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Críticas ordenadas por:
Prisioneros
Prisioneros (2013)
  • 7,6
    62.897
  • Estados Unidos Denis Villeneuve
  • Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Viola Davis ...
8
Subyugante
El realizador canadiense Dennis Villenueve no es de los que pasan desapercibidos fácilmente. Aunque su filmografía es corta, sus largometrajes han conseguido captar la atención del espectador. En buena medida porque ha conseguido que sus películas sean protagonizadas por caras conocidas aunque sin llegar al estatus de estrellas mediáticas. Y a pesar de moverse en producciones norteamericanas ha conseguido mantener el suficiente control del producto como para imprimir su propio sello personal. Dicho de otra forma, Villenueve ha conseguido el difícil equilibrio entre cine comercial y cine personal.

El film se inicia durante la celebración del día de acción de gracias, en el que mientras dos familias se reúnen juntas, las dos pequeñas de ambas familias desaparecen. El sospechoso más inmediato es un joven retrasado (Paul Dano) que vive en una caravana y es cuidado por su anciana tía. Sin embargo el agente Loki (Jake Gillenhaal), encargado del caso y que se jacta de ser capaz de resolver todos los casos que se le asignan, no encuentra indicios de culpabilidad. Al contrario que el padre de una de las niñas (interpretado por Hugh Jackman), el cual tomará decisiones desesperadas viendo que pasa el tiempo y no hay pistas que conduzcan a su hija.

La historia podría pasar como una más de tantas con secuestro infantil, presión de los padres a la policía y algún que otro giro de guion con un ambiguo sospechoso de por medio. Y en esencia, eso es lo que podemos encontrar en esta película. Pero si nos quedamos sólo con eso, perderemos muchos aspectos que enriquecen el relato hasta elevarlo a un, hay que decirlo ya, excelente "thriller" a la altura de los elaborados por Fincher (hablo sobre todo de "Seven" o de "Zodiac". La referencia a éste último no es gratuita ya que el film de Villenueve comparte no pocas cosas con la películas citadas de Fincher. Aunque hay que matizar que el realizador no pretende copiar ni emular ningún estilo. Aunque es indudable que el film tiene un tono sombrío, desasosegante la mayor parte del metraje ya desde los primeros instantes del film, y, en general, nos ofrece una visión bastante pesimista de la humanidad. Prácticamente no deja ningún asidero ni tampoco hay nada gratuito ni dejado al azar en el film

Otro gran acierto del film es de casting y más concretamente de dirección de actores. No sólo hay caras conocidas, sino que además todos ellos nos ofrecen una excelente interpretación. Habrá quien destaque la actuación de Hugh Jackman en el papel de padre desesperado (y ciego de ira), que quizás es, dejando aparte su caracterización de Lobezno para la Marvel, una de sus mejores apariciones en los últimos años. También se puede destacar la presencia de Terence Howard que interpreta al otro padre de las niñas, con un carácter mucho más apocado que el de su amigo. Entre las mujeres de ambos podemos reconocer a Viola Davis y a Maria Bello. Los cuatro progenitores implicados reaccionan de una forma bien diferente a la situación. Desde el que decide buscarlas por su cuenta llegando a donde haga falta, hasta la que se refugia tras los tranquilizantes para sobrellevarlo o quien se muestra más pasivo ante los acontecimientos. Sin embargo, si hay alguien que destaca por encima de todos es Jake Gyllenhaal en su composición del peculiar detective encargado del caso, metódico, obsesivo (con tic incluido) y de pocas palabras, poco a poco irá juntando las piezas para intentar esclarecer la verdad.

Y es que en este film de Villenueve no hay nada gratuito y todo acaba adquiriendo sentido, aunque tendrá que ser el espectador el que termine de encajar debidamente las piezas. Se echa de menos este tipo de cine más "adulto" (en el buen sentido) en el que se obliga al espectador a pensar un poco. El realizador nos ofrece una de esas películas que dejan huella y de cuya atmósfera casi malsana cuesta unos días en desprenderse tras su visionado.
No cabe duda que estamos ante uno de los mejores "thrillers" realizados en los últimos años y ante un realizador muy personal que sabe hacer buen cine y del que esperemos que siga por este camino.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La isla mínima
La isla mínima (2014)
  • 7,2
    72.612
  • España Alberto Rodríguez
  • Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez, Nerea Barros ...
9
No verla sería un delito
Dirigida por Alberto Rodríguez ("Grupo 7"), el film nos traslada a principios de los años 80, a un lugar recóndito de la geografía nacional, en el que dos policías investigan la desaparición de dos jóvenes hermanas.

En fondo, la búsqueda de las niñas y de su secuestrador (o secuestradores), aún siendo un relato bien hilvanado y que nunca perdemos de vista (el propio realizador es el firmante del guion junto a Rafael Cobos), acaba quedando relegado en un segundo plano. Y es que se trata de una película en la que hay muy pocas cosas gratuitas. Empezando por la pareja de policías protagonista, Juan (Javier Gutiérrez ) y Pedro (Raúl Arévalo), el primero un policía que en los tiempos de la dictadura estuvo en la famosa brigada político-social, y por tanto, al que se le suponen métodos más expeditivos que al segundo, un policía más joven y con otras ideas. No faltarán tensiones entre ambos debido a estas diferencias, aunque al final del recorrido la línea que los separa se habrá diluido. Por otro lado, Rodríguez dibuja un peculiar universo, un pueblo que parece alejado de la civilización, rodeado de marismas, con lo que se acentúa aún más la sensación de aislamiento, y cuyos habitantes parecen abocados a pasar miserias o bien optar por actuar al margen de la ley para ganarse la vida (con el contrabando u otras actividades ilícitas). Una localidad que sigue dominada por el cacique de turno, cuyo poder empieza a verse erosionado por la presencia de sindicatos que tratan de defender los derechos de los trabajadores pese a las dificultades.

Otro aspecto destacable es la excelente fotografía, de tonos diluidos, colores terrosos tirando al gris, que envuelven un lugar que se antoja como una especie de comunidad cerrada, opaca, en el que los detectives son vistos como extraños y tendrán que emplearse a fondo para conseguir arrancar información a cualquier de sus habitantes para ir desentrañando el hilo que les lleve hasta descubrir la verdad. Además resulta interesante el juego de luces y sombras que utiliza para retratar a sus personajes los cuales son definidos en apenas unas pinceladas pero que consiguen cierto aire de veracidad. A eso ayuda un buen ejercicio de casting en el que figuran como secundarios Antonio de la Torre como el padre de las niñas desaparecidas, Manolo Solo en el papel de morboso periodista del conocido diario "El caso", y en breves papeles Jesús Castro (que ha saltado a la fama en el 2014), Nerea Castro o Jesús Carroza, cuyos rostros se nos quedan grabados ya que pese a que no aparecen muchos minutos en pantalla, todos tienen algo que aportar.

Muchos le han querido buscar paralelismos con la famosa serie televisiva "True Detective", con la que tiene algún aspecto en común, pero que hay que reconocer que serie y película se mueven por caminos bien diferentes. Ambas comparten una ambientación y una atmósfera particular que las hace misteriosas, densas, atrayentes. Sin embargo, la primera busca mantener la atención del espectador a base de diversos giros y varios "clímax" como debe ser todo buen productor televisivo por entregas. La obra de Alberto Rodríguez es mucho más que eso. Sin dejar de ser un film de género, sabe contextualizar de forma ejemplar su trama, de manera que es complicado separar la trama propiamente detectivesca de la social o política (excelente como resuenan los ecos de la reciente dictadura), lo que le acerca al cine negro, y no sólo por la trama, sino por la estética, la puesta en escena, etc.

No sólo estamos ante una de las mejores películas del 2014 sino que personalmente pienso que es una de las mejores películas en lo que llevamos de siglo XXI, y aún me atrevería a ir más atrás. Alberto Rodríguez nos ofrece un film muy completo, en el que lo que muestra es tan importante como lo que no se ve o se intuye, en el que los que se dice es tan importante como los silencios, en definitiva se trata de una película madura que admite varias capas y en la que las cosas más importantes son las que no se dicen.
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Non-Stop (Sin escalas)
Non-Stop (Sin escalas) (2014)
  • 5,9
    17.040
  • Estados Unidos Jaume Collet-Serra
  • Liam Neeson, Julianne Moore, Scoot McNairy ...
6
Miedo a volar
Parece que Jaume Collet-Serra ha conseguido hacerse un hueco en el difícil mundo de Hollywood y lo ha hecho prácticamente de la mano de Liam Neeson que en los últimos años se ha especializado en tipo de películas que mezcla la acción con el "thriller". En esta ocasión Neeson interpreta a Bill Marks un marshall en horas (muy) bajas que viaja de incógnito en un avión transoceánico y mientras se está saltando unas cuentas normas (como la de fumar, que no tardarán los norteamericanos en introducirlo en su código penal) recibe un mensaje de un pasajero que le exige unos cuantos millones de dólares o matará a un pasajero cada 20 minutos.

Con esta sencilla premisa y aprovechándose del miedo instalado en la sociedad norteamericana tras los atentados del 11 S, Collet-Serra fabrica un más que correcto film de intriga cuya acción tiene lugar en el interior del avión. Nesson cuya credibilidad como agente de la ley está por los suelos, no sólo tendrá que luchar contra su reputación sino contra un tipo desconocido que no sólo le hace la vida imposible sino que además va aligerando el pasaje mientras Neeson le busca frenéticamente.

