Película que en un principio solo me he puesto a ver por los actores con los que cuenta la película sin esperar gran cosa pero que al final he acabado pasando el rato con ella sin aburrirme demasiado. La película de Michael Hoffman cumple con su labor de pasarratos a la que no hay que pedirle mucho salvo un par de situaciones exageradas y “Escándalo en el plató” cuenta con ellas especialmente en el trío que forman Kevin Kline, Sally Field y Elisabeth Sue, por no hablar de un salido Robert Downey Jr. esperando tirarse a Cathy Moriarty una y otra vez.

Así, el director sabe manejar los momentos exagerados y hacerlos divertidos sin que parezcan pasados de rosca como suele pasar muchas veces aunque, también es cierto que hay algunos que no están a la altura pero lo que importa es que los momentos disparatados los tiene y no dan vergüenza ajena. También hay que mencionar que los actores anteriormente citados están muy divertidos siendo Whoopy Goldberg, casi de manera impensable, la más seria de todo el reparto interpretando a la guionista de la telenovela.

Por lo tanto Michael Hoffman acaba dando lo que promete y que sin ser nada del otro mundo se puede ver y pasar una hora y media sin mirar el reloj.

Patraña de mucho cuidado a la que se le llama película por llamarle de alguna manera. De argumento mareante y sin sentido escrito por un guionista con menos cerebro que Yola Berrocal, y dirigida por un inútil con más habilidad que un borracho al volante de un coche. Luego tienes al Laurence Fishburne rodeado de una Ellen Barkin en plan calientapollas y unos secundarios más agobiantes que Adam Sandler hasta arriba de coca.

El guión cuenta con unos giros tan tontos e impredecibles como los de una porno (en serio las porno son impredecibles, nunca sabes el lugar donde van a terminar fornicando, he visto sitios realmente sorprendentes donde follar), la trama se va haciendo más pesada e insoportable, los chanchullos de Mr. Fishburne son igual de divertidos que ver a Steven Seagal imitando a Chiquito de la Calzada. Por ponerme vulgar que es como es la película, “Malas compañias” me la paso por el forro de los huevos (esto va dedicado a todos los que cada día nos asombran en sus críticas con palabras de esas impresionantes).

Una película tan recomendable como estar en casa de un amigo cenando, ir un momento al W.C. a echar un zurullo grandioso, no tirar de la cadena dejándolo flotando allí y cuando regreses alegrar la velada con un: “Os he dejado mi regalo de navidad en el váter”.

En aquellos años en los yo era más consolero que cinéfilo (que vienen a ser los años de la Play 1), descubrí un juego que cayó en mis manos como regalo de cumpleaños por parte de mis hermanos. El "Final Fantasy VII". Jamás pensé que pudiese estarles tan agradecido por haber recibido probablemente el mejor regalo que he tenido. Jugué, me lo pasé, volví a jugar, me lo volví a pasar descubriendo varios secretos, después volví a jugar, echando horas, y más horas y muchas más horas. Ya fuera cogiendo nivel para ir a matarme a las armas, o perdiendo tiempo en el campo de batalla del Gold Saucer, también haciendo toda la movida de los chocobos para recoger las cuatro materias especiales, consiguiéndome todos los límites de los personajes, dándole caña al Snowboard que tan buenos ratos me hizo pasar.... había tanto para divertirse en el "Final Fantasy VII". Luego llegaron el VII, el IX, el X.... (lo dejé en ese) y me los pasé y me encantaron pero les faltaba algo, eran muy buenos pero no eran como el VII. En fin un juegazo al que he querido dedicar un pequeño homenaje en este párrafo para ahora dedicarme a la película que es lo que importa, ¿no?.

Normalmente eso que se dice de que una película está hecha para los fans me parece una tontería, pero lo cierto es que esta vez con “Advent Children” si que estoy más que de acuerdo con la gente que anteriormente a mí ha dicho eso y que si dicen eso es porque la película lo es. No solo porque requiere haber jugado al "Final Fantasy VII", sino que requiere habérselo pasado para que logremos entender en su totalidad el argumento de la película y de donde parte. Películas como “Resident Evil” o “Silent Hill” no requieren haber jugado al juego para ver sus correspondientes películas ya que se pueden disfrutar u odiar sin haberlo echado ni una partida. Pero para ver “FF VII: Advent Children” es imprescindible haberlo hecho.

Por supuesto la película no está al nivel del juego. Pero tiene una pizca de la magia que tenía el juego, tiene las características de sus personajes que tanto nos hizo disfrutar (aunque si bien es cierto algunos de ellos salen bien poco). Por supuesto te puedes quejar de la recuperación del personaje de Rufus tal como acababa en el juego, puestos a elegir hubiera recuperado al legendario Hojo aunque tampoco es que acabará bien.

