No voy a decir que el film me ha decepcionado, pues me esperaba un desastre importante. Pero aún así, un servidor se aburrió sobremanera con un largo que apenas llega a cien minutos de duración.

¿Pegas a bote pronto? Jumpscares. Una trama previsible con puntos de giro que se ven telegráficamente. Agujeros varios de coherencia o vacíos no explicados que se deberían de haber explicado (como el reciente film EL AVISO, la verdad -- se ve que Victori se atiene a la maldita "Caja Mágica" de JJ Abrams). Y aún peor: UNE MENTALIDAD DESFASADA. Tanto narrativa como visualmente. Vamos, que EL PACTO bien podría haber sido un largo hecho en la época en la que Balagueró empezaba a dirigir largos o cuando Denzel hizo FALLEN -- por ahí anda el tema en muchos aspectos. Depriemente, caray.

Y es que lo veo una y otra vez. QUE DIOS NOS PERDONE era como un largo de inicio de los 90. EL PACTO es uno de finales de los 90. Y preocupa, oigan: porque los directores de sendos largos son treinteañeros. Y están creando para mainstream películas con sesibilidades pasadas ya de moda tiempo ha. Si el futuro de el cine español está en manos de gente como Victori , se trata de malas noticias.

En fin. En largo aburrido y fallido para mí. Pero me preocupa más por lo que refleja de problema endémico de una cinematografía como la nacional.

Por cierto: Nic Cage y una TV movie nacional de no hace mucho quieren que el largo de Belén Rueda les devuelva su título. Van tres. Caray, un poco de inventiva, por Dios.

No, amigos: el film que nos ocupa nos es JAWS. Pero -- you know what? Tampoco es Jurassic World. PARA BIEN. Y es que, para lo boba que es la idea de base, no resulta extremadamente estulta o insultante en el modo en el que se desarrolla. Puede que algo tenga que ver con el hecho de que viene de una novela: hay algunos momentos en su primer acto de casi tecnothriller Crichtonesco y hasta se gasta cierto tiempo en los peronajes. Y oigan: eso ya es más que lo que se encuentra uno en un film como Jurassic World: Fallen Kingdom. Incluso hasta está visualmente planificado el largo con cierto gusto.

Eso sí: el trauma del héroe es by-the-numbers, Jason hace el mismo papel que siempre (underwater ahora) y el abuso de elementos chinos con vista a la explotación en China canta por soleares. También se nota la falta de sangre y violencia. Ya sabemos que el Budget no lo permite, pero -- caray.

En fin. Olvidable, sin duda. Pero en peores plazas ha toreado el público de multicine mundial (y no miro a nadie...).

Mira que le quería un servidor dar una oportunidad el film pese a que está implicada en su producción la creadora de Twilight -- al fin y al cabo, Cortés dirige -

NO. El film no tiene pegada alguna; los sustos son débiles, el terror no existe apenas, el desarrollo transita ad nauseam por lugares comunes (gracias, Chris "Buried" Sparling) y el giro del film, que se ve venir, aparece tarde y mal. Amén de que no haya un segundo twist o reenfoque de la historia que reenfoque el largo dándole algo diferenciador, un punto de originalidad --

Y no hablemos ya de la sonrojante trama amorosa. O de una Uma desaprovechada.

Mi conclusión - un film claramente alimenticio para Cortes, carente de garra y difícilmente disfrutable por nadie más que chavales adolescente enamoradizas con escaso bagaje de espectadores. Olvidable.

La verdad por delante: no soy precisamente un fan de la primera entrega de éste personaje, así que acudí a su secuela con esperanzas mezzo-mezzo. Pero no: a lo mejor es el tono general marveliano, el propio Rudd (eh, no me digan que las escenas de Rudd solo en casa no parecen sacadas de algo como TE QUIERO, TÍO), el hecho de que la tech de reducción y ampliación sirvan para un roto o un descosido a lo largo del metraje, el colorista conjunto de personajes secundarios o vete tú a saber por qué.

