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Voto de TOM REGAN:
6
5 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
15/15(21/01/17) Primer capítulo de la cuarta temporada de la exitosa serie creada por Mark Gatiss (el guión de este capítulo es culpa suya y nunca mejor dicho) y Steven Moffat para la BBC ha sido una decepción, tanta espera no ha sido saciada. Título inspirado libremente en “Los seis Napoleones” (1904) de Arthur Conan Doyle, que con un gran arranque te atrapa en sus redes, con un ritmo feroz se van sucediendo acontecimientos dispares, pero resulta que a su media hora, cuando llega el caso central del episodio el guión se va desplomando poco a poco en una tormenta de situaciones a cual más forzada, pareciendo que el guión está hecho con desgana, con pereza y pocas ideas ingeniosas. Es de agradecer que Benedict Cumberbatch con su arrollador carisma sea capaz de hacer aceptable este flojo capítulo. Está dirigido por Rachel Talalay (series como “The flash” o “The Who”), que aporta fluidez narrativa, y un bonito envoltorio vsual, lástima que no pueda superar el regular (siendo benévolo) guión. Como siempre la ambientación tapa algunas carencias, lástima que sean demasiados los agujeros como para ser suficiente esta.
Lestrade (Rupert Graves) recluta a Sherlock (Benedict Cumberbatch) y Watson (Martin Freeman) para un misterioso caso, sobre un joven que se suponía estaba de viaje en el Tíbet pero aparece muerto en su coche frente a la casa de los padres en Londres. Sherlock lo resuelve rápidamente, pero mientras lo hace descubre otro posible caso que implica a seis figuras del busto de la ex primer ministro británica Margaret Thatcher. Tendrá importancia en el relato la esposa de Watson, Mary (Amanda Abbington), y el hermano de Sherlock, Mycroft (Mark Gatiis, el también creador de la serie).
El capítulo tiene la buena capacidad de saber engancharte en trepidante inicio, una sucesión de viñetas muy divertidas (el preámbulo de la fábula de Samarra, el encuentro con su hermano y los gerifaltes del MI15, el bautizo de la hija de Watson, los varios casos que resuelve el popular investigador mordazmente), pero entonces, en su segundo tercio el metraje se sumerge en una historia con ínfulas a Jason Bourne, con una trama ramplona, desequilibrada, torpe orgánicamente, virando su tono distendido hacia lo melodramático y lo peor es que se siente forzado, sin mimbres que te hagan emocionarte por lo que sucede. Se intenta enmascarar estas carencias con mucha acción, más que en entregas anteriores, con tiroteos, operaciones de rescate de rehenes, torturas, peleas bien coreografiadas, pero todo esto no puede ocultar lo débil del argumento, empezando por la licencia que hay que darle en el terreno de lo azaristico, que por casualidad Sherlock descubra un caso en que está implicada la esposa de Watson , todo muy cogido por los pelos, adolece de la falta de química entre Sherlock y Watson que era la salsa de la serie, la trama núcleo discurre de modo atropellado, sin sutilidad, y para colmo el villano es del todo a 100, marca blanca, añadiéndose momentos sin sentido (como la inútil escena del sabueso recorriendo Londres, solo para hacer un insustancial guiño a otra obra de Doyle, "El signo de los cuatro"), para concluir en una escena clímax bastante mal llevada, pretendiendo conmover y lo que produce es perplejidad por lo penosamente que está resuelta. Hay más incoherencias y lagunas en spoiler.
Lestrade (Rupert Graves) recluta a Sherlock (Benedict Cumberbatch) y Watson (Martin Freeman) para un misterioso caso, sobre un joven que se suponía estaba de viaje en el Tíbet pero aparece muerto en su coche frente a la casa de los padres en Londres. Sherlock lo resuelve rápidamente, pero mientras lo hace descubre otro posible caso que implica a seis figuras del busto de la ex primer ministro británica Margaret Thatcher. Tendrá importancia en el relato la esposa de Watson, Mary (Amanda Abbington), y el hermano de Sherlock, Mycroft (Mark Gatiis, el también creador de la serie).
El capítulo tiene la buena capacidad de saber engancharte en trepidante inicio, una sucesión de viñetas muy divertidas (el preámbulo de la fábula de Samarra, el encuentro con su hermano y los gerifaltes del MI15, el bautizo de la hija de Watson, los varios casos que resuelve el popular investigador mordazmente), pero entonces, en su segundo tercio el metraje se sumerge en una historia con ínfulas a Jason Bourne, con una trama ramplona, desequilibrada, torpe orgánicamente, virando su tono distendido hacia lo melodramático y lo peor es que se siente forzado, sin mimbres que te hagan emocionarte por lo que sucede. Se intenta enmascarar estas carencias con mucha acción, más que en entregas anteriores, con tiroteos, operaciones de rescate de rehenes, torturas, peleas bien coreografiadas, pero todo esto no puede ocultar lo débil del argumento, empezando por la licencia que