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Voto de PADRE FLANAGAN:
8
3 de marzo de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sigue resultando increíble la disparidad de criterios que puede generar una película, hasta el punto de que uno se pregunta si todos hemos visto la misma, o si somos unos espectadores personas y otros extraterrestres. En el caso de PATTON, ésta se lleva la palma: para unos es propaganda belicista; para otros, antibelicista; para unos, una maravilla; para otros, un tostón y una porquería de película.
Yo la he visto tres veces a lo largo de mi vida: en los cines, hace muchos años, cuando todavía existían las reposiciones y los reestrenos; en video, hace quince años; y de nuevo ahora, en dvd, incluyendo algunas escenas con doblaje diferente que por lo que veo recortaron en su estreno. Y la impresión que he sacado ha sido más o menos la misma en todas las ocasiones.
Creo que PATTON es de esas películas que gustan a casi todo el mundo porque el retrato que nos ofrece de su polémico y fascinante protagonista da pie a todas las interpretaciones, quedándose cada uno con aquélla que más se corresponde con su propia manera de pensar. El personaje tiene tantos matices y creo que está tratado con tanta honestidad, al menos aparentemente, que la simpatía o antipatía que produce en cada espectador hará que éste juzgue a la película ideológicamente de una forma o de otra, pero casi todos de forma favorable porque la cinta viene a reafirmarles en sus ideas, aunque las de unos y otros sean diametralmente opuestas. Si ésto se debe a un tratamiento objetivo por parte de los autores de la película, por un astuto cálculo comercial o por pura casualidad, ya es otro tema. Ahora bien, veo que incluso la mayoría de los que la tachan de belicista coinciden en que es una excelente cinta.
La conclusión que saco es que Patton fue un gran genio militar y un personaje pintoresco y controvertido como pocos. Amado y odiado al mismo tiempo por sus hombres ("Su sudor y nuestra sangre", dicen en cierto momento de la película), en la cinta hay material de sobra para odiarlo o ensalzarlo en función de la empatía (en todo caso nunca la indiferencia) que produzca en cada uno de nosotros, y, como venía a referirme hace un momento, cada espectador ve en la película lo que quiere ver.
El hecho de que al parecer, como dice Oliver Stone, fuese la película favorita de otro interesante personaje (éste nada carismático), Richard Nixon, no hace sino reafirmarme en esa opinión.
Para mí, y por lo que cuenta la película, Patton fue un hijo de puta de mucho cuidado y un loco peligroso, eficiente pero al que había que atar corto.
Yo la he visto tres veces a lo largo de mi vida: en los cines, hace muchos años, cuando todavía existían las reposiciones y los reestrenos; en video, hace quince años; y de nuevo ahora, en dvd, incluyendo algunas escenas con doblaje diferente que por lo que veo recortaron en su estreno. Y la impresión que he sacado ha sido más o menos la misma en todas las ocasiones.
Creo que PATTON es de esas películas que gustan a casi todo el mundo porque el retrato que nos ofrece de su polémico y fascinante protagonista da pie a todas las interpretaciones, quedándose cada uno con aquélla que más se corresponde con su propia manera de pensar. El personaje tiene tantos matices y creo que está tratado con tanta honestidad, al menos aparentemente, que la simpatía o antipatía que produce en cada espectador hará que éste juzgue a la película ideológicamente de una forma o de otra, pero casi todos de forma favorable porque la cinta viene a reafirmarles en sus ideas, aunque las de unos y otros sean diametralmente opuestas. Si ésto se debe a un tratamiento objetivo por parte de los autores de la película, por un astuto cálculo comercial o por pura casualidad, ya es otro tema. Ahora bien, veo que incluso la mayoría de los que la tachan de belicista coinciden en que es una excelente cinta.
La conclusión que saco es que Patton fue un gran genio militar y un personaje pintoresco y controvertido como pocos. Amado y odiado al mismo tiempo por sus hombres ("Su sudor y nuestra sangre", dicen en cierto momento de la película), en la cinta hay material de sobra para odiarlo o ensalzarlo en función de la empatía (en todo caso nunca la indiferencia) que produzca en cada uno de nosotros, y, como venía a referirme hace un momento, cada espectador ve en la película lo que quiere ver.
El hecho de que al parecer, como dice Oliver Stone, fuese la película favorita de otro interesante personaje (éste nada carismático), Richard Nixon, no hace sino reafirmarme en esa opinión.
Para mí, y por lo que cuenta la película, Patton fue un hijo de puta de mucho cuidado y un loco peligroso, eficiente pero al que había que atar corto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Hay una serie de momentos esclarecedores que definen al personaje mejor que ningún otro: momentos como el del memorable prólogo con su alucinante discurso guerrero con la bandera americana de telón de fondo, escenas como aquella en la que Patton ve el campo cubiertos de cádaveres y vehículos en llamas y dice "Amo ésto. Por Dios que lo amo" o en la que abofetea al soldado en el hospital y, a mi modo de ver, sobre todo, la escena en la que el periodista le pregunta: "¿Es cierto que escribió a la madre del soldado que abofeteó diciéndole que 'el perro cobarde debió ser fusilado'?", a lo que él, en vez de negarlo, responde "Sin comentarios". Como suele decirse, el que calla otorga. ¿Qué catadura moral es la de un tío que le escribe semejante cosa a una madre, por despreciable que a él le parezca su hijo?. Que cada cual saque sus propias conclusiones, como yo he hecho.
Por lo demás, a mí las casi tres horas de metraje me parecen más que justificadas, pues no me he aburrido ni un momento. Poco hay que decir sobre la excelente narración, la magnífica ambientación, sobre las estupendas y espectaculares escenas de batallas, la vibrante banda sonora, y en especial, sobre la antológica interpretación de George C. Scott, una de las más soberbias y brillantes que recuerdo de toda la historia del cine, que le valió uno de los más merecidos Oscar al mejor actor y que sin duda justifica por sóla, o mejor, hace obligada, la visión de esta película
Por lo demás, a mí las casi tres horas de metraje me parecen más que justificadas, pues no me he aburrido ni un momento. Poco hay que decir sobre la excelente narración, la magnífica ambientación, sobre las estupendas y espectaculares escenas de batallas, la vibrante banda sonora, y en especial, sobre la antológica interpretación de George C. Scott, una de las más soberbias y brillantes que recuerdo de toda la historia del cine, que le valió uno de los más merecidos Oscar al mejor actor y que sin duda justifica por sóla, o mejor, hace obligada, la visión de esta película