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Críticas ordenadas por:
La mujer crucificada
La mujer crucificada (1954)
  • 7,4
    910
  • Japón Kenji Mizoguchi
  • Kinuyo Tanaka, Tomoemon Otani, Yoshiko Kuga ...
5
Las japonesas fuman
Japón. Años 50. Blanco y negro.
Una joven repipi con estudios regresa a casa.
Su casa es una casa.
De citas, claro está.
Regentada por su madre... y la niña no lo puede soportar.
De hecho, en cuanto te despistas, intenta hacerse el salakiri con lo primero que tenga a mano: los palillos para comer fideos, la peineta de un de las chicas, o el bisturí del médico, un señor que completa el triángulo amoroso: madre, hijísima y doctor.

En una escena que no ha usted de perderse, porque no tiene desperdicio, por las calles de aquel Japón de provincias, donde convivía la tradición oriental con el materialismo anglosajón, época de infusiones, fideos y sakes, se ve circular hacia algún balcón nada más y nada menos que a la tuna. Sí, señores, la tuna. Cuatro nipones entonando una extraña versión de "ese lunar que tienes, cielito lindo, junto a la boca". Ya les digo, sin desperdicio.

Pero no es el ir y venir de las putas por los pasillos de su casa, ni el virulento soniquete de la tuna ni, como se deja caer, un viejo desengaño amoroso, lo que causa ese apetito auto homicida en la hijísima, no... la causa, aunque se omita, es el teatro.
El teatro japonés es un pestiño insoportable.
No hay Buda que lo aguante: un grupito de geishas se mueve a 0,2 r.p.m. moviendo sus abanicos, en una coreografía inspirada por Locomía, al descompasado ritmo que tratan de imprimir una zambomba, una pandereta y una flauta desafinada.
Para rajarse las venas varias veces.
Es este el principal motivo de suicidio del esparragoso país insular.

¿Recuerda aquello de "no hay tigre sin olor, ni hortera sin transistor"?
Pues si a usted también le ha regalado Santa Claus una cajita redonda de hojalata, colchonero-nipona, con películas del señor Kenji desperdigadas de manera muy cutre en su acolchado interior, y desea saber en qué estado se encuentra su conocimiento sobre el aclamado director, le invito a que rellene las zonas numeradas de este minitest:

No hay herencia sin disputas,
ni peli de Mizoguchi (1)

No hay ejército sin coronel,
ni peli de Mizoguchi (2)

No hay doce sin patíbulo
ni peli de Mizoguchi (3)

No hay manzano sin manzanas
ni peli de Mizoguchi (4)


No hay amores sin tequieros
ni peli de Mizoguchi (5)



En resumidas cuentas: el decentillo retrato de una no muy lejana sociedad machista y clasicista, de vértices comunes al estilo de Berlanga, al que le falta un hervor para ser digno de uno de los mejores directores del cinematográficamente poderoso país del Sol Naciente.
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13 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
El intendente Sansho
El intendente Sansho (1954)
  • 8,3
    6.139
  • Japón Kenji Mizoguchi
  • Kinuyo Tanaka, Yoshiaki Hanayaki, Kyôko Kagawa ...
9
Los alcances sensoriales de unas imágenes emocionantes.
"Si una persona no siente la caridad, no es una persona.
Incluso ante tu enemigo hay que sentir la caridad".



Te brillarán los ojos al viajar por los hermosos y grises paisajes de su fotografía.
Apretarás los dientes cuando adivines el dibujo del cruel medievo feudal.
Se te encogerá el estómago cuando la katana seccione los tendones.
Se te helará la sangre con la escalofriante escena de las barcas.
Tragarás saliva con su brutal retrato de la injusticia humana.
Se ablandará tu corazón cuando escuches las enseñanzas.
Te marcará la frente como un hierro al rojo vivo.
Te hervirá la sangre como a los campesinos.
Respirarás fuerte al comprender sus elipsis.
Te temblarán las piernas con su música.
Gritarás rabioso contra Sansho Dayu.
Y te levantarás para aplaudir.



“Pero el mundo era mucho más cruel de lo que yo me imaginaba.
De nada sirve la voluntad de una persona.
Al ser humano le son indiferentes las desgracias cuando no le afectan directamente.
La piedad se rinde ante el egoísmo”
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154 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
United 93 (Vuelo 93)
United 93 (Vuelo 93) (2006)
  • 6,7
    20.573
  • Estados Unidos Paul Greengrass
  • Christian Clemenson, Cheyenne Jackson, Ben Sliney ...
6
La nota más alta que se le puede dar a un telefilme.
Es un telefilme, eso no admite discusión. Me da igual que no fuese producida por la CBS o que se estrenase en pantalla grande en medio mundo. Es un telefilme, porque tiene el color de un telefilme. Y punto.

