de los actores/actrices hace plausible su visión (adorable Debbie Reynolds, guapísimo el más tarde autoconfeso y reivindicativo (¡ole tus huevos!) gay Tab Hunter, y la simpar y excelente actriz siempre, y aquí bellísima y elegantísima Lilli Palmer).
Lo mejor es el primer tercio, muy simpático y algunas cosas por el medio, pero el resto son diálogos no excesivamente afortunados, algo sensibleros y que hacen caiga el ritmo, casi nunca demasiado ligero.
Fred Astaire estuvo nominado a los Globos de Oro como mejor actor musical/comedia y es que hace muy bien de ¿simpático? sinvergüenza (un egoísta de manual).
La peli se puede ver, no molesta en absoluto, pero estás deseando que finalice faltando media hora casi.

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Comedia suave y con glamour muy en la línea de las películas "Alta Sociedad" y "Mamá nos complica la vida". El padre de la novia (Fred Astaire) un ocioso adinerado que se dedica a viajar por el mundo, regresa a San Francisco para asistir a la boda de su hija (Debbie Reynolds), a la que no ve desde hace quince años, se hospedará en casa de su exmujer y su marido, alterando la vida de todos. No es una película musical ni alta comedia y con un metraje largo y algo lento, pero que cumple su propósito de entretener con un gran elenco.