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11 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
humor, inteligencia y sencillez
Lo mejor de lo mejor que he visto en animaciones para bebés y niñ@s pequeñ@s. No solo el minimalismo en su diseño, sino el gran sentido del humor, hacen de ésta serie algo unico. Pero no sólo eso, sino que estamos frente a un guión que respeta a los y las pequeñas, tratándolos como se merecen, como seres pensantes, capaces de reflexionar sin que se los den todo masticado o hablado como idiotas como lo hacen muchos otros programas (Barney, los teletoobies, etc, etc.). Los personajes son entrañables (a mi me encanta Pato) y llenos de carácter. Por otro lado, Pocoyó logra hablar de valores importantes sin ser ñoño; éste es uno de sus mayores aciertos. Nunca lo he visto especialmente cursi, aunque es tierno; es divertido sin ser superficial y además, tiene otro plus, que es la desbordada imaginación sumada a problemáticas reales de los niños y las niñas. Por ejemplo, el capítulo en que Pocoyó busca un tesoro, el tesoro que encontrará es simplemente maravilloso y no se trata de juguetes (que promueven el consumismo), ni dulces, ni dinero (sólo eso faltaba) ¿qué encontrará Pocoyó? para mi gusto, ese capìtulo, es el paradigma y la tesis de la serie... eso si, nunca me pierdo un capítulo y lo disfruto tanto como mi hija.

Altamente recomendable para padres y madres que estén buscando una serie inteligente, educativa y divertida para sus hijos e hijas.
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32 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Sin sonido.
Esta es una serie para niños muy pequeños y por ello utiliza una voz en off dirigida a la repetición para que los más pequeños aprendan. Pero si le quitáis el sonido es perfectamente entendible por todo el mundo y deja ver, mucho mejor, su calidad. El fondo blanco es un gran acierto, dando protagonismo a los ya coloridos personajes.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
It's never too late to have a happy childhood
Me dan una envidia enorme todos los niños y niñas que han nacido desde el 2000 en adelante...


No hay nada mas sano que la imaginación, una GRAN imaginación. Junto a eso, el estilo de la serie y su conjunto es más que sobresaliente.
Hasta donde yo sé (que admito que no es demasiado), en general las series preescolares, son lo que tienen que ser: series preescolares, pero Pocoyó creo que va un paso mas allá de unas cuantas lecciones morales y consejos educativos: una estética minimalista pero cuidada al mas mínimo detalle (y al más mínimo color) y una gran imaginación.

No sé que más se le puede pedir a una serie preescolar, porque si yo me lo paso pipa con algunos capítulos, para los mas peques debe de ser una auténtica apoteosis y me duele pensar que luego tal vez la acaben olvidando... Y aún así, mucha envidia me dan.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Los que CUENTAN son mis HIJOS
Está claro que yo como persona adulta (más o menos) no puedo valorar esta serie, que solo es para críos de ciertas edades.
No son los buenísimos y adultos Simpson o Futurama, no es la sobresaliente Érase una vez el hombre y sus continuaciones, eso lo tenemos todos claro y desde hay se tiene que hacer esta crítica.
Pero lo veo en la mirada de mis hijos cuando ven esta serie, como ríen, sonríen y se lo pasan bien con ella. Como quieren los muñecos y juegos instructivos de esta serie con su gran merchandising (puzzles, ordenadores, figuras, juegos). Eso al final es lo que cuenta, esta serie solo imparte cosas instructivas como compartir, la amistad y amor por los animales y sobre todo está escrito para ellos los niños y a ellos les gusta y no seré yo quien valore mal la serie y ponga una mala nota.
Por eso le pongo un 9, porque a ellos le gusta y al final los que cuentan son mis hijos
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Como yo.
Gracias a mi sobrinito tuve la oportunidad de ver esta serie. Totalmente aconsejable no sólo por su valor didáctico sino por su originalidad y lo entretenida que es hará el placer de muchos pequeños y muchos padres, tios y demás familia. Lo primero que hice fue comprarle a Eli (el elefante rosa, mi preferido), pero a él parece que le gusta más Pato. Como curiosidad decir que el nombre de la serie y del protagonista principal según dicen viene dado por uno de los hijos de uno de sus creadores; cuando veía el dibujo de Pocoyó se señalaba a si mismo y decía contento ¿Pocoyó? (como yo). Es un placer ver que los niños de hoy tienen recursos tan buenos a su alcance.
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8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Algo educativo por fin
Llevaba una larga temporada tirándome de los pelos comprobando las series y películas dirigidas al público infantil, teóricamente educativas, que han salido desde hace unos años... Teniendo tantos sobrinos pequeños, y no tan pequeños, pues fui tía hace 16 años, me he tenido que tragar muchas series y películas infantiles, y siempre tenía esa sensación de echar de menos los programas de mi infancia, desde Barrio Sésamo hasta Heidi o incluso Oliver y Benji, que probablemente entretenía más que muchos de los (con perdón) bodrios de hoy en día.

