arrow

Mi calle (1960)

Mi calle
91 min.
6,6
847
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Escena (ESPAÑOL)
Sinopsis
Retrato costumbrista del Madrid de comienzos del siglo XX, centrado en una de sus calles, en la que viven y conviven varias familias de variada posición económica y social. Fue la última película del director Edgar Neville. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Años 1900 (circa) Años 1910-1919 Años 20 Años 30 Años 40
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Mi calle
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
Madrid fue de Neville.
La historia de una calle madrileña durante 50 años. La última película de Neville y una de las mejores de su filmografía. Resulta una obra derrochadora de todas las cualidades de éste: riqueza costumbrista y de personajes; captación perfecta del ambiente casticista madrileño; un tono de comedia pintoresca y desenfadada; una coralidad de actores en su salsa. Definitivamente, Madrid perteneció, cinematográficamente, a Neville. Es la película mejor fotografiada de su carrera, labor del gran José Fernández Aguayo.
[Leer más +]
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Al son del organillo
Desde 1906, año marcado por la boda del rey Alfonso XIII con la princesa británica Victoria Eugenia de Battengerg y el atentado que ensangrentó dicho acontecimiento, hasta la década de los cincuenta, una calle madrileña nos abre su identidad castiza de vecinos de todas las condiciones. Marqueses, criadas, artesanos, organilleros, carniceros, burgueses empobrecidos y otros adinerados, las mal vistas chicas de alterne, aspirantes a cupletistas, vendedoras de lotería, taberneros, huerfanillos vagabundos y un perro medio abandonado componen las células vitales de la arteria principal del barrio, que late con el pulso de la ciudad cambiante, moldeada por los eventos de medio siglo en España. Se suceden charlas de sobremesa y cotilleos tocador, galanteos y desengaños, paz y guerra, sueños y esperanzas, penas y alegrías, con esa narración amable y ligeramente socarrona que da un barniz de cuentecito popular adaptado, como los que al ser contados a los niños disimulan sus matices de tragedia y horror, matices oscuros que se suelen ocultar en el fondo de los relatos orales cuya truculencia original es disfrazada.
Porque el aura trágica siempre asoma por una esquina, aunque la cubran con una máscara sonriente y la amenicen con música de organillo que desgrana sus notas cantarinas sobre el semblante de un Madrid chulapo que se hiere y se regenera.
[Leer más +]
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Mi calle
Fichas más visitadas