7 Críticas de los usuarios

HAMOR

Érase una vez un chico que conoció a una chica y al igual que los hombres enamorados no sabía qué decirle.

Después llegó la BODA… Más tarde el MATRIMONIO… y ahora el BODRIO. Sí, “Un plan para enamorarse (Amor, boda y matrimonio)” fue uno de los mayores mojones del 2011. ¿El argumento? Amparada por tener un reparto conocido (la niña que aspira a ser la muñeca pepona de los dramas/comedias románticos, el gañán-cachas de ‘La saga Crespúsculo’, la doctora Quinn o er’ Pedro de “Hotel”), hablar mucho del papel higiénico o atinar al mear en la taza del váter, la película se convierte en un recital de lugares comunes e instantes tróspidos.

La crisis del matrimonio de los padres de una consejera matrimonial puede arruinar el suyo propio que acaba de empezar. ¡Vaya drama! ¡Qué tontería! Se combina un aniversario con revelaciones pre-matrimoniales y grandes frases del tipo «Los hombres no son perfectos, son sólo hombres». Luego tenemos personajes secundarios que no paran de VOMITAR y drogarse —seguramente actúan de manera tan creíble (a veces) porque también se metían farlopa a kilos durante el rodaje para soportarlo y no suicidarse— y personajes principales que hay que estar drogado para creerse. Llega el famoso plan de HAMOR y más de uno considerará esos retazos de otras comedias románticas una de las bromas con peor gusto y más pesadas, gracias a convertirse en una de las mutaciones más aberradas del propio subgénero.

Desde luego esta película existe y se ha filmado para aquellas personas que quieran romper una relación definitivamente. ¡Hagan la prueba! ¡Regálele el DVD a su pareja si quiere la separación! Entenderá rápidamente la indirecta (equivale a los papeles de divorcio), aunque puede que también le ponga una demanda por daños y perjuicios mentales. Y es que “Un plan para enamorarse (Amor, boda y matrimonio)” es todo un BODRIO hecho con HAMOR, poda (cerebral) y meconio. Sí, excremento de recién nacido… aunque en este caso estamos ante un feto cinematográfico en eterno estado embrionario. ¡Cuánto estupidez junta! ¡Cuánto poco desarrollo cerebral! Y luego llega ese final con el famoso y vivirán felices para siempre sin alteraciones familiares… ¿Al final era un cuento todo? ¡No habíamos quedado en que era una pesadilla! ¡Quiero mi divorcio de esta película en mi cerebro YA!

Una comedia - romántica más en donde la comedia brilla por su ausencia. La pelicula no sorprende, película recomendada para ver si solo quieres ver a la pareja de actores sin atender al guión. Si buscas algo mas en una pelicula esta es sin duda no recomendada. La calidad de Mandy Moore no es suficienta para disimular lo poco que transmite el guión del director en su primera película y el actor principal Kellan Lutz que sigue sin demostrar su cualidades como actor.

Un título largo e insulso para una película demasiado extensa dado su patético contenido. Vuelve a la carga lo peor del cine norteamericano comercial, con la fórmula mil veces repetidas -deben pensar que somos tontos los espectadores-, vacío de argumento que se intenta rellenar con caras bonitas, cuerpos musculados y vidas de ensueño que, temporalmente, se ven truncadas al intentar -que ordinariez!- tocar la santa institución del matrimonio (destino final a alcanzar por todo ser humano que desee conseguir la felicidad) y donde los personajes secundarios (la pareja formada por Jane Seymour y James Brolin) logran hacer sombra a unos protagonistas que no tienen fondo, sólo forma (la explotación del culto al cuerpo continua, dejemos de lado la falta de calidad interpretativa por Dios!). Cuando en una comedia romántica, el trailer resulta mucho más atractivo y de mayor aptitud que la propia historia, algo no funciona; que 2 minutos 20 segundos superen en potencia los 90 de la cinta..... qué más decir!

Tonta comedia norteamericana a pesar de que el tema tratado podia dar para mucho más, un cúmulo de situaciones estúpidas donde nada es creible, ni siquiera el ridículo color de pelo que usa el niñato.
Evidentemente los guionistas y el director se equivocan en todo porque con una pareja central como esta podrian haber enfocado la trama hacia una típica peli para adolescentes bobas, pero es que hasta se atreven a abordar un tema tan delicado como es el divorcio de parejas maduras con exasperante liviandad. No merece ni ser pirateada.

Mandy Moore y Kellan Lutz se han quedado solos en esta película. No han tenido ayuda de nadie ni de nada: ni del guión, ni del director, ni de la historia, ni del resto del elenco, ni de sus propias dotes como actores…
Es una película en la que nada llama la atención excepto algún que otro paisaje o coche que alegra la vista, pero es que todo funciona mal, no hay risas ni suspense, ni inquietud, ni tema. Encefalograma plano. Poco recomendable.

La ponen como comedia romántica cuando no es lo uno ni lo otro... o a lo mejor, es que no he sabido verlo. La verdad es que al principio parece una cosa pero luego se enreda en otras y, llega un momento, que no entiendes que está pasando y qué es lo que te quieren contar.

Me sorprendió que el actor Dermot Mulroney fuera el director pero después de verla, entendí que ser un “buen actor” (a mi me gusta como actúa) no tiene porqué ser un buen director.

Es bastante aburrida y, aparte de que hay nula química entre la pareja protagonista, la actriz Mandy Moore que interpreta a la consejera matrimonial y protagonista es de una sobreactuación máxima que quita el hipo. Como para ir a su consulta a pedir consejo y encontrarte con ella y su hermana... Jane Seymor también muy sobreactuada y James Brolin flipando como de pasada. Parece como una reunión de amigos ilusionados que van a rodar su primera película...

Hacía tiempo que no me encontraba con una “comedia romántica” así...

Dermot Mulroney se pasa al otro lado de la cámara para dirigir un trasunto de comedia romántica blanda a más no poder. No hay una idea, ni un argumento, ni situaciones divertidas, ni nada salvo generalidades y un conjunto de clichés bienintencionados sobre el matrimonio, la familia y la vida en pareja. La verdad es que la sensación que uno tiene al ver "Un plan para enamorarse" es cercana al desinterés porque nada de lo que sale en pantalla sobresale mínimamente, salvo la estupidez del protagonista masculino, que pone pegas por no sé qué chorrada. Dicho esto, tampoco es aburrida y no sólo por la brevedad, tan solo 90 minutos, ni obscena, ni de mal gusto, cosa que empieza a ser habitual en el género.

Claro que aunque antes he dicho que no hay nada que llame la atención, no es cierto. La que primero lo hace es Mandy Moore, que es el motivo por el que me ha tragado esta película. Aunque la veo más delgada que en otras ocasiones, fijaos en las piernas o en la cara que se la alarga y por lo tanto, más fea. Sobre esto hay que insistir encarecidamente que a las mujeres les queda mejor algunos kilos más de los que la moda está imponiendo últimamente. Por ejemplo, en "Deseando libertad" (2004) está más rellenita y más hermosa. Siguiendo con el reparto, su compañero masculino, Kellan Lutz, no sabría decir si es guapo o feo, pero lleva unas pintas horrorosas con ese rubio pote. Jane Seymor, muy bien para sus 60 años.