Neeson se encuentra acompañado de Julianne Moore, y también podemos distinguir entre el reparto a Lupita Nyong'0 y Michelle Dockery, aunque en realidad queda claro que la estrella de la función es Neeson, quien siguiendo la línea de sus ultimas apariciones en la gran pantalla, sabe componer a un policía cuya carrera está más que desprestigiada, marcada por un hecho personal, pero a pesar de todo, siguiendo su instinto buscará al responsable utilizando todos los recursos a su disposición, que, dicho sea de paso no son demasiados. El resto del reparto está subordinado a su personaje, lo cual implica que apenas se aprovecha la presencia de Julianne Moore una actriz que merecía más "cancha". Pero también es cierto que un film de estas características y limitado a los 90 minutos de rigor implica el prescindir en todo lo posible de escenas reflexivas o estáticas más allá de su simple y llana exposición.

Hay que reconocerle a Collet-Serra que ha sabido crear un buen producto, apoyado en un correcto guion que contiene múltiples giros en su trama lo que nos hace dudar de todo el mundo y con la dificultad técnica añadida como el rodar escenas de acción en el espacio de un avión transoceánico (por fortuna, no se trataba de un avión de Ryanair) que la cámara del realizador sabe estirar a base de una buena planificación y un ágil montaje que rompe la sensación de claustrofobia que se podría dar en un espacio tan reducido. Nunca hubiera imaginado que se pudiera filmar una pelea en la (mini) cabina destinada a los servicios. Además sabe darle a las nuevas tecnologías el protagonismo que en la actualidad tienen. Tampoco se olvidan del papel de la prensa, siempre inoportuno en este tipo de acontecimientos.

En definitiva el film es lo que es: entretenimiento. Aquí no hay espacio para reflexionar sobre las consecuencias del 11-S o profundizar en la personalidad del protagonista o del malo de la función. De lo que se trata es de entretener al espectador y que salga de la sala 90 minutos después satisfecho con lo que ha visto. Claro está que si se quiere buscar defectos se encuentran sin mucho esfuerzo, pero tampoco hay que obviar los aciertos, que también los tiene.
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El Francotirador
El Francotirador (2014)
  • 6,4
    48.065
  • Estados Unidos Clint Eastwood
  • Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes ...
7
New American Hero
A juzgar por el escaso tiempo de estreno entre "Jersey Boys" y la que nos ocupa, parece que Clint Eastwood todavía no está pensando en retirarse. De hecho, no termina de presentar un film y ya se le relaciona con un nuevo proyecto. En esta ocasión adapta el libro autobiográfico de Chris Kyle, un francotirador del prestigioso cuerpo de los Seals al que se le atribuyen cientos de muertes en territorio iraquí y que fue elevado a la categoría de héroe.

Eastwood aborda un tema un tanto delicado. La mayoría de aportaciones cinematográficas sobre las guerras post 11S llevadas a cabo por la administración norteamericana, se han destacado por tener un tono eminentemente crítico, cuando no han atacado directamente al comportamiento de los propios soldados destinados allí. Aunque en general, las principales críticas han tenido como diana a los políticos, sembrando muchas dudas sobre las verdaderas intenciones de la intervención y las pruebas que se esgrimieron para justificarla. Por su parte, este film se aleja de esta postura centrándose en la figura de un militar que ha sido considerado como un héroe.

La tentación de caer en un panfleto favorable a la intervención y exaltando los valores nacionales en la persona de Chris Kyle era muy grande. Sin embargo, Eastwood afronta la historia de una forma un tanto diferente, pretendiendo acercarse a la persona antes que al mito. Con una breve introducción sobre la juventud de un perdido Kyle (interpretado por Bradley Cooper) que termina encontrando su sitio en el mundo cuando, tras el atentado a las Torres Gemelas, se alista en los Seals, el film se centra en las intervenciones de éste en Iraq, narrando con detalle los cuatro despliegues en los que participó, principalmente dando cobertura a las tropas norteamericanas en un ambiente claramente hostil. Como contrapunto, Eastwood se detiene brevemente en los momentos en que estaba junto a su mujer (interpretada por Siena Miller), para narrar su vida familiar. Del contraste entre ambos mundos, se puede deducir que el acercamiento de Eastwood es el retrato de un tipo normal y corriente (así lo presenta cuando está en los Estados Unidos de permiso) que tiene una habilidad que le hace muy bueno en lo suyo cuando está en el frente.

A estas alturas todo el que ha seguido el cine de Eastwood sabe que no va a asistir a un film espectacular, lleno de acción, disparos y gente palmando por doquier. Todo lo contario. Lógicamente en una película de estas características es inevitable que haya algo de acción, pero ésta es mostrada con sencillez y sobriedad por parte del realizador. Incluso rehuye voluntariamente de convertir el film en el típico hombre bueno (y americano) contra malvado de turno (y árabe). Hay un enfrentamiento con un francotirador enemigo, lo que en manos de otro realizador se hubiera convertido en un asunto personal, pero Eastwood evita deliberadamente la confrontación personal. Siempre los coloca en una situación en la que uno de los dos tiene ventaja y el otro debe ocultarse. Y en ningún caso no hay más que el enfrentamiento de dos personas que están en bandos opuestos. No hay nada personal entre ellos, cada uno defiende a los suyos.

No faltaran algunas referencias clásicas en este film. Una de la más evidente es "El sargento York", con el que comparte tanto puntería como profundas convicciones religiosas, aunque en el caso de Kyle, no hay ningún dilema existencial. También se puede encontrar cierta referencia a un film reciente que tuvo bastante más éxito que él en los Oscars: "En tierra hostil". Al menos ambas películas comparten a un personaje que parece encontrarse mucho más a gusto en la guerra que en casa con su familia. También ambas películas han sido acusadas de patrioteras por parte de muchos pese que no hay referencias explícitas como si las hubo mayoritariamente en los films surgidos tras el desastre de Vietnam. Pero pese a compartir un personaje y un planteamiento similar, mientras que Bigelow opta por generar cierto desasosiego y tensión mientras su protagonista "trabaja", Eastwood opta por una mayor sencillez, evitando juicios de valor, sentimientos y en general un tono más neutro esforzándose en contrastar el Kyle desplegado en Iraq, del Kyle en su casa con su mujer y sus hijos.

Pese a que el film de Eastwood concluye con imágenes reales en las que predomina la bandera norteamericana en todos los fotogramas, nos queda la sensación que, visto lo que nos ha contado a lo largo del metraje sobre él, Kyle se hubiera sentido bastante incómodo con el reconocimiento masivo.
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Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo
Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo (2014)
  • 6,2
    11.723
  • España Javier Fesser
  • Animación, (Voz: Karra Elejalde, Janfri Topera) ...
7
Por fin una buena adaptación
Javier Fesser vuelve al universo de los personajes creados por Francisco Ibáñez, los cuales pese a haber acompañado durante el crecimiento de toda una generación (incluso me atrevería a decir que a más de una), siguen esperando la adaptación definitiva.

En el 2003, Fesser se atrevió a realizar un film con personajes reales, y los resultados sin ser malos, tampoco fueron del todo satisfactorios. En buena parte por la propia dificultad de trasladar un cómic dinámico, lleno de carreras y trompazos a un largometraje y que no pierda la esencia en el tránsito. En parte también porque al final Fesser no pudo resistir la tentación de llevarse a su terreno un universo con el que tiene puntos de contactos pero que es muy particular.

Más de 10 años después, el realizador se pasa a la animación para ofrecernos las andanzas de Mortadelo y Filemón con un guion escrito por él mismo junto a Claro García y Cristóbal Ruiz, en el que se mantienen las coordenadas básicas establecidas en las historietas de Ibáñez lo que demuestra lo bien empapados que están en sus historietas. Seguramente también ha tenido que influir la necesidad de conseguir llegar a los 90 minutos de rigor, algo que probablemente no se hubiera podido lograr con ninguna de las historietas "largas" dibujadas por Ibañez sin caer en la constante repetición.

El vehículo a través del cual se nos muestran las andanas (correrías sería más apropiado) de Mortadelo y Filemón sin lugar a dudas es el más adecuado. Al menos es el que permite un mayor dinamismo y al mismo tiempo similitud con el cómic original. En ningún otro vehículo se han mostrado mejor que nunca los disfraces de Mortadelo, o los palos suele recibir mayoritariamente Filemon. Además, como Ibañez, Fesser se permite dar una visión irónica y caustica sobre la actualidad (excelente el momento "Gran Hermano" que nos ofrecen).

Al film no se le pueden negar grandes momentos y gags magistrales que hubiera dibujado el propio Ibáñez. El principal enemigo del largo vuelve a ser otra vez el tiempo. Pese a un excelente arranque, los 90 minutos se acaban haciendo algo largos pese al intento por parte de Fesser de colocar un gag prácticamente en cada momento, y en algunos momentos, sobre todo en la segunda mitad del film, se hace un tanto pesado tanta carrera y tanto mamporro. Muchos pasajes dan la sensación que están introducidos con la finalidad de sumar minutos lo que provoca un alargamiento innecesario de una historia no que daba para tanto.

Se agradece el esfuerzo realizado por Fesser y su equipo. Nunca habíamos conseguido llegar a ver una animación de estos famosos personajes tan lograda. Está claro que este es el camino. Otra cosa es superar esas historietas pensadas a modo de fascículos que proporcionan un gran entretenimiento y disfrute pero que se hace complicado llevarlas a la gran pantalla. Esperemos que alguien recoja el guante y se atreva a ofrecernos una versión más reducida a modo de serie televisiva. Claro que quizás sea pedir demasiado.
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Pompeya
Pompeya (2014)
  • 4,2
    11.641
  • Estados Unidos Paul W.S. Anderson
  • Kit Harington, Carrie-Anne Moss, Emily Browning ...
4
Espartaco en serie C
Sorprende ver el nombre de Paul W.S. Anderson en una producción de este tipo en que parece querer proponernos un viaje al antiguo "peplum". La verdad es que un realizador más ligado al fantástico, muy ligado a la saga "Resident Evil" no parece el más adecuado para una película de estas características.

