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Críticas ordenadas por:
Disturbia
Disturbia (2007)
  • 5,8
    15.777
  • Estados Unidos D.J. Caruso
  • Shia LaBeouf, Sarah Roemer, Carrie-Anne Moss ...
4
Sin rastro de Hitchcock
‘Disturbia’ nacía única y exclusivamente para saciar hormonas desbocadas hasta que una mente privilegiada no titubeó al compararla con ‘La ventana indiscreta’ de Hitchcock. Para entendernos, es como relacionar ‘High school musical’ con ‘Grease’ o ‘Liberad a Willy’ con ‘Tiburón’, es decir un auténtico bochorno. No es por desmerecer a ninguna de las primeras, pero es evidente que el esfuerzo creativo que conlleva la realización de las segundas es meritoriamente más elevado. De ahí que la comparación no haga sino indignar al público que esperaba una revisión del clásico de misterio pero que finalmente se encuentra con una clásica película para adolescentes.

Ipods, youtubes y Xboxs pueblan el filme sin ningún rubor, signo inequívoco de hacia donde van los tiros. Por si fuera poco evidente, la supuesta adaptación de ‘La ventana indiscreta’ reduce la edad de James Stewart a los dieciséis años, sustituye la cámara reflex por una moderna videocámara y añade un compañero molón y una tía buena al pastel para alejarse por completo de cualquier similitud con la obra de Hitchcock. Ni siquiera el discurrir de ambos filmes tiene semejanzas. La primera mitad de ‘Disturbia’, exceptuando el espectacular arranque, alarga los preliminares hasta tal extremo que resulta lenta e indigerible. La otra mitad ofrece lo que se esperaba. Tensión hasta el último minuto a golpe de banda sonora con los evidentes sobresaltos de por medio. Pero sobre todo una trama tan simple que bien puede resumirse, sin miedo a hacer spoiler, en su propio eslogan: “todo asesino vive cerca de alguien”. Eso es todo.
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26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un corazón invencible
Un corazón invencible (2007)
  • 6,0
    3.510
  • Estados Unidos Michael Winterbottom
  • Angelina Jolie, Dan Futterman, Will Patton ...
5
Camino a los Oscar de Angelina Jolie
Me imagino la escena. Brangelina, en la calidez de su hogar, planificando el encumbramiento de la mujer de labios carnosos y carrera difusa. Brad Pitt, con el poder que otorgan las sagas ludópatas de su amigo Soderbergh planea la estrategia a seguir. Ya es hora de que su mujer abandone el lastre de Lara Croft y las portadas amarillistas para recuperar el camino de ‘Inocencia interrumpida’ y labrarse un hueco en la meca del cine. La Academia es fácil de convencer. Sólo hace falta una leve transformación física y una escena que encaje a la perfección en el vídeo previo al ‘and the oscar goes to’ para acercarse a la gloria dorada. Si además, viene regado con un mensaje de lo más progresista y discordante con el modus vivendi de todo el que pisa la alfombra roja, mucho mejor para las conciencias de todos (véase Julia Roberts con Erin Brockovich).

Que mejor que un plan B en forma de productora independiente y un colega todavía menos dependiente que Michael Winterbottom para diseñar un filme a medida del objetivo marcado. Brad Pitt decidió echar mano al bolsillo y a las neuronas. Llegó a la conclusión que, para seguir la estela humanitaria y solidaria que los caracteriza en los últimos años (lejos quedan los derroches de peluquería de Jennifer Aniston y todo aquél pijerío cegador), el filme debía ser igualmente comprometido. Y nada más comprometedor que el 11S y sus consecuencias para desmarcarse de una industria del espectáculo con una fuerte tendencia a la amnesia.

