La primera parte de la película, menos el prólogo, parece una película pasable como mucho. Es una presentación de los personajes, pero necesaria para entender el comportamiento de ellos durante "El incidente".

Pero cuando están todos ya reunidos en esa vagón del metro, ay amigo, la atmósfera se va recargando cada vez más. La violencia se palpa dentro de ese vagón, y es eso lo que la hace cruda y terrorífica: que se palpa. Hoy en día nos lo dan todo masticado, y ya nos la sopla que salga un tipo con una recortada y le vuele la cabeza a otro. Ese es el error que nos inmuniza.

Por lo visto las autoridades del Metro de Nueva York no dieron permiso para filmar en sus vagones, y esa filmación clandestina dio mayor realismo a esta brutal y aconsejable película.

Más que una miniserie esto es una película de cinco horas y media. Por lo visto hay una versión para cine acortada que no he visto porque aún no ha llegado aquí, y yo soy tan legal como el protagonista de este peliculón.

La banderita y el director son franceses, pero no hagan caso. Se habla en multitud de idiomas: español, francés, árabe, japonés, alemán, ruso, húngaro o lo que corresponda a cada personaje, que por cierto todos están interpretados por actores de la nacionalidad de su papel, hasta el prota, que es venezolano y lo interpreta un Édgar Ramírez inconmensurable. Pero el idioma que más se usa es el inglés, que es el que usan para entenderse entre ellos. O sea, que si no se ve en versión original debe perder bastante.

Es como el reverso tenebroso "Munich" de Spielberg pero más larga, más amplia, más longeva, más buena, y hasta me atrevería a decir que increíblemente más cara.

No hay que tener miedo a su larga duración, es bastante amena, y además ayuda a comparar cómo cambia el mundo en veinte años, mientras casi imperceptible un hombre pasa del terror contra el capitalismo en nombre de la revolución, a montar un terrorífico negociete capitalista en nombre de la revolución. Vamos, lo de siempre.

El ballet, ay. Vale que es algo por lo que no me siento muy atraído. Miento. Estoy siendo suave. En realidad me parece una ridiculez supina. A la altura de la natación sincronizada o la gimnasia rítimica.

Al menos Aronofsky se centra en las bailarinas, y pasa de los bailarines. Porque ya sería demasié el defile de paquetorros. Nunca he entendido por qué los bailarines de ballet han de marcar paquete obligatoriamente. Los toreros al menos usan coquillera y se ladean el asunto, aunque queda aún más horrible todo hay que decirlo. Pero no, aquí deben atarse el prepucio al cordón del pantalón o algo así.

Bueno, vamos al grano que la crítica me está saliendo más gayer que esta danza tan absurda. Tres cuartos de película es igual a la de Paul Verhoeven pero con tonos pasteleros. Incluso sale un pastel fucsia que es para estamparlo en la jeta del director. En teoría toda esta parte representa la inocencia, aunque yo sólo vi ñoñería.

Pero Aronofsky decide desfasarse, y se agradece. Un despropósito sobre un despropósito a veces es efectivo, aunque sea a propósito. La metáfora final es un poco chorra, pero entretenida.

Lo que alucino más es la cantidad de veces que entra Natalie Portman en un baño en este filme. Igual en eso consiste una gran actuación y todavía no me he enterado. Eso, y ponerse de puntillas.

Aronofsky la próxima vez cíñete al negro.

Jajajajaja gloriosa. Todos los clichés del género en una película mastodóntica. Ya no hace falta que hagan más.

2 puntitos porque al final sale el famoso perrito saltarín, que lo andaba buscando todo el metraje en plan ¿Dónde está Wally?

+

0 patatero por todas las escenas sentimentalistas, humanistas, familiaristas y loqueseaístas.

+

1 puntazo por el gordaco interpretado por Oliver Platt, el único personaje sensato soltando las verdades del barquero de Noé.

+

2 puntos porque me encantan las películas que insultan al espectador, sobre todo su inteligencia. Es merecido.