De entrada hay que decir que el realizador consigue salir airoso. Sobre todo en el apartado visual. Es aquí donde el realizador termina llevándose a su terreno una película eminentemente comercial que trata de aprovechar el tirón comercial del televisivo Kit Harrington, protagonista del film, el cual interpreta a un esclavo celta que acaba en el anfiteatro de Pompeya justo en el momento en que entra en erupción. Pero antes le dará tiempo a trabar amistad con el principal gladiador de la localidad, Atticus (Adewale Akinnuoye-Agbaje) y enamorar a la joven romama Cassia (Emily Browning).

Durante la mayor parte del metraje, Anderson ejecuta un guion típico que trata de alejarse de la obra "Los últimos días de Pompeya" (llevada al cine al menos en un par de ocasiones), novela escrita por Edward Bulwer Lytton, aunque no de cierto clasicismo y romanticismo presente, ni tampoco puede evitar su acercamiento a films más actuales como "Gladiator" ni ciertos puntos de contacto con el cine de catástrofes. Incluso me atrevería a referenciar a "Titanic" sobre todo por la historia de amor entre un esclavo y una aristócrata romana, que intentará ser truncada por el malo de turno (interpretado por Kiefer Sutherland). Mientras se van desgranando los hechos, la cámara de Anderson no deja de recordarnos la imponente presencia del volcán cuya erupción se va haciendo casi inminente. Pero naturalmente habrá que esperar el momento oportuno para entrar en escena y convertirse en el verdadero protagonista del film.

Es partir de ese momento donde Anderson se crece, retratando con todo lujo de detalles como se cierne la catástrofe sobre una población asustada, acorralada entre las estrechas calles de la próspera ciudad y sepultada primero por un gran maremoto y después por la lava del volcán, llevándose por delante a todo bicho viviente. En general el film funciona pese a los tópicos tan manidos en este tipo de películas quizás porque los jóvenes protagonistas consiguen aportar algo de frescura y desparpajo al film y el realizador maneja de forma excelente el tempo narrativo, dosificando debidamente la acción y la tensión dramática a base de pausas para que hacer que todo estalle en el momento adecuado. Pese a todo, el apartado visual es el más interesante del film. Ayudado por las técnicas digitales, Anderson nos muestra con todo lujo de detalles la destrucción de la ciudad y sabe darle una conclusión melodramática que casi nos lleva a los clásicos.

No hay que olvidar que se trata de un producto de consumo, pero en general el film de Anderson cumple sus objetivos de entretener al público jugando con la tensión que el espectador es conocedor del acontecimiento que tendrá lugar en Pompeya, pese a lo cual consigue distraernos los suficiente como para que no estemos deseando que estalle de una vez el volcán y la lava se lleve a todo el mundo por delante.
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La mula
La mula (2013)
  • 5,4
    2.806
  • España Michael Radford
  • Mario Casas, María Valverde, Secun De La Rosa ...
5
Una mula que no es una vaquilla
Basada en una novela de Juan Eslava Galán, y en principio dirigida por Michael Radford, el film, ambientado en la guerra civil española, tiene como protagonista a Castro (Mario Casas) un joven soldado del bando nacional quien trata de sobrevivir a la contienda mientras intenta escamotear una mula para llevársela a su pueblo cuando acabe la guerra.

Decía "en principio dirigida por Michael Radford" porque lamentablemente el film ha quedado lastrado debido a un enfrentamiento entre las productoras española y británica, hecho que motivo el abandono del film por parte de éste y el intento de evitar que se estrenara y que se relacionara su nombre con el de esta película. Hay que tener en cuenta que el film fue rodado entre 2009 y 2010 y no fue hasta finales de 2012 cuando se autorizó a su distribución. Por el camino, la productora española asumió su montaje definitivo.

Y es un pena que la ironía que ha caracterizado la obra de Juan Eslava Galán, autor del libro en el que está basada la historia y co-guionista (junto a Michael Radford) haya quedado prácticamente diluida en un conjunto de imágenes en las que se trata de hacernos ver lo absurdo de una guerra en la que se enfrentaron hermanos contra hermanos a quienes pilló la contienda en un bando o en otro casi sin poder elegir. En el caso de Castro, se pasó al bando nacional al encarcelar a su padre los partidarios republicanos, mientras que su amigo de toda la vida está en el otro lado de la trinchera. También se pierde cómo se va conformando la nueva sociedad que va a salir del conflicto, en el que los ganadores van a pasar cuentas con los perdedores, no sólo en forma de someros ajusticiamientos, sino que también socialmente se van a colocar por encima y esto será aprovechado por quienes sepan arrimarse a ellos para sacar también tajada. En este sentido hay que entender el voluble personaje que interpreta la joven Conchi, que se presta a los manejos de su madre para conseguir un rápido ascenso social.

En el film se pueden ver muchos de estos elementos, pero el problema es que no están debidamente desarrollados. Y en muchos casos se hace muy notoria la falta de imágenes, incluso de información. De hecho, no queda nada claro en qué momento de la guerra civil estamos, y existen diversas incongruencias puesto que región originaria del protagonista del film fue liberada mucho antes de acabar la guerra. Todo esto no hace sino incidir en los problemas que han rodeado a esta película, y que se ha terminado casi de cualquier forma buscando ofrecer algo mínimamente coherente para estrenar en las salas de cine para al menos recuperar parte de la inversión, con el reclamo de la participación de los jóvenes Mario Casas y María Valverde. Sólo así se entienden la presencia de ambos en buena parte de los pasajes de la película en detrimento de otros personajes que tal vez hubieran añadido una mirada algo más coral. Seguramente la persona encargada del montaje definitivo, estuvo viendo antes "La vaquilla" ya que no faltan similitudes por no decir burdas referencias. Y es que el film del gran Berlanga, guionizado por el no menos grande Rafael Azcona, sigue siendo uno de las mejores películas realizadas sobre la guerra civil hasta la fecha.

Parece que hay una especie de maldición con los films que tratan de inspirarse en el conflicto bélico iniciado en 1936. Hasta el 1977 era imposible ofrecer una visión más o menos objetiva de los hechos por motivos obvios. Y desde entonces ha habido cierto ánimo revanchista en mostrar las crueldades del ejercito "anteriormente conocido como nacional pero que ahora son los rebeldes o anti-republicanos". Berlanga, a través de la pluma de Azcona, ha sido de los pocos que ha sabido ofrecernos de una forma más redonda el sinsentido de la guerra civil. Pese a que había un buen material de partida, con la participación activa de Eslava Galán, podemos hablar con todo conocimiento de causa de un film fallido.
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Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp
Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp (1993)
  • 6,4
    14.687
  • Estados Unidos George Pan Cosmatos
  • Kurt Russell, Val Kilmer, Sam Elliott ...
7
Filma la leyenda
No cabe duda que Wyatt Earp es uno de los personajes reales más citados en los numerosos westerns realizados a lo largo de la historia del cine. No sólo ha tenido presencia física más o menos testimonial en varios films sino que incluso en varios de ellos ha sido protagonista, junto a su inseparable amigo el jugador "Doc" Holliday. Por lo que se sabe, Earp ejerció de agente de la ley en poblados fronterizos en el momento en que, tras la Guerra Civil, hubo una gran expansión hacia el Oeste, tierras que hasta entonces estaban controladas por los nativos americanos (más conocidos en el mundo del cine por "los indios"). En estas improvisadas ciudades originarias, el largo brazo de la administración norteamericana y lo que todo ello conlleva, apenas tenía presencia, por lo que es lógico suponer las diferencias de intereses se solucionaban de un modo más bien poco legal. Estas disputas han alimentado en buena medida gran parte de los westerns producidos por Hollywood, consiguiendo mitificar lo que en el fondo no dejaban de ser meras disputas subidas de tono. Seguramente el hecho que el propio Earp estuviera todavía vivito y coleando en California justo cuando unos cuantos iluminados decidieran establecer allí la "meca del cine", por tanto conocer a algunos de los pioneros, ha ayudado a convertir lo que a buen seguro fue una escaramuza más de tantas, como el tiroteo en el O.K. Corral de la localidad de Tombstone, en un hecho singular, y elevado a sus protagonistas a la categoría de legendarios.

De esta forma, una de las últimas aportaciones a tan "legendaria" figura es la que nos ocupa, dirigida por George Pan Cosmatos (que en su currículum además de ésta figuran títulos de culto como "Rambo 2" o "Cobra" protagonizadas por otra figura "legendaria" del cine como es Silvester Stallone), y que cuenta con un reparto lleno de caras conocidas. Kurt Russell es el encargado de dar vida a Wyatt Earp, mientras que Val Kilmer interpreta al tuberculoso, jugador y pistolero (por este orden) John "Doc" Holliday. Entre los hermanos de Earp podemos reconocer a Sam Elliot y Bill Paxton, mientras que entre sus antagonistas se encuentran Powers Boothe y Michael Biehn. Además entre los secundarios se encuentran Jason Priestley, Billy Bob Thornton, Harry Carey Jr. o Billy Zane. Curiosamente este film coincidió en el tiempo con otra producción, dirigida por Lawrence Kasdan y protagonizada por Kevin Costner aunque más centrada en la vida de Earp, mientras que en este film de Cosmatos, se centra básicamente en los sucesos de Tombstone, aunque para ver el tiroteo tendremos que asistir a sus antecedentes.