Si el objetivo de ‘Un corazón invencible’ fuera acercarnos a la realidad de un país islámico como Pakistan o transmitirnos el mensaje de entendimiento entre culturas que profesa la mujer en la que se basa la película, Mariane Pearl, entonces sí alabaría las buenas intenciones de Brangelina. Sin embargo, cuando toda la película está basada en las pesquisas previas al fatal desenlace, entre una maraña de nombres, contactos y pistas, con el único objeto de llegar a una escena, la del lucimiento artístico de una actriz, se desmorona por completo cualquier atisbo de altruismo. Esa escena, la escena, destruye cualquier otra intención artística del filme. Ni la estética documental, ni la fotografía, ni el apego fiel a la realidad merecen crédito cuando el filme se construye alrededor de una sola escena.

Pero, ¿cuál es esa famosa escena? –se preguntarán-. Es tan fácil imaginarlo, conociendo la historia que relata, como la interpretación que podríamos esperar. Sin restarle mérito, uno imagina la cantidad de tomas que debió necesitar Angelina Jolie para lograr ese momento clímax del filme tan duro y desgarrador, aunque a su vez tan calculado y frío. Ese momento que puede conducirla directamente a las primeras filas del Kodak Theatre el próximo febrero, pero que hace de ‘Un corazón invencible’ un filme con trampa.
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11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Death Proof
Death Proof (2007)
  • 6,6
    59.782
  • Estados Unidos Quentin Tarantino
  • Kurt Russell, Rosario Dawson, Vanessa Ferlito ...
4
Disfrazando de homenaje el vacío de ideas
Tarantino ha querido con esta película rendir un homenaje a las mujeres (además de a la serie B) mostrándolas a su gusto y semejanza, es decir, rudas, bastas y garrulas. Consigue más bien lo contrario, pues viéndolas actuar, uno llega a la conclusión que la mujer para triunfar debe comportarse con la misma brutalidad con la que los hombres vienen resolviendo los problemas desde tiempos inmemorables. Prueba de ello es que cualquiera de los diálogos que escupen las féminas a lo largo del metraje podría salir perfectamente de la boca de Travolta o Samuel L. Jackson en Pulp Fiction. Por lo tanto, de homenaje nada. Más bien un corta y pega entre géneros.

Si en la obra fetiche del peculiar director, los diálogos derrochaban ingenio y agudeza, en esta ocasión ambas virtudes brillan por su ausencia. Las larguísimas charlas que mantienen las protagonistas, vacías e intrascendentes en la mayoría de los casos, provocan más de un bostezo en una película en la que el argumento tampoco es precisamente para tirar cohetes. Y no valen excusas como las que justifican que estamos ante un homenaje a los filmes de serie B. Death proof es directamente un filme de serie B. Viniendo de alguien que dejó el listón por las nubes con Kill Bill, eso solo puede equivaler a batacazo en la filmografía de un notable director.

En la apuesta formal vuelve a radicar la originalidad de una producción de Tarantino, sólo que en esta ocasión es su única baza. Aún así, cuando el paso del color al blanco y negro o la sugerencia de una buenísima banda sonora ya son marca de la casa, uno espera algo más que cuatro efectos de desgastado en el fotograma para quedar realmente impactado. Dominadas la mayoría por el bla bla bla, solo una escena destaca por encima del resto. El choque frontal entre el coche del psicópata especialista Mike (Tarantino vuelve a acertar en la revitalización de viejas glorias, en este caso con el olvidadísimo Kurt Russell) y sus cuatro víctimas podría erigirse en la escena de acción más impactante del año.