O puede que sea otra cosa -- con lo simples que resultan las metas de protagonistas y villanos (más claras que el agua, de hecho), el resto parece un conjunto de aventurillas de relleno (un de aquí para allí, oye) y chistes varios (como el momento en el que Rudd -no, no se spoiler, aparece en un tráiler- se queda a escala chaval de primaria). Y claro - entre MacGuffin, chistaco y dimes+diretes, se va el tiempo. No se cuenta gran cosa, los personajes no avanzan apenas.. y el film acaba.

¿Un film simpático? Sí. Pero tontorrón e infantiloide. Si al menos hubieran abrazado la anárquica e irrespetuosa locura de THOR: RAGNAROK, tendría interés para un servidor. So, anyway--

Al grano: hace años que no se realizan versiones de Hacendado de LA JUNGLA DE CRISTAL, así que el director y guionista de SOMOS LOS MILLER ( yikes) se saca de la manga su versión del XXI:

Elementos para atraer al mercado Chino sonrojantemente obvios, MacGuffin idiota, trauma de protagonista sin punch alguno, trama enredada a la vez que previsible y paint-by-the numbers, desarrollo dramático escaso (en cuanto el lío empieza, la cosa se vuelve una suerte de videojuego mediocre con pantallas a superar), gadgets tecnológicos en el edificio que parecen más propios de la Torre Stark que de un edifico realista, ecundarios sobrantes, familia en peligro de por medio (ahh... la Escuela de Acción Harrison Ford noventera -- ante la duda, secuestren a la mujer e hijos del héroe) y un montón de acrobacias tontorronas bañadas en abusivo CGI que no van a ninguna parte para un servidor.

Y es que pese a tanto follón, se va a lo seguro, caray. Para ser extremistas, mejor volverse loco del todo (como hace un Michael Bay, por ejemplo) y meter la quinta. Porque contenido y credibilidad, niente.

Postdata: Y además le falta humor al film. Bah.

Es la era de los contenidos audiovisuales. YouTube se lanza al ataque, comandado por gente que ha hecho Harold y Kumar o American Reunion -- no sé yo. Pero venga, al ataque -- démosle una oportunidad al tema. Los dos primeros episodios enganchan -- divertidos, rápidos, autoconscientes (los creadores de la serie saben que en el fondo de la saga karateca hay un importante punto de horterismo ingenuo eighties que ahora sostiene en la era actual, con lo cual juegan sin reparos -- pero llega el quinto episodio y se va poniendo un poco más seria la cosa. Vuelve el verdadero espíritu Karate Kid (aunque sigue un tanto matizado por el humor). Y oigan: se nota muy mucho que los responsables de Cobra Kai aman la saga. Se nota tremendamente en el mejor de los sentidos. Lo que hace que funcione. El ADN. El sabor, el espíritu. Y cuando llega el fin de temporada, servidor ya no puede esperar para la segunda temporada.

En resumen: nostalgia bien entendida, duración que permite hacer binge en apenas un día, guiones disfrutables, cast en su punto (olé por Zabka y Macchio), gran entretenimiento y lograda continuación de la saga. Olvídense del reboot con Jayden Smith. Karate Kid ha vuelto. Es Cobra Kai.

Mira que no tenía las expectativas ni a un nivel bajo, oye. No soy fan de Bayona y la anterior secuela jurásica me pareció una chufa rozando el nivel de Scifi Channel con pastizal de por medio. Y el largo que nos ocupa es aún peor de lo que un servidor imaginaba. Y es que ancha es Castilla, porque aquí hay para y dar y tomar:

Fotografía feista y oscura (tras Solo, otra más), malos de traca, comic relief sin gracia,

Al grano: el film es un conjunto de cortos entremezclados que apenas da para un largometraje. ¿Buenos actores y actrices? Sin duda. Pero también hay estatismo visual, ramalazos cliperos, colores rosa por doquier hasta el agotamiento y una dramaturgia basada en un extremismo que no alcanza al entendimiento de alguien tan joven como Casanova: esto carcasa, ganas de llamar la atención, boutades de enfant terrible. Y lo de la polémica -- Edu, muchacho: en la Era de Internet, ya no puedes impactar a nadie con nada.

