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Contra corriente (1967)

Contra corriente
124 min.
6,5
154
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Sinopsis
Narra la vida en Nueva York de Sylvia Barrett (Sandy Dennis), una solitaria maestra de una conflictiva escuela. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Enseñanza
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Up the Down Staircase
Duración
124 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1967: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión drama
6
“El mejor de los tiempos y el peor de los tiempos”
Mientras el padre estudiaba medicina en Berlín, el 10 de mayo de 1911, nació la nieta del afamado escritor ruso Sholem Aleichen, cuyas historias se hicieron mundialmente populares al ser convertidas en el famoso musical “El violinista en el tejado”. Bautizada como Bella Kaufman, la pequeña sería llevada luego a Odesa donde aprendió el idioma de la familia, y cuando cumplía 12 años, junto a sus padres emigró hacia los EEUU de Norteamérica, donde pasaría el resto de su larga vida que, a la fecha de hoy, alcanza los ¡101 años! de edad.

Convertida en maestra, Bel (como era llamada por todos y como decidió firmar su libro para evitar resquemores machistas), sintió la necesidad de escribir las pequeñas pero interesantes historias que íban ocurriendo durante su estancia en el Hunter College de New York, hasta que, un día de 1965, aparecieron publicadas como una novela titulada “AL FINAL DE LA ESCALERA” que, de inmediato, se convirtió en un record de ventas que superó los 6 millones de copias vendidas, y al año siguiente despertaría el interés del productor cinematográfico, Alan J. Pakula, quien la daría a su pupilo, Robert Mulligan, para que la dirigiera.

Infortunadamente, y por los comunes manejos de la industria, un mes antes se anticipó el estreno en América de “Rebelión en las aulas” (con la que tiene algo en común) y el filme de Mulligan fue menos acogido por el público de entonces, entre otras cosas porque, la presencia de Sidney Poitier como el profesor de turno, impactaba mucho más que la tímida figura de Sandy Dennis, quien todavía resultaba un tanto desconocida, aunque ya se hubiese lucido en “¿Quién le teme a Virginia Woolf? por la que se llevó el Oscar como actriz de reparto. Sin duda, otra cosa hubiese ocurrido si, como se pretendía al comienzo, Audrey Hepburn hubiese aceptado representar a la maestra.

“CONTRA CORRIENTE” prosigue la ya larga lista de filmes (iniciada con “Semilla de maldad”) en los que, la relación maestro-alumnos se produce en un colegio donde los chicos de las minorías (negros, latinos, italianos…) comienzan siendo un fuerte dolor de cabeza, hasta descubrir luego que, dándoles una oportunidad, pueden demostrar que son tan brillantes, emprendedores y afectuosos como los muchachos de cualquier otra parte del mundo.

“Un maestro –dice la autora en su libro- es, con frecuencia, el único adulto en el entorno del alumno que lo trata con respeto”. Y la profesora, Sylvia Barrett (como se llama en el filme), dará ejemplo de este compromiso, dispuesta a convencer a sus alumnos de que entren en el mundo de la literatura y la poesía, con lo que espera que descubran las cosas buenas de la vida, mientras aprenden a hablar bien el idioma.

Demerita un tanto el filme, su tono demasiado discreto y su prudente accionar, en el que cada cosa se insinúa, pero jamás pasa la frontera de lo que comúnmente ocurre en la realidad. No obstante, queda la sana enseñanza de lo que puede lograrse con valentía, y especialmente, con una vocación que tenga asidero en el alma y en el amor.

Título para Latinoamérica: “AL FINAL DE LA ESCALERA”
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Nacida para ser profesora
Sylvia Barrett es una joven profesora que hace clases de literatura inglesa en una escuela pública de Nueva York, y cuyos alumnos son de distintos orígenes (latinos, negros, e incluso llega uno con antecedentes delictuales), pero que son descritos como groseros, desinteresados y conflictivos. Ella debe ganarse, al menos, el respeto de sus estudiantes pero consigue mucho más que eso gracias a su dedicación, paciencia y vocación.

La película apareció en un período donde los temas de escuelas y profesores era común en el cine y se llevaba las mejores críticas, pero pasó injustamente al olvido cuando se estrenó "Al Maestro con Cariño", con una trama bastante similar con Sidney Poitier de protagonista. Sandy Dennis sigue brillando como lo hizo en "Quién le teme a Virginia Woolf?" en el papel de la profesora que tiene toda la pinta que los alumnos se la van a comer viva en clase, pero que logra imponerse a ellos sin usar los gritos, los castigos o los prejuicios, sino que confía en ellos, potencia sus habilidades y es capaz de entender sus sentimientos. Llega con otra manera de enseñar y en la escuela nadie cree que vaya a funcionar e incluso piensan que es tonta e ingenua por la manera en que cree ciegamente en sus alumnos.

La subtrama que encuentro devastadora es la historia de la niña que le escribe una carta de amor a su profesor de inglés del año anterior, pero que este, al leerla, sólo le menciona los errores de ortografía y redacción que ha tenido, sin reparar en los sentimientos de ella. De esta forma, Mulligan conjuga una gran cantidad de trasfondos en donde ninguno es más importante que el otro, sino que conviven de igual manera entre sí, por lo que las dosis de subtramas son justas y además de la historia de esta niña, se puede mostrar la vida del chico que venía de un reformatorio y que es de CI más alto, el chico extrovertido que tenía problemas psicológicos, la chica que es golpeada por su papá o los alumnos negros que no le encontraban sentido a seguir estudiando porque no veían más futuro. Todos son comprendidos por Sylvia de igual manera y son alentados a superar sus dificultades.

Al mismo tiempo, Mulligan muestra el choque en los modos educativos; por un lado está Sylvia, que no enseña desde la severidad, sino desde la preocupación y la empatía, mientras que por el otro lado está la severidad de la escuela, en donde no se preocupan por los alumnos conflictivos, no creen en sus capacidades ni se involucran en la violencia que pueden llegar a sufrir. Sin embargo, cuando los asuntos pasan a mayores, los profesores y el personal de la escuela se ven acorralados y tienden a preocuparse sólo de las formalidades (¿Llevas pases de accidente?).

Recomendada para quienes les interese el cine de escuelas y profesores y para quienes se pregunten lo que es el amor por la enseñanza, y la vocación.
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