El modelo en que se basa Cosmatos son los dos films que realizó John Sturges sobre los mismos hechos "Duelo de titanes" (1956) en la que adaptaba libremente el tiroteo, contribuyendo a la leyenda, y "la hora de las pistolas"(1967), en el que narra los hechos posteriores tratando de ser más fiel a la historia real. Partiendo de estas referencias, Cosmatos adapta un guion de Kevin Jarre (también guionista de "Rambo 2") que intenta ser algo más realista, no sólo buscando que los actores se asemejen físicamente a los personajes reales, bigotes incluidos, sino introduciendo el tiroteo en su contexto realista, en el que la familia Earp llega a Tombstone con la intención de hacer fortuna al igual que muchos otros buscadores de oro y plata. Allí empezarán a tropezar con los miembros de una expeditiva banda conocida como los "Cowboys", dedicadas a actividades diversas, no todas legales. El resto, es historia... o leyenda según se mire.

Pese a su voluntad realista, no faltan algunas licencias que el tándem Cosmatos/Jarred se permiten, aunque vistas otras aportaciones posteriores, el realismo se queda a medio camino. No se puede negar el parecido físico a los personajes reales, pero todavía se representa Tombstone como un lugar "limpio", una floreciente población, con todos los servicios. Aunque el realizador se olvida de los mineros que deberían ser los que le daban realmente vida y no un conjunto de refinados tipos trajeados y con revólver al cinto.

En general el film funciona bastante bien precisamente mientras se detiene en la descripción de los diversos personajes y los roces que acabarán en el O.K.Corral. A partir de ahí, a Cosmatos, se le va la mano y empieza a abusar de planos aéreos en los que vemos a la partida de Earp cabalgar tras los "Cowboys", tratando de buscar la épica, dando saltos en el tiempo sin darnos mucha explicaciones, así acabamos viendo estrellas en el pecho de Earp, en el de los "Cowboys" y no sabemos muy bien como ni porqué. Además el enfrentamiento entre los Earp y los Clanton, queda en un segundo plano por la rivalidad entre Holliday y Ringo, lo que, hay que decir que redunda en beneficio del film, en especial gracias a la excelente composición que Kilmer hace del conocido pistolero, al que Biehn sabe darle la réplica.

Sin llegar al nivel de la inigualable "Duelo de titanes", siendo menos realista de lo que pretende, el film no carece de buenos momentos que por lo menos nos llevan a recuperar, aunque sea momentáneamente, un género casi desaparecido en la década de los 90.
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1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brick Mansions (La fortaleza)
Brick Mansions (La fortaleza) (2014)
  • 4,5
    3.083
  • Francia Camille Delamarre
  • Paul Walker, David Belle, RZA ...
5
Besson de serie B
De la mano de la productora de Luc Besson y de un guion escrito por él mismo junto a Bibi Naceri, el (desconocido) Camille Delamarre, nos trasladan a un futurista, y en cierto modo apocalíptico, Detroit, en el que la diferencia entre ricos y pobres se ha hecho evidente a través de un muro que separa ambos muros. Dentro del de los pobres reina la ley del más fuerte, y en este caso es un temible mafioso llamado Tremain (interpretado por RZA). Aunque los responsables del otro lado del muro, tienen un plan, para lo cual necesitan infiltrar a un eficiente policía Damian Coller (Paul Walker), para lo cual contará con la ayuda involuntaria de Lino (David Belle) un tipo que sobrevive como puede en el denominado "brick mansions" que domina Tremain.

Al film no se le pueden negar buena parte de los aciertos que atesoran los productos que salen de la factoría de Besson, en especial en el apartado técnico, no sólo dibujando un Detroit futurista, sino también diseñando unas aceptables escenas de acción. Aunque es cierto que hay un abuso del apartado digital. Incluso tienen una duración razonable para lo que hay que contar.

Sin embargo, a todo este moderno envoltorio no consigue esconder una película bastante simple, con un guion que apenas se sostiene en pie, lleno de frases tan antiguas como el propio cine, y con un desenlace tan ramplón y facilón que incluso haría sonrojar a cualquier directivo de la Disney. La verdad es que parece esbozar unas ideas muy manidas ("Robocop" o "1997: Rescate en Nueva York" parecen una de las muchas fuentes de inspiración), que no se terminan de desarrolla. Incluso da la impresión que en realidad se trata de un esquema, o, peor, de un guion acabado apresuradamente. El film, escenas de acción aparte, más bien parece una excusa para mostrar a David Belle dando saltos por las ruinas de Detroit, al malogrado Paul Walker conduciendo vehículos a toda velocidad fuera de la saga "fast and furious" y a RZA haciendo de gangster pero sin rapear.

No se le puede quitar mérito a lo que Luc Besson ha hecho desde finales de los años 80. En su momento, fue uno de los pioneros que demostró que se podía hacer cine de acción fuera de Hollywood, y sus primeros films han conseguido hacerse un hueco en un apartado que parecía un coto privado de las producciones norteamericanas. Pero de un tiempo a esta parte, parece que se preocupa excesivamente porque en sus películas se vea su "marca". Tanto es así que está descuidando bastante la calidad del resultado final.
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La vida de Adèle
La vida de Adèle (2013)
  • 7,4
    39.726
  • Francia Abdellatif Kechiche
  • Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux, Salim Kechiouche ...
7
Vida de esta chica
El realizador de origen tunecino Abdellatif Kechiche nos ofrece un film en el que sigue la vida de una joven francesa, Adèle (interpretada por Adèle Exarchopoulos), desde sus años como estudiante hasta que empieza a adentrarse en la edad adulta, cuando ya tiene una ocupación y vive independizada. Y cuando digo que "sigue" es que la cámara apenas de deja de enfocar a la protagonista salvo en contadas ocasiones durante las más de dos horas y media que dura el metraje, en un ejercicio que se podría comparar con el realizado por Linklater en "Boyhood".

De hecho, el estilo de ambos realizadores es muy similar, sobre todo en el afán de presentar de una forma totalmente realista y cercana al documental a una persona, normal y corriente. La diferencia es que mientras que el film de Linklater trata de explicar la vida de su protagonista "hacia afuera", es decir, en realicióna las cambios que va sufriendo en su vida (motivado principalmente por los 15 años de duración del rodaje), en el caso de Adèle, Kechiche trata de hacer un ejercicio más interiorista con su personaje, e incluso más íntimo. Esto explica el hecho que no sólo se conforme con seguir a su protagonista en las relaciones con sus amigas, compañeras de clase, o sus relaciones sentimentales e incluso sexuales, o sus actividades escolares y posteriormente profesionales, sino que en buena parte de estas acciones, la cámara del realizador filma buena parte del tiempo la cara de su protagonista en primer término de forma que casi podemos leer su pensamiento (es una forma de hablar).

No es nada sencillo mostrar naturalidad cuando tienes una cámara tan cerca de ti, pero la prácticamente desconocida Exarchopoulos sale más que airosa de la experiencia. Incluso cuando la vemos practicar el sexo, lo hace de una forma tan natural que difícilmente se podría considerar pornografía las escenas tan explícitas que nos muestra Kechiche. El realizador va haciendo avanzar la narración a base de diversos saltos temporales, en los que vamos conociendo aspectos de su protagonista, a través de lo que vemos en pantalla, intentando acercarse al estilo de la novela gráfica en que está basada su historia (creada por Julieh Maroh), pero que consigue que sin que nos cuente nada, vayamos conociendo a Adèle, su despertar sexual, sus primeros escarceos con un compañero de clase y la relación con Emma (Léa Seydoux) que terminará por marcar profundamente su joven existencia. De forma sutil, el realizador va haciendo avanzar la relación desde la pasión desbordante del principio hasta que se llega a cierto distanciamiento, no tanto por la rutina sino por la diferente personalidad y formación de ambas que al final se convertirá en un obstáculo en su relación.

Quizás el principal problema a que se va a enfrentar este film es que su valoración va a quedar marcada en buena medida por las largas escenas de sexo entre dos mujeres, cuando en realidad no es el propósito del realizador que dichas escenas se destaquen por encima de lo que nos quiere contar. Todo el esfuerzo de Kechiche es el de desnudar literalmente a su protagonista a través de esos primerísmos planos en los que prácticamente somos capaces de saber el tipo de colonia que utiliza. Por este motivo, las escenas de sexo no son más que un aspecto más de lo que vemos de la protagonista, no son usadas como una excusa morbosa para atraer espectadores de mentes calenturientas a las sala de cine, o ganar más espectadores a base de polémica mostrando lo que pocos se han atrevido, sino que forman parte de las experiencias vitales de Adèle y quedan integradas en lo que vemos de una forma totalmente natural. El gran logro de Kechiche es el de haber sido capaz de mostrar a dos personas que se aman con tal realismo que en modo alguno lo podríamos comparar con un film erótico o pornográfico. Pese a que a buen seguro en Norteamérica no se habrá exhibido en salas normales o seguramente habrá sido necesario mutilarlo para pasar el corte.

Alejando posibles polémicas, Kechiche consigue ofrecernos un film realista, honesto y directo, sin opiniones, sin juicios de valor y sin moralina sobre la vida de una joven, normal y corriente que sabe mostrarse tal cual es ante la cámara y a la que terminamos conociendo mucho más que la mayoría de personas con las que nos cruzamos en la vida.
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Balada triste de trompeta
Balada triste de trompeta (2010)
  • 5,6
    42.855
  • España Álex de la Iglesia
  • Carlos Areces, Antonio de la Torre, Carolina Bang ...
6
Si no se rien, acojonálos
Desde el estreno de "Crimen Ferpecto" hasta este film han pasado 6 años en los que el realizador Alex de la Iglesia apenas nos ha ofrecido algunos cortos y un inciso con un film de encargo en el 2008 con "Los crímenes de Oxford", experiencia de la que no parece que quedara muy contento que digamos. El film era bastante correcto, aunque difícilmente reconocemos a De La Iglesia en él. En este largometraje no hay ninguna duda sobre la mano que lo ha filmado.