Por lo demás, ni el sugerente baile de Rosario Dawson llega a los tobillos de Uma Thurman y John Travolta ni la trepidante persecución final en coche culmina en un desenlace tan brillante como el de Kill Bill. En definitiva, el capítulo especial de final de temporada que Quentin Tarantino rodó para CSI aportó más a su carrera que esta Death proof, en mi opinión, hipervalorada por la crítica. La película solo pasará a la historia por formar parte de una singular propuesta comercial en forma de programa doble. Al menos así fue en Estados Unidos, donde el fracaso en taquilla de Grindhouse ha sido estrepitoso. A nuestro país llegaron por separado, para bien mío y supongo que para el de Robert Rodríguez. Tras una película que se hace larga, ¿quién es capaz de empezar otra con iguales perspectivas? Yo, desde luego, no.
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5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ratatouille
Ratatouille (2007)
  • 7,3
    100.784
  • Estados Unidos Brad Bird
  • Animación, (Voz: Patton Oswalt, Lou Romano) ...
8
El regreso de Pixar a la alta cocina
Temimos con la inauguración del matrimonio entre Pixar y Disney un descenso de la creatividad a la que nos tenían acostumbrados los chicos de John Lasseter. ‘Cars’, el primer fruto de la unión, se acercaba peligrosamente a la moralina del gigante de la fantasía y se alejaba de la frescura y el ingenio de los creadores de ‘Toy Story’. Con ‘Ratatouille’, por suerte, avanzamos unos pasos más hacia delante respecto a la última creación de Pixar a tener en cuenta, la particular visión que sobre los superhéroes ofrece ‘Los increíbles’.

La película narra las peripecias de Remy, una rata con el sentido olfativo suficiente como para convertirse en una gran chef y que tiene como principal referente al cocinero francés Gusteau, recientemente fallecido. Tras perder a su manada en el sistema de alcantarillado de París, Remy encuentra la mejor forma de hacer realidad su complicado sueño, un torpe aprendiz llamado Languini, al que teledirigirá a través de sus mechones desde el interior de su gorro de chef. Pero aún así, no lo tendrá nada fácil. Además de la torpeza de su discípulo, la rata tendrá que enfrentarse a Skinner, el nuevo y codicioso cocinero que sustituye a Gusteau en el restaurante.

Skinner es precisamente un claro ejemplo de la vuelta a los orígenes que supone ‘Ratatouille’. Supone el retorno a los personajes secundarios carismáticos y brillantes como en su momento fue la Edna Mode de ‘Los increíbles’. Personajes que aprovechan el potencial de la animación para lograr caracterizaciones imposibles en seres humanos. Otro ejemplo lo encontramos en Ego, el crítico gastronómico más temido en París, cuyos ácidos comentarios y sus reflexiones sobre el mundo de la crítica manifiestan el alto nivel de un guión difícil de encontrar en tantísimos filmes con personas de carne y hueso. Su reflexión final sobre la labor de los críticos, inteligente y cierta como ella sola, nos advierte de que no estamos precisamente ante una película infantil.

‘Ratatouille’ recoge y mejora todas las técnicas de animación y de guión que lleva cosechando Pixar desde su creación, véase grandes dosis de humor inteligente y secuencias de acción minuciosamente pensadas. No se le escapan algunos pequeños contagios típicamente disneynianos, como alguna que otra moraleja o la presencia de un personaje insertado con calzador para divertir a los más pequeños, en este caso el hermano rata del protagonista. Pero son meras anécdotas para contentar a la casa madre que apenas afectan al desarrollo del filme. Un filme que nos vuelve a reconciliar con el cine de animación.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transformers
Transformers (2007)
  • 5,7
    54.937
  • Estados Unidos Michael Bay
  • Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel ...
6
De Transformers, juguetes y sonotones
Puedo asegurar que el índice de decibelios de esta última chaladura de Spielberg supera con creces el recomendado por la Unión Europea para todo un año. Hasta el punto que el Dolby Surround se convierte en tu peor enemigo, originando temblores y ráfagas de viento por toda la sala. Ruido, ensordecedor ruido, es lo que nos depara esta gigantesca producción veraniega creada para reventar taquillas. Y lo consigue. En su primera semana ha recaudado más de 150 millones de dólares en Estados Unidos, convirtiéndose en el mejor taquillazo del verano no correspondiente a ninguna saga, que ya es mucho pedir en un año marcado por terceras de piratas, spidermans, oceans y shreks.