Han pasado por mis ojos los Teletubbies con su manía de repetir lo mismo tres o cuatro veces insultando la inteligencia de los más pequeños de la casa. Los lunnis. Bob Esponja. Dora la Exploradora. Las supernenas. Lazy Town, y un largo etcétera que me hacía arañarme para arriba.

De todo lo que he visto en estos años, quizá me olvide de algo, pero diría que lo único que se salva es Caillou, Baby Einstein y Pocoyó.

Pocoyó me parece divertido, entrañable, y muy educativo. Incluso está la versión "Let's go, Pocoyó" en inglés. Son capítulos cortos, lo cual es un punto a favor, ya que, en general, los niños aguantan poco tiempo sentados delante de la televisión. En un capítulo da tiempo a ver una historia coherente (lo cual he echado de menos en muuuuuchas series modernas para niños) entrañable, amena, divertida. Y educativa, que tampoco viene mal.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Por fin llegó....
Después de mucho tiempo soportando la galopante ausencia de los programas educativos infantiles arrribó desde el país ibérico este niño de gorro, buzo y pantalón azul curioso, inteligente, sencillo pero también necio es Pocoyo.
Sus amigos como lo son Elly, la elefanta rosada tierna y sabelotodo; Pato el pato amarillo tímido y pataletudo; Loula la cachorra cariñosa y traviesa; Pajoroto, el pájaro dorminón y gruñon; Pajaro bebé, lo opuesto al Pajaroto; Valentina, la oruga alegre y juguetona, Fred, el pulpo rojo motivador; Ballena, su nobleza lo dice todo; y finalmente, los marcianos que en ocasiones amenizan el programa.
Exhorto el programa por varias razones: como es un programa infantil que va desde los cero hasta los seis años es "obligatorio" ver este programa que le servirá como referente para el juego y el compartimiento entre padres e hijos. La segunda, para comprender el mundo que le rodea así como las emotivas historias contadas por el narrador y los niños que les aconsejan a Pocoyo, Elly y Pato paraque tengan una mejor convivencia. Las canciones, el baile de Fred el pulpo, SuperPocoyo, los cuentos de Pocoyo, el profesor Pato, navegado con Elly, formemos figuras, el menú de números, el show de los hermanos marcianos hacen motivar y darle al televidente infantil para ver de otro modo como será su modo de vida y lograr el mejor contacto y aprendizaje con el mundo externo e interno.
Así que, éste y otros programas de similar corte se deben emitir no importando de qué generación sea para que los niños se motiven viendo dichos programas no sólo para entretener sino tambien para el aprendizaje y la mejor enseñanza con valores de manera asertiva y sin crear perjuicios más adelante.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
La Verdadera Historia de Pocoyó
Esta oscura y trágica historia (y crítica) podría ser real y, por lo tanto, merece ser contada…

¿Existen los elefantes rosas? ¿Patos con sombrero? ¿Niños que no crecen? ¿Un mundo con fondo blanco y narrador? ¿Voces de niños en off? ¿Pájaros de más de 40 años? ¿Series infantiles interactivas?

Para entender una serie tan absurda como “Pocoyó” —¿cómo asuntos sociales permite que se emita la serie de un niño abandonado que vive junto con animales y que no sea Tarzán?— basta con analizar esta historia sobre la ficción de un niño que parece hijo de Jamiroquai y lleva una camisa de fuerza azul y tender hacia algún tipo de adicción a la azúcar (por no decir drogodependencia).

Se cree que YÓ, así hacía llamarse y decía ser un compositor musical de series infantiles, padecía un gran estrés al componer melodías para tantos capítulos —¡Eso!, ¿por qué tienen tantos capítulos las series infantiles?— debido a su afán de superación personal al pedirle proyectos cada vez más complicados… Acabó sumido en una crisis y bloqueo creativo que le llevó a las mismas puertas de un psiquiátrico en un deteriorado estado tras vagar durante meses por el mundo. Lo encontraron indocumentado y desde el psiquiátrico confirmaron que su maltrecho estado propició a un trauma de su niñez desplegarse en su psique hasta controlar su mente. A medida que YÓ se hizo con el poder de su comportamiento degeneró en algo mucho más peligroso… Tenía un denotado desdoblamiento de personalidad y rasgos de psicosis esquizofrénica. Todos los crímenes que decía haber cometido —desde el psiquiátrico se verificó con los registros policiales vagas huellas de su posible identidad pero ninguna condujo realmente a nada— fueron reprimidos por una nueva personalidad, más pacífica e infantil llamada PocoYÓ… que en realidad es una versión ‘reducida’ de YÓ: POCO…YÓ…