=

Dios, ¡qué grandes eran Polanski y el Ardor!

No, Polanski no es un director gafapasta y no tiene nada que ver con esta película dirigida por un islandés con apellido de tienda de ultramarinos. Pero su pegadiza canción tiene más dilema moral que esta peliculilla que inhala sensacionalismo por todos los poros.

Oiga, que yo estoy contra X (siendo X cualquier tema que cada uno en su conciencia considere no étco: asesinar, robar, torturar, talar árboles, abortar, defraudar al fisco, la pena de muerte, descargar películas en internet, etcétera). Ya, ya, siempre suelta el listo de turno; ¿pero si pasa Y? (siendo Y una hipótesis extrema, en la que por ejemplo secuestran a toda tu familia y amenazan con matarlos si no haces no sé qué barbaridad) ¿qué harías eh? ¿eh? ¿ya no estás tan en contra de X verdad? ¿eh? ¿eh?

Y ya está montado el pollo de sensacionalismo moral intentando confundir el culo con las témporas. Pues de eso va el trhiller éste, pero con el tráfico de órganos. Tooooooooodo el metraje, personajes, situaciones, poses afligidas y demás tonterías están dirigidos a un chorradilema efectista al uso.

Yo por ejemplo estoy en contra de abofetear a la gente. Pero me topo a los que han perpetrado esto y les doy un par de yoyas que les volteo la cara. Oiga, ¿no dice usted que está en contra de abofetear? Sí, y lo sigo estando, pero ¿qué tiene que ver para que lo haga o no?

¿La nota? Bueno, es que estaba en contra de ponerle un 4.

Por lo visto este telefilme va de lo que llaman la erótica del poder, que nunca he sabido lo que es. Pues vale, debe ser una tontería así. Supongo.

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- Hola Mr. President, que nada vengo por aquí porque parece que me van a hacer Prime Minister.
- Jo, qué bien Tony. Con lo progres que somos verás qué bien va ir el mundo a partir de ahora. No con esos derechosos o esa izquierda rancia que no da más de sí. Pero llamame Bill, que ya casi somos colegas.
- Gracias Bill, espero que a partir de ahora tengamos una "Special Relationship".
- Para lo que quieras, verás qué legado más chupiguay que dejamos.

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- Hey, Bill. Que estoy en el avión y voy p'allá. ¿Qué tal las cosas por ahí?
- Uff, un poco liadillo. Es que una becaria se ha empeñado en contar no sé qué historias de un vestido manchado, y hay un fiscal muy maaaaalo que me busca las cosquillas.
- (Ostras, no sé si he elegido el mejor momento para ir). No te precupes Bill, pase lo que pase nuestra relación será supersuper especial.
- Muchas gracias Tony. Tu respaldo público es un alivio.
- De nada, Bill. Para eso están los amigos (me debes una cabrón).

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- Bill, lo que está pasando en Kosovo es un desastre humanitario. No basta con tirar bombitas a Milosevic, hay que enviar soldaditos.
- Dirás mis soldaditos ¿no? Sí hombre, aquí a la peña lo que pase en Europa le importa un carajo, y me crujen vivo si mueren ciudadanos norteamericanos por algo que ni les va ni les viene.
- Pero Bill, nosotros somos requeteprogres y hemos de hacer un mundo mejor. No podemos dejar a los pobrecitos de Kosovo con el megasupertirano Milosevic atizándoles.
- Bueno, ya veremos Tony, ya veremos. Un poco de paciencia, que todos los ingleses tenéis el síndrome Chamberlain.
- Gracias Bill, confío en ti (me debes una cabrón, págala).

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- Tony, tú antes molabas. Me la has jugado. Te has apuntado el triunfo de la guerrita, y ahora eres supermegapopular en U.S.A. ¡Más que yo! ¡Te llaman King Tony! ¿Y mi legado? Buaaaaa!
- Lo siento Bill, es que he de velar por los intereses de mi país bla, bla, bla.
- ¿Y vas a seguir la "Special Relationship" con el nuevo presidente electo?
- Bueno, he de velar por los intereses de mi país bla, bla, bla.
- Joooo, estoy celosón. Oye, estos nuevos son tipos duros ¿eh? Te van a dar bien por detrás.
- Bah, God save the new Queen!