(In the spoiler sigue la cosa).

Prohibida su exhibición allí en América debido a que DiCaprio y su buen amigo Tobey Maguire les entro el venazo y no querían que esta gamberrada obtuviera cierta fama para que no se les viera haciendo el ganso un poquito. Algo realmente curioso habiendo visto los papeles que antes de “Titanic” había interpretado el amigo Leo. Pero es más, en “The departed” en solo un cuarto de hora, hay muchos más tacos y hay más gansadas que en toda la película de “Don´s Plum” entera. De Tobey es más normalito porque el chico siempre ha hecho de niño bueno que nunca ha roto un plato. Solo ahora con “El buen alemán” y un poquito con “Spiderman 3” ha querido quitarse esa etiqueta que le ha acompañado.

“Don´s Plum” no es más que eso, una película de amigos, donde los tíos se pasan hablando durante un buen rato sin que realmente pase nada interesante. Aún así, por algunos diálogos y por ver al DiCaprio puteando a todos en esa mesa se deja ver la película. Hablan de los temas de siempre, que para eso son niñatos pajilleros los que vemos en pantalla, pero una película así no puede sostenerse todo el tiempo y tiene bajadas impresionantes aunque bueno su corta duración también es verdad que ayuda.

Interpretaciones decentes para ser el tipo de producto que es y algunas presencias agradecidas como la del Ethan Suplee o la de Jeremy Sisto (cuya hermana es una de las protagonistas). No pasa nada si te la pierdes, pero he visto películas mucho más idiotas y asesinables que esta.

Nada recomendables para fanboys de Nicolas Cage que se masturben cuando lo ven disfrazado de oso. Bueno no, me equivoco, para ellos la película sí es recomendable.

Lo cierto es que el cine de Medem tenía algo, especialmente el de los 90. Te sumergía y te atrapaba en su surrealismo y disfrutabas de sus películas. Yo tengo en muy alta estima a “Tierra” y a “Los amantes del círculo polar” mientras que sus otras películas me parecen correctas. Pero en “Caótica Ana” ni la historia te atrapa, y además el director comete un error que no cometió en el pasado o que si lo cometió supo como arreglarlo: caer en el exceso continuamente y en vez de ir por otro camino, seguir cayendo aún más a medida que se avanza.

En cuanto a que si es una película hipnótica, pues sí, te deja durmiendo sin que te enteres de nada y al acabar te levantas igual que la protagonista en muchas de sus sesiones. Por supuesto cabe destacar que visualmente la película es atrayente pero poco más se puede decir de una dirección en la que Medem se hace la picha un lío, sirviéndose de un desarrollo de personajes bastantes flojos (especialmente en algunos secundarios importantes), de una duración desmesurada (cuando se va en el barco hasta el final es mortal) y de un argumento bastante poco sutil que además el director acaba de rematar con una explicación final “para tontos”.

La actriz principal, Manuela Vélles está correcta pero no mucho más. Muy guapa y todo eso pero tampoco me convence demasiado. Los secundarios no aportan demasiado aunque por lo menos se agradece Medem no te plante al protagonista de la infecta “SMS” demasiado. Pero ni Bebe, ni Charlotte Rampling, ni los dos chicos jóvenes que acompañan al reparto son capaces de conseguir nada positivo.

Mediocre película y más de uno de los directores españoles en la actualidad que más me gustan. Desde luego “Caótica Ana” se convierte en la peor película que ha dirigido hasta el momento Julio Medem. Aunque bueno podría haber sido peor. Podría haberme equivocado de sala y haber pasado sin querer a "Bratz".

Hola, soy Troy McClure, tal vez me recuerden de películas como “Lo que el aire se llevó” o “Bebé araña: Terror en la guardería”. Hoy me encuentro aquí para presentarles la crítica de Rizzo hacía la película titulada “Jimmy Hollywood”.

La película es un producto mediocre de un director que sabe dirigir comedias no como una sucesión de varios gags sino como un material para contar una historia y eso es algo que el director ya ha demostrado en “Diner” o “La cortina de humo”. Pero aquí, aunque dicho sea de paso el punto de partida que nos propone Levinson es cuanto menos interesante, el resultado final aunque se deje ver, es bastante olvidable. Además, ver a Pesci y a Victoria Abril bailando al ritmo de Gloria Estefán es una imagen para vomitar.

