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Voto de KlingonCome:
5
13 de octubre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia de suspense-terror con niño sospechoso de fondo que salda su metraje con un aprobado a pesar de recordar a viejas y nuevas obras tocando el mismo tema. Una madre descubre de manera súbita que hay personas acechando a su hijo para hacerle daño. O eso cree ella. Un pasado tortuoso hará que las fuerzas del orden sospechen que la única con intenciones maléficas es ella misma.
Las fuerzas del orden representadas por un Emile Hirsch que se coló de rondón en esta peli y cuyo personaje es un sin sustancia de aquí te espero. Una réplica masculina a la protagonista principal con horchata en las venas en lugar de sangre. Qué papel más desagradecido el suyo, y con qué pocas ganas lo ejecuta. En fin, volviendo al meollo nos encontramos con un cruce de cine de sectas con el de psicópatas que no distinguen realidad de imaginación, todo con vistas a despistar al espectador, que llega al final expectante con una de las dos únicas opciones posibles. Como comprobarán cuando la vean, es imposible ante tan escaso abanico de posibilidades uno se lleve una sorpresa. Pero se la llevarán, ante la ridícula escena final. Sigo en el espoiler.
En los primeros compases se descuelgan con unos estruendosos jump scares que como lleve uno los cascos puesto le revienta los tímpanos. Solo por eso ya se le empieza a coger manía a la película. La cinta peca de falta de valentía (o presupuesto) en las escenas demoníacas, huyendo de mostrar algo siquiera mínimamente perturbador. Prefieren el recurso facilón de la sangre y el gore; puntual, no se crean que esto es un festival de vísceras. Y el final está tan traído por los pelos, tan de peli comercial que, bueno, me remito al comienzo del segundo párrafo. Al menos la banda sonora tiene aportes que contribuyen a crear atmósfera, al menos mientras no te taladra los oídos con drásticos subidones de volumen. Añadida al catálogo de películas de terror con niño, sin más.
Las fuerzas del orden representadas por un Emile Hirsch que se coló de rondón en esta peli y cuyo personaje es un sin sustancia de aquí te espero. Una réplica masculina a la protagonista principal con horchata en las venas en lugar de sangre. Qué papel más desagradecido el suyo, y con qué pocas ganas lo ejecuta. En fin, volviendo al meollo nos encontramos con un cruce de cine de sectas con el de psicópatas que no distinguen realidad de imaginación, todo con vistas a despistar al espectador, que llega al final expectante con una de las dos únicas opciones posibles. Como comprobarán cuando la vean, es imposible ante tan escaso abanico de posibilidades uno se lleve una sorpresa. Pero se la llevarán, ante la ridícula escena final. Sigo en el espoiler.
En los primeros compases se descuelgan con unos estruendosos jump scares que como lleve uno los cascos puesto le revienta los tímpanos. Solo por eso ya se le empieza a coger manía a la película. La cinta peca de falta de valentía (o presupuesto) en las escenas demoníacas, huyendo de mostrar algo siquiera mínimamente perturbador. Prefieren el recurso facilón de la sangre y el gore; puntual, no se crean que esto es un festival de vísceras. Y el final está tan traído por los pelos, tan de peli comercial que, bueno, me remito al comienzo del segundo párrafo. Al menos la banda sonora tiene aportes que contribuyen a crear atmósfera, al menos mientras no te taladra los oídos con drásticos subidones de volumen. Añadida al catálogo de películas de terror con niño, sin más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tenemos como máximo referente "Rosemary's Baby" (1968), la conocida en España como "La semilla del diablo", quizá el espoiler más escandaloso de la historia. Le sigue a corta distancia "The Omen" (1976), conocida en España como "La Profecía", de la cual fusilan la icónica escena del casi apuñalamiento del retoño de Satán. Y también me vino a la cabeza la reciente "Eli" (2019), un film muy menor pero que también aborda el tema del hijo de Lucifer que es tomado por enfermo. Y como Bonus Track, "Déjame Entrar" (2008), aunque juraría que tampoco es la primera película en la que un ser abnegado se ve en la tesitura de tener que alimentar de material humano a su monstruoso ser querido.