En resumen - la obra de un joven privilegiado metido desde joven en el corazón de la industria audiovisual que se quiere mucho y seguramente tiene un montón de exégetas haciéndole la rosca como si fuera un nuevo Xavier Dolan made in Spain. Una tontuna, vaya.

Sonaba a mala idea en su momento hacer esta serie. Pero oye: los tráilers pintaban bien, así que le di una oportunidad. Y es piloto es brillante. Se nota la mano de Raimi, para bien. Así que seguí adelante.

Y con el paso del tiempo, la serie se sostiene e incluso crece. Pablo y Kelly se hacen un sitio en el cánon. El gore te lleva a lugares tan grotescamente gore como imaginativos. Y la cosa crece, evoluciona. El ritmo nunca baja (el que tuvo la idea de que los episodios no duren más de treinta minutos acertó de pleno). Los oneliners de Ash son impecables, las tramas van disparadas.

Y en la tercera temporada se nota cierto atasco en lo tocante a Ruby. ¿Qué hacen los guionistas? Suben las apuestas. Entonces --

Me hablaba alguien conocido de que esto es una joyaza. Y qué quieren que me diga: a mí no me lo parece.

Y sí -- el largo se atreve a ser cuasi silente un buen rato. E incluso lento. Pero se revela la cosa y esto no es tanto como nos quieren vender: pese a lo estupendísimamente interpretada que está, la radiografía del drama familiar que se hace en el guión es más una excusa para dar hondura a una historia un tanto hueca (que bebe mucho de cosas como SIGNS e incluso TREMORS) a un film que acaba siendo eventualmente una horror movie con jumpscares y bichos malencarados en lugar cerrado -- todo muy contained, la verdad. No niego que haya curradas setpieces y una calculada progresión, pero no está el material muy lejos de cosas como EXTINCTION, amigos. Aunque resulte mejor. O sea que--

¿Mi saldo final? Pues que no es para tanto la cosa, oiga.

Crítica fugaz:

Química Rock/monete adecuada. Clímax despelotado. Duración corta que se agradece. Villanos que parecen salidos de Pokemon, historia que se coge con pinzas, traumas para justificar a los personajes, lugares comunes y amenaza de secuela. Hollywood hace cine con recreativas de los 80. Ay.

No sabría por dónde empezar en relación a el film que nos ocupa. En lo tocante a la comedia, (para mí) es un fail completo. Ni una sonrisa. Pero supongo que el público masivo patrio tiene opiniones diferentes.

Y es que CAMPEONES me resulta un largo irritante, que junto lo peor del cine mede in USA (trama hecha by the numbers, momentos obvios, mensaje metido con calzador, etc) y de lo hispánico (oda al feísmo, por ejemplo).

Lo que Fesser ha puesto en pantalla, pese a ser normalizador, es irritante, caray -- una puesta en escena fea y sin gracia alguna (¿dónde está el tío que hacía cosas como P. Tinto?), una BSO cansina y obvia hasta decir basta, una subtrama amorosa más vista que el TBO y un arco de personaje que cualquiera que haya visionado cine deportivo yanqui de los ochenta ve a kilómetros de distancia.

Es decir -- mucho tropo y lugar común, mucho humor blanco y una historia que transita por sonrosados senderos narrativos. Un material de sobremesa, digno de verse mejor en VOD que en una sala de cine como es debido.

Para mí: un desastre, oigan. ¿Éxito de taquilla? Pues sí. Pero también lo tiene la saga Transformers, así que --

En fin. Yo me deprimo con el éxito de films como éste.