La historia comienza en los últimos momentos de la Guerra Civil, en la que el padre de uno de los protagonistas (interpretado por Santiago Segura), es un payaso que se ve obligado a pelear junto con un pelotón de republicanos (comandados por Fernando Guillen Cuervo), motivo por el que acaba encarcelado y termina sus días en la faraónica obra del Valle de los Caídos. Ya de mayor, cuando el régimen franquista está ya agonizando, Javier (Carlos Areces) acaba en un circo ejerciendo de payaso triste, junto a Sergio (Javier de la Torre) el payaso principal y que ejerce un dominio sobre todos los integrantes del circo, incluyendo a la bella trapecista Natalia (Carolina Bang), la cual pese a los maltratos sufridos por su novio, le sigue aguantando pese a que parece sentirse atraída por el silencioso Javier.

Como todo triángulo, las cosas no terminarán bien del todo. Pero el realizador no pretende ofrecernos un drama al uso, sino que utiliza todo este material para establecer una curiosa (y compleja) metáfora. Javier es el máximo exponente de la depuesta República, ingenuo e idealista. Por su parte Sergio es la mano dura y en ocasiones brutal que representa el régimen franquista, que pese a ser capaz de entretener y hacer reír a los niños, es capaz de apalizar sin contemplaciones a quien le lleva la contraria. En medio de ambos, Natalia (España??¡¡) se debate entre la mano dura de Sergio, y la mano tierna de Javier, con cierta preferencia al primero. Sin embargo, el segundo no se conformará con estar recibiendo siempre y se rebelará contra su destino (y su ADN).

Hasta aquí lo que parece que Alex de la Iglesia quiere explicar. El principal problema del film es su forma de explicarlo. Hay que reconocerle al realizador que arranca bien. Con una introducción que nos pone en situación, y posteriormente con los primeros compases que ilustran la llegada de Javier al circo. A partir de aquí, la película entra en una especie de "tunel del exceso" en el que las situaciones que plantea rozan el absurdo cuando no lo grotesto y que derivan en un "grand finale" tan apoteósico como excesivo con el Valle de los Caídos como telón de fondo. Da la impresión que el realizador ha querido ajustar cuentas con la historia muy a su manera, pero se ha dejado llevar demasiado por la mala leche que tenía acumulada.

Y es que el film contiene un cuidado y potente despliegue visual en todo su metraje, tanto en sus compases iniciales con la guerra civil, como el retrato de la España de los 70, e incluso coloca a sus personajes en determinados momentos de nuestra historia no tan reciente ya. De La Iglesia se luce en el apartado estético. Además cuenta con un reparto sólido en el que además de los mencionados intervienen Manuel Tejada, Manuel Tallafé, Sancho Gracia, Terele Pávez, José Manuel Cervino, Luís Varla, Joaquin Climent, y algún que otro cameo como el de Raúl Arévalo o el de Fran Perea.

Entre lo que hubiera podido ser un film más convencional y el exceso en el que deviene quizás se hubiera agradecido algo más equilibrado, sin perder la mordiente y con algún toque de sentido del humor, o, por lo menos de una mayor ironía algo de lo que sabemos que el realizador no carece. Ya que la verdad es que cuesta ver el famoso humor negro de que ha hecho gala en su filmografía (la frase que se menciona en el film "Si no se ríen, acojónolados" resulta de lo más apropiada para resumir el film). Pero, quizás porque esta vez no ha habido nadie que le acompañe al realizar el guion, al final se le acaba escapando de las manos, convirtiendo lo que quiere contarnos en algo más bien visceral, en el que queda muy clara la postura del realizador, tan clara como un puñetazo en el estómago con lo que, a mi entender no termina de lograr sus objetivos.
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Torrente 5: Operación Eurovegas
Torrente 5: Operación Eurovegas (2014)
  • 4,6
    21.678
  • España Santiago Segura
  • Santiago Segura, Julián López, Jesulín de Ubrique ...
6
Mejorando las entregas anteriores
No cabe ninguna duda que Santiago Segura es un tipo muy inteligente. Hace ya 16 años nos sorprendió a todos dirigiendo e interpretando a un personaje que aunaba todos los tópicos de la esa España cañí que todos llevamos muy dentro: alcohólico, amoral, cainita, putero, chanchullero.... y además policía. Y pese a la roña y caspa que destilaba una primera película rodada con un presupuesto modesto (que dicho sea de paso ayudó a terminar de modelar su personaje), el público respondió masivamente colocando sus posteriores entregas (hechas con un presupuesto mucho más generoso) entre las películas españolas más taquilleras. Su carrera como realizador se ha basado básicamente en explotar a dicho personaje, a base de utilizar los medios televisivos e incluyendo en sus películas a los personajes más populares del país como punta de lanza para conseguir que cada estreno suyo se convierta en un acontecimiento digno de los mejores estrenos "made in Hollywood". El negocio le ha salido redondo.

Otra cosa es entrar a valorar la calidad de sus películas. Desde una primera entrega en la que, con muy mala leche, satirizaba el que podríamos llamar ADN español, el personaje ha ido evolucionando convirtiéndose en una mera atracción de feria, y olvidando sus orígenes patricos ha buscado parecidos con otros personajes salidos de Hollywood como Harry el sucio o James Bond, tamizados por la realidad española. Por el camino, Segura perdió mucha de la mordiente y mala baba que tenía su personaje.

En esta quinta entrega, Segura no deja de mirarse en el espejo de Hollywood pero al mismo tiempo ha intentado recuperar el "punch" que tenía su personaje. Posiblemente la profunda crisis económica en la que estamos sumidos, con sus "daños colaterales" (la corrupción), ha ayudado a dar un salto en el tiempo, situando la acción en 2018, momento en que Torrente sale de la cárcel y se encuentra un panorama desolador: España ha salido del Euro y ha vuelto a la peseta, el estadio del equipo de sus amores (el Atleti) es un montón de ruinas, la gente pasa tanta penuria que prefiere delinquir para entrar en la cárcel y comer caliente, Catalunya se ha independizado y su selección ha llegado a la final del Mundial de fútbol..... El desalentador (y catastrofista) retrato del país que dibuja Segura en sus primeros 10 minutos es lo mejor del film.

Además en esta ocasión Segura se ha rodeado de un buen puñado de cómicos que ayudan a mantener la vis cómica. Julian Lopez recupera el Cuco que tan bien interpretó en su día Gabino Diego, las (breves) aportaciones de Carlos Areces son impagables, y junto a él tienen algún momento de lucimiento Chus Lampreave, Neus Asensi y Fernando Esteso (quien tiene un careo con el que fue inseparable compañero de rodaje Andrés Pajares). Aunque el realizar no renuncia a la "cuota del famoseo", empezando por un Jesulín de Ubrique que aguanta carros y carretas a base de múltiples referencias a su vida sentimental, y siguiendo con Anna Simón, Angy, Cañita Brava, Falete, y muchos otros cameos. Al menos en esta ocasión los que son puramente cómicos son los que llevan el peso del film y el resto se limita a aparecer. Además de todo esto, gracias a sus contactos, ha conseguido la presencia de Alec Baldwin.

De nuevo Santiago Segura se ha mirado en el espejo de Hollywood, realizando una especie de versión/parodia de "Ocean's eleven" pero realizando el atraco en el casino de Eurovegas que según su realidad en 2018 ya está en pleno funcionamiento en Madrid.

Hay que reconocerle a Segura que en esta ocasión ha conseguido hacer un film mucho más divertido que los dos últimos, tratando de volver a la esencia de los inicios, aunque no lo consigue totalmente. Personalmente sigo quedándome con las dos primeras entregas (con mayor preferencia por la primera), pero la verdad es que la película no carece de buenos momentos y que segura cumple esta vez con lo que promete. No hay que pedirle nada más allá de pasar un buen rato y echar unas carcajadas con este tipo de películas
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Corazones de acero
Corazones de acero (2014)
  • 6,6
    40.058
  • Estados Unidos David Ayer
  • Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LaBeouf ...
7
Una guerra más realista
David Ayer es el firmante de este título bélico ambientado en los últimos estertores de la guerra en Europa cuando el avance de las fuerzas aliadas hacia Berlín era ya imparable. El film retrata a los peculiares componentes de la dotación de un tanque comandado por el Sargento Don Collier (Brad Pitt), al que se incorpora un novato, Norman Ellison (Logan Lerman), que había estado en un puesto de mecanógrafo y que conocerá en primera persona lo que es la guerra.

El film se podría considerar como una historia de iniciación. El joven Ellison es acogido y disciplinado por el veterano sargento y poco a poco tendrá que ganarse el respeto de sus compañeros de tanque (entre los que casi no reconocemos al caracterizadísimo Shia LaBeouf. Para ello tendrá que pasar algunos "ritos de iniciación" que son a los que asistiremos antes de verles enfrentarse a toda una columna de alemanes en el último tramo del film.

El realizador no se aparta de la tendencia que ya es habitual en mostrar la guerra de una forma más "sucia". No sólo por la suciedad en sí que llevan a cuestas todos los personajes, sino por el hecho de evitar tintes patrioteros y romper el habitual manierismo de los films bélicos de mitad del siglo pasado. Aquí no hay malos ni buenos. De hecho, los alemanes son prácticamente una sombra en retirada que apenas vislumbramos excepto en breves y contadas excepciones. Sólo en el último tercio llegamos a ver un enfrentamiento más directo (aunque nocturno), pero aún así no pasa por ser una mera escaramuza que no pasará a los libros de historia. Por su parte los norteamericanos, encabezados por el sargento Collier, tras varios años en guerra son retratados como un grupo de tipos embrutecidos, y que se comportan en territorio alemán como unos conquistadores en toda regla, tomando posesión de lo que les apetece y aplicando una justica muy especial. Aunque es cierto que en el personaje de Collier, Ayer se esfuerza en mostrar mejores modos, pero el film viene a ser el proceso de embrutecimiento del novato para convertirlo en un soldado que debe matar todo lo que se le ponga a tiro.

