No sé si era yo el que estaba espeso cuando vi la película o Cronenberg cuando la dirigió. "Un método peligroso" me creía que iba a ser un interesante film para reflexionar sobre las teorías sexuales de Freud y al final es una sucesión de diálogos aburridos en donde lo más emocionante son los azotes que recibe Keira Knightley.

Tampoco es que la película exponga unas ideas brillantes y para reflexionar durante toda una tarde, ya que la mayor parte de la teoría de Freud ya ha sido refutada. Lo único que se salva para mí de la película (aparte de la siestecita que te echas) son las actuaciones, sobre todo Keira, que se sale con su personaje.

Después de "Los Vengadores" nada iba a ser lo mismo para Marvel. Shane Black es quien porta el estandarte de la Fase 2 y ha sacado su mejor artillería estando en el primero frente de la batalla.

"Iron Man 3" presenta al Tony Stark más humano y más modesto, enamorado más de su chica que de sus armaduras. Qué mejor forma representarlo en pantalla que dejando a Stark desvalido de su armadura durante gran parte de la película. Tony se las tiene que arreglar con ingenio e inteligencia más que con la fuerza. Robert Downey Jr. sigue clavando el papel, con el Tony más gracioso de las tres películas.

En cuanto a El Mandarín, el tema va a traer cola, mucha cola. Por un lado me parece un giro magistral y atrevido que hay que echarle un poco de cara para hacerlo, pero no deja de ser un ataque directo a los fans de los cómics. Ben Kingsley hace un gran papel, al igual que un Guy Pearce algo "desmejorado".

Es una lástima que la banda sonora no sea tan potente como siempre, aunque al menos la canción con la que comienza la película es genial y aporta un toque nostálgico nada ma´s empezar.

Lo último destacar que me ha gustado eso de que "Iron Man 3" no sea una película independiente e inconexa, sino que hay continuas referencias a los acontecimientos de Nueva York en "Los Vengadores".

Shane Black ha conseguido hacer el mejor Iron Man hasta el momento. Un Stark más humano, igual de ingenioso, con una compañera sentimental más fuerte que nunca.

Raimi vuelve a hacerlo, repite el mismo trabajo que ya hizo con la primera. La innovación es escasa, pero no se echa en falta porque los elementos eran los justos y los necesarios.

Esta vez, Dafoe deja paso a Alfred Molina como Octopus. Como opinión personal, ni el actor ni el personaje del cómic me interesan demasiado, y creo que hay mucho más potencial en los cómics que el pulpo mecánico. Molina no llega a la gran interpretación de Dafoe.

Por lo demás, Maguire sigue a un muy buen nivel, con muchas dudas y disquisiciones como Peter Parker y su relación con M.J. Watson. Por su parte, Kirsten Dunst sigue tan gritona como siempre, pero le falta algo de su belleza natural, con ese color de pelo y la cara que parece más pequeña que en la anterior película.

Sam Raimi consiguió en el 2002 crear una película de súper héroes entretenida. Seguro que muchos fans del comic se quejaron de la falta de exactitud del personaje o de determinados hechos, pero es de justicia reconocerle a Raimi que hizo una película divertida.

Tobey Maguire hace muy bien de ese Peter Parker marginado, tímido y apaleado por todos sus compañeros. Luego se transforma en un Spider-Man alucinante, al que, visto ahora, se le notan los efectos especiales (no lo digo como crítica, sino como una observación). Kirsten Dunst está impresionante con su melena rojiza (y a veces rubia, por problemas de tiempo en el rodaje) y con unos pulmones perfectos para gritar y pedir auxilio. Por último, Willem Dafoe clava al villano de turno, el Duende Verde, con esa personalidad bipolar y esa mezcla de maldad y locura.

Todos los monstruos de la mitología popular unidos en una misma película. No podía ser en otro film que en uno de animación. La premisa de la historia resulta divertida y curiosa, aunque después el desarrollo sea igual que todas las demás. Eso no le quita mérito, claro.

Los monstruos protagonistas son muy divertidos, pero también lo son todos los secundarios que aparecen por el fondo. Santiago Segura se luce en un papel más serio que de costumbre y con un acento peculiar, y el mejor es el hombre-lobo con ese acento andaluz tan salado (siendo andaluz, me tendría que haber sentido mal, pero me ha hecho mucha gracia este personaje).

En definitiva, una película muy divertida que me ha hecho pasar un buen rato.