Como fan que soy de Joe Pesci, su interpretación me ha hecho cierta gracia, aunque bien es cierto que en muchos momentos el actor resulta más que cargante. Si yo hubiera interpretado su papel, hubiera estado imponente aunque seguramente me hubieran puesto al mediocre de Rainier Wolfcastle de compañero y la película hubiese bajado enteros. Christian Slater en su papel de colgado que no se entera de nada, pero amigo de sus amigos, también agobia por momentos. Y Victoria Abril está más perdida que la delantera del Madrid. Pero cuando se pone la película, y entra en todo eso del SOS, de dejar grabaciones con Pesci hablando a la cámara la película gana algo, aunque se resienta en la relación entre él y la señorita Abril.

No está mal, pero por momentos para disfrutar de la película sería ideal ponerse las hamburguesas orejeras de mi buen amigo el profesor Frink. Aún así, el resultado final se aguanta. Y sin más que decir, se despide por hoy, vuestro fiel escudero Troy McClure al que próximamente podréis ver en películas como “Socorro, hay una lagartija en el cuarto de baño” o “No me pises que llevo sandalias”.

Un relato tremendamente repetitivo, sensiblero y larguísimo. La primera parte de la película es sencillamente insoportable con el niño gritando campeón a su padre cada dos por tres, aunque este sea un gañan al que le gusta mucho la taberna y que incluso se apuesta el dinero de su hijo sin dudarlo. La parte con el caballo se me hace pesada. Eso sí, la última media hora si que a mí me parece mejor, más que nada porque está el combate de boxeo que tanto espero ver y que aunque no sea nada del otro mundo, por lo menos es más divertido que oír al crío.

En cuanto a las interpretaciones, los actores tienen que llorar un poco, pero no consiguen emocionarme ni siquiera un pizca, no me creo absolutamente nada de lo que le pasan y me interesan poco como acaben. Aún así, el trabajo que hace el pichabrava de Jon Voight es bastante interesante. No tanto el de Faye Dunaway. También cabe destacar que a Rick Schroder en la realidad le entro el espíritu de Errol Flynn dentro y que con solo 10 años ya el crío le daba al alcohol como nadie. Así su carrera no volvería a ser ya lo mismo, aunque logró sobrevivir gracias a series como “Policías en Nueva York”, “Silver Spoons” o actualmente en la sexta temporada de “24” con las que el actor obtuvo cierto éxito. Vamos que el crío si que era un auténtico “campeón”.

Así, que una dirección correcta pero algo tramposa y efectista de Franco Zeffirelli que va acorde con el sensiblero guión con el que cuenta, no hace sino empalagar la película aún más, algo que la película finalmente paga caro, ya que se hace muy pesada no en pocos momentos. Su película está más cerca de un telefilm bien hecho que otra cosa. Vamos, de esas que si ves un sábado por la tarde y te quedas durmiendo no pasa nada porque tampoco es que te pierdas nada interesante.
Eso sí, con Voight que está a la altura. Y menos mal que no se llevo a su hija Angelina al rodaje porque con el crío borracho y con el puterío que se respira en esa familia ya se hubiera liado una buena.

Otra de esas películas para llorar. Pero para llorar de verdad. Nada de historias sensibles que te tocan la fibra sensible, con “Scooby Doo” lo lograrás tan solo en 5 minutos. Lo digo en serio. El espectáculo es tan lamentable que es imposible no hacerlo. Si no lo consigues con Matthew Lillard, que a saber de que circo ha salido, ya no sé que más uno puede hacer. Vamos, “Scooby Doo” es una patochada, una película para mayores de 3 años y menores de 4 años. Si no estás entre esa edad, hacedme caso y no veáis semejante patraña que lo único que conseguiréis es que las neuronas emigren del cerebro.

Por supuesto la palma se la lleva el citado Matthew Lillard. Fíjate que he visto películas malas, pero el tío se lleva el premio al mayor estúpido, al mayor ser irritante, al mayor insoportable, al mayor gilipollas que he visto en pantalla. Vamos que solo le falta ser enculado por el perro. En serio. Incluso me caen más simpáticos los casposos que salen por la televisión. De los demás no hace falta decir mucho, Sarah Michelle Gellar lo mejor que ha hecho en su carrera fue darle un morreo a la Selma Blair (y esto no es una coña ni nada, es lo mejor que ha hecho), y el Freddie Prinze ese otro soso de cojones. Da verdadera pena ver a Rowan “Mr. Bean” Atkinson aquí.