Cómo mola poner un título cultureta. La gente piensa que vas a hacer una crítica didáctica o algo así, y alguno que otro pica el anzuelo. Luego puedes poner un montón de bla, bla, bla, y ya está, puedes aparentar lo que no eres.

Bueno, en realidad toda crítica es cháchara, así que voy con mi bla, bla, bla, particular. El punto de partida de esta peli es sencillo y original a la vez. Chico conoce chica, chica se enamora de chico, chico le suelta a chica que es un chico del futuro...

Bien, tras esta peculiar declaración la chica (la muy fuckeable Marisa Tomei) puede pensar dos cosas: 1) Mi chico es especial y sincero, y por lo tanto debe venir del futuro. 2) Mi chico está como una puta cabra. El gepeto de Vincent D'Onofrío juega más bien esta carta.

Y partir de ahí la película juega más o menos ambiguamente entre las dos opciones. Nótese que para una mujer hasta la opción 2) es algo tentador. Da juego para comentar con las amigas, la psicoanalista y comerse el tarro, deporte femenino por naturaleza.

En fin, que el filme está sorprendentemente bien, y lo más extraño en una americanada: no hay descarada hiperglucemia.

Pffffffff

Las películas ambientadas en Irlanda del Norte suelen molar un egg, y la mitad del otro. Pero ésta sólo se salva por la ambientación. Lo demás lo podría filmar perfectamente Vicente Aranda, y con eso se define por sí sola.

A mí si me hablan del IRA quiero ver terroristas ejerciendo de tal, jaleo in the streets, tramas mafiosillas, huídas hacia ninguna parte, gente dura soltando burradas. Los discursitos sobre el "conflicto" se lo pueden ahorrar. Quiero ver una película, no un sermón.

Si quitamos todas estas coartadas ambientales la historia es muy trillada: a adolescente le entra calentón por mujer madura, y ésta en su viudedad está desamparada. Pues vale. ¿No podrían haber elegido un prota con careto aún más tristón? No, imposible, no lo hay.

Lo digo porque todas las demás críticas publicadas aquí lo mencionan como desacierto, y yo recuerdo esta película sobre todo por la banda sonora. En fin, siempre al revés. Pero no se preocupen, no entiendo de cine ni de música.

He vuelto a verla, y sí, Nolte hace un papelón, Lumet cuenta estas historias como nadie. Es desigual, pero hay escenas de lo mejorcito de los 90.

Pero lo que me sigue pareciendo cojonuda es la banda sonora de Rubén Blades, y encaja de puta madre en la película, sin atosigar. Mierda, la cancioncita de marras no dicen cuál es en los créditos. Si hay alguien que la sepa, que me escriba a mi buzón, si us plau: http://www.filmaffinity.com/es/imsendmsg.php?to=972101

Por Dios, ¡el gafapastismo lo invade todo! ¡Hasta los santos lugares! ¿Qué será lo siguiente? ¿Una versión gafapasta de "Rocky"?

He leído por ahí (y no es la Wikipedia, ¡Milagro!) que Jessica Hausner es hija espirutual, o algo así, de Michael Haneke. No me extraña nada después de ver esta película. Lo raro es que no sea prima hermana de Jaime Rosales.

Bien, pues prepárense para la enésima disección cinematográfica de un fenómeno. En es este caso Lourdes, el lugar con más discapacitados por metro cuadrado que hay en el mundo. Ah, claro es que como están desesperados buscan esas soluciones, siempre suelta el listillo de turno. No te jode, quedate tú así y no harías lo que fuese. El que no hace nada es el verdadero desesperado; el que hace, aunque sea algo fuera de la lógica para la mayoría, es el que se agarra a la esperanza.

