Serie eminentemente B, o más bien C, que según parece está considerada por alguno/as como film de culto.
A mi entender su calidad no debería llamar a ello, pero sí a verla de forma entrañable, simpática.
Y es que se agradece el esfuerzo y el filme es sin duda superior a muchos que se hicieron en este bonito género durante la década de los cincuenta, sobre todo.
Está bien narrada, se dosifican los elementos y queda muy apañada en líneas generales, resultando en todo momento amena. Vamos, que no aburre, aunque tampoco apasiona ni deja para el recuerdo nada especialmente memorable.
Se deja ver, con dos o tres momentos acertados, como la sesión de hipnosis y el ladino personaje de Lon Chaney Jr, y su escena en su chabola de los pantanos.
Por contra, su resolución carece de emotividad ni fuerza argumental, sobre todo si se ve en el siglo XXI. Y es que la transformación del protagonista hoy en día está totalmente superada con los efectos especiales y el maquillaje existente. Supongo que en aquellos tiempos tendría predicamento pero viéndolo hoy en día queda totalmente desfasado, bordeando involuntariamente el ridículo.
Con todo, si se ve sin prejuicio alguno, no está nada mal, pero se olvida muy fácilmente.

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