En fin una gilipollez cargante. Sería incluso más inteligente invitar a tu fiesta de cumpleaños a Mike Myers y a Jason Voorhes juntos y tan recomendable como comer del cubo de la basura. Vamos de esas que mientras la ves, puede suceder que tu televisión no aguante más y explote sola ante el suplicio que es tener que emitir semejantes imágenes.

Vista "Cuentos de Tokio" debo decir que Yasujiro Ozu es un auténtico artesano. Y no le hace falta más que recurrir a la simplicidad y a la naturalidad para hacer completamente veraz un retrato de esta familia que se quiere quitar de en medio a los padres. Nada de trampas, ni de detalles inverosímiles, todo contado de una manera auténtica que lo que consigue es tocar la fibra sensible de quien se ponga delante de la pantalla. En ningún momento toca la sensiblería y eso que con la historia que cuenta es fácil hacerlo.

Yasujiro Ozu también es un poeta. Pero de los de verdad, no de esos que intentan serlo y lo único que hacen es agobiar. No es de esos que alargan sus planos de manera innecesaria. El retrato lento va acorde con la historia que cuenta y es que Yasujiro Ozu sabe utilizarlos como nadie los cuando los necesita. Todo ello sin que se resienta la veracidad de la historia que nos está contando, desarrollando de manera sobresaliente esos personajes especialmente el de los padres, excelentemente interpretados, que resultan completamente creíbles.
Pero es que cuando absolutamente todo funciona, historia, dirección, actores e incluso detalles técnicos, lo único que queda es rendirse ante la película y aplaudirla (o echar unas lágrimas).

Completamente merecidas las alabanzas hacía esta película. Se las merece. Es cine que conmueve, que en cada minuto te golpea dentro, del que sigues cada detalle, vamos del que ya poco o nada se hace hoy en día.

Después de ver la película lo primero que he hecho ha sido leer todas las críticas que en esta página se encuentran de esta película. Y, ciertamente, me ha sorprendido esa que menciona que las directoras tan solo cogieron una hora de las doscientas que rodaron por lo que tenemos un documental incompleto y que lo que sucede en ese campamento no lo conocemos en su totalidad. Sinceramente me da igual si el resto de las 199 horas en ese campamento se dedican a actividades normales, con que tan solo le dedicaran 5 minutos en ese campamento de lo que vemos en el documental ya es algo que me parecería tan detestable como intolerable. Cuando las cosas se llevan a tal extremo resulta algo sencillamente inexplicable.

No creo que las directoras tergiversen tampoco demasiado la realidad. No les hace falta. Ese campamento cae sobre su propio peso. Ver a un niño de 12 años o menos mencionar que las personas que no son como él y que no van a ese campamento le dan asco me provoca angustia. Lejos queda lo de que Harry Potter deba arder en una hoguera porque eso es algo que pensamos mucho, me importa poco, me preocupan más otras cosas de las que vemos en el documental. Esa manera en que los tutores logran manipular a unos inocentes chicos, esos padres que asisten con un risa en la boca a esa clase de actividades, esas cosas que se dicen resultan algo intolerable. Luego claro, nosotros nos preguntamos como alguien con un gobierno tan nefasto como el de Bush puede resultar ser reelegido de nuevo como presidente, si es que este tipo debe de obtener un huevo de votos de estos fanáticos que pertenecen a esta secta (porque no le puedo llamar de otra forma).

Así que el documental, sin tener ningún alarde técnico, está dirigido de manera notable contando una historia que resulta terrible. Es un documental que pone de mala leche por ver que esta clase de cosas puedan estar sucediendo. Pero, también, resulta un documental necesario y resulta imprescindible. Recomendable.

Resulta curioso que una película que tiene ya 52 años trate algunos temas que aún están de plena actualidad. "Marty" no solo es una historia de amor entre dos patitos feos, sino también la historia de un hombre de 34 añazos que aún sigue viviendo con su madre, que tiene su trabajo y que vive sin preocupaciones más que la de encontrar una mujer. También es algo de plena actualidad la parte en la que el hijo se quita de en medio a su madre para dejarla con su tía debido a la mala relación de esta con su nuera. Aquí en mi ciudad de eso hay varios casos, ya sea dejando a la persona mayor en otra casa o en una residencia. Pero si hubiera que resumir el tema de la película en una cosa sola, creo que me quedaría con la última frase de la película que ya lo hace perfectamente, esa que Marty le suelta a su amigo Angie.