El hecho de no haber visto jamás a uno sólo de los actores en otra película aumenta la credibilidad de los personajes, y por ende, de la historia, sobradamente conocida, por su faceta de actualidad macabra a la par que interesante.

Quiero con esto decir que Nicolas Cage no ocupa asiento en la fila 12, ventanilla, pudiéndose así visionar el filme de un tirón sin sufrir arcadas.

Tiene tensión y ritmo, aunque peca en la mayoría de los aspectos artísticos que requiere el cine como tal, como arte.

Que sí, que entretiene, que cumple su cometido... y es directo, sin pretensiones de grandeza, sin patriotismo facilón ni racista moralina.
Pero es que la verdadera historia ya posee en su interior héroes, sentimentalismo, espectacularidad, trasfondo y épica.
Además, se sabe de antemano quiénes son los buenos y quiénes los malos.

No debe olvidarse, por tanto, a la hora de valorarla, que la película cuenta con la ventaja de que el espectador está en situación antes de que comiencen las letras.
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13 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Galatasaray-Dépor (One day in Europe)
Galatasaray-Dépor (One day in Europe) (2005)
  • 5,4
    851
  • Alemania Hannes Stöhr
  • Megan Gay, Luidmila Tsvetkova, Andrei Sokolov ...
5
Género
Pudiera aceptarse, e inclusive admitirse, el taxonómico ejercicio de catalogar como comedia el filme que nos ocupa, aún pendiente de percepción por parte de mis retinas, mas he de escribir estas líneas por la discrepancia que en mí genera dicha clasificación asignada por los miembros que otorgan y reparten géneros en este portal, pues el acontecimiento que sirve de nexo de unión del tetra-argumental metraje debería ser considerado, sin lugar a dudas, como ciencia ficción, dada la imposibilidad del retorno de Arsenio, al menos en su vertiente fresca y original, a los mandos tácticos de el colectivo internacional, minuciosamente seleccionado, de hombres que conforman un conjunto más o menos conexo, de mayor o menor homogeneidad, con el objetivo principal, no deseado siempre con el mismo empeño, pero sí siempre guarnecido de un mínimo de tesón, de meter la pelotita entre los tres palos.
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4 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El crack
El crack (1981)
  • 7,3
    11.461
  • España José Luis Garci
  • Alfredo Landa, María Casanova, José Bódalo ...
8
La única película española que se puede considerar, con justicia, de género policíaco.
Ver a Alfredo Landa empuñar una pipa y decir "devuélveme el mechero o te quemo los huevos", mientras come un plato combinado en un bar de carretera con las cintas de Bordon 4, Eugenio y Jeannette al fondo, no tiene precio.

Este es el terreno en el que mejor se mueve Garci, a mi parecer: el retrato costumbrista de la España de los 70’s y 80´s. El colegio cántabro de árbitros, Francisco Medina, Ponferrada, La Gran Vía madrileña y una genial partida de mus (la escena más auténtica que creo haber visto jamás en cine), dan pinceladas al lienzo de una sociedad que aún cojeaba con la pata de palo de la dictadura.
Si este fuese el argumento de la película, sería un coñazo, como lo son tantas y tantas obras al respecto. Pero Garci lo utiliza sólo de trasfondo, no es más que la tela rugosa y en blanco del dibujo.

Porque en la película hay policía, prostitución, tabaco, boxeo, armas y, sobre todo ello, un caso. Si hay caso en una peli de detectives, hay guión. Y, generalmente, si hay guión, hay película. No hay más. Lo demás es metralla.

Alfredo Landa resulta meritoriamente convincente en el papel del detective Areta, un investigador privado de esos que salen en las películas, como dice él: “un tipo duro y solitario que trata de sobrevivir en una sociedad podrida gracias a un trabajo sucio”.
Un tipo al que sólo le conmueven su novia, la hija de su novia y Nueva York.

Cuando El Piojo por fin visita Manhattan, su corazón es una roca de hielo y una gélida mirada al Madison “Escuare” Garden es todo lo que Areta puede regalar ya a La Gran Manzana.
Sólo la venganza tiene cabida ahora en su interior.