Pero tranquilos, que la Hausner hace una película tan fría y distante, que uno puede mantener sus prejuicios una vez visto el filme. ¿Un defecto? ¿Un mérito? Ni pajolera idea, pero lo que sin duda logra es algo inquietante. El qué no lo sé, pero inquieta.

No se obvia nada, ni lo inexplicable, ni los defectillos de desvalidos y voluntarios, ni el mercadeo del templo, que como decía Mauriac "las tiendas de objetos religiosos es la respuesta del demonio a la Vírgen María".

Naturalmente tiene las típicas taras del gafapastismo: diálogos inanes, silencios prolongados, personajes que parecen sedados, realidad despojada de sentido del humor, etcétera.

Pero aún así es una película bastante interesante, aunque no para recomendarla a tu familia, tus amigos, tu vecina del quinto y la peña normal. Es más una peli para cinéfilos, así que no sé qué coño hago yo viendo estas cosas. Debo estar enfermo, y necesito ir a Lourdes también para curarme.

"El gran milagro de Lourdes es que no salgan todos enfermos por haberse contagiado en los baños" (Flannery O'Connor, una de las más sublimes escritoras tras peregrinar muy enferma a Lourdes y pedir a la Virgen "por sus libros, no por sus huesos")

Afueras de Londres, años 60. Una pequeña sucursal de un banco. Vísperas de Navidad. Van llegando los empleados, muy ingleses ellos. El ambiente es cotidiano y amable, hasta que llega el hierático director: Mr. Fordyce, un Peter Cushing en uno de sus mejores papeles interpretando a este Scrooge moderno. El ambiente deja de ser amable, y se respira incomodidad en toda la sucursal.

Luego la sinopsis dice que entra "un encantador aunque despiadado criminal". No le hagan caso. El que entra realmente en ese banco es Charles Dickens.

Esta película es la típica adaptación de una obra de teatro inglesa. Lo advierto porque hay gente que busca puridad en el cine, y estas cosas les molesta. Como yo no soy cinéfilo la he podido disfrutar plácidamente. Total, no creo que la obra la representen aquí, Y si es así, qué mejor que verla interpretada por actores british y no por cuatro gañanes gritones como es usual en nuestro país.

Las imágenes de este documental son bastante interesantes. En resumen, nos muestra básicamente cuatro escenarios: el amanecer en un pueblo, Fuentidueña del Tajo, aquí llamado Fuentedueña; un par de meetings con oradores como Líster o La Pasionaria en el frente, y una breve escena de un discurso de Azaña en Valencia; una aproximación a Madrid mientras se lucha en la Ciudad Universitaria; y finalmente un ataque de los rebeldes, que nunca se ven, a un puente de la carretera de Valencia, que los milicianos defienden con éxito.

Pero como documento sonoro es de chiste. En los títulos de crédito iniciales pone que los comentarios son de Ernest Hemingway, pero la voz es de Orson Welles. Bueno, no se esperen una narración ingeniosa ni nada. Son sólo apuntes obvios.

Pero eso es lo de menos. Todo el sonido es un pegote que supongo que habrán puesto luego. Todo el rato suenan bombas, pero apenas vemos unas cuantas y en lontananza. Los discursos, menos el de La Pasionaria que se oye por un altavoz y lo habrán pegado luego de otro que soltó, están doblados todos con acento chicano. Tiene su punto oír a Azaña como si hablase el oso Yogui.

Eso sí, lo que es la repanocha es la banda sonora. Amanece en la meseta castellana y se oyen... ¡sardanas! Pero lo mejor es cuando se entra entra en Madrid. Ya estamos saturados de sardanas y el montador decide cambiar para no saturarno. Y nos adentramos en las calles madrileñas al ritmo de... ¡"Els Segadors"! ¡Jajajajajaja!

Bueno, que aquí hay más pasta, más cochazos, más escatalogía barata, es al aire libre y no es tan tan tan mala como el realty show ése, algo que tampoco es muy difícil que digamos. Pero pare usted de contar.

