Un título largo e insulso para una película demasiado extensa dado su patético contenido. Vuelve a la carga lo peor del cine norteamericano comercial, con la fórmula mil veces repetidas -deben pensar que somos tontos los espectadores-, vacío de argumento que se intenta rellenar con caras bonitas, cuerpos musculados y vidas de ensueño que, temporalmente, se ven truncadas al intentar -que ordinariez!- tocar la santa institución del matrimonio (destino final a alcanzar por todo ser humano que desee conseguir la felicidad) y donde los personajes secundarios (la pareja formada por Jane Seymour y James Brolin) logran hacer sombra a unos protagonistas que no tienen fondo, sólo forma (la explotación del culto al cuerpo continua, dejemos de lado la falta de calidad interpretativa por Dios!). Cuando en una comedia romántica, el trailer resulta mucho más atractivo y de mayor aptitud que la propia historia, algo no funciona; que 2 minutos 20 segundos superen en potencia los 90 de la cinta..... qué más decir!