Por el guiño a Woody Allen, por su ritmo, por el barbero, por Santa Claus patinando en el Rockefeller Center, por los diálogos, por los giros de guión, el tono anaranjado de la época y su melancólica, nostálgica y triste banda sonora,
un 7 alto.
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282 de 304 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuentos de la luna pálida
Cuentos de la luna pálida (1953)
  • 8,2
    9.823
  • Japón Kenji Mizoguchi
  • Machiko Kyô, Mitsuko Mito, Kinuyo Tanaka ...
6
Los horrores de la guerra (a pesar de ser de Mizoguchi, no es una película de chicas Almodóvar)
Vistas ya tres películas de Mizoguchi, voy conociendo y comprendiendo mejor la cultura del Lejano Oriente. Visionadas y revisionadas éstas, puedo por fin sacar dos profundas conclusiones, bien pensadas y reflexionadas, a las que he llegado tras un soberano ejercicio de filosofía, acerca de los nipones:

1. Comen más fideos que arroz.
2. No dan más de diez pasos erguidos sin dejarse caer al suelo para andar a gatas.

Es, supuestamente , “Ugetsu monogatari” la obra maestra de Kenji. A mí, de las tres vistas hasta ahora, es la que menos me gusta, a pesar de tener algunos planos acojonantes, como el de la barca apareciendo y desapareciendo entre la niebla, y una historia más jugosa, amplia y seductora que las otras dos, “Akasen chitai” y “Gion bayashi”.

Juanjo es un campesino japonés, que vive con su mujer e hijo en una aldea japonesa de mala muerte. Tiene por vecina a su hermana, una mujer desesperada con la obsesión de su marido, Tobías, por comprarse un traje de Spider Man.
Juanjo hace cerámica en sus ratos libres, como ocio, y en tiempos de guerra, le sirve como buen negocio.
Un día se acerca con su cuñado a la ciudad a vender en el mercadillo. La cosa funciona y vuelve con regalos para toda la familia.
Pero el ejército de Toshiba acecha. Arrasan los pueblos: roban, violan y matan, en ese orden. Los vecinos están acojonados, y mientras unos se tiran pal monte, otros se largan río arriba.
Total, que de pronto el Juanjo se mete en un berenjenal con una mujer fantasma del pueblo y el Tobías acaba de notable Samurai, cuando consigue comprarse el traje de luces y hacerle la trece catorce a otro compañero, quedándose la cabeza de un enemigo importante., en una escena rodada sobre un escenario de cartón piedra que le prestaron a Mizoguchi los antiguos curas de su colegio para la ocasión.
Y la mujer del Tobías, para variar en las películas de Mizoguchi, se ve obligada a prostituirse.
Cuando Rhett Butler se vuelve a encontrar con Scarlett O'Hara le insinua irónicamente que perdón, se me ha ido la olla.

El tema es que la peli está bien, pero se me atragantan algunas escenas de teatro nipón, se me hacen más largas que un día sin sushi, e incluso ridículas, como la del torpe Juanjo dando bandazos al aire con la katana y tropezándose en plan Pepe Viyuela con todo los muebles de bambú de la casa de la mujer fantasma.

Lo peor del filme, y no porque sea malo, sino porque es difícil de entender para cualquier niño egoísta y malcriado que haya nacido después de la guerra en la Europa Occidental, son los minutos de metraje malgastados en la súplica arrodillada de los personajes humillándose con su buena educación.

De lo mejorcito del filme es el plano del niño dejando el cuenco de cerámica sobre la *. Es realmente hermoso. Hay que verlo.
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52 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los músicos de Gion
Los músicos de Gion (1953)
  • 7,6
    1.229
  • Japón Kenji Mizoguchi
  • Michiyo Kogure, Ayako Wakao, Seizaburô Kawazu ...
7
Sake
Sinopsis:

Eiko es una joven bonita, huérfana reciente de madre, maltratada por su tío e ignorada por su padre. Así que un día hace las maletas y acude a casa de Miyoharu, una geisha amiga de su madre y le ruega que le introduzca en el mundillo.
“Levántate, que vea yo ese cuerpo serrano…”, le dice Miyoharu. "A partir de hoy tu nombre de guerra será Miyoe, en honor a tu maestra", le informa el mayordomo.

Antes de darse cuenta, ya está invitada a una farra en la casa de té. En la fiesta se le calienta el piño y se acaba agarrando un chuzo a sake de tres pares de narices, de modo que terminan llevándola a rastras hasta el sobre. Se desconoce si el mareo es provocado por el sake o por el insufrible baile break a cámara lenta, digno de aquel concurso de Tocata, que dos geishas realizan a dúo durante el festejo con un abanico entre los dientes que, para más INRI, se les cae al suelo.

A pesar de ello, un importante hombre de negocios, gerente de Honda, o de Kawasaki, de nombre Kusuda, Kasuda o Selasuda, no recuerdo bien, le ha echado el ojo a la joven. Y su mejor cliente, Kanzaki, hombre de puesto relevante en el ayuntamiento, se ha enamorado de Miyoharu.

Así que empiezan a ir a fiestas y se hacen famosas. Kanzaki no duerme pensando en Miyoharu, mientras que a Selasuda lo que le va es la jarana. En una escena, de hecho, aparece el señor Kaduka súper chuzo, entre cuatro o cinco geishas, con la camisa por fuera empapada en alcohol y la corbata anudada a la cabeza, jugando a, ojo al dato, ¡piedra, papel o tijera!.

