Mi película de terror favorita junto "Al final de la escalera" de Peter Medak.
Desde el principio, con el inquietante prólogo en Irak hasta el violento final, "El exorcista" reúne casi todas las virtudes de las que la mayoría de filmes de miedo carecen; un acertadísimo crescendo que empieza bajo en intensidad- una madre divorciada y actriz que vive con su hija preadolescente, la cual empieza a mostrar un comportamiento extraño- para ir aumentando progresivamente, de modo que el espectador pueda vivir la agonía de la niña, que no entiende lo que le ocurre, el dolor y la impotencia de su madre (magnífica Ellen Burstyn), la ineficacia de los médicos y finalmente la rendición ante unas fuerzas inexplicables y terroríficas. Decía una persona en una crítica anterior, decepcionado ante lo "Quizás se deba sólo a interpretaciones religiosas, pero siempre me había imaginado a Satanás como un ente tan malévolo como inteligente, tan perverso como ingenioso, pero a la vez dotado de cierta dosis de sutileza". Me temo que esta visión de Satanás es bastante idealista y se corresponde más bien con las películas del tipo "Un pacto con el diablo" que a lo reflejado en la Biblia, en la que figura como un ser astuto, pero obsceno, lujurioso, mentiroso y pervertido (todo lo contrario a Dios).
Consideraciones religiosas aparte, el filme muy logrado, no se limita a dar sustos sin ton ni son como suelen hacer la mayoría de películas de terror y una de sus mejores bazas es esa primera parte que algunos encuentran aburridísima y otros tenemos por imprescindible. En lugar de ir a lo fácil y empezar con la posesión en sí, el pulso casi clínico de Friedkin nos acerca al entorno de la familia poco a poco, a los primeros indicios de perturbación y más tarde, a la posesión propiamente dicha, todo con la música, mil veces imitada, del "Tubular Bells" de Mike Oldfield.
Ningún personaje es simple ni prototípico y se agradece.
Poco más se puede decir, que no se haya dicho ya. Que la atmósfera de corrupción, enfermedad y muerte que emana cada vez que la cámara entra en la habitación de Regan no la he vuelto a ver en ninguna película. O que el doblaje en inglés del demonio, por la mítica actriz Mercedes MacCambridge acojona el triple que el doblaje en español. En conclusión, que hay películas que son imprescindibles; y "El exorcista" es una de ellas.

De vez en cuando, el cine social británico nos proporciona una perfecta simbiosis entre humor, denuncia, drama desgarrador y comedia de costumbres. Pasaba con joyitas como "Beautiful Thing", un humilde filme para televisión, o la plataforma de lanzamiento de Keira Knightley "Quiero ser como Beckham". A esta ralea pertenece "Oriente es Oriente", un filme que trata de los conflictos culturales, religiosos y amorosos de una familia interracial -la madre es irlandesa y el padre, paquistaní- en clave de tragicomedia. Entre sus logros, unos brillantísimos golpes de humor, unos personajes perfectamente creíbles y un guión bastante sólido. Sólo queda la duda de que quizás esta película acabe teniendo un alcance muy corto teniendo en cuenta la profundidad del conflicto del que trata.
En todo caso, mucho más recomendable que el 85% de los filmes que estrena Hollywood en cualquier año.

Esta película está hecha a la manera clásica, con ingredientes de sobra conocidos por todos -es decir, misterio, amor, historia y aventura- pero admirablemente combinados para hacernos pasar un rato de entretenimiento muy digno. A destacar las interpretaciones de los protagonistas masculinos y el encanto de Jessica Biel, también la exquisita ambientación histórica y un guión bastante bien adaptado del original. Recomendada.

Las virtudes de esta película, al igual que sus defectos, vienen por partes. Por un lado, tenemos la adaptación de una famosísima novela de Patrick Süskind sobre un asesino perfumista y por otro, el oficio (que no la originalidad) tras las cámaras de Tom Tykwer, uno de esos directores que ni fu ni fa. Añadimos una banda sonora realmente inquietante, un protagonista alienado que orquesta los acontecimientos desde el anonimato al que le relega su falta de olor humano y una estética preciosista y tenemos una adaptación bastante digna. Claro está que iba a ser muy difícil trasladar el mundo olfativo de la novela a la película y de hecho, esto se consigue a medias por razones evidentes. También me parece idónea la interpretación de Ben Wishaw, mantiene esa cualidad anónima y a la vez desagradable del inodoro Grenouille. Se agradece el aire europeo de la producción, que no me quiero imaginar en manos de un director americano (¿con Steve Buscemi haciendo de Grenouille?) y el esforzado guión, que trata de rescatar lo mejor de la novela sin conseguirlo siempre. También a destacar al repugnante bebé Grenouille (creado con efectos especiales) y el bello esteticismo de los asesinatos.
Por otro lado, entre los puntos negativos...¿porqué se empeñan en convertir a Grenouille en un pobrecito inadaptado que en realidad busca el amor de sus semejantes?. La elección actoral es bastante irregular; están actores como Alan Rickman y Dustin Hoffman, perfectos en sus papeles y otros como Rachel Hurd-Wood, completamente insulsa.
Así que, haciendo el balance, le doy un 7 a la película.