Alucino con las conclusiones que sacan los críticos y mucha peña: que si reflexión sobre la fama, que si experimento, que si algo nunca visto, que si patatín que si patatán. Joder, las mismas frasecitas que nos soltaron algunos cuando se estrenó Gran Hermano. ¿No habrá escrito Mercedes Milá todas esas críticas? ¿Seguro?

También es de aurora boreal que se ensalce la actuación de Joaqin Phoenix, al que considero un buen actor. Claro que la función actoral está algo sobrevalorada, es como ser un color de una paleta de pintura, sólo has de esperar que te encajen en el momento adecuado. Lo demás es mitomanía. Pero hay que reconocer que Joaquin Phoenix es un color estupendo, y bastante peculiar.

A ver Joaquinillo, con esas greñas, gafas de sol y que te enfoquen la espalda la mitad del metraje, hasta mi tío Robustiano hace de paranoico depresivo no te jode! La expresividad facial a tomar por saco. Las chorradas, ordinarieces y pasotes también se lo vemos hacer a los monitos... digooo concursantes de esa cosa televisada, que también se mueven entre lo real y lo falso. Y en las dos vertientes me importan un bledo, ellos y tú.

Joaquin, estás nominado. Sal de la casa y dedícate a actuar en películas. Lo mismo vale para tu cuñado Casey Affleck. Serás mejor actor que tu hermano, pero como director por ahora te da mil vueltas.

Se han hecho un montón de filmes con la tradicional Femme Fatal, pero éste es de los pocos que se le da la vuelta a la tortilla y es un tía la que pierde el oremus por un pavo.

Además el Homme Fatal de la peli es John Garfield, o sea que no es precisamente un galán. Su encanto es que es malo y no lo esconde. Es un canalla sincero y descarado, y ya se sabe que eso obnubila a cierta clase de mujeres.

La gracia de la película es que no se nos presenta esto como el típico dramón pasional, sino que se centra más en el personaje de Thomas Mitchell, que es el padre de la chica con ardores, y su compinche de pesca, que son extorsionados por el mafiosillo Gardfield.

El tono es más de comedia, así que es ciertamente singular, porque combinar cine negro con comedia y que el resultado sea intrigante tiene su mérito.

La Hays Office era un organismo creado en 1922 por las grandes compañías cinematográficas que promovía una regulación interna según un estricto código moral. Duró hasta 1945, pero las películas hollywoodenses tenían que ajustarse a este código si querían que los productoses diesen el visto bueno.

Bueno, pues en este filme se lo saltan por el morro. Toda la película está encaminada a un hecho moralmente discutible que ocurre casi al final.

Está basada en una obra de Lillian Hellman, pero el guión es de su pareja de entonces Dashiell Hammet. Éste debió hacer un guión más crudo y con menos discursitos, más directo a los hechos. Así que la Hellman le añadió algunas escenas para justificar el "hecho", y ahí creo que es donde pierde la película. Vale, encaminar un metraje a un hecho controvertido puede resultar, pero tanto discurso justificativo paradójicamente hecha a perder algo el discurso del filme.

La Hays Office elevó su protesta. Y la Hellman, porque a Hammet seguramente ya se la traía al pairo si le habían pagado, alegó que sí era aceptable moralmente el "hecho", ya que estaban en tiempos de guerra. Como era una película de propaganda se salió con la suya, e incluso al protagonista, Paul Lukas, le dieron el Oscar por su actuación, y fue elegida para una exhibición benéfica con la presencia del presidente Roosevelt. Curiosamente Lillian Hellman escribió la obra en 1939, antes de estallar la guerra...

Evidentemente el tal Obayashi dirigió esta película beodo perdido. Ni dominio de la técnica ni leches. Unos lingotazos antes de ir al rodaje y hala, sobre la marcha.

El guión el segundo día lo debió tirar por el retrete. Bah, da igual, a dar rienda suelta a las aficiones paidófilas tan extendidas por Nipolandia; un poco de psicodelia setentera; a las muchachas las llamo lo primero que se me pasa por la cabeza: Mac, Kung Fu y Fanta; mezclo a Heidi y el mago de Oz con un poco de cutre-gore; y le pongo una banda sonora de sólo UN acorde.

