Vi Superagente 86 y me gustó bastante, era una película divertida, que entretiene, sin más. Así que, después verla, me apunte en mi lista particular que tenía que ver su spin-off, Descontrolados. Me esperaba algo igual, sin mucha chicha, tan sólo que cumpliese su cometido sin meterse en complejidades ni nada de eso.

Al final, ha resultado ser que no llega al nivel de la original. La historia es simple y directa: Control -en realidad, Bruce y Lloyd- pierden el traje de invisibilidad, que cae en manos de la embajada de Maraguay -qué guay, ¿no?-. Los dos protagonistas están pintados como los típicos idiotas que no saben hacer nada al derecho, pero con las tecnologías son la leche. El guión, pues eso, nada que comentar porque no hay nada, básicamente. Pero, por desgracia, lo más importante que es en este tipo de películas, la parte cómica, brilla por su ausencia. Salvando dos gags, tres a lo sumo, lo demás es todo prescindible. Una pena, teniendo en cuenta lo graciosa que era Superagente 86.

Antes de empezar, he de decir que la primera película me gustó mucho, no era una obra maestra ni nada parecido, pero entretenía y mostraba bien el arte del muai thai. En mi crítica de ésta, ya dije que estaba destinada para apasionados de las artes marciales y de Jet Li o Jackie Chan. Aquí, la verdad, no me atrevo apenas recomendársela a este sector concreto de gente. En mi opinión, de todo el film de más de hora y media de duración, tan sólo salvaría de la quema tres escenas, como máximo cuatro, y todas de peleas.

El primer cambio que hace pensar a uno que "esto no es Ong Bak" es que está ambientada en un frondoso poblado y la civilización urbana sólo se ve por la ventana de tu habitación. Esto ya, a mí personalmente me decepcionó. Luego está la historia que cuenta, que más tópica y tonta no puede ser. Niño huérfano busca venganza ayudándose de las artes marciales. Eso, y que el guión debía ocupar cinco páginas, con la coreografía incluida. El Sr. Panna Rittikrai no se ha estrujado mucho el cerebro, las cosas como son. La peli se cuenta mediante idas y venidas en el tiempo (o por lo menos, eso he llegado a entender, porque, la verdad, llegué a "comprender" -si lo hice- el argumento a media hora del final del filme), con situaciones muy similares en la infancia del protagonista como en su venganza.

Otra cosa que falla en Ong Bak 2 es el humor que había en la primera. Aquí, ni humor ni nada, tan sólo paisajes oscuros con barro y lluvia y alguna que otra leche bien dada. El muai thai, arte marcial en la que se basa exclusivamente Ong Bak, está casi desaparecido en esta segunda entrega, aunque, por suerte, se echa mano de una mayor variedad de estos estilos. Se nota que la película ha tomado un toque mucho más crudo, gracias al uso por parte del protagonista y sus enemigos de armas blancas bastante afiladas. Las armas de fuego aquí son inexistentes.

En conclusión, como he dicho al comienzo, yo me quedaría con unas pocas escenas, contadas con los dedos de una mano, apenas media hora de toda la película. Por lo demás, no vale la pena para nada esta película... aunque hay que verla para ver lo realmente patético que es el guión.

Quien se disponga a ver esta película pensando que se encontrará una comedia o una película, un tanto infantil pero con algo de acción, va mal. Todos los que se quejan de ella es porque ellos no están dentro del target del filme. Esta película es para niños, de menos de, si me apuras, 14 años, pero no más. Ciertamente, tampoco es una comedia, tan sólo una aventura de la que disfrutarán los más pequeños de la casa.

John Schultz da todo el protagonismo a los niños, que son los encargados de rechazar una invasión alienígena de la tierra. Los tópicos están a la orden del día, pero ¿alguien esperaba otra cosa? El trabajo en equipo ayudará a los chicos a conseguir la victoria y remarcar ciertos valores positivos, para así intentar adoctrinar un poco a los pequeños espectadores.

No hay ninguna actuación destacable, todo decente. La película gustará a quien tiene que gustar, no intenta gustar a todo el mundo. Y para los interesados, tiene varias referencias a videojuegos, como a Halo, Ape Escape o Super Mario.

Nunca he sido un adicto a la velocidad ni nada de eso. Pero desde pequeño siempre me ha gustado el tunning y ese mundillo fuera de la ley. No sabría decir por qué me gusta tanto esta peli, porque no es que tenga nada fuera de lo normal; más bien diría que al guión le falta "movimiento", realmente no pasa gran cosa y hay muchos sitios de donde se podría tirar, la verdad. El cast no está mal: Paul Walker me parece totalmente apto para su papel protagonista, Vin Diesel más de lo mismo... además, me encantan ambos.

Resumiendo, a alguien que no le guste ni el tunning ni las carreras ilegales, que no vea esta película porque no es otra cosa que eso. Como película en general no es grande, pero como película de tunning sí que es grande.

Esta película no vale nada si no es por el protagonista y sus dotes en las artes marciales, eso está clarísimo desde el principio, que es bastante aburrido. Hasta que no está avanzada la película (que comienza a haber combates), el interés es mínimo y no hay por donde cogerla. Los personajes son idiotas; los actores, malos; el doblaje, más de lo mismo; y la historia, nada que decir. Eso sí, el protagonista es un gran luchador y atleta. Es una buena película para ver cómo es el Muay Thai (es increíble cómo luchan usando los codos y las rodillas principalmente) y la agilidad y flexibilidad del prota, increíbles. Algunos toques de humor se agradecen, pero nada del otro mundo. Lo dicho, esta película merece la pena por los combates, lo demás es todo prescindible.