"Salvajes" es una película de salvajes, porque para nosotros todo lo extraño y que está fuera de nuestro círculo habitual lo catálogabamos como salvajes, bárbaro. Para cada uno de los personajes, hay algo salvaje diferente.

Oliver Stone presenta un entorno fuera de la ley, crudo pero bello al mismo tiempo. Una mujer que comparte dos hombres (vaya dos hombres, por cierto, y vaya mujer) que se dedican a la producción de marihuana y un cartel mexicano que no tiene miramientos por las vidas humanas.

Esta crueldad plasmada en un escenario paradisiaco me parece uno de los mejores aciertos de la película, un contraste genial. Cada personaje añade su toque, unos más comedidos y otros más violentos, como el gran Benicio del Toro, totalmente carente escrúpulos y sensibilidad.

El final es verdad que no es del todo deseado, pero el giro que hace Stone se le perdona. Quizás el personaje de Salma Hayek es el menos sólido y el más prescindible. Aún así, una salvajada.

Al Pacino y no es un mafioso. Eso fue lo primero que me descolocó de la película. Lo segundo fue su tono. Al principio no sabía muy bien qué pensar, si esto iba a ser una comedia disparatada o qué. Al final resultó ser una especie de drama con toques surrealistas para hacer más ácida la crítica.

La idea de la que parte la película es cojonuda y, tras verla, te deja con varias ideas y mensajes en los que pensar. Lo malo es que el camino se hace aburrido. La película no tiene gancho alguno y es tan poco realista que no termina de interesar.

Parecía que todo el mundo hablaba maravillas de "Looper" y resulta que se queda a medio camino entre película de ciencia ficción y película de acción, en un espacio oscuro en el que la diversión se escapa de nuestras manos.

La idea de base me parece buena e interesante. No es lo mejor que se ha escrito sobre viajes en el tiempo, pero podría dar juego a una trama curiosa. Sin embargo, la idea se queda en eso, una idea, sin profundizar en ella.

Aún así, "Looper" tampoco parecía que iba a aburrir, con un universo futurista sin muchas luces brillantes y esas cosas típicas a la hora de construir un futuro. Pero eso se queda ahí también, porque es aparecer Emily Blunt en escena y comenzar el aburrimiento. Sobraban muchos minutos de esa parte que no aportan nada de nada.

Destacar la caracterización de Joseph Gordon-Levitt como un joven Bruce Willis con pelo, genial.

Tenía grandes esperanzas en "¡Piratas!" ya que el estudio me había dado muy buenos momentos delante de la pantalla.

Esta última película se mete de lleno en el mundo de los piratas con todos los tópicos conocidos. No es que eso me moleste, puesto que es un método típico para hacer humor. El problema para mí de la película es la falta de humor, necesaria para subsanar una historia tan sencilla. Será que el humor británico no es lo mío, pero me ha hecho poca gracia. El mejor personaje para mí es el loro-dodo.

Evidentemente, el trabajo en clay-motion es digno de alagar. Lástima que haya visto la película en español, supongo que también pierde mucho en ese aspecto. Eso de haber cogido a Iniesta de doblador es de lo más patético que he visto en términos de marketing en mucho tiempo.

No sé si sigo confiando en Nicolas Cage (me ha dado muy buenos momentos cinematográficos) o es que simplemente disfruto de cualquier tipo de cine de acción. Con Simon West de director, "Contrarreloj" prometía.

Lo mejor de la película es el principio, con tensión y frenetismo en medio de un robo a un banco. Después todo se reduce a Nic dando vueltas en medio de las fiestas de Mardi Gras de Nueva Orleans. El villano es de lo más ridículo que he visto en mucho tiempo y el par de federales, los típicos que no tienen vida familiar.

Otra olvidable película de Nicolas Cage, con unos pocos minutos dignos de ver.

Lo bueno de "Venganza" es que Pierre Morel tiene las cosas claras: se ha fijado un objetivo y pone todos los medios disponibles para conseguirlo. La trama es sencilla y directa. La falta de complicaciones es lo que hace triunfar al film de Morel.

Liam Neeson interpreta a un padre normal y corriente, cualquiera puede identificar al suyo en esta película. Sólo que seguramente el nuestro no sea un antiguo agente perfectamente entrenado. Los personajes están muy bien perfilados porque son realistas. La niña quiere ver mundo y le da igual lo que le diga su sobreprotector padre y la madre se ha casado con un rico y vive más despreocupada, por eso es más liberal.

