Larvas asesinas (TV) (2010)

En Mongolia, por decir algo, podían haber dicho que era el Turkestán chino pero no, es Mongolia, hay instalada una planta industrial "made in USA". El director de la planta dio permiso para hacer la película y les ha dejado rodar en un lado del terreno. Ahí pusieron una bomba extractora y los actores simulan que están haciendo un agujero de vital importancia. El guión se pone interesante desde el primer momento porque la bomba se les estropea.

El guaperas de la peli, un americano, busca un tesoro porque Mongolia es también tierra de tesoros. No muy lejos, para evitar largos desplazamientos, en una caseta, tienen pintada la palabra "Hospital" en una uralita, allí, una doctora, americana también, y muy agobiada, espera a que llegue otra doctora muy mona y su ayudante, que traen suministros. Pero gracias a un hábil giro del guión, muy a propósito, son secuestrados por una pandilla de amigos. También sale un sheriff chino, que me da que ha salido en alguna otra película, es el único que parece mongol de verdad.

Salen hasta 5 larvas de goma y son de considerable de tamaño. En una muy grande cabe dentro hasta la mitad de un tío. Cuando uno está en el interior apenas se le ve unos segundos por el peligro de asfixia, lógicamente. Las larvas están bien hechas, deben haber salido bastantes caras. Son como gusanos de seda, ahora bien, si los gusanos de seda comen morera, estas son carnívoras y tienen lengua de camaleón.

Atención: la película puede asustar a un niño de 2 años. Es recomendable que la vea acompañado.

Película del género "monstruos" sin la menor capacidad de sorpresa y una originalidad que solo existe en su titulo original ("Mongolian Death Worm"). El resto es un telefilme de espacios comunes y villanos sin entidad que quizás pueda entretener a alguno pero que aburrirá al resto. Soy un gran defensor de la serie B e incluso Z cuando hablamos de "catástrofes naturales" o "monstruos mutantes", pero este tipo de películas deben aspirar a algo mas de lo que aspira "Larvas Asesinas", deben tener humor, deben asumir su condición de subproducto y entretener al espectador mas allá de lo obvio (la productora "The Asylum" es especialista en eso) pero sucede que este "Larvas asesinas" es aburrida, es tópica y los actores parecen sacados de figuración de una película porno a excepción de un Sean Patrick Flanery que se esfuerza durante todo el metraje en hacer apología de mal tránsito intestinal. Los efectos especiales están hechos con un Spectrum ZX y los decorados aprovechando un descampado junto a una fábrica para que nos creamos que esto es Mongolia. Tal despropósito solo tiene un mérito: proporcionarnos hora y media de maravillosa siesta.