Spoiler: el film me ha gustado sobremanera. Tenía uno oído mucho bueno sobre el mismo. Y una vez visto, se confirma que las críticas positivas sobre la película que nos ocupa eran bastante fundadas.

¿Pegas? Pues unas cuantas -- desde una violencia a menudo rozando lo cartoonesco (con cabezas aplastadas como si esto fuera una peli made in Troma) pasando por un primer acto un tanto alargado y un ritmo que se antoja por momentos un poco moroso.

Dicho esto, una vez se entra en el slow burn que Zahler propone (muy setentero, hay que decir) y entra el tema en harina, la cosa cambia: el hasta entonces calmado protagonista (bajo cuya calma se percibía hasta entonces una furia termonuclear en contención) empieza a usar sus puños... y aquí no se salva ni el apuntador. Lo cual convierta una buena parte del metraje en una suerte de grindhouse carcelario en el que no se toman prisioneros, en el que la crueldad se abre camino y en el que un Vinc Vaughn atinadísimo destaca ampliamente.

Un largo refrescadamente demodé y hard en muchos aspectos. Lo recomiendo.

Buenas intenciones, resultados fallidos. Y es que Asensio trata de afear el Sueño Americano, pero al final culpa a los inmigrantes (muchos de los asuntos sucios del film son perpetrados por rusos o asiáticos). Por otro lado, la sorpresa que se guarda el film carece de toda tensión. Y lo que es peor: el largometraje ni siquiera tiene estructura de largometraje. Esencialmente, tiene planteamiento y un alargado clímax. No hay epílogo, desarrollo y otros múltiples elementos que cualquier largo, por muy indie que sea, necesita para ser mínimamente funcional.

Y es que las intenciones no bastan. Hace falta una ESTRUCTURA. Y eso hace que este film, para un servidor, suspenda. Eso es un mediometraje, damas y caballeros. Y punto.

´nuff said. Y a estas alturas, debería de quedar claro que puede hacer las películas casi a pares (mientras se terminaban los VFX del largo que nos ocupa, se cascó LOS ARCHIVOS DEL PENTÁGONO).

Pero bueno: la gran pregunta es... ¿vuelve el inventor del blockbuster al ruedo comercial en plena forma, reverdeciendo laureles?

En lo que a mí respecta, NO. Que me aspen. Esto no es algo como lo que se montó Miller con Fury Road. Se nota que el alma de Spielberg no está en el material. Es un largo entretenido, pero olvídense de esperar un futuro clásico. Y es que se percibe que hay aquí más cálculo que pasión. Más habilidad que inspiración. ¿Por qué Steve iba a hacer un largo sobre lo virtual (sí, vale -- se sabe que es fan de los videojuegos desde que aparecieron, eso os lo concedo) y con homenajes ochenteros? LOS OCHENTA SON SPIELBERG, caray. No. Se puede apreciar que ha hecho un film que es pura IP para combatir con los largos de multicine modernos: ¿Propiedad intelectual? ¿Star Wars, MCU...? TOMAD DOS TAZAS, CHAVALES. Pero no basta con las referencias, porque...

...el guión es harto mejorable. Más allá de su McGuffin y las referencias, la cosa no es brillante; el dibujo de la vida personal del protagonista es tan superficial como tosco (de esos parientes white trash con mullet con los que vive ni hablo), el villano flojea y la subtrama amorosa no es nada especial. Tampoco hablemos de un final tópico, convenciencias varias, etc.

Y es una pena, porque el film, cuando brilla (pienso en esa set piece con coches), demuestra potencial. Pero sigue todo tropos sobados, caminos manidos e incurre en vicios modernos (esa batalla final... ay) que le dejan a uno con la sensación de que podía haber hecho mucho con el material.