En el film hay un buen trabajo de puesta en escena y también de fotografía que hace aumentar la sensación de realismo. Quizás en algún momento se pasen un tanto con tanta bala trazadora, y en último término se exagera bastante las capacidades de unos frente a la de los alemanes. En todo caso, también se detecta cierta mirada crítica hacia lo absurdo del conflicto. Siguiendo el proceso de cambio de Ellison, vemos como poco a poco pierde no sólo la inocencia sino también otros valores, como único camino para hacerse respetar entre sus compañeros de tanque. Por otro lado, Ayer despoja a todos sus personajes de los habituales valores discursos patrioteros e idealismos bienintencionados. En su lugar retrata a soldados que se limitan a matar antes que alguien les mate a ellos. No se preguntan porqué están allí, bastante tienen con mantenerse vivos. Para ellos, se trata de un trabajo que tienen que realizar y simplemente cumplen las órdenes que reciben. No existen dilemas morales, ni grandes ideales, ni grandilocuentes discursos. Esta es quizás uno de los atractivos del film

El otro es la buena factura y el excelente pulso que demuestra Ayer en las (pocas) escenas de acción del film. Un nervio que ya ha mostrado en anteriores films ("Vidas al límite", "Dueños de la calle", "Sin tregua" o la inmediatamente anterior "Sabotage") y que le perfilan como realizador adecuado para películas de acción. En el otro lado de la balanza, se le podría achacar el hecho que se trata un film realizado para el lucimiento de la estrella de la película, Brad Pitt, dejando poco espacio al que debería ser el verdadero protagonista (Lerman no es un actor que le pueda hacer sombra a Pitt) ni a secundarios que hubieran dado mucho más de sí (en especial LaBeouf que pedía a gritos más planos). Afortunadamente son mayores los aciertos que los desaciertos, y Ayer nos ofrece excelentes momentos en especial cuando el film se vuelve más físico que discursivo.
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V3nganza (Venganza 3)
V3nganza (Venganza 3) (2015)
  • 5,1
    13.300
  • Francia Olivier Megaton
  • Liam Neeson, Famke Janssen, Maggie Grace ...
5
Pidiendo la jubilación
Tercera entrega de las correrías del ex-agente de la CIA Bryan Mills (de nuevo interpretado por Liam Neeson). Si en la primera ponía patas arribas el sub-mundo de París buscando a su hija secuestrada y en la segunda casi deja Estambul en ruinas mientras se defiende de unos vengativos albaneses, ahora debe aclarar el asesinato de su ex-mujer (Famke Janssen) mientras la policía le persigue al ser el principal sospechoso de su muerte.

Repite en esta tercera entrega prácticamente el mismo equipo técnico de la factoría de Luc Besson, y al frente de la dirección continúa Olivier Megaton (un apellido muy apropiado para dedicarse al cine de acción), aunque en esta ocasión la secuela da claros síntomas de agotamiento. El más afectado es la propia estrella responsable. Si en la primera entrega Neeson demostró su buen hacer en un film principalmente de acción, y en la segunda supo mantener el tipo, en esta tercera parte parece físicamente cansado, e incluso me atrevería a decir desganado. No en vano han pasado 6 años desde la primera entrega, y en un actor que ya ha cumplido más de 60 años, lamentablemente se nota. Pero es que hasta parece haber transmitido este cansancio al que le dobla en las escenas de acción, que dicho sea de paso no pasan de algunas carreras y algún que otro salto. Incluso da la impresión que Neeson ha hecho este film por obligación, muy a su pesar. O tal vez han querido sacar esta entrega de forma dan apresurada que le ha pillado en medio de otros proyectos. El caso es que, si la principal estrella del film y el personaje sobre el que se sustenta todo el tinglado no da la talla, y no hay ninguna figura que pueda ayudarle a sobrellevar el peso el film se tambalea peligrosamente. Whitaker hubiera sido un buen candidato pero apenas le dan cancha, aunque si hubiera sido así, le hubiera robado la película sin excesivo esfuerzo.

Pero es que incluso los guionistas no han querido estrujarse excesivamente las meninges o es que el localizador de escenarios no tenía muchas ganas de viajar ya que toda la acción sucede en la localidad de origen de Mills, y salvo algún que otro momento, carece en su mayor parte de la acción trepidante de las dos primeras entregas. Da incluso la sensación que no ha habido demasiado tiempo para planificar debidamente el film y se limita seguir una trama tan convencional como sus escenas de acción que carecen del nervio de las dos primeras. Por el camino, realizador y guionista (cofirmado por el propio Luc Besson) se olvidan de dar algo de empaque al malo de turno e incluso desaprovechan la presencia del siempre eficiente Forest Whitaker en el papel de oficial de policía que persigue a Mills. No se puede negar que el film entretiene pero la verdad es que en esta ocasión no ofrece nada especial que no ofrezcan otras producciones similares. No hay escenarios exóticos, ni submundos del crimen, la sorpresa de ver a Neeson repartiendo estopa a diestro y siniestro ya se desvaneció en la segunda entrega, y ya no le podía pasar mucho más a su familia que motivara el sacarle de su merecido descanso junto a sus colegas de profesión, también retirados.

Casi con total seguridad hemos asistido a la última aventura de Bryan Mills, un personaje que ya había dado todo lo que tenía que dar de si en las dos entregas precedentes pero que seguramente sus responsables han querido terminar de exprimir al máximo el limón con unos resultados finales francamente discretos.
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Boyhood (Momentos de una vida)
Boyhood (Momentos de una vida) (2014)
  • 7,2
    49.421
  • Estados Unidos Richard Linklater
  • Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke ...
8
(casi) toda una vida
El realizador Richard Linklater es sobre todo conocido por su trilogía "Antes de amanecer" (1995), "Antes del atardecer" (2004) y "Antes del anochecer" (2013) aunque su filmografía es algo más amplia (aunque casi 20 títulos desde finales de los 80 no es precisamente ser un autor muy prolífico). En estas tres películas, protagonizadas por Ethan Hawke y Julie Delpy, seguía la evolución de un encuentro casual de dos jóvenes hasta su madurez (no en vano han pasado casi 20 años entre el primer film y el último), consiguiendo que el paso del tiempo sea el principal protagonista. No sólo por lo efímero de sus intensos encuentros, sino porque pasamos de conocer los sueños de juventud de ambos personajes a una realidad bien diferente de lo que imaginaron al principio.

La referencia a esta trilogía es bastante oporturna a la hora de hablar de ese film, puesto que no sólo comparte muchos aspectos temáticos, sino que la planificación y realización de la película es bastante similar. Pero condensada en más de dos horas y media de metraje. Linklater, según su propia información, empezó a rodar el film en 2002 cuando su protagonista Mason (Ellar Coltrane) era apenas un niño de 7 años, y terminó el rodaje casi doce años después 2013. A base de pequeñas jornadas con el protagonista y con el resto del reparto "fijo" compuesto por Ethan Hawke, Patricia Arquette como padres de Mason y su hermana (interpretada por la propia hija de Linklater, Loreleki). En total 39 días hábiles de rodaje repartidos en un largo lapso de tiempo, en el que somos testigos del crecimiento de Mason hasta que deja el hogar para ir a la universidad, momento en que Linklater decide terminar su película/experimento.

El realizador podría haber seguido a su protagonista varios años más, o incluso cortar mucho antes. Ignoro si los motivos de la decisión final han tenido que ver con asuntos comerciales (la duración de la cinta) o bien, desde el principio Linklater ya tenia previsto terminar en el momento en que Mason "sale del nido". De hecho, la valoración de la película puede variar mucho si supiéramos si había un plan establecido o bien el film se ido haciendo sobre la marcha, en la medida en que las circunstancias de todo el equipo han ido variando con el tiempo. Personalmente me gustaría pensar que al margen de un plan inicial, el paso de los años ha ido introduciendo variaciones. Más que nada porque de esta forma se reforzaría la idea principal del film: "tempus fugit". Mason y su familia no es que tengan una vida agitada o particularmente emocionante, de hecho el realizador nos va ofreciendo diversos pasajes cotidianos de la vida de Mason, sus padres y su hermana. Una familia que podríamos catalogar como de "normal", con unos padres separados (intuimos que por el estilo de vida del padre) y cuya figura es sustituida por algunos padrastros fruto de diversas relaciones de su madre lo que les obliga a cambiar de residencia alguna que otra vez, dejando atrás conocidos, hermanastros, padrastros y hogares.

Un aspecto interesante en el film es la naturalidad con que se van asumiendo los cambios en la vida de Mason (físicos y sociales), con un montaje sutil que da ligeros saltos que pese a todo no suponen una ruptura con la línea argumental. Así, por ejemplo, vamos intuyendo el deterioro de las relaciones de la Madre de Mason, con los saltos, pero evitando situaciones puramente dramáticas o de conflicto. Linklater deja que sea el espectador el que se esfuerce por rellenar los huecos que quedan libre entre secuencia y secuencia de forma que cada cambio también supone un salto en el tiempo, en el que vemos a Mason con el pelo más largo, con el pelo más corto, más alto, pero también vamos apreciando los efectos del paso del tiempo en quienes le rodean e incluso su propia evolución personal.