Cabe destacar en la película, la sencillez con la que Delbert Mann lleva su película. Todo resulta tremendamente realista. No esperaba yo una película tan verosímil. Las relaciones entre todos los personajes están bien tratadas. El personaje de Marty es sencillamente impresionante y se va desarrollando a lo largo de los escasos 85 minutos de manera notable. Solo le achaco una cosa, y es que al final no se muy bien que ocurrirá con Marty y con el negocio de la carnicería para la que trabaja, pero bueno supongo que al final pasará lo que muchos imaginamos y hará lo que esa buena mujer a la que interpreta Betsy Blair le dice.

Ernest Borgnine se come la película a bocados. Está inmenso y tiene una carisma impresionante. Es un lujazo de personaje el que interpreta pero él lo hace aún mejor. Es una interpretación sencillamente espectácular, digna de todos los premios. Está muy bien secundado también es cierto. Esther Minciotti y Augusta Ciolli hacen de su madre y de su tía también de manera más que notable. Betsy Blair encantadora.

Una película bastante interesante y muy entretenida y además que se pasa en un suspiro. Vamos, que no me extrañaría que muchas personas se vieran retratadas en los personajes que vemos en la película. Y desde luego, como digo en mi título, es una película que pondría en los institutos para que la gente aprendiera algunas cosas de las que vemos.

Muchas quejas de otros usuarios parecen ir más por el camino de que en la película utilizan otros nombres diferentes a los que realmente estuvieron implicados. A mí, sinceramente, eso es algo que me da igual porque ya todos sabemos a quienes se refieren. Si a Jordi Molla quieren llamarlo Ariza en vez de Amedo supongo que el director sus motivos tendrá. No me parece menos valiente por eso, sin embargo si que me el director me parece un cobarde por la manera en que trata la historia. Me interesa el tema pero lo desconozco bastante ya que me pillo siendo muy crío pero, aún a sabiendas de que esto no es más que una película en la que el director al final va a meter lo que a él le interesa para hacer mejor la película preocupándose poco por los hechos reales, creo que se podría haber sacado una película cuanto menos interesante. Y desde luego en cuanto los hechos, de lo que la película finalmente ofrece y después de haber leído o haber visto algunas cosas por internet o por la tele me creo aún menos la película aunque eso era algo esperable.

Pero dejando de lado todo eso, ya que esto no es más que una película, algo que parece tener muy claro Miguel Courtois que usa la cámara lenta que ya nos encontrábamos en “El lobo” muchas más veces resultando ciertamente molesta, así como cuando las personas cuentan una información pasada sobre el personaje de Molla que también deja algo que desear ya que esos flackbash son bastante poco interesantes. Además, ya que creo que Courtois se puso con la película, debería haberla contado desde un punto de vista de alguno de los implicados en aquella trama y creo que el personaje de Jordi Molla debería de haber sido el protagonista absoluto de la película. Sinceramente, lo de los periodistas me resulta bastante asqueroso, ya que se podrían haber metido algunos para incordiar a Molla, y todo eso de las fotos o implicaciones no tendría que haber desaparecido. Pero me parece una monumental cagada darle el protagonismo a dos periodistas que poco me interesan y aún encima con su propia relación sentimental, algo que a la película ni le va ni le viene. También parece que el director quiere recrearse cuando rueda algunas escenas, como las de la cámara lenta que anteriormente he citado, y acaba siendo una película más que pesada.

En el terreno de las actuaciones todos resultan bastante flojos. Ni los dos periodistas que interpretan Natalia Verbeke ni José García completamente flojos, ni un pasadísimo Jordi Molla que como ya han dicho otros por su voz recuerda a otro peculiar personaje que al que le toca interpretar, ni el resto de secundarios resultan veraces y son un lastre. Y lo que es aún más sangrante, las voces de casi todos resultan angustiosas.

Decepcionante, bastante inferior a “El lobo” que sin ser ninguna maravilla, si que es muy superior a la película que aquí nos ocupa.

Más allá de que sea una película infravalorada o una mediocre película, o de que fuera una decepcionante despedida de un director del calibre de Billy Wilder, del que siempre nos quedará su obra en conjunto para disfrutar, “Buddy, Buddy” resulta una película entretenidilla, algo flojilla por momentos, pero que se ve al igual que se olvida en un suspiro. No deja de ser algo decepcionante por lo que podría haber sido pero desde luego es muy superior a la gran mayoría de comedias que se realizan hoy en día y que dan sencillamente vergüenza ajena.