A pesar de todo, he de decir que me gustó ‘Transformers’. Si bien sobra más de media hora de película centrada en caóticas y grandilocuentes batallas entre los Autobots y los Decepticons, se le ha de conceder el mérito de aportar grandes dosis de humor a un argumento que ya de por sí es de risa y que no hace falta ni destacar. La presencia de los robots buenos en la casa del protagonista es probablemente la mejor escena de la película, con la actuación de unos padres más histéricos por los destrozos en su jardín y las tendencias masturbatorias de su hijo que por la llegada del FBI a su hogar.

Todos los secundarios son de lujo. Desde el vendedor de coches de segunda mano y su educada madre al mismísimo perro lisiado, pasando por el ‘hacker’ negro y su primo practicando baile con la PlayStation. Todos aportan su chispa a la película y acompañan a un protagonista espléndido en sí mismo. Ni Optimus Prime ni Megatron ni otras chatarras de tres al cuarto. Shia LaBeouf es el gran acierto de ‘Transformers’. Aunque su filmografía no es para tirar cohetes (‘Yo, robot’, la segunda parte de ‘Los ángeles de Charlie’, etcétera), su cometido en una superproducción como esta es más que digno. Corría el peligro de verse engullido por el protagonismo de esas horribles máquinas y finalmente, si algo queda es su papel de adolescente hiperactivo.

Por lo demás, ‘Transformers’ va avanzando entre personajes más o menos imprescindibles sin lograr unir de forma coherente la trama de los militares en Qatar, la de los jóvenes informáticos en el Pentágono y la del protagonista y sus hormonas. Todo ello hasta culminar en un desenlace desmesurado en todos los aspectos. Demasiados minutos, demasiada gente, demasiada música (las películas de Michael Bay destacan más por su machacona banda sonora que por su talento), demasiado ruido, en definitiva.

Un capricho de dos niños adultos con pasta que puede sentar un terrible precedente. Si los de Disney lograron hacer de una atracción toda una saga de piratas caribeños, ¿Quién nos asegura que el día de mañana no acudamos en masa para ver las nuevas aventuras de ‘Playmobil’, ‘Barbie & ken’ o los mismísimos ‘Pin & Pon’? Tiempo al tiempo. Si casi logran que llore por un amasijo de hierros, ¿qué no harán con mi querido ‘Mr. Potato’?
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10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocean's 13 (Ocean's Thirteen)
Ocean's 13 (Ocean's Thirteen) (2007)
  • 6,2
    56.117
  • Estados Unidos Steven Soderbergh
  • George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon ...
5
No hagan más juego, señores
Tras el estrepitoso bajón cualitativo de la segunda parte, parecía imposible pensar en una tercera. Pero viendo la fórmula del producto, no resulta descabellado imaginarse cuarenta secuelas más, tantas como casinos tiene el boulevard de Las Vegas. Tan sólo queda rogarle a este grupillo de amiguetes que echen el freno de una vez o que, al menos, destinen a la pequeña pantalla una saga más propia de serial que de filmes con entidad propia.

El planteamiento, nudo y desenlace de las tres películas es prácticamente idéntico. De ahí su parecido a la estructura episódica de series como CSI o Sin rastro. En este caso, no les desvelo nada si les digo que la cosa va de robar una millonada a un excéntrico ricachón (planteamiento), de reunir a la cuadrilla de especialistas en diferentes fases del proceso usurpatorio (nudo) y finalmente de apropiarse elegantemente del botín (desenlace). La única abismal diferencia es que en esta ocasión Julia Roberts y Catherine Zeta-Jones se han desmarcado de tan repetitivo e insensato proyecto, demostrando más inteligencia que sus equivalentes en belleza George Clooney y Brad Pitt.