Una cosa lleva a la otra hasta que un día los millonetis las invitan a irse de marcha por Tokio. Allí, la joven Miyoe la lía parda en la fiestuki, pero parda parda, tan parda que le arranca de un ñasco la lengua a Evander Kasuka. Para colmo, tampoco Miyoharu pasa por el aro con el Tarzanaki.

De esta guisa, la reina del barrio, que respondía por ellas, se encarga de que todas las casas de té les hagan el vacío, y Miyoharu y Miyoe se arruinan y pasan hambre desde entonces, presentándose así la eterna disyuntiva de vender el cuerpo para comer, o no vender y morir de hambre.



Opinión:

Se plantea por tanto en el filme esa famosa y polémica cuestión de si las geishas son o no son fulanas, tema clave para el discurrir de la humanidad y que tantas veces ha provocado en mi casa acalorados debates y trifulcas vespertinas.

Mizoguchi nos entrega el dilema narrándolo desde dentro, con conocimiento, pues él lo vivió en primera persona. Y nos lo sirve en blanco y negro, bajo un continuo juego de espejos, ofreciéndonos en bandeja las dos posturas a elegir: claridad u oscuridad, lo tangible o el reflejo, la dura realidad o la mágica ilusión.
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9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
American Gangster
American Gangster (2007)
  • 7,6
    78.233
  • Estados Unidos Ridley Scott
  • Denzel Washington, Russell Crowe, Carla Gugino ...
7
Blaxploitation's not dead?
La antesala.
Denzel Washington es un padrazo en sus películas, un buen americano, podría decirse que casi es blanco. Aquí el espectador ha de creerle en su faceta de despiadado y cruel mafioso, asesino y narco. Para ello, Ridley nos lo presenta quemando a un hombre y llenándole de plomo mientras arde.

Género.
En principio la película tiene los ingredientes perfectos para ser degustada por empalmaos: drogas, agujas, sangre, escopetas, Vietnam...
Pero la ausencia de ese humor adolescente que minimiza el asesinato y abusa del diálogo molón del que tanto gozan los emocionados, la convierte en una película no apta para niñatos cuyos vocablos más utilizados los fines de semana son “flipas”, “mola”, “acojonante” y “muy fuerte”.


Curiosidades.
En el reparto se encuentra Cuba Gooding Jr, y aunque parezca increíble, no dice en ningún momento “señor, sí, señor”.
La actriz que hace de mujer de Frank Lucas es Miss Puerto Rico; el casting es acertado, realista... pues la susodicha es un cayo malayo de la hostia.
Dar el papel de malo a un actor que siempre hizo de buenazo ya no es original.
Mafia italiana, judía, irlandesa, norteamericana, sudamericana, rusa, yugoslava, china, yakuza... y por fin, la mafia negra.

Escenas.
Ya puede dar gracias a Dios el señor Scott, porque si no llegan a ser Frank y su madre los primeros en salir de la iglesia, la escenita grandilocuente del filme se le habría ido al traste.
Muy buena la escena de la bronca matriarcal, con bofetón incluido, corta, directa y sin dramatismos excesivos. La mejor del filme.
Otra muy buena escena es la de Cuba y Denzel metaforizando Coca cola y Blue magic, y en la que ambos tienen su parte de razón.
Es el personaje de Cuba, seguramente, el menos aprovechado del filme, a parte de quedar sin finalizar, que yo recuerde.

Diálogos.
La ex-mujer del gordo seboso que devolvió un millón de dólares sin marcar, le acusa de lavar su conciencia mediante el ejercicio egoísta e hipócrita de comportarse como un policía impecable e incorruptible.
Algo nuevo en las reyertas cinematográficas “policía – ex-mujer”, desde luego.
Sorprende que en un film donde hay mafia y camellos negros no se abuse de la palabra “fuck”.

El final.
Hay que ingerir mucha grasa para tragar el tramo final de sonrisas y palmaditas en la espalda. La historia pedía a gritos que esta parte se omitiese y se hubiese evitado comenzado con un flash back: se abre el telón, y un abogado torpe e introvertido defiende al criminal más poderosos del momento. ¿Por qué?. Letras. Denzel quema a un tío. Letras. Etcétera.
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50 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
La calle de la vergüenza
La calle de la vergüenza (1956)
  • 7,9
    2.439
  • Japón Kenji Mizoguchi
  • Machiko Kyô, Aiko Mimasu, Ayako Wakao ...
7
Burdel, dulce burdel.
LA LUMI NUEVA.
Llega al burdel “La casa de los sueños” un tipejo con una chica. “Levántate, que vea yo ese cuerpo serrano…”, le dice la madame (una señora que fuma), “… mmm… contratada”.
La chica tampoco se entusiasma mucho, es consciente de su valía como mujer objeto, y gasta malos modales (para ser japo): mastica chicle y contonea sus curvas de mujer.