Por supuesto aunque la química entre Walter Matthau y Jack Lemmon, después de haber trabajado en tantas películas juntos, es innegable, los prefiero en otras películas. Tiene algo de humor negro que le viene bien a la película pero por momentos también baja el listón sobremanera y te encuentras con varios minutos nada cómicos, como de relleno y aunque la historia tiene su interés y en un principio el director la lleva de manera sobria, al final se le va un poco de las manos y el final también se acaba haciendo algo largo. Además la parte en el hospital ese de pervertidos donde esta la mujer de Lemmon se me hace algo pesado. Aquí como en otras películas de la pareja cómica, la seriedad de un hombre de pocas palabras como el que interpreta Mathau, se contrarresta con ese hombre que habla hasta por los codos interpretado por Lemmon y que tan de los nervios saca a su compañero.

De todas maneras, tiene sus momentos y aunque sea una película menor de Billy Wilder sigue siendo una película entretenida y que se puede ver gracias al buen hacer de la siempre inspirada pareja que formaban Walter Mathau y Jack Lemmon.

Si junto a Lawrence Kasdan, Kevin Kline ya tuvo que interpretar a un gañan italiano en "Te amaré hasta que te mate", esta vez el actor se hace cargo de un francés igual de gañan que aquel pizzero al que interpreto. Y aunque la otra película citada del director no me apasiono demasiado, si que me gusto algo más y además la pareja de colgados que formaban William Hurt y Keanu Reeves me hizo reír aunque solo fuera un poco, mientras que de "French Kiss" no tengo demasiado que destacar ya que es una película para el lucimiento de su Meg Ryan, que para eso es protagonista y productora de la cinta.

Así que Lawrence Kasdan le da rienda suelta a Meg Ryan para que nos agobie ya que su interpretación es difícilmente soportable. Desde sus agobios a la hora de montarse en un avión o en la búsqueda de ese novio infiel, Lawrence Kasdan nos sirve un pastelazo que aunque tiene algún que otro momentillo algo gracioso, casi todos venidos de Kevin Kline aunque el actor también esté algo pasadito en ocasiones, acaba siendo una película muy inferior de lo que en un principio esperaba de un director competente.

Ni la aventura de Timothy Hutton con otra mujer por Francia, ni el policía amigo (Jean Reno) que es amigo del ladronzuelo de Kevin Kline y que luego tiene que perseguirlo, ni muchísimo menos la familia de Kline cuando hace su aparición logran mantenerlo. De hecho ya hacía el final se vuelve un pastelón de mucho cuidado.

En fin que una película mediocre que no tiene nada que ver ni con “Reencuentro”, ni con “El turista accidental”, ni muchísimo menos con “Fuego en el cuerpo”, “Silverado” y “Wyatt Earp”, todas ellas, en todos los sentidos, muy superiores a “French Kiss”.

Pautas para ver esta maravilla:

1.- Cógete de antemano algo de beber y también algo de jalar no vaya a ser que a los 15 minutos o algo así te empiece a entrar hambre y no puedas levantarte por el duermeculos que es "Turistas".

2.- Esconde en el cajón más lejano del sitio donde te vayas a tumbar o sentar, el mando de la televisión si la ves en el DVD o el ratón si la ves en el ordenador. Pero si los tienes a la vista, la película desaparecerá de la pantalla en 5 minutos.

3.- Túmbate en el suelo, en el sofá o donde te de la gana y coge bien la postura no vaya a ser que te de por levantarte y acabes apagando la tele o el ordenador de un puñetazo. Aunque es posible que no haga falta ni que te levantes para no verla porque lo más probable es que te acabes quedando durmiendo (mejor así no te enteras de nada).

4.- Ya en tu sitio y empezada la película, intenta reirte por lo que sea de la película aunque no tenga gracía. Así por lo menos la hora y media, no parecerá un año y medio. Siempre está la excusa de que los protagonistas son ineptos como queda demostrado cuando uno de ellos le tira una piedra a la cabeza de un crío para al segundo decir que lo ha hecho sin querer. Ya ves.

5.- Intenta llevarte la mano al paquete unas cuantas veces ante las tías que ves en pantalla. Es lo único por lo que merece ser vista la película.

6.- Imaginate en todo su esplendor el momento en que el brasileño se abre la cabeza solo tirándose al agua. No sé ve pero puedes descojonarte ante la estupidez de semejante sujeto.

7.- Cuando lleves un rato, haz un esfuerzo sobrehumano, levantate, ve a la cocina, coge un cuchillo y cortate el cuello. Tanta tonteria es insoportable. Es preferible morir a tener que ver entera la película o a tener que imaginartela durante un par de días sin que se te borre de la cabeza. Es un consejo, yo, aunque sea mentira, he conseguido verla entera y estoy ya terminal. Hasta Eli Roth lo hubiera hecho mejor.