La entrada en juego de Al Pacino parecía una buena excusa para tragarse un engendro de fórmula agotada como este. De hecho, es de agradecer su presencia ante tanta postura y mirada artificiales de sus rivales masculinos. Brad Pitt luce como nadie los trajes y complementos que se llevarán la temporada que viene, mientras George Clooney ensaya semblantes para sus próximos ‘spots’ televisivos. Todo menos actuar. El actor de ‘El Padrino’ al menos se gana el pan como buenamente puede asumiendo con seriedad un producto que hasta el mismísimo director se toma a guasa.

Todo, hasta el diseño del inexistente casino Bank en el que se desarrolla la película, parece una parodia de lo que en su día fue ‘Ocean’s eleven’, una excelente y entretenida película con un brillante plantel de actores y unos impecables montaje y puesta en escena. Lo que en su momento fue una baza ganadora, hoy parece jugar en su contra. El montaje, desordenado, aleatorio y rutinario, coloca a cualquier videoclip musical medio en un estadio muy superior. La omnipresencia de una banda sonora cargante y machacona satura los oídos de un espectador ya de por sí agotado visualmente ante el frenético ritmo de los planos.

Por si fuera poco, el argumento se torna del todo inverosímil. Resulta que la cuadrilla de ladrones realiza todo su despliegue tan sólo para vengar el honor de uno de los socios. Y el plan incluye, entre otras realistas actuaciones, el uso de una tuneladora por las entrañas de Las Vegas para que provoque el colapso del sistema informático más seguro del mundo. Si a esto le sumamos un Brad Pitt disfrazado de científico hippy, una Ellen Barkin acompañada de unas tetas 30 años más jóvenes y un Matt Damon con nariz de Pinocho, obtendremos como resultado lo que en definitiva es ‘Ocean’s thirteen’: una caricatura.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zodiac
Zodiac (2007)
  • 6,8
    70.015
  • Estados Unidos David Fincher
  • Jake Gyllenhaal, Robert Downey Jr., Mark Ruffalo ...
9
Caprichos del zodíaco
Si Zodiac contemplara la película que sobre sus pecados ha ideado David Fincher se sentiría tremendamente orgulloso. El filme plasma de forma meticulosa, con absoluta rigurosidad, cómo tres hombres vivieron obsesionados por darle alcance. Pero de lo que sin duda podría sentirse satisfecho este asesino en serie es de ver finalmente en pantalla sus proezas criminales. Un logro mayúsculo para alguien con tantas ganas de que alguien lo inmortalizara en forma de celuloide.

Pues bien, ese alguien ha resultado ser David Fincher, director de la inimitable pero ampliamente imitada Seven. Con semejante precedente y con un material como el que ofrecía Zodiac, podía preverse por dónde irían los tiros. Trama inquietante, puesta en escena sórdida y oscura, grandes dosis de suspense, miedo, terror. Algo que el director norteamericano domina con maestría y soltura, pero que de tantas veces clonado corría el riesgo de provocar empacho.

Consciente de ello, Fincher decidió invertir parte de los cinco años que ha permanecido fuera de la realización en investigar a fondo el caso de Zodiac, asesino real que había formado parte de su infancia en San Francisco, cuando aterrorizó a toda la ciudad con la amenaza de disparar contra un autobús escolar. Y en vez de recrearse en la atmósfera siniestra de cada uno de los asesinatos prefirió centrar la historia en la obsesión destructiva de un hombre por cazarle.

De esta forma, las escenas se suceden unas con otras a lo largo de los años, décadas, que duró la investigación (todavía permanece abierta en algunas localidades) hasta culminar en un callejón sin salida que, tras dos horas y media de filme, puede llegar a decepcionar al espectador, malacostumbrado como está a los casos cerrados.

Puede que esas dos horas y media vayan decayendo en agobiantes y monótonas pero sin duda es la única forma de plasmar en pantalla la asfixia y la obsesión que vivió el personaje protagonizado por Jake Gyllenhaal, un dibujante del ‘San Francisco Chronicle’ que no paró hasta encajar un complicado rompecabezas. Todo un entramado de pistas, de indicios, que abruman y confunden al espectador, de la misma forma que lo hizo seguramente en aquellos que intervinieron en la investigación.