LA MADAME.
Las chicas hacen la calle agresivamente, “oye, guapo” dicen, y agarran a los japonesitos por la solapa, les zarandean, y, si estos pasan, les empujan contra la pared, rebotan y se chocan con las bicicletas aparcadas.
La lumi nueva es joven y guapa (para ser japo) y el dinero le quema en las manos, así que le debe una pasta gansa a la madame, esa señora que fuma, que se pasa el día prestando.

LA LUMI VIEJA
Total, que la nueva le roba un cliente a la vieja del burdel, porque aquel prefiere la carne fresca, y la veterana se pone a llorar. “Que te pasa ahora, a ver…”, le dicen las otras mientras hacen punto, “pues que estoy harta y que me quiero pirar de aquí. Tengo un novio por ahí que he conocido por Internet y que me va a hacer feliz”. “Claro que sí, chica, haces bien, además, que sepas que los yankis dicen que te puedes ir de rositas sin darle ni un duro a la madame”.
Así que el día de la despedida le hacen regalos y la joven, que a parte de puta, es una hijaputa, le regala un billete de tren con la fecha de vuelta abierta. Y así es. A los tres días está de vuelta porque su internauta príncipe azul es un cabronazo que nada más conocerla la pone a coser suelas de chancletas y a llevarle cervezas mientras él se rasca la barriga viendo combates de sumo.

LA LUMI MADRE
A todo esto, el hijo de una de las lumis se acerca a la ciudad a visitar a su madre sin avisar y claro, la ve zarandeando hombres por la solapa y el chaval flipa. Se mosquea, y se va de casa a currar en una fábrica. La madre llama todos los días al jefe para darle las gracias y, aunque se omite, se supone que el jefe se acaba haciendo el sayamuri ese, o como se diga. Total que un día se planta en la fábrica y el hijo reniega de ella como si renegase del mismo diablo. La pobre mujer se queda en shock y pasa el resto de sus días como mortal cantando canciones populares con la mirada perdida en el infinito.

LA LUMI LISTA
Mientras tanto, una de las chicas, más lista que el hambre (para ser japo), se dedica a saquear a los puteros con el viejo truco del hermanito enfermo, y acaba montando un negocio de alquiler de sábanas para putiferios, o algo así. El dueño y la madame, esa señora que fuma, le compran trapos porque no son rencorosos.

EL DUEÑO
Y es que el dueño parece un buen hombre (para ser japo), y no se cansa de repetir a sus chicas que sólo él vela por ellas y por su salud. Así que nada, buena gente y buen rollo.
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20 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres padrinos
Tres padrinos (1948)
  • 6,9
    2.751
  • Estados Unidos John Ford
  • John Wayne, Pedro Armendáriz, Harry Carey Jr. ...
8
En estas fechas tan señaladas...
... es acertado opinar sobre este western, cuyos principales logros son:

· Es el único cuento navideño sin Santa Claus ni árbol de navidad.
· Es la película que más sed me ha dado.
· Contiene una de las mejores escenas del cine de la historia (la llegada al pueblo, tomando café con un agradable matrimonio).
· Tiene un reparto perfecto.
· Aparece un niño y no da asco.
· Juegan al ajedrez y no dicen "jaque mate" como si fuese una gran frase cinematográfica.
· Pedro Armendáriz monta muy bien a caballo.
· Se roba un banco y no te dan la brasa con "el plan".
· Robert.
· Robert William.
· Robert William Pedro.
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89 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
El padrino. Parte III
El padrino. Parte III (1990)
  • 7,8
    75.693
  • Estados Unidos Francis Ford Coppola
  • Al Pacino, Diane Keaton, Talia Shire ...
6
Herodes
Se conserva la estética, pero se pierde todo lo demás.
La familia emborrona, con un mediocre punto final, La Saga de La Familia.
Primero fue Nino, luego Nino con Carmine y definitivamente, Carmine. Una falta de respeto hacia el difunto total.
Supongo que la decadencia en calidad del producto no es respaldada por el colectivo Filosofía*
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24 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
El padrino
El padrino (1972)
  • 9,0
    175.521
  • Estados Unidos Francis Ford Coppola
  • Marlon Brando, Al Pacino, James Caan ...
9
Isaac.
- Procura que estén limpios, porque se van a quedar por una temporada.
- Están limpios, dicen que han exterminado todos los bichos
- Exterminado (jajaja)... vaya una palabra... ¿oyes lo que dice? ¡Cuidado, no te exterminemos a ti!
- Hombre, eso tiene gracia
- ¿Gracia? ¡Tu madre!
- Para por aquí, voy a orinar.
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39 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
El padrino. Parte II
El padrino. Parte II (1974)
  • 8,9
    140.194
  • Estados Unidos Francis Ford Coppola
  • Al Pacino, Robert De Niro, Diane Keaton ...
9
Caín
Hail Mary, full of grace...
the Lord is with thee.
Blessed are thou amongst women.
Blessed is the fruit of thy womb, Jesus.
Holy Mary, Mother of God, pray for us sinners ...
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39 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
El apartamento
El apartamento (1960)
  • 8,4
    82.447
  • Estados Unidos Billy Wilder
  • Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray ...
9
Grandes géneros(II). La Oficina.
Esta modesta colección de géneros, muy personal, pide a gritos una definición.