Fui al cine esperando una buena película puesto que las dos anteriores de Brad Bird, "El gigante de hierro" y "Los increibles" me gustaron, pero ni en mis mejores sueños (esos en los que tengo a Scarlett Johansson en una mano y a Monica Bellucci en la otra) esperaba encontrarme con un producto como este. "Ratatouille" es sencillamente impresionante, deja sin palabras, es la joya de la corona de Pixar. Hacía ya mucho tiempo que no salía del cine tan enamorado de una película. "Ratatouille" es ya un clásico y con todos los honores.

Desde su genial e irrempazable prólogo hasta su aún mejor, insuperable y genial final (de lo mejorcito que he podido ver), "Ratatouille" es un ejemplo de como un director debe de hacer las cosas bien en una película de animación. Lejos de parodiar a éxitos famosos como ocurria en las últimas películas de animación, o de hacer continuaciones que eran más de lo mismo, Brad Bird opta por una historia novedosa, queriendo aportar algo nuevo siguiendo las pautas de las películas de Disney y consigue embaucar a todo el mundo y que la película entre en nuestra mente para que no se nos olvide jamás. Nos hace reir cuando quiere con gags divertidísimos y nos emociona cuando quiere. Y eso por no hablar de los apartados técnicos realmente soberbios e increibles. Desde la animación a la banda sonora, todo es completamente perfecto.
Además, Remy es un personaje que ya se ha ganado un puesto en mi corazón. No es para menos. Me enamoro de esa rata en todo lo que hace, en todo lo que dice, en como se mueve, en como le tira de los pelos a su amigo para hacerle cocinar.

Así que la película es sencillamente impresionante. Tan solo me queda agradecer a todos los implicados en este proyecto el habernos regalado semejante obra maestra. Solo se le achaca el doblaje y no es culpa suya, y lo cierto es que tampoco llega a ser demasiado molesto como en otras películas. Quizá a los niños les cuente entenderla pero se lo pasaran muy bien con ella y los adultos seremos los que realmente la apreciemos tal como se merece.

Un inútil sin cerebro, Charlie Fletcher, escribe el guión para que otro inútil sin cerebro, Andrew Sipes, dirija esta supina gilipollez ya que a esta porqueria no se le puede llamar por otro nombre. Al director y al guionista si que deberíamos darles caza para arrearles una buena somanta de hostias por el más que lamentable trabajo que realizan con "Caza legal". La película es una de esas cuyos productores, en los inicios del proyecto, le dieron una patada bien gorda a las pretensiones para mandarlas bien lejos. Una cosa es querer dar una película de acción sin más y otra cosa es esto que resulta de un ridículo humillante que llega a dar vergüenza ajena durante absolutamente toda la película.

Así que la película es un vehículo para Cindy Crawford. No para su interpretación sino para que la chica luzca sus encantos. Que le boten bien las tetas mientras tenga que salir corriendo para huir de los malotes o que salga lo mejor posible durante el polvo en el tren con un William Baldwin de pena, una de esas interpretaciones que hacen llorar y no precisamente de emoción. Por no hablar de la breve colaboración de Salma Hayek como ex-novia de Baldwin, o de los malos que son la crema, capaz de sacar cualquier cosa de la nada y que son incapaces de matar a una abogaducha de tres al cuarto.

Así que, si la ven por la tele, apaguenla. Hasta ver diariamente Aquí hay tomate es mucho más recomendable que solo un minuto de esta pordiosera bazofia.

Edgar Wright vuelve a conseguir una entretenida parodia igual de gamberra que "Shaun of the Dead" pero a mi juicio aún más entretenida y eso que su anterior película ya lo era bastante. Así, el director no dura en parodiar y reirse un poco de los tópicos que asolan a este tipo de proyectos desde los diálogos hasta las situaciones con una escena final tan brutal como sencillamente genial. Así que persecuciones, tiroteos, muertes brutalmente divertidas y explicitas y casquería es lo que ofrece la película y Edgar Wright lo combina todo a la perfección.

La diferencia con otras parodias es que Edgar Wright es un tipo que sabe hacerlas sin caer en la maldita chabacanería de este tipo de proyectos que se han realizado recientemente, pero el realizador tiene claro también que no va a pasar ni una por lo que consigue un equilibrio en su película y el resultado final acaba siendo mucho más que un simple entretenimiento, con unas situaciones bastante cachondas gracias al buen hacer de Edgar Wright y de Simon Pegg en el guión. No dudan en parodiar el cine de acción pero sin dejar de lado otros géneros a los que también homenajean como es el western en ese momento impagable, o las películas de terror en los momentos de los salvajes asesinatos o "accidentes" como quieren llamarlos en el pueblo.