Las reveladoras sesiones, donde PocoYÓ y YÓ luchaban por establecer el control, debían llevarse a cabo en una sala acolchada debida a la extrema violencia y peligrosidad de una de las identidades del sujeto. De ahí, tal vez, se puede extraer ese mundo con fondo blanco y sin colores característico de la serie. Cuando PocoYÓ se hacía con el control su comportamiento era el de un niño curioso que interactuaba con un mundo imaginario y otros ‘amigos’ que decía que le acompañaban. La voz del doctor actuaba como una voz en off dentro de ese mundo donde PocoYÓ pedía la interactuación de otros niños para guiarle… La regresión a su infancia confirmó el gran trauma que supuestamente vivió. Durante las sesiones eran recurrentes ciertos personajes: un pato cascarrabias con sombrero que era una representación del padre que supuestamente le abandonó y ‘salió volando’ seguramente tras, tal vez, asesinar a su mujer, simbolizada como una gran afable elefanta cubierta de ‘sangre’. Los expertos del psiquiátrico creían que la discusión que provocó el crimen y fuga del asesino fue originada por el sacrificio de la perra y mascota de PocoYÓ al caer gravemente enferma. Al parecer, PocoYÓ fue dispuesto a asuntos sociales y quedó golpeado por el destino al tener que abandonar a su pájaro al que llamaba Pajaroto… único ser vivo de su supuesta familia… Asuntos sociales, no obstante, proporcionó a PocoYÓ ayuda psiquiátrica. Era tan pequeño y estaba tan lleno de vida que todo el mundo, incluso él, pensaba que no volvería a recordar lo sucedido…

Una noche, PocoYÓ y YÓ se hicieron con todos los registros de sus sesiones… y huyeron lejos… Tan lejos… que no pudieron ser encontrados nunca…

Misteriosamente y años después de su desaparición comenzó la emisión de “Pocoyó” con un enorme éxito en todo el mundo.
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7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Majestuosidad para los más pequeños
Evidentemente se trata de una serie infantil para los más pequeños, pero he hecho esta crítica, no desde mi punto de vista, sino que voy a criticar desde el punto de vista de los niños. ``Pocoyó´´ goza de inteligencia técnica, belleza visual, y escenas que aunque sean infantiles, saben entretener y divertir. Los niños aprenderán con Pocoyó, mucha variedad de cosas. Aprenderán un poco de inglés, hábitos de vida y lo harán, mientras se ríen y se divierten con Pato, Ely, Pocoyó, El Pulpo, la oruga y compañía. En definitiva, se trata de una educativa serie infantil con escenas divertidas y episodios resonantes y maravillosos. Aunque mi nota desde mi punto de vista es un 4,5.
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0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Por su originalidad
Por el realismo del elefante rosa, por el diseño de los decorados, más blancos que la ropa de color lavada con lejía, por el pájaro loco que pulula por detrás del niño, por el caperucito azul que no sabe ni puede hablar dado que no tiene boca, por los otros personajes tan currados que no había visto nada igual desde Phineas y Ferb. Por todo eso, puntúo a esta supuesta forma de aprendizaje para niños con la nota que se merece: un uno.
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4 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Thriller psicólogico para babies
NARRADOR: Hola Pocoyó. ¿Sabes dónde te encuentras?
POCOYÓ: En una sala con pinchos.
NARRADOR: Excelente Pocoyó, ¿alguien sebe lo que Pocoyó debería hacer.
NIÑOS: ¡Clavárselos!
NARRADOR y NIÑOS a la vez: Clávatelos, clávatelos, clávatelos, clávatelos.
NARRADOR: Espera Pocoyó, ¿qué coño haces con un rifle Kalshnikov de fabricación checa, concrétamente de Igor Bavski, con silenciador y cargador de tambor?
POCOYÓ: Lo he sacado para sacarle brillo.
NARRADOR: Pero deberías saber Pocoyó que si no guardas ese arma entrarán Eli y Pato con dos uzis y te reducírán a una masa asquerosa que tiraremos a la basura. ¿Y la gente no quiere eso no?
NIÑOS: ¡Nooooo!
NARRADOR: Pocoyó, suelta el fusil y clávate en los pinchos, no es tan difícil. Vamos, o puede que sufras una crisis mental en 3, 2, 1. Mierda.
POCOYÓ: Os escuché hablando hijos de puta, no me podréis detener ni eliminar a mi personaje.
NARRADOR: Fuck you.
NARRADOR DE INGLÉS: Ha dicho Fuck you, que en inglés significa Jódete. Repetidlo conmigo. Ah claro, si estáis muertos. Espera Pocoyó. ¡Noooooooooooooooooooooooooo!
POCOYÓ: Hasta nunca chicos.
BANG!
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20 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
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