Esta agonía, sabiamente plasmada, encima viene regada con marca de la casa. Fincher nos vuelve a deleitar con imposibles y bellísimos planos como el que nos acompaña desde lo alto del Golden Gate o el que nos aleja del taxi como escena del crimen. La atmósfera siniestra que comentaba vuelve a estar presente, aunque en menor medida, en tres momentos culminantes del filme. Los faros del coche que se alejan y regresan desde la noche oscura, el retrovisor que refleja la inminencia de un crimen, el sótano de un tétrico exhibidor cinematográfico. Belleza formal que, sumada a la veracidad del relato, acercándolo al periodismo de investigación más puro, conforman un ‘thriller’ que nada tiene que envidiarle al buen cine clásico.
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El novio de mi madre
El novio de mi madre (2006)
  • 4,5
    5.062
  • Estados Unidos Amy Heckerling
  • Michelle Pfeiffer, Paul Rudd, Tracey Ullman ...
2
El desastroso retorno de Michelle
Querida Michelle,

Para cualquiera que no te admire, tu regreso tras cinco años de ausencia puede rozar el catastrofismo. 'El novio de mi madre' es de lejos la peor película que he visto en años. Echo la vista atrás y mi cerebro no logra recordar una bazofia peor definida que esta. Quiere ser una crítica a la superficialidad y al bisturí plástico y termina siendo su mayor paradigma. Quiere hacer reír y su humor, de auténtico ridículo, casi acaba haciendo llorar de vergüenza ajena. Quiere erigirse en comedia romántica con mujer madura y chico joven como protagonistas y el único género al que se acerca peligrosamente es a la tragedia, la que viven en sus propias carnes los espectadores que ven cómo los minutos de metraje se transmutan en inagotables horas.

Buena parte de la culpa la tiene su argumento vacío y la presencia de unos personajes sobreactuados. La serie de televisión para adolescentes de la que tu personaje es la guionista y que pretende ridiculizar el banal mundo televisivo termina siendo más profunda que esta película para mentes en blanco. El novio de mi madre se convierte en un claro ejemplo de lo que pretende parodiar: es nula, es tonta y es ridícula. Lo peor de todo: ni es crítica ni hace gracia.

Tu compañero de reparto es el principal exponente de esto último. ¡Paul Rudd no tiene la más mínima gracia! Es más, la mayor parte del tiempo lo único que genera es odio. Penosas son sus escenas en la pista de baile, sus calculados esfuerzos por parecer ‘guay’ a ojos de un guionista totalmente fuera de la onda, sus pretendidos gags que tu propio personaje compara con los de Ben Stiller y que no hacen sino convertir a este mediocre humorista en el dios de la comedia. Un novio así no lo querría para su madre ni una niña de dos años.

Pero que Paul Rudd haga el ridículo en pantalla me trae sin cuidado. Su currículum es de auténtica pena. Tú, con un pasado glorioso (Los fabulosos Baker Boys, Lady Halcón, Las amistades peligrosas, La edad de la inocencia) no puedes permitirte una mancha en tu expediente de este calibre, y menos tras productos de dudosa calidad como Heredarás la tierra o Historia de lo nuestro.

¿Dónde ha quedado, además, tu singular belleza? Apenas te reconozco tras esa piel artificialmente estirada, tras esos labios proporcionalmente más abultados que tus escuálidas piernas de flamenco, tras esos ojos saltones y desorbitados. Sé que eres tú porque aún conservas esa vena verdosa en tu ojo izquierdo. Es lo único que permanece inalterable al paso del tiempo y a las incisiones del bisturí. Por lo demás voy temiendo tu peligroso acercamiento a gloriosas momias hollywoodienses como Cher o Goldie Hawn, a las que hipócritamente ridiculiza tu desastrosa última película. Vuelve a tu senda, por favor, Michelle.

Siempre tuyo,

polvidal
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30 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
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