Pero lo curioso es que la chorrada tiene su encanto. Debe ser porque casi todos los directores japos ruedan sobrios, y francamente la mayoría de sus películas son una porquería.

Así que desde aquí propongo que en las escuelas cinematográficas niponas sirvan sake a granel. Las películas serán igual de malas, pero al menos darán para unas risas.

En realidad la película tiene su encanto, con esos colorines cincuenteros y esos efectos sonoros en plan fiuuu fiuuu que tienen su punto. Incluso ese robot sacado de la Guía Michelín es un primor, te sirve menú a la carta y todo.

"Planeta prohibido" la vi de renacuajo y me pareció un tostón. Igual es porque hay poca acción y el argumento pseudocientífico me la sudaba.

Bien, pues vista ahora no me parece tan rollo patatero, pero la manida solución "hace tropecientos mil millones de años habitaban en este planeta unos seres tropecientos mil millones de veces más inteligentes que nosotros", ya cansa un poco.

Porque:

a) Si son tan inteligentes, ¿por qué en estas películas es el ser humano el que descubre esta civilización y no al revés?

b) ¿Por qué no hay películas (igual sí, pero ahora no caigo) en el que se descubren en otros planetas extraterrestres subnormales? De las pocas que son gilipollas está la reciente "District 9", pero incomprensiblemente cae en el mismo error pero a la inversa, y nos visitan ellos.

c) Si son tan inteligentes y tan guays, ¿no nos visitan porque son tímidos?

En fin, unas preguntitas tan entretenidas y estúpidas como esta peliculilla.

Un primer tercio tan solo interesante como corto de terror da paso a dos tercios de cero mondo y lirondo.

Si tienes poco que contar, pues cuenta poco. Pero si no tienes nada que contar, pues quédate en casita y no seas cansino.

Ah, ¿qué has ido a una escuela de cine y quieres mostrarnos todas las técnicas chupiguays que has aprendido ahí? Pues farda con tus amiguetes; pero para expresarte en cualquier lenguaje, literario, pictórico o cinematográfico, primero hay que tener algo que expresar. Algo. Lo que sea.

Y a tal generación, tal cine. O sea, la nada.

El rollo va de una adaptación de la novela de Julio Verne, novela que sé de qué va pero no he leído.

Y más vale que la lea, que esto de ver una película checoslovaca subtitulada en inglés es una tortura china.

Pero lo peor no es eso, sino que aún no me he enterado si es un filme en blanco y negro, a color, sepia, asalmonada o qué. Ni idea, es todo como mustio y descolorido. Tampoco me he enterado mucho si aparte de los personajes, lo demás es cartón piedra, Stop Motion, Recorta y Pega, o los juguetes del hijo del director.

Encima salen ingleses, franceses, españoles y árabes. Pero como todos hablan en checo en plan "riski ligtomya seper titaya" menos a los moros de la morería los demás aún no tengo claro a qué nacionalidad pertenecen.

Los toques de humor no los he pillado. No sé si porque el humor checoslovaco no está a mi alcance, o porque la traducción inglesa le hacía perder la gracia.

Total, que al final todo se queda en una de esas películas raras de cojones, que ni idea si no he sabido disfrutar de su ruptura de estilo, de su mezcla de géneros, o sencillamente es otra chorrada que pueda poner a parir sin cargo de conciencia.

¡Y yo qué sé!

Es curioso que califique como interesante una película sobre un tema que me interesa un pimiento. Porque vale, a uno le puede interesar el Facebook... ¿pero cómo se construyó a quién diablos le puede interesar? En la sala había chavales facebookeros totales que por sus caras a la salida creo que se debieron llevar un chasco, y aburrirse más que un beduino en Siberia.

Pero

Si el guión es brillante.
Si la dirección está lograda.
Si lo que cuenta me importa una mierda.
Si refleja muy bien como es el mundo actual.

Ergo

¿El mundo actual me importa una mierda?