En el momento del secuestro comienza un viaje intenso y brutal con un ritmo perfecto. Insisto, las grandes virtudes de la película es su realismo. Liam va realizando sus averiguaciones gracias a sus antiguos contactos y tirando de lógica. Todo muy creíble.

Paul W. S. Anderson. Ese nombre que produce muchos suspiros y muecas pero también alguna que otra sonrisa y alegría.

"Resident Evil 5", en cuanto a guión, es un manual de cosas que no se debe hacer y cómo explotar algo hasta la saciedad de mala manera. Negar su nefasta historia solamente basada en vueltas y vueltas a lo mismo gracias a clones y más clones sería de idiotas. El principio de la película, donde tiene su mayor carga narrativa, es un coñazo, la verdad, pero luego la cosa mejora bastante.

Anderson promete una cosa y, seamos francos, es lo que ofrece. La espectacularidad de la película está fuera de todas dudas, con una duración ajustada para no cansar al espectador (aquél que sabe dónde se mete y que va a ver, claro está).

Además, el final, esa increíble (e imposible sin efectos digitales) secuencia, promete una sexta entrega (que espero que sea la última) apoteósica.

Sigo considerándome fan de Jason Statham a pesar de que sigue decepcionándome cada vez más. Parker es un tipo con principios muy difíciles de cambiar que, cuando se le mete algo en la cabeza, nadie le puede parar. También se mete un pequeño discurso de Robin Hood que no pega mucho pero tampoco es muy descarado.

El guión tiene muchos agujeros, tantos que a veces te preguntas si estás viendo personas o máquinas con una capacidad de raciocinio diferente a la nuestra. Ocurren muchas cosas incoherentes que te dejan mal sabor de boca.

Parece ser el director quería cambiar esa imagen de tipo duro indestructible. Statham sangra en esta película, más que en muchas otras. Yo diría que demasiado. Recibe palizas de muerte y después sigue en pie y luchando, lo cual lo hace menos creíble todavía.

Por si no fuera poco, Jennifer Lopez, que no me parece tan, tan mala actriz (sólo mediocre), intenta añadir un toque dramático a la película, algo de sentimientos que no encajan tampoco muy bien.

Me vi atraido por esta película gracias a Norman Reedus (sí, The Walking Dead, ¿qué pasa?). No me esperaba nada y la sorpresa fue doble. "Los elegidos" tiene su parte cómica (negra, obviamente) y su parte más seria y violenta.

La forma de contar los hechos (primero el acontecimiento, luego lo explica) me parece muy bien escogida y está poco aprovechada en el cine. La idea de dos ángeles ejecutores está bien también, sólo que falta un poco de profundidad a ambos protagonistas. ¿Por qué hacen eso? ¿Cuándo empezaron?

Willem Dafoe hace un papel entre genial y delirante. Son los momentos de Dafoe los que me dejaron sorprendidos, no me esperaba una interpretación como la suya, y lo hace realmente bien. Otra cosa es que encaje dentro de la película, que no creo que tenga un tono tan caricaturesco como su personaje.

"Los elegidos" es una película entretenida y con mucha fuerza, especialmente esas oraciones religiosas.

El coche entre culturas es algo que los españoles conocemos bastante bien, ya que nuestros ancestros ya lo vivieron cuando llegaron por casualidad a aquel continente lejano llamado América. El caso de "El último samurái" es algo diferente, pero la idea es el conflicto entre Occidente-Oriente y entre modernización-tradición.

Edward Zwick toma esta dicotomía y plantea las dos versiones con calma y sosiego. "El último samurái" no es una película de acción, diría que es más bien contemplativa. Lenta, relajada, exhaustiva... No hay prisas para Zwich y eso es uno de sus mayores aciertos. Está claro que a muchos les aburrirá gran parte de metraje, pero es más bien porque no han comprendido las intenciones ni el planteamiento del director.

La belleza está en cada uno de los paisajes y en cada una de las costumbres de los samuráis. Todo esto tiene más fuerza aún gracias a los actores, con la pareja protagonista (Cruise-Watanabe) haciendo un papel magnífico, aunque otros personajes no se quedan atrás (no puedo terminar sin mencionar a Taka, el personaje que menos habla y que más dice).

Para rematar este conjunto de forma redonda, tenemos a Hans Zimmer, pero no al Zimmer de siempre. Aunque algunas de sus notas son reconocibles, esta es una de sus producciones que más se sale de la norma. Se presenta un Zimmer intimista, que encaja a la perfección.