Obra maestra del surrealismo a la altura de "Un perro andaluz", "La concha y el clérigo" y el ciclo Cremaster.
Nuestro gigoló de la primera parte se dedica a investigar el asesinato de unos cuantos gigolós europeos. Impagable los momentos que se desarrollan en el oxfordiano Club de Gigolós y las citas con las clientas "especialitas".
Sólo los elegidos están preparados para esta obra revolucionaria, rupturista, futurista y antisistema que no dejará a nadie indiferente...para bien o para mal.

Agradable divertimento en el que humor y misterio se dan la mano con actores correctitos (bien Woody Allen, que se ha reservado lo mejor del guión; regular Scarlett Johansson, que gesticula demasiado y es mejor seductora que cómica y algo soso Hugh Jackman). Buenos momentos cómicos y una trama tontita, pero simpática hacen de esta película una alternativa muy recomendable a otros filmes que están actualmente en cartelera.

Filme muy mediocre que explota el carisma de Meryl Streep (nunca mejor que aquí). Nos cuenta las desventuras de una joven aspirante a periodista que entra a trabajar en la redacción de una revista femenina. Tendrá que soportar todo un rosario de padecimientos a manos de su diabólica jefa Miranda (la Streep) que pondrán en entredicho sus ambiciones profesionales.
Con esta trama se podía haber hecho una sátira inteligente del mundo de la moda, o una comedia griega o un dramón, pero el resultado de no decidirse del todo por ninguna de estas corrientes es un filme insulso, que no consigue hacer reír ni llorar y que los únicos alicientes que tiene es ver el catálogo de modelitos que va luciendo la protagonista y la fantástica interpretación de Streep, que demuestra clase y poderío casi sin esfuerzo.

Agradable y a ratos emocionante historia de amistad que se desarrolla en el marco de la Guinea Ecuatorial en los últimos días del colonialismo. Insólita ambientación, buenas interpretaciones y sobre todo, un relato sentimental que se ve con interés.

Sin duda, junto con Psicosis o El Coleccionista el recorrido más claustrofóbico y apasionante de la mente enferma de un psicópata. Con "El silencio de los corderos" se abrió paso a una fórmula que utilizarían todos los thrillers hasta ahora pero que todavía no ha sido superada.
Lo brillante de la historia no sólo es un guión fantástico que alterna el más puro terror (las escenas de Buffalo Bill, claramente inspirado en el asesino real Ed Gein) con momentos pura tensión emocional (los diálogos entre Hannibal y Clarice). Además, establece una especie de triángulo criminal entre los tres protagonistas, inevitablemente unidos por una historia altamente inquietante.
Sin duda, una de las películas más emblemáticas de los noventa.

Resulta extraño pensar en que esta película de los años 30 resulta mucho más revolucionaria y políticamente incorrecta que cualquier película que se haga ahora.
La historia de este retablo de monstruos que acabarán esgrimiendo la venganza contra la belleza más escalofriante de la historia del cine, conmueve, horroriza y apasiona a partes iguales. Obra maestra sin paliativos.

Una frikada no apta, ni mucho menos, para todos los públicos, con un puñado de personajes extraños pero entrañables, un desarrollo lentísimo, una banda sonora estrambótica y una comicidad que por su candor, resulta casi irresistible.

Jared Hess es uno de esos directores muy peculiares, con un mundo y un humor muy propios: depende de tu conexión con su estilo, te gustará más o menos. No hay otro misterio.

Estupenda y vivaracha comedia con aires musicales del gran John Waters, que aúna parte de su espíritu subversivo con un enfoque más comercial y accesible que en otras obras previas del director. Tuvo suficiente éxito como para convertirse en un musical de Broadway y, a posteriori, en una nueva versión fílmica mucho más conocida por el público en general. Ambas están muy bien, pero me quedo con el humor irreverente de la versión Waters, su gamberrismo y el entrañable punto cutre de sus personajes. ¿Lo mejor? Sin duda, Divine como madre de la protagonista. Es entrar a la escena donde aparece por primera vez ese rollizo travesti planchando en camisón como una maruja cualquiera (y con el resto de los personajes actuando como si fuera lo más normal del mundo), y ya situar todo el tono de lo que vendrá después. Tan recomendada como la versión de John Travolta e incluso un poco más.