Con todo esto, y con un sólo film el realizador ha conseguido incidir en el paso del tiempo de una forma mucho más efectiva que con el conjunto "Antes de..." aunque "sólo" ha tardado 12 años en hacer el film. Rodado de una forma totalmente neutral, como si dejara la cámara por casualidad, con un formato casi de documental, asistimos a una especie de experimento en el que vemos como van cambiando los tiempos, las personas, el mundo que les rodea, mejor dicho el mundo que nos rodea a nosotros y que lo hace día a día, aunque sólo somos capaces de percibirlo cuando, de vez en cuando, echamos la vista y contemplamos lo que hemos ido dejando atrás. Como dijo el poeta: "se hace camino al andar".
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The Imitation Game (Descifrando Enigma)
The Imitation Game (Descifrando Enigma) (2014)
  • 7,2
    59.706
  • Reino Unido Morten Tyldum
  • Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Mark Strong ...
8
Un hombre y su obsesión
El film, dirigido por el nórdico (y prácticamente desconocido) Morten Tyldum y ambientado en plena Segunda Guerra Mundial, recrea la obsesión por parte del matemático Alan Turing de conseguir descifrar los mensajes de la máquina de cifrado alemana llamada Enigma. Para lo cual fue capaz de construir a su vez una máquina cuyos principios fueron la base de las futuras computadoras.

Pese a que en términos generales se habla de biopic sobre la figura de Turing, desde mi punto de vista no se podría considerar exactamente como tal. Es cierto que a lo largo del metraje se repasan algunos pasajes concretos de la vida de Turing (interpretado de forma magistral por Bennedict Cumberbatch), tanto de su época de escolar como de los años posteriores al final de la guerra. Pero estos pasajes lo que pretenden es arrojar algo de luz sobre la personalidad del protagonista de la función, ya que todos los demás personajes, se definen en base a su relación con él, asumiendo sin demasiados complejos una función subordinada. Desde el personaje que interpreta Keira Knightley, que ejerce una función catalizadora de "humanizar" al protagonista, pasando por el equipo de criptógrafos encabezados por Matthew Goode y en el que también reconocemos a Allen Leech, pasando por Mark Strong como jefe del MI6 o la presencia de Charles Dance que cumple como pocos su papel de antagonista.

Utilizando un aspecto de "thriller", Tyldum retrata los esfuerzos por parte de Turing por conseguir descifrar los mensajes en códigos. unos esfuerzos que le hicieron enfrentarse prácticamente a todos, y a luchar contra viento y marea por conseguir que se aceptara su línea de investigación, totalmente opuesta a la oficial, algo que su peculiar carácter de genio incomprendido cercano al Asperger y de tendencias homosexuales no le ayudó a granjearse grandes amistades. Aquí es donde cobran sentido determinados "flashbacks" que ayudan al espectador a acercar al personaje y entender sus motivaciones. De la misma forma, los momentos posteriores sirven para entender la situación del personaje y de paso señalar la injusticia histórica que se cometió con él (reparada recientemente y a título póstumo).

No se puede negar que estamos ante un excelente film, que cuenta con una puesta en escena voluntariamente sobria, huyendo de efectismos innecesarios en los que se hubiera podido caer fácilmente teniendo en cuenta que la gran parte del film está ambientado en los años más duros de la guerra, en los que sólo Inglaterra estaba aguantando el ímpetu del avance alemán. La fuerza del film se encuentra sobre todo en las interpretaciones. Cumberbacht lo borda, sacando de su personaje múltiples matices sólo con los gestos o las miradas. Pero tampoco habría que desmerecer al resto del reparto que asume su papel subordinado sin problemas y de los que Tyldum consigue arrancar también meritorias interpretaciones. Más que un film de acciones, se trata de un film de actores.

En cualquier caso, no debemos olvidar que se trata del candidato de la compañía Weinstein de cara a los oscars. Con su olfato habitual, los responsables del film han sabido escoger una historia que ha conectado tanto con el espectador como con los académicos que votan: una historia real, un personaje peculiar, genio incomprendido que se enfrenta casi en solitario a lo imposible (y al que se le añade un epílogo de persecución para remarcar la injusticia), hasta héroe anónimo (más por necesidades de Estado que por sus inclinaciones) que acaba prácticamente en el olvido. Desde luego son ingredientes muy atractivos para hacer una película taquillera y que además adorne su palmarés con unos cuantos premios. Ahora bien, al margen de todo esto, tampoco hay que olvidar que se trata de una película interesante, no sólo por lo que cuenta, sino por la forma en que lo hace, lleno de sutilezas y matices que no empañan el tono sobrio que domina todo el relato. Para quien no lo conociera, Cumberbach demuestra que se trata de un actor a tener en cuenta los próximos años, sin olvidarnos de la presencia de un realizador que si tiene oportunidad también tendrá muchas cosas que contar.
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El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos
El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos (2014)
  • 6,3
    48.841
  • Nueva Zelanda Peter Jackson
  • Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage ...
7
Final de la trilogía por todo lo alto
Tercera y última parte de las aventuras de Bilbo Bolson, lejos de la Comarca y en compañía de un grupo de enanos en busca de los tesoros almacenados por un dragón con malas pulgas.De hecho, el film empieza sin muchos rodeos justo donde quedó en la anterior entrega, reforzando la idea generalizada que si estamos ante una nueva trilogía, esto ha sido más por una clara voluntad de márqueting por parte de sus responsables que no por necesidades de la trama.

Si en las anteriores dos entregas, la acción se reducía a pequeñas escaramuzas y algunas (ingeniosas) persecuciones, en esta tercera Peter Jackson pone toda la carne en el asador literalmente ya que asistimos al enfrentamiento entre elfos, enanos, hombres, orcos y otros bichos por una montaña repleta de oro. En algunos momentos, Jackson nos hace recordar los mejores momentos de la trilogía de los anillos, e incluso me atrevería a decir que la supera por la gran cantidad de movimientos de ejércitos, grupos implicados y tipos de luchadores que es capaz de poner en liza.

Por el medio aún tiene tiempo de ir cerrando la historia de Thorin (Richard Armitage) deslumbrado por el brillo del oro acumulado por el dragón Smaug, la relación de la elfa Tauriel (Evangeline Lily) con el enano Kili (Aidan Turner), y las tribulaciones de Légolas (Orlando Bloom), y este a su vez con su padre Thranduil (Lee Pace), las decisivas intervenciones de Bilbo Bolson (Martin Freeman) a lo largo de todo el relato, la asunción de Bardo (Luke Evans) como líder de Esgaroth, etc, etc. Incluso se permite redirigir la trama hacia lo que es una precuela de "El señor de los anillo", no sólo por el destino del anillo que Bilbo encuentra sino también por la aparición de Sauron, el malo de la siguiente entrega, y la prefiguración de ciertos detalles que encarrilan el final de la trilogía del Hobbit con el principio de "El señor de los anillos".

Es cierto que Jackson tira mucho de tecnología digital, en buena medida gracias al enorme presupuesto de que ha dispuesto. Pero también lo es que el resultado es una película que no sólo recupera parte de las sensaciones de la anterior trilogía, sino que además me atrevería a decir que mantiene cierta esencia del género de aventuras. Salvando las distancias, claro está. Lo que también queda muy claro es que Jackson ha sabido transmitir a la gran pantalla el universo particular creado por Tolkien y convertirlo en una historia cinematográfica con la que ha sabido conectar a los millones de lectores enamorados con la Tierra Media y a otros millones de espectadores que nunca habían leído el libro.

Se le puede achacar que se ha tomado algunas (muchas en realidad) licencias (cinematográficas) con la historia creada por J.R.R. Tolkie; se le puede achacar que ha alargado en exceso las historias creadas por Tolkien (en especial la del Hobbit); también se le puede discutir el colocar algunos romances (o mejor dicho desamores) a martillazos en la historia. Pero lo cierto es que seguramente sin otro responsable como Peter Jackson estas dos trilogías no serían lo mismo. Como Tolkien, Jackson mima a su hobbit convirtiendo al personaje en el eje central sobre el que giran todos los acontecimientos, a los cuales asiste como espectador asombrado, y deseoso de volver a su preciada Comarca a llevar una vida tranquila alejada de batallas, riquezas y peligrosas aventuras.

Quizás se hubiera agradecido una historia de como mucho dos entregas, más que nada para no dejarnos prácticamente un año con un dragón enfadado dispuesto a arrasarlo todo como escena final, pero por lo menos Peter Jackson ha sabido rellenar esos espacios con muchas más escenas de acción consiguiendo una vez más ofrecernos un buen espectáculo lleno de aventuras, batallas, duelos, pero también elementos que parecían olvidados en los films de aventuras actuales como alianzas imprevistas, amistad o camaradería. Se comenta que existe la propuesta de adaptar nuevas historias de Tolkien (suena "El Silmarilión"), lo que está claro es que se haga lo que se haga, se tendrá que contar con Peter Jackson ya que se ha convertido en el principal interlocutor del escritor a la hora de adaptar cualquier obra suya.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Runner, Runner
Runner, Runner (2013)
  • 4,6
    6.548
  • Estados Unidos Brad Furman
  • Ben Affleck, Justin Timberlake, Gemma Arterton ...
4
Para salir corriendo de la sala
Brad Furman puede presumir de haber sido uno de los primeros realizadores en dirigir a Matthew Mcconaughey cuando decidió dar un cambio de rumbo a su carrera y abandonar las comedias románticas en que se había encasillado/acomodado. Los buenos resultados de su film "El inocente", le tendría que haber dado suficiente crédito para los siguientes proyectos. Sin embargo, ha tardado dos años en sacarlo adelante y aunque aquí también tenía a dos actores a quienes no les iría mal un giro en su carrera, o por lo menos en la elección de sus papeles, la verdad es que difícilmente será este film el que marque un punto de inflexión.

Justin Timberlake interpreta a Richie Furst un universitario aficionado al poker online (que por cierto le viene de herencia aunque esto lo deducimos más adelante), el cual descubre unos indicios de estafa, los cuales se los comunica al creador de la web, Ivan Block que ha establecido su base de operaciones en Costa Rica para huir del acoso del fisco y de la justicia norteamericana. Éste, viendo el potencial del joven Richie decide acogerlo en su seno.

