Esta película es un clásico para los que nacimos en la década de los 80... me sorprende la baja puntuación de la película. Claro que esta es otra de esas que debo votar en base a lo que recuerdo, y lo que recuerdo es que en su día me encantaba. De esta película salieron frases míticas, como el famoso "Los niños tienen pene, y las niñas vagina" que casi todo el mundo conoce hoy en día. Quizás al final es poco creíble y peca de ñoña en ciertas partes (no olvidemos que, al fin y al cabo, va dirigida al público infantil... no se puede pretender ver a un Schwarzenegger en estado puro) pero yo la recuerdo como una de esas que marcó mi infancia.

A esta serie se le podría aplicar perfectamente una mezcla de dos famosos dichos populares: "Segundas partes nunca fueron buenas" y "Retírate mientras ganes". ¿Qué clase de mente enferma pensó que era buena idea crear lo opuesto a Doraemon? De la mano del mismo creador, aparece la figura repelente de Kiteretsu, el primo empollón de Nobita, una mala mezcla de Suneo y Dekigusu. Ahora el torpe no es el niño, sino el robot, Korosuke, un robot que crea el mismo Kiteretsu y que, por lo que se puede apreciar, le mete en líos más que sacarle de ellos. De manera que, si el objetivo de Doraemon era vigilar a Nobita y cuidar que no se convirtiera en una lacra para la sociedad, ¿cuál es exactamente el de Korosuke, aparte de ser un parásito y un inútil?

Todo en esta serie es penoso: los personajes, malas copias del Doraemon original: Gorila sustituye a Gigante, en una versión un poco más light. Tongari es un Suneo peor dibujado y Miyoko es una Shizuka con bastante menos gracia.

Y, por si eso fuera poco, cada capítulo se hace eterno. Además, por lo poco que he podido ver, no viajan nunca al futuro ni utilizan artilugios mágicos, excepto uno que les hace viajar al pasado. Aparatos que construye el propio Kiteretsu y que siempre tienen algún error...

Si alguien quiere comparar con Doraemon, con que vea un capítulo por mera curiosidad, es más que suficiente.

Por decir algo medianamente aceptable, el Opening y el Ending no están del todo mal...

Una película dura, muy dura, que trata sobre la realidad vivida en los centros de menores. Y sobre la venganza. Como parafrasean en la película, lo describe a la perfección una cita extraída de la magnífica novela "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas: "Venganza... Dulce, y eterna venganza".
Está basada en una historia real, y quizás eso hace que nos parezca todavía más difícil de asimilar. ¿Cómo la vida de cuatro chavales puede convertirse en un auténtico infierno por una, en principio, inocente gamberrada?
Robert de Niro perfecto en su papel de sacerdote, incluso con algún toque cómico, lo cual se agradece en una historia como esta. Dustin Hoffman asume con maestría el papel de abogado borracho y drogadicto. Kevin Bacon desempeña a la perfección uno de los papeles más desagradables de la película, si no el que más. Brad Pitt es quizá el más gris, y el que más pasa desapercibido. Probablemente nadie recordaría su personaje, si no fuera porque es él quien lo interpreta.

Algunos sostienen que esta película recuerda al famoso "Cuento de Navidad de Dickens". Otros por el contrario, la comparan con "Qué bello es vivir" incluso denominándola remake. Me recuerda un poco a ambas, salvando las distancias. La he puntuado en función de lo que recuerdo y lo que sentí al verla. Supongo que, en caso de verla de nuevo y votarla, no la puntuaría con más de un seis. Pero es innegable que fue una historia que me hizo pensar, recapacitar, emocionarme e incluso sacarme alguna sonrisa. Y por aquel entonces, con eso bastaba para puntuar bastante por encima de la media.

Kramer contra Kramer, una de esas películas que he visto cientos de veces y, estoy segura, veré cien veces más. Y por más que la veo hay algo que se me remueve siempre por dentro y me hace soltar alguna lagrimilla...
Meryl Streep encarna a Johanna, una mujer que abandona a su marido al no ser feliz a su lado y, en consecuencia, a su hijo. Esta película trata la historia de cómo Ted (Dustin Hoffman) y su hijo, que se siente abandonado por su propia madre, deben aprender a convivir el uno con el otro sin la figura materna. Narra la evolución de dicha relación, cómo van volviéndose inseparables cuando apenas unas semanas antes, eran casi desconocidos debido al absorbente trabajo de Ted, que no tiene más remedio que dejarlo un poco de lado para ejercer de padre.
El problema es, cómo no, la reaparación de una Johanna que quiere recuperar a su hijo, frente a un Ted que no está dispuesto a desprenderse de él