¡Qué simpático mecanismo de orfebrería comercial nos ha fabricado Disney! Con tanta fanfarria, tantos efectos espectaculares y tanto humor blanco, al final casi consigues olvidarte de que no hay absolutamente nada detrás de esta larguísima atracción de barraca.
Lo mejor: El alucinante realismo del kraken, Bill Nighy, las conversaciones del dúo cómico-piratesco que acompaña a los protas y que recuerdan mucho a los dos matones pedantes de Sin City.
Lo peorcito: La escena tontorrona de Keira Knightley en la playa mientras su novio y su ex pelean a espadazo limpio, que el ataque del kraken se repita tanto que ya deje de impresionar, el humor light, los cada vez más sospechosos parecidos a la Guerra de las Galaxias.

1ª estrella: por la bella fotografía.
2ª estrella: por los impagables secundarios cómicos, desde la madre y la hija coreanas hasta el crítico de cine escéptico, pasando por los porretas o el personaje obsesionado con la televisión.
3ª estrella: por la sabia elección de Bryce Dallas, que ya aparecía como una especie de hada de otro mundo en "El bosque".
4ª estrella: por Paul Giamatti, un actorazo que se funde en sus personajes de modo que consigue no caer nunca en la tentación de hacer de sí mismo.
5ª estrella: por contarnos un cuento totalmente original en tiempos de remakes, secuelas, precuelas y revisitaciones.
6ª estrella: por no hacer lo que cualquier otro director de medio pelo haría: ponerse a fabricar trilogías de "El sexto sentido"para alimentar al público de escasa categoría intelectual.
7ª estrella: por replantearnos temas tan dejados de lado en el cine como son la procedencia de los mitos (en "El Protegido"), la aldea perdida y el poder del miedo ("El Bosque"), la soledad desde el punto de vista de los vivos y de los no tan vivos ("El sexto sentido") y el Objetivo último de la existencia humana ("La joven del agua").
8 ªestrella: por ponerse delante y detrás de las cámaras y además hacerlo bien.
9ª estrella: por una exquisita banda sonora de James Newton Howard.
10 ª estrella: por fusionar con elegancia y habilidad tanto comedia como tragedia, fantasía y suspense.

Como ya ha dicho antes La Chica de la Cámara, es una película que te encanta o la aborreces. Viene a ser un "Napoleón Dynamite" revisitado, corregido y aumentado, no en vano es el mismo director. Se conserva ese tipo de humor un poco al estilo Beavis & Butthead, un humor que se construye sobre la nada pero que a algunos nos hace mucha más gracia que a otros. Personalmente me ha parecido una propuesta humorística diferente, original, tierna y un punto surrealista.
Entre lo mejor: el colega de Jack Black, las mallas de lucha libre, la escena de la falsa extremaunción.
Entre lo peor: lo mismo que en "Napoleón...", cierta falta de ritmo.

Esta película tiene dos fallos que la convierten de idea interesante a filme malo tirando a bodrio:
- Es igualita a mil millones de películas más del mismo tipo.
- Sale Billy Bob Thornton.
Los toques de humor no son demasiado humorísticos (¿seré la única persona en el mundo que ni siquiera sonrió con la película "Atrapado en el tiempo"?), John Cusack no le pone demasiada carne al asunto, Connie Nielsen lo intenta pero le sale una burda imitación de la Kim Basinger de "L.A. Confidential" y los secundarios simplemente molestan. Para ser una película de suspense, el ritmo es lentísimo y desde luego, el giro final es de todo menos sorpresivo. Vamos, que no la recomiendo nada.

Algunos sospechamos desde hace tiempo que Uwe Böll no es más que el nombre en clave de un programa de ordenador que hace películas. En espera de confirmación de este rumor, nos asestan un golpe mortal con esta obra maestra donde podemos apreciar las capacidades interpretativas de la ex-Terminatrix, Kristianna Loken (dios..como es posible que salga tan mona en Terminator y tan horrenda en esta película), una especie de bulldog que arrea las hostias más desganadas que he visto en mi vida. Además, podemos alucinar ante un reparto tan desaprovechado: ¡Ben Kingsley, Michael Madsen, Udo Kier, Geraldine Chaplin!. Y vomitar ante ese montaje que a partir de ahora llamaré montaje rollercoaster y que caracteriza al maestro Zampa Böllos. Sólo nos queda una incógnita que despejar ante esta inmundicia ¿es su peor película?.
No señores. Es "House of the dead".

Cuatro pijos aburridos se conocen, se enamoran, se entrecruzan, lloriquean, folletean y cuando ya están consiguiendo dejar de aburrirse, nos aburren a los demás. Película pedorra donde las haya, un compendio de pedantería, maneras insufriblemente "artie", lenta como ella sola y a la que se nota demasiado su origen teatral. A Natalie Portman ya se la veían maneras de putilla en "Beautiful Girls" y aquí lo borda; Julia Roberts sigue en su línea mediocre; Jude Law pone cara bonita y poco más y Clive Owen cumple sufridamente, como es habitual en él. La típica película que, o te engancha y te encanta, o acabas deseando haber ido a ver lo último de Uwe Böll, que por lo menos hace gracia.