Salvo el hecho que las partidas de poker se realizan a través de las pantalla de un ordenador y todo el glamour se desplaza al modo de vida que lleva Block, el film no ofrece nada nuevo. Incluso, el tema del juego es una excusa argumental para presentar a un tipo de dudosa reputación pero con un nivel de vida lo suficientemente atractivo para que alguien como un joven ingenuo caiga en sus redes. Y más cuando a su lado tiene a la curvilínea Gemma Arterton en un papel al que se le podría atribuir el calificativo de "femme fatale" si no fuera por la poca consistencia de su composición más allá de aparecer con vestidos ajustados y poses sugestivas. Los personajes apenas tienen recorrido, aunque las tablas de Affleck se notan algo más al reflejar en su personaje un vividor sin escrúpulos. Timberlake intenta sin mucho éxito estar a la altura pero la verdad es que no posee excesivos registros. Tampoco ayuda un guion que viene a reunir los habituales tópicos y que intenta sorprender al espectador con algún que otro giro final, aunque lo cierto es que la trama no consigue enganchar al espectador. Y es una lástima ya que el mundillo de los tipos que juegan en internet desde su casa tiene su interés pero aquí el film, a través de sus guionistas (Brian Koppelman y David Levien) o sus productores (entre los que se encuentra como productor ejecutivo Leonardo DiCaprio.

En definitiva Furman firma un film plano, casi rutinario para el tema que trata, en la que cada personaje que aparece en la pantalla hace lo que se espera de él y con un trío actoral cuyo único cumplido que se le puede hacer es que cumplen con lo que se les pide sin dar mucho más de sí. Habrá que esperar otros proyectos de Furman para ver si realmente tendrá recorrido o se va a limitar producciones de aire marcadamente comercial como la que nos ocupa.
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El único superviviente
El único superviviente (2013)
  • 6,4
    19.345
  • Estados Unidos Peter Berg
  • Mark Wahlberg, Taylor Kitsch, Ben Foster ...
5
Propaganda militar
Las contiendas bélicas de los Estados Unidos siguen alimentando a la industria del cine. Curiosamente justo cuando las heridas provocadas por la guerra de Vietnam estaban ya cicatrizando y el público ya prácticamente había olvidado las andanzas de esos veteranos que ajustaban las cuentas que quedaron pendientes en la selva vietnamita, el atentado a las Torres Gemelas y las posteriores acciones de represalia tomadas por la administración norteamericana resucitó un género que parecía que había quedado sólo para retratar momentos históricos puntuales.

Sin embargo, estas guerras del siglo XXI en una sociedad sobre-expuesta a la información han tenido una representación bien diferente en la gran pantalla. En general han predominado las aportaciones con un aire más bien crítico con respecto a ciertos comportamientos por parte de las tropas invasoras. Al mismo tiempo se ha reducido considerablemente la exaltación a la figura del héroe e incluso a los valores patrióticos.

Este film de Peter Berg parece que intenta todo lo contrario, o por lo menos lavar la imagen de los soldados norteamericanos. La trama consiste en una misión protagonizada por cuatro marines (entre los que encontramos a Mark Wahlberg que también aparece como productor de la cinta) en tierras Afganas que se termina complicando ya acaban siendo perseguidos por los talibanes entre bosques y peñascos. El título del film no deja lugar a dudas sobre el destino de buena parte del comando, y teniendo en cuenta el estatus del resto del reparto (Taylor Kitsch, Ben Foster y Emile Hirsh son actores que ya han aparecido en otros films, la mayor parte de ellos como secundarios) tampoco habrá que hacer muchas cavilaciones.

De todas formas, al realizador no le importa mucho ya que su propósito no es mantener al espectador en vilo mientras se va reduciendo el grupo. En realidad, desde el principio, la película pretende mostrarnos a un grupo de soldados, fuera de sus hogares, dando su vida por llevar la "democracia" a ingratos y lejanos países. Con un pequeño prólogo en el que vemos su rutina (haciendo ejercicio, hablando con sus familiares, bromeando entre ellos...), en la que son retratados como personas normales y corrientes con un alto sentido del deber. No encontraremos aquí comentarios críticos sobre el porqué están donde están, ni el sinsentido de la vida militar o las guerras, ni mucho menos al gobierno de su país. Sin detenerse más que lo justo, Berg entra en "harina" filmando la acción de los cuatro marines y su intento por salir vivos del avispero en el que se han metido, por no matar a más gente de la debida (por cierto que olvidaba comentar que el argumento se basa en una historia real). Son los momentos del enfrentamiento, la persecución y los tiroteos los mejores de la función que Berg filma de forma extremadamente física. No se conforma con mostrarnos los efectos de la puntería de los marines, sino también lo mucho que duele tirarse por un barranco.

Más allá de ahí, la película va perdiendo interés en su último tramo, pese a los esfuerzos por mostrar la honorabilidad de los marines, lo malos que son los talibanes y que no todos los musulmanes son terroristas o partidarios de los talibanes. Berg, firmante también del guion no se preocupa en exceso de profundizar en determinados personajes, e incluso con los protagonistas se conforma con lo que ha mostrado en el prólogo.


Hace más de 50 años películas como esta ensalzaban los valores militares y servían de propaganda para alentar a la opinión pública y de paso motivar a los norteamericanos para alistarse en el ejército y luchar por defender su país y extender "la democracia" por el mundo. En la actualidad, el exceso de información vía internet sobretodo, el film puede provocar el sonrojo propio e incluso ajeno, puesto que wikileaks, youtube, y los miles de imágenes con que se nutren los informativos sacados de dispositivos móviles, nos muestran una realidad bien diferente a lo hemos visto en este film.
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perdida
Perdida (2014)
  • 7,3
    68.289
  • Estados Unidos David Fincher
  • Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris ...
7
Buscando a Amy desesperadamente...o no
Una película firmada por David Fincher siempre es motivo de expectación por parte de cualquier cinéfilo que se precie. Pese a que su filmografía desde 1992 hasta la actualidad sólo incluye 10 títulos, muy pocos de ellos han pasado desapercibidos para la crítica y el público.

En esta ocasión adapta una novela de Gillian Flynn (también firmante del guión), en la que el día de su aniversario, Nick Dunne (Ben Affleck), descubre que su mujer, Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido dejando rastros de sangre y violencia en su domicilio. Las pistas que va encontrando la policía a partir de ahí, apuntan directamente a Nick, cuya vida personal tampoco le ayudará a salir del embrollo, con una amante (interpretada por Emily Ratajkowski) y ciertos indicios que la vida conyugal con Amy no es todo lo idílica que cabía esperar.

De nuevo Fincher se vale de lo que no deja de ser un "thriller" convencional para ir más allá. Y no se conforma con socavar los cimientos de uno de los pilares más importante de la sociedad como es la familia, sino que va mucho más allá. A través de diversos "flashback", el realizador va mostrando el proceso en el que "chico conoce a chica", "chico se enamora de chica", "chico se casa con chica", pero añadiendo también el proceso de deterioro de lo que en principio parecía una relación idílica ("chica y chica se hartan el uno del otro", "chico y chica se terminan odiando"....), hasta llegar a los sucesos del presente. A partir de ahí es donde Fincher aprovecha para destilar sin ningún disimulo su profundo nihilismo sobre la sociedad actual, donde las apariencias juegan un papel importante y en el que la opinión pública es manipulada por una serie de programas basura que han encontrado un hueco a base de alimentarse con las miserias de los demás. De esta forma, Nick no sólo tendrá que demostrar su inocencia a la policía sino también a una sociedad que ha dictado ya su sentencia. Y sólo podrá hacerlo jugando al mismo juego que los programas que le están llevando literalmente al patíbulo.

La trama funciona con un reloj, lo que demuestra el excelente trabajo de planificación y puesta en escena, ensamblando las diferentes tramas que corren por debajo de la trama principal perfectamente, utilizando con acierto el "flashback" para rebobinar cuando es necesario y que el espectador vaya teniendo cumplida información. Quien piense que se trata de la típica película de intriga con giro sorpresa, probablemente no se equivoque, aunque hay mucho más. Ni siquiera la elección del casting parece fortuita. Ben Affleck no sólo interpreta a Nick Dunne sino que también se interpreta a sí mismo. No ha faltado quien ha trazado paralelismos evidentes con su vida real y en especial cono su fallida relación con Jennifer Lopez, y eso pese a que es complicado asimilarla al personaje de Amy Dunne, que con mucho acierto interpreta Rosamund Pike. Ni siquiera se salva el personaje que interpreta Neil Patrick Harris (el Barney Stinson de "Como conocí a vuestra madre"), un antiguo pretendiente de Amy que juega un papel fundamental y que en los Estados Unidos es un icono gay reconocido.

El film posiblemente carezca de la fuerza y fiereza de títulos como "Seven" o "El club de la lucha" mucho más impactantes, pero de lo no le sobra es de la profunda mirada nihilista y tremendamente pesimista que ha caracterizado su obra. En esta ocasión, su discurso es mucho más implícito, no aparece un Morgan Freeman para expresar en palabras lo que quiere mostrarnos, sino que deja para el espectador el trabajo de escarbar en la historia y sacar sus propias conclusiones. Eso sí, sin engañarle, ni marearle, destapando la intriga a las primeras de cambio ya que no le interesa que estemos en vilo para saber si Nick Dunne se ha cargado a su mujer o no. Lo importante sucede detrás de los focos, cuando no miramos o estamos pendientes de otras cosas. Son pequeños detalles que terminan dinamitando un matrimonio, y que lo mismo pueden hacer con una sociedad en descomposición, aunque las apariencias se empeñen en mostrar lo contrario.
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