Luego los actores demuestran ser unos sinvergüenzas de mucho cuidado cumpliendo a la perfección con su trabajo y haciendo sus roles lo mejor posible, con un Pegg de jefe repartiendo, con su compañero interpretado por Nick Frost también haciendo un gran trabajo (geniales las coñas cuando habla de las películas de acción que le gustan) y bien secundados por otros que se lo pasan genial en esta película como Jim Broadbent de padre de Frost o Timothy Dalton como el principal sospechoso. También Paddy Considine como uno de los dos polis que se cachondean constantemente de Pegg me asegura algunas risas.

Edgar Wright es un director a tener en cuenta y más si sigue haciendo este tipo de películas sin caer en los excesos de las parodias americanas. Ya ha dado dos buenos ejemplos de como hay que realizarlas y creo yo que aún le queda cuerda para rato.

Que la película es una copia para adolescentes de la película de Hitchcock es algo que ya se sabe. Y desde luego, "La ventana indiscreta" es la mejor película del gordo y una obra maestra, y compararla con "Disturbia" es sencillamente un disparate. Pese a todo "Disturbia" podía ser una película, como minimo, entretenida y aunque momentos entretenidos si que los tiene, en general es algo pesada y contiene muchos tópicos.

D.J. Caruso es un director tipo James Foley que funciona o no acorde con los guiones que tiene en la mano. Pero de momento la mala suerte le está sonriendo porque no ha contado con ninguno interesante, ya que hasta ahora de las películas que he visto suyas puedo decir que son bastante previsibles y algo aburridas. Aquí cuenta con unos desdibujados personajes secundarios que en vez de dotar de mayor dramatismo o intriga a la trama dan el efecto contrario. Además tarda mucho en llegar la parte de intriga y la parte de la relación entre LaBeouf y su vecina resulta agobiante. Así que la dirección de Caruso es plana, fácil y previsible.

Shia LaBeouf mantiene el peso de la trama, poniendo cara de pajillero cuando espia a su recien llegada vecina, o de acojonado cuando espia a su vecino, pero no está bien secundado. Ni Carrie-Anne Moss como madre de este en un papel poco agradecido de unos minutos, ni David Morse como el malo de la función consigue infundir miedo o algo así, ni Sarah Roemer como la chica atractiva de extrema delgadez, ni el amigo de LaBeouf, son personajes que interesen demasido y aunque algunos lo intenten (no todos) no aportan nada.

Una oportunidad perdida de hacer una versión digna del clásico de Hitch pero para la nueva generación. La película se puede ver si no se le exige mucho pero desde luego es lo mismo de siempre y es una pena.
Como curiosidad también hay que decir que es debido a esta interpretación por la que Spielberg, productor ejecutivo aquí, convirtio en su niño mimado a Shia LaBeouf.

"Breach", a la que aquí en España como somos unos cachondos perdidos le pondremos algún nombre tipo "El espia pervertido" o "Un traidor en el F.B.I.", es una película medianamente aceptable, que cuenta una historia de cierto interés, pero que adolece de garra, le falta nervio o por decirlo de otra manera, tiene más horchata que sangre en las venas ya que apenás se palpa una tensión que la historia si requería por el tema que está contando. Por ejemplo la escena del embotellamiento que cita Happy Fan en la que Cooper sale de muy mala leche del coche y... (no diré más porque ya sería spoiler).

Se agradecen algunas cosas como que Billy Ray no caiga en algún efectismo barato de los típicos del cine americano o que no intente ridiculizar al personaje que le toca interpretar a Chris Cooper aunque era algo sumamemente fácil y que seguro que algún otro director si que hubiese hecho. Pero ciertamente Billy Ray lo único que hace es filmar el guión de principio a fin sin preocuparse demasiado en los detalles, con una frialdad que la historia no requería y que le acaba pasando la factura aunque la película se deja ver.

Las interpretaciones son correctas pero tampoco notables. Cada uno hace su papel e incluso Ryan Phillippe no me ha molestado como me lo esperaba en un principio. Eso sí tanto Laura Linney como Dennis Haysbert me han decepcionado por su poco protagonismo, especialmente en el caso de Haysbert, como también porque sus papeles son poco interesantes y más en comparación con los de los dos protagonistas. Chris Cooper cumple con su trabajo, como siempre.

Así que una película que se puede ver que no es poco. Lástima que a su dirección le falte algo. Billy Ray se debería pasar por esta página mismo donde últimamente se respira más tensión y mala leche que en las películas del tal Scorsese e incluso también en el equipo de F-1 de McLaren que ya es decir.