No es el género de oficinas un género oficial, de hecho puede que sólo exista como tal en mi cabeza, donde este término se define más o menos del siguiente modo:
“dícese de uno de los elementos o clases en los que se divide el conjunto global de las películas de cine, según su temática, clasificados bajo los parámetros de localización e hilo argumental, que contienen, a su vez, dos o más películas en su haber, pudiendo formar parte éstas de otro elemento distinto del conjunto”.

Nótese que no se cumplen, según esta definición, ni la propiedad de unicidad ni la de exclusión.

La localización de las películas del género que nos ocupa es obvia.
En cuanto a la tensión argumental, se pueden distinguir principalmente las siguientes características:
• jefe (a veces cabrón, y a veces no).
• empleado pelota e hipócrita
• secretaria
• empleado protagonista (a veces victimista y a veces no).
• puñaladas traperas, pisotones y zancadillas para lograr un ascenso.
• desahogo tras la jornada laboral (generalmente en el bar).

Se disfrazan bajo estas coordenadas aspectos propios del ente humano como son la envidia, la traición, el deseo sexual, la ambición, el ingenio o la falta de escrúpulos.
Estos fuerzan inconscientemente una obligada buena labor de selección de casting, unas convincentes interpretaciones, una historia interesante reflejada en un necesario buen guión y una, mejor aún, dirección que consiguen inevitablemente que el relato fluya bajo la batuta de la sutilidad en el empleo de recursos como las miradas, el trato de la tecnología como amiga/enemiga del ser humano (ordenadores, teléfonos, ascensores…) y los diálogos punzantes.

Tal vez sea esta austeridad de medios emotivos la que empuje a las películas del género a usar la imaginación y laborar por el buen camino.

El Apartamento puede ser perfectamente el elemento representativo que conforme la base de este género que incluye, entre otros, filmes como The Informer, All the President's Men, The Hudsucker Proxy o While the City Sleeps.
No es comedia, aunque se trate con humor; no es drama, aunque éste esté presente en el metraje (¿y en qué film no lo está?); es, sencillamente, el retrato y el reflejo de ese mundo empresarial que tan profundamente ha influido en las directrices de la sociedad occidental de los siglos XX y XXI.

Lemmon y MacLaine demuestran la propiedad de casting e interpretación con sendos trabajos memorables. Unos planos, iluminación y fotografía exquisitos, unos diálogos ingeniosos y un ritmo frenético, aderezados con algunas escenas míticas, como la de Jack Lemmon bailando con la chuza, y unos secundarios de lujo como MacMurray o los vecinos, terminan por convertir a esta inocente película en una brutal obra maestra.
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40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
El crepúsculo de los dioses
El crepúsculo de los dioses (1950)
  • 8,5
    47.818
  • Estados Unidos Billy Wilder
  • William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim ...
3
El bordillo.
Así que es esta la mejor película de la primera mitad del siglo pasado, por debajo tan sólo de "Luces de la ciudad".
¿?

Hace ya algún tiempo que dejé de devorar esas cintas que se denominan mitos, grandes clásicos o piedras angulares del cine.

La absurda intención de este algoritmo de repulsión a las supuestas obras maestras no es otra que la de subsistencia sensorial. Estos, en principio, grandes filmes, son víveres en forma de sensaciones para el amante del cine clásico si se reciclan impolutos, vírgenes: sin estrenar.

Frente a este chorreo de acción absurda, diálogos infantiles, guiones chamuscados, dramas babosones, humor chabacano, ramplonas interpretaciones, direcciones mediocres, música benidormiana, elásticos finales, engañosos guiños, previsibles moralejas, vacíos contenidos, mensajes vulgares y patéticos intentos de originalidad, que empapa el cine actual, tan sólo se me ocurre el truquillo descrito un poco más arriba, para reavivar, de vez en cuando, la más fuerte de las sensaciones que el supuesto séptimo arte puede en uno producir, es decir, la de introducir por la vista y el oído (de momento) emociones intangibles e invisibles mediante el movimiento inteligente de imágenes que en ardua labor licuan en luz algunos aspectos de los infinitos que la vida abarca.

