Spoiler: el film me ha gustado sobremanera. Tenía uno oído mucho bueno sobre el mismo. Y una vez visto, se confirma que las críticas positivas sobre la película que nos ocupa eran bastante fundadas.

¿Pegas? Pues unas cuantas -- desde una violencia a menudo rozando lo cartoonesco (con cabezas aplastadas como si esto fuera una peli made in Troma) pasando por un primer acto un tanto alargado y un ritmo que se antoja por momentos un poco moroso.

Dicho esto, una vez se entra en el slow burn que Zahler propone (muy setentero, hay que decir) y entra el tema en harina, la cosa cambia: el hasta entonces calmado protagonista (bajo cuya calma se percibía hasta entonces una furia termonuclear en contención) empieza a usar sus puños... y aquí no se salva ni el apuntador. Lo cual convierta una buena parte del metraje en una suerte de grindhouse carcelario en el que no se toman prisioneros, en el que la crueldad se abre camino y en el que un Vinc Vaughn atinadísimo destaca ampliamente.

Un largo refrescadamente demodé y hard en muchos aspectos. Lo recomiendo.