En cuanto al CGI, pues.. qué quieren que les diga - personalmente, el hecho de que suceda todo dentro de un mundo videojueguil, unido a la buscada irrealidad de los personajes y lo que sucede, convierte a Ready Player One en una enorme película animada, una brillante cut scene de larga duración notablemente planificada con la que resulta complicado suspender la incredulidad o empatizar por completo.

En fin. No es que Spielberg no es el que era. Es que seguramente ha hecho esta largo de cara a la galería, para seguir siendo relevante para un público al que nada interesan sus recientes dramas históricos. Pero lo hace sin poner el corazón. Y eso, definitivamente, se nota.

Lástima de premisa. Porque bien aprovechada, había incluso mimbres para hacer un film de ciencia ficción cerebral al estilo de los que gente como Álex Garland está levantando en estos últimos tiempos --

Pero no pasa eso. Y no es que el largo resbale o que Worthington esté mal.

No. Es que el material no rasca bastante profundo. No acaba convertido en un churro tópico, pero tampoco despega. Se queda en normalillo y sosainas.

Una lástima para su actor protagonista (entre esto y Hunter´s Prayer, mal andamos), que hace un trabajo más que aceptable.

Y Netflix -- suma y sigue -- (suspira)

Invasión alien en Sudáfrica. Soldado desmemoriado que se junta en una azarosa situación con una enfermera con la que ha de llegar a un lugar concreto que será clave.

Humm. Como punto de partida, podría dar para algo.

Pero no.

Y es que esta mezcla desaseada de MONSTERS, BATTLE: LA, WAR OF THE WORLDS y un punto de DISTRICT 9 no llega a despegar. Ya sea por falta de originalidad, por FX mejorables o (más bien esto último) por falta de dibujo de personajes. Y es que, además de ser genérico, el largo está hueco. Y así no se puede, oigan. Por mucho que Lee Pace haga lo que puede.

En fin.

Otra chufla considerable made in Netflix -- Die hard filtrado a través de Workaholics y el humor en boga del cine de comedia yanqui reciente más mojonero, casposo e infantiloide.

¿Resultado? Cameos fútiles, momentos stoner, estupidez a mansalva, penes amputados, coñas gay varias, personajes odiables, torpezas narrativas, arcos de personaje metidos con calzador y un resultado general execrable.

Bien por el título: esta película es un Game Over como una catedral.

Evitad el visionado de este mondongo.

Una asesina trata de cambiar su vida cuando un chaval adolescente se mete en su vida. Por el camino, se monta una ensalada de tiros (ensalada pequeñita) en la que Taraji P. Henson muestra su faceta como action woman.

Una pena que el cast esté bastante bien (con Danny Glover dando gravitas a sus frases y la Henson haciendo un trabajo dramático más sólido que el que una película de estas características merece).

Una pena que el material sea genérico, que el aspecto visual no sea destacable y que haya bastante dèjá vú en la trama, porque su actriz principal hace un trabajo de solidez indudable.

Un film que se ve y olvida con rapidez.

Al grano: no era fan de la original (ni de del Toro, por cierto), así que me planté en la sala con la mentalidad de que la cosa incluso podía mejorar. Cosas como que las set pieces sean esencialmente diurnas era una pista.

¿Pero el resto? Fire and forget, oigan - personajes olvidables, conflictos que caben en media página y much,a MCUHA tontuna de cartoon mañanero -- todo vale -- pero claro: sin guión no va uno a ninguna parte, por mucha trama forzada (giro por aquí, sorpresa por allá, dedaline por acullá), así que el interés decae rápido. Hay muchos minutos de pumbas y zascas varios, pero eso no vale para llenar cerca de dos horas de metraje, caray. Y no me olvido de las múltiples palmadas en la espalda que se le da al potencial público asiático del film, que es para quien realmente va dirigida la película en cuestión.

En fin: mucho CGI (la mayor parte de los blockbusters son esencialmente a estas alturas películas animadas en 3D, una historia tontorrona y mucha josconcia.

Y mientras tanto, ANIQUILACÍON se va a Netflix. Que me aspen.