Por si no fuera poco, "El último samurái" te deja con algo que pensar. Las crueldades de la guerra (la guerra civil, concretamente), la necesidad de la modernización, la importancia de las tradiciones, los valores que rigen nuestras vidas... Un retrato fascinante de una época "oscura" de Japón.

Ya sabía que la crítica iba a mortificar esta reimaginación de "Hansel & Gretel", lo que no estaba seguro si a mí me iba a gustar. Sorpresa: me ha gustado.

No pretendo ocultar que la película tiene muchos errores, pero he estado entretenido durante hora y media y por eso es por lo que he pagado. Eso es un punto muy positivo de la obra de Tommy Wirkola, ofrece una duración corta para no aburrir en ningún momento.

Aunque las escenas de acción no están del todo bien grabadas (marea un poco), la acción en sí está muy bien, con los dos protagonistas bien coordinados y una buena cantidad de armas del "futuro" (otro punto que seguro muchos critican). La ambientación, aunque un poco repetitiva, también es un punto fuerte. La recreación de las brujas para mí es lo mejor, con una Famke Janssen impresionante.

Los directores de cine no son más que cuentacuentos modernos que se valen de imágenes en movimiento para plasmar lo que quieren contar al mundo. Alejandro González Iñárritu demuestra que, además de ser un magnífico narrador, tiene muchas cosas que ofrecer a los demás con su forma de ver las cosas y transmitirlas.

Cuatro historias. Cuatro universos. Separados y unidos a la vez. Diferentes e iguales a la vez. Antes la Humanidad hablaba un solo idioma hasta que jugó a ser Dios y éste la catisgó haciendo que no se entendieran entre sí. Sin embargo, seguimos conservando un mismo lenguaje, el de los sentimientos. El dolor y la esperanza son universales, da igual que seas un turista norteamericano en tierras extranjeras o una japonesa sordomuda "perdida" en su propia tierra.

Alejandro habla este idioma. Nosotros escuchamos.

Todavía no me creo que se haya hecho una película como "¡Rompe Ralph!", un auténtico homenaje de más de hora y media sobre una industria, un mundo y una forma de divertirse tan denostada por muchos y disfrutada por otros tantos a lo largo de muchos años.

Por suerte, la película no se qeuda en un par de guiños, aunque nunca está de más tener a más personajes y más referencias a iconos de los videojuegos (se abusa mucho de Street Fighter, por cierto).

Como película de animación, cumple con una historia simple pero efectiva y emotiva. Para mí falla en la parte de hacer reír, ha sido una de las películas de este tipo que menos me he reído, a pesar de lo "encantadora" que es Vanellope.

Como amante de los videojuegos, Rich Moore ha demostrado saber de qué habla y tener mucha experiencia en el tema. "¡Rompe Ralph!" vale la pena sólo para estar todo el tiempo en la butaca buscando guiños por cualquier lado con esa sonrisa cómplice en la cara al encontrarlos.

Un mundo destruido por la radiación tanto por dentro como por fuera. Una organización que imparte justicia sin miramientos. Eso es lo que nos puede esperar en un futuro no muy lejano. Quedamos avisados.

Karl Urban encarna al juez Dredd, un hombre de muchos valores y pocas dudas. Su frialdad llega a asustar, gracias a su dura expresión y su semblante impasible, mientras que Olivia Thrilby le da un toque más inocente y no tan sucio con su melena rubia al viento.

Lena Headey da vida a una mala muy mala, con una cicatriz muy fea que le da una pinta aún peor. Parte del lado perverso de la corrupción, es la droga conocida como slo-mo, que aporta unos planos preciosos a la película y algunos de los más espectaculares.

"Dredd" es una buena película de acción, que ofrece buenas dosis de adrenalina y previsiblidad, la típica del género.

Sinceramente, me esperaba más de "Paperman". Todo el mundo habla maravillas de él, pero no me parece esa obra maestra que ven algunos.

La factura técnica es genial. El blanco y negro le queda genial, las animaciones son fantásticas y el diseño es sencillo y bonito. Por no hablar de la utilización de la música, esencial para este tipo de producciones mudas.

La historia también es muy simple, aunque parte de su belleza radica en ello. Sin embargo, la parte finall me parece demsasiado fantasiosa y no pega con el aspecto realista del corto.