Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- El veterano agente secreto Robert Elliot (Coburn) va a ser nombrado consejero del gobierno americano. Para asegurarse de que su pasado no salga a la luz en el futuro, tendrá que ocuparse de sus cuatro ayudantes mediante un plan tan ingenioso como letal. (FILMAFFINITY)
- Género
- Thriller Intriga Acción Espionaje
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1974 / Reino Unido
- Título original:
- The Internecine Project
- Duración
- 89 min.
- Guion
- Música
El economista asesino
6 de mayo de 2013
Merece ser mejor conocido, y revisado, y reivindicado, este "thriller" hecho en coproducción entre el Reino Unido y la RFA, con un actor norteamericano, James Coburn, como protagonista. La acción es muy ingeniosa, y te mantiene pegado al sillón de principio a fin; las interpretaciones son muy buenas, desde la de Coburn hasta la de los actores británicos que le secundan; y la banda sonora es soberbia.
Coburn es Robert Elliot, un prestigioso economista norteamericano, además de profesor universitario, y por otro lado posee oscuros intereses económicos en la empresa privada. Vamos, dicho claramente: lidera una red de tráfico de influencias muy bien montada en la ciudad de Londres. Para subir aún más en su carrera, debe eliminar a los cuatro miembros de esa red de tráfico de influencias: una prostituta de lujo, un masajista de un club de ejecutivos, un científico y un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Si lo consigue, podrá acceder a un preciado cargo, el de asesor del Presidente de los Estados Unidos. ¿Lo conseguirá? La solución, en el "spoiler".
Son curiosas las referencias existentes en los diálogos a España.
James Coburn no es un antiguo agente secreto, como se dice en la sinopsis, y como dice la sinopsis de la edición en dvd: es un economista, de esos que salen en la tele, explicando la forma en que funciona la economía. En la conexión entre economía, tráfico de influencias, política, corrupción y crimen, la película de Hughes es hoy una obra más actual que nunca.
Coburn es Robert Elliot, un prestigioso economista norteamericano, además de profesor universitario, y por otro lado posee oscuros intereses económicos en la empresa privada. Vamos, dicho claramente: lidera una red de tráfico de influencias muy bien montada en la ciudad de Londres. Para subir aún más en su carrera, debe eliminar a los cuatro miembros de esa red de tráfico de influencias: una prostituta de lujo, un masajista de un club de ejecutivos, un científico y un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Si lo consigue, podrá acceder a un preciado cargo, el de asesor del Presidente de los Estados Unidos. ¿Lo conseguirá? La solución, en el "spoiler".
Son curiosas las referencias existentes en los diálogos a España.
James Coburn no es un antiguo agente secreto, como se dice en la sinopsis, y como dice la sinopsis de la edición en dvd: es un economista, de esos que salen en la tele, explicando la forma en que funciona la economía. En la conexión entre economía, tráfico de influencias, política, corrupción y crimen, la película de Hughes es hoy una obra más actual que nunca.
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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El proyecto Cuatro
8 de junio de 2020
No estoy seguro si un buen actor es aquel que logra que su físico con su actuación se transforme en el personaje o aquel que logra que el personaje se adapte a su físico. James Coburn desde luego sería el actor que aquel personaje que trabaja sea siempre él. Puede que sea por su rostro, su expresividad y sus numerosos registros, pero aún en el Western siempre aparenta ser el mismo personaje: un tío que no sabes de qué va ni para dónde tira, cínico, con una sonrisa terrorífica con dientes de caballo e intenciones peligrosas como las de una víbora.
En esta Nueva moda en el crimen cuenta además con dos pesos específicos del terror inglés para películas que no sean de terror, como son Harry Andrews y Keenan Wynn, dos tipos que aunque interpreten papeles del lado bueno, del lado honrado o, incluso, del lado policíaco, en el que también han estado, jamás te fiarías de ellos; es su naturaleza: tienen pinta de sospechosos. Total, que te encuentras a tres tíos de los que si empiezas ahora en esto del cine, estos tres caretos no los olvidarás ya nunca; igual olvidarás el nombre de ellos, pero no sus rostros.
Luego tienes que Nueva moda en el crimen es un circuito cerrado que cuida las conexiones como antes se cuidaban, con detalle, dotando al personaje de fondo, de historia, de círculo vicioso. Para los que acostumbramos a ver este cine, este es cine del bueno de antes, una película sobre los manejos del poder sin pretensiones de secuelas ni de mini series cargantes, una historia de principio a fin con unas actuaciones letales.
En esta Nueva moda en el crimen cuenta además con dos pesos específicos del terror inglés para películas que no sean de terror, como son Harry Andrews y Keenan Wynn, dos tipos que aunque interpreten papeles del lado bueno, del lado honrado o, incluso, del lado policíaco, en el que también han estado, jamás te fiarías de ellos; es su naturaleza: tienen pinta de sospechosos. Total, que te encuentras a tres tíos de los que si empiezas ahora en esto del cine, estos tres caretos no los olvidarás ya nunca; igual olvidarás el nombre de ellos, pero no sus rostros.
Luego tienes que Nueva moda en el crimen es un circuito cerrado que cuida las conexiones como antes se cuidaban, con detalle, dotando al personaje de fondo, de historia, de círculo vicioso. Para los que acostumbramos a ver este cine, este es cine del bueno de antes, una película sobre los manejos del poder sin pretensiones de secuelas ni de mini series cargantes, una historia de principio a fin con unas actuaciones letales.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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