Un marido en apuros (1958)

La tendencia en nuestra sociedad es la de asumir que basta con conocer una sola versión para atreverse enseguida a emitir un juicio. Si este me lo contó, le creo. Si aquella lo dice, es cierto. Si eso fue lo que yo ví, me basta. Pero, si en todo hecho hay dos versiones (tesis y antítesis) y del conocimiento de las dos se extrae una verdad mayor (síntesis), solemos demostrar una lamentable ligereza cuando, incapaces de razonamiento lógico, asumimos juzgar conociendo una versión única de un hecho cualquiera. Tampoco debe olvidarse que lo cierto no es lo mismo que lo exacto. Muchas cosas se dicen que pueden ser ciertas, pero si son inexactas, por defecto o por exceso, su sentido y su calidad pueden variar significativamente.

Resulta muy válida la película de Leo McCarey, al ocuparse precisamente de este relevante tema que tantos equívocos, desgracias e injusticias, ha causado en este bello planeta. Suceden dos hechos: el primero, la manifestación de absoluta inconformidad entre la gente de Putnam Landing, cuando se enteran de que el ejército pretende instalar allí una base militar para una operación top secret. ¿Se habrán preguntado alguna vez los gobiernos por qué, ninguna comunidad, por crítica que sea su situación, se alegra jamás de que le pongan cerca una base militar?

En aquel tranquilo pueblo que ve ahora amenazada su tranquilidad, las mujeres, en cabeza de Grace Bannerman, asumen la oposición y, Harry, el marido de esta líder, será enviado a Washington para que defienda ante el Estado la causa de su pueblo.

Y aquí se inicia el primer prejuicio, que luego se complementará con la situación embarazosa en la que se verá involucrado nuestro hombre cuando, en su suite del hotel, encuentre bien instalada y jugando a ser su esposa, a la felina Angela Hoffa una dama inconforme dispuesta a todo para complacerlo.

Una entretenida comedia de enredos comienza entonces… habrá algunas situaciones bastante divertidas… una que otra frase cargada de mordacidad… una efectiva semblanza de lo que puede llegar a suceder cuando se está demasiado ocupado para la pareja… y quedará bien sentado que, en más de una ocasión, nuestras condenas están más cargadas de ligereza y de vergüenza, que de razón.

Paul Newman, Joanne Woodward y Joan Collins, muy ajustados en esta comedia que, sin ser grande, tiene su significado.

Título para Latinoamérica: “EL INCONQUISTABLE SEXO DÉBIL”

Disparatada comedia Hollywoodense en la cual no encajan del todo bien Paul Newman y Joanne Woodward, especialmente el primero, cuando estos estupendos actores demuestran a lo largo de su dilatada filmografía tener una capacidad artística con un peso específico muy grande, que en esta producción, muy forzada en lo cómico, sobran de manera notable.
Es una producción de la Fox típicamente americana de su época, fotografiada en Cinemascope y sin la gracia y la originalidad que pueden tener otras comedias de los años 50, pues hay situaciones a lo largo del film que pesan en el espectador por su exageración y poca credibilidad,especialmente para una mentalidad europea.
A lo largo del film, y muy lamentablemente, podemos asistir a una serie de cortes de censura en la copia del estreno en España de 1959, llevada al DVD comercializado, algunos bastantes extensos, los cuales se nos presentan en versión original en inglés, con subtíulos en castellano, pues no fueron doblados al castellano en el estreno español de la época dominada por la censura franquista. Se siente vergúenza del contenido de dichos cortes, pues son absurdos y ridículos, por su significado moral, y otros por un respeto al militarismo trasnochado.
Lamentablemente, una película que por el título y el reparto pueden engañar a primera vista, y donde el resultado es negativo, especialmente en la época actual.