Marlowe, detective muy privado (1969)

Si ves cruzar por el aire a un hombre con la pierna estirada como para dar una patada que sepas que es Bruce Lee. Yo me imagino que antes que choque contra el suelo con un golpe pesado y sordo, aún tendrá tiempo según cae de lanzar otra patada lateral al aire a la altura del piso trece y una más giratoria a la altura del segundo piso.

Marlowe, detective muy privado, es una película para adeptos al creador del detective privado por antonomasia: Philip Marlowe. Philip Marlowe es al cine negro lo que la nata es a una buena tarta y las flores a un jardín. Es el icono de la honradez, es el insobornable personaje a contracorriente del mundo entero. Es el símbolo de la testarudez. Un soborno es siempre una tentación y para terminar con la tentación, lo mejor es aceptar el soborno. Marlowe perderá los muebles antes que pasar por ello.

No es una película descarada ni para anotar en los haberes del buen cine. Ahora bien, tiene un racimo estupendo de buenos ejemplos de cómo se desenvuelve este personaje. Encontronazos, contestaciones, cinismo y diálogos auténticamente fieles a la manera de ser de Marlowe. James Garner encarna al personaje con total acierto, aplicando ironía a raudales y honradez absoluta. La película es la forma, más que el fondo. Como en la hermana pequeña del sueño eterno, escruta con dramatismo la personalidad humana y en especial a la mujer, viniendo a cuento para evidenciar su naturaleza aquella máxima inolvidable del gran Joe Hallenbeck que siempre recuerdo: El cielo es azul, el agua moja y las mujeres tienen secretos.

El agradable visionado de esta película es quizás su punto mas fuerte, sirva como ejemplo comentar que me la encontre a las doce de la mañana en uno de esos días en los que se nos olvida madrugar y nos quedamos en la cama entre bostezos y legañas viendo una peli de improvisto, pero siempre con una sonrisa en la boca; disfrutando de la vida se puede concluir.
Gracias en gran medida a la correcta actuación de James Garner, que con su gesto imperturbable consigue que resulte cómica cualquier situación con la que se tope de frente, a menudo sin querer (inolvidable la visita de Bruce Lee a su despacho con aviesas intenciones ni las sentencias del peluquero amanerado; genial).
En cuanto a la peícula en sí, estoy seguro de que a cualquiera que le guste el cine negro encontrara en esta cinta los mismos mandamientos que le han hecho seguidor del género: el bueno es el listo y el guapo, recibe tortas por doquier (por supuesto), entra a los sitios como si fuera un rockstar (como debe ser), y cualquier mujer que aparezca en la película solo es con intención de complicar mas la trama (no podía ser de otra manera).
¡Qué mas se puede pedir!
No puedo acabar este comentario sin decir que el repaso verbal que el teniente profiere sobre nuestro protagonista es magistral, y para los detractores de Bruce lee que pretendan defenestar esta película con la excusa de su cameo (que no me cabe duda que los habrá) que se fastidien.
Os la recomiendo!!