Un comienzo espectacular, con la voz de ese señor que, en los 40 y los 50, informaba a sus contemporáneos de forma sublime, majestuosa y solemne, que aunque en el bordillo de la acera se lea Sunset Boulevard, para nosotros la peli es "El Crepúsculo de los Dioses", enunciado este título con una inclinación, una gravedad y un tono sólo al alcance de los elegidos.

Pasamos inmediatamente a uno de los mejores planos jamás filmado, bajo el agua, enfocando el cadáver de un hombre que es fotografiado por detrás por un círculo de señores con gorra, porra y uniforme.
Uno no puede hacer otra cosa que no sea encajarse en la butaca, y abrir los ojos para engullir con desmesura todo lo que el señor Wilder muestre en la pantalla.

Pero pasados los minutos, la cinta decae en un cuento que a mí, particularmente, siempre me ha importado poco: el de las viejas divas, las divas viejas, que esconden su edad en fantasías... la conocida piterpanidad.
Norma Desmond o Marujita Díaz, qué más da.
Michael Jackson.
Sí, Sarita, sí... te besó Gary Cooper... ¡qué brasa!, de verdad... además, te besó en la barbilla. (La ósea; no la vellosa)
Y El Fary se tiró a Ava Gardner. Pues muy bien.

Otra cosa. No me gustan las hombreras de los trajes de época, como la que lucía Ford en Gilda o Stewart en Historias de Filadelfia. Sólo las luce con gracia David Byrne.

Tampoco me suelen hacer gracia las películas de "cine dentro del cine". No sé la razón, pero sé que no me convencen. Y eso que en la película se encuentran algunos de los detalles más sombríos sobre el mundo del cine y los cameos más nostálgicamente crudos de la historia del cine, pero...
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62 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
Misery
Misery (1990)
  • 7,5
    41.883
  • Estados Unidos Rob Reiner
  • Kathy Bates, James Caan, Frances Sternhagen ...
7
El suspense en los 80/90, por lo menos, se dejaba ver.
Y es que a pesar de tener que aguantar que el picaporte se desencaje, el coche no arranque o la mano del prota no alcance las tijeras/instrumento afilado de rigor, en fin, todos esos tópicos cansinos que llevan torturando mi retina desde que los gremlins se mojaron en agua, películas como la que nos ocupa, La mano que mece la cuna o Atracción Fatal, son thrillers que aun habiéndose alimentado casi exclusivamente del gordito Alfredo, Escalofrío en la noche
y las novelas de bolsillo al respecto, se dejan visionar sin que apenas te levantes más de un par de veces a la nevera.

La gorda que se hinchó a tomates fritos dos años después, no está demasiado histriónica y termina cumpliendo su función con creces.
El vástago de Don Vito que murió acribillado en un peaje, hace uso de unas fornidas tablas, que ya quisiera para sí el mismo Montesdeoca, para acabar cumpliendo, con creces, su función.

Una fotografía adecuada y una música acertada logran audiovisualizar la tensión que llevan impregnadas en sus páginas las novelas de Stephen King, algo que debe ser ciertamente meritorio si se observa el numeroso elenco de fallidas adaptaciones cinematográficas de las historias de este señor.

Total, que entre Estebican, Caterina, Jaimito, Berto, Marquitos y Bernardino, aunando esfuerzos (no muchos) consiguen realizar un producto decente que no pasará a la historia, pero que sí se puede tener en la deuvedeteca particular.
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25 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
La caza
La caza (1966)
  • 7,5
    8.346
  • España Carlos Saura
  • Ismael Merlo, Alfredo Mayo, José María Prada ...
8
Una crítica política sobre esta política de crítica.
Sí señor: esa España de odios y envidias, no sólo sigue viva y ha vuelto a salir de la alcoba; es que crece cada día, y lo hace gozosa, llenándose la boca de faltas y reproches ni reflexionados ni fundamentados, por el mero hecho de bravuconear, entregándose el individuo a una de las pocas opciones que se le ofrecen, frente a un contrario que no es más que un ente, en cuanto a que está creado a partir del odio a tus ideas, igual que tú a partir del odio a las suyas… un frontón sin pared de fondo.

Tal vez sin querer, y sin ser adaptación a ninguna de sus novelas, comparte esta película de Saura la estructura y sequedad de la literatura de Don Miguel, el más grande. Y no hablo de ese de Alcalá de Henares, hablo del de Vallalodid, y se nota porque es dialogando, con palabras y miradas, como se retratan los personajes y a esto añade Saura los silencios para dibujar también sus mezquindades…
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59 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
[•REC]
[•REC] (2007)
  • 6,6
    86.830
  • España Jaume Balagueró, Paco Plaza
  • Manuela Velasco, Ferrán Terraza, Jorge Serrano ...
2
No sé. Ayer en los Renoir la gente se partía de risa.
-Sonoro!
-Ya está el pesao el de siempre.
-Sonoroooo!
-Disculpe, señor, pero no vamos a bajar el volumen, ya se lo digo.
-Bueno, pues dígale a la periodista y al poli que no chillen tanto.
-¿Me está tomando el pelo?
-Me ves cara de guasa? O paran de gritar o abandono el cine.
-Usted mismo.
-Dígale al de la cámara por lo menos, que se esté quieto un rato.
-esto... (¿?) es que le está mordiendo un zombie.
-¿y?
-Mire señor, es mejor que abandone la sala. Por su bien, por el mío, por el de su mujer... por el de todos.
-mmm... me quedo, pero por no molestar a la gente.
-no, cariño. Vámonos. Ya he pasado bastante vergüenza por hoy.
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35 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oficial y caballero
Oficial y caballero (1982)
  • 6,0
    57.167
  • Estados Unidos Taylor Hackford
  • Richard Gere, Debra Winger, Louis Gossett Jr. ...
1
Cuando a Richard o a Tom se les muere un amigo, se dan un rulo en moto.
Si sus insufribles 125 minutos de metraje hubiesen consistido exclusivamente en un sucesivo replay de la patada que Gere recibe en los huevos, este sería, seguramente, mi primer film votado con 10 estrellas.

Y como esto a solas no cuela, aprovecharé para hablar de ese fenómeno de masas que explotó en los 80 con las BSO.

El señor Joe Cocker, ese tipo con barba que parece que cuenta con los dedos mientras canta, gesto característico de los obsesivos compulsivos, no sólo es autor de esta "tarirori, where we belong"... también interpretó la de "Nueve semanas y media", canción que utilizaron muchos pijos de la época para quitarse el sweater rosa y girarlo en el aire como el lazo de un cowboy, haciéndonos disfrutar al resto de tan ridículo y lamentable espectáculo.

Otros temas para quinceañeras, como la de Berlin en "Top gun", "Unchained Melody" en Ghost, "Pretty woman" de Roy Orbison, o "Stand by me" en una de críos de cuyo nombre no me quiero acordar, alcanzaron los primeros puestos de las listas de ventas, algunas 20 años después de haber sido compuestas, puediéndose así escuchar en vergonzantes emisoras de radio como los 40 subnormales, o su principal competencia en aquellos días, "Top 40... nueve siete punto dos".

También se puso de moda entonces hacer el ridículo en campos de fútbol, diluído entre la masa, cantando "estamos todos aquí, ESTAMOS TODOS AQUÍ, para ver al real Madrid, PARA VER AL REAL MADRID", por poner un ejemplo, repitiendo las frases que un sinvergüenza rebuznaba a través de un micro trompeta.
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38 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un fugitivo
Soy un fugitivo (1932)
  • 8,0
    2.463
  • Estados Unidos Mervyn LeRoy
  • Paul Muni, Glenda Farrell, Helen Vinson ...
9
Grandes géneros(I). La Prisión.
UN SIGLO A LA SOMBRA
Desconozco si es o no es, ésta, la primera película del género (o subgénero), pero desde luego puede ser perfectamente la que lo represente.
De ella han mamado todas las posteriores. Salvo la de Burt Lancaster y los pajaritos, que va a su bola, y "La Evasión", que tiene el don de la originalidad impreso en cada uno de sus fotogramas, se encuentran en esta casi todos las características que harían que el género carcelario caminase libre por el mundo del cine desde entonces.

DUCHARSE EN EL TRULLO
Y es que salvo la consabida escena de dejar caer la pastilla de jabón para jugar al teto, poco más se ha añadido a este tipo de cine. Teniendo en cuenta que han pasado 75 años desde que se rodó esta película, el mérito es impresionante.
Corrupción penitenciaria, huidas, reinserción social, lealtad entre presos, trabajos forzados (la canción más triste que pueda usted escuchar la cantan los presos en este film mientras pican piedra)...

ACTORES ENJAULADOS
Todo gran actor que se precie, debe pasar un tiempo encerrado, y no lo digo precisamente por Stallone. Cuantas más películas veo de Paul Muni, menos me gusta Cary Grant.
Tim Robbins, Morgan Freeman, Edward Norton, Paul Newman, Clint Eastwood, James Cagney, Daniel Day-Lewis…

ENTRE REJAS SE FILMA MEJOR
La mejor película de Hitchcock, a mi parecer, "Falso Culpable", navega todo su metraje bajo la sombra de la prisión, y hay tantas y tantas películas del género que son obras maestras, muchas de ellas modernas, que uno se pregunta si es este el género que mejor encaja en las directrices del cine: “Cadena Perpetua”, “El hombre de Alcatraz”, “La Evasión”, “La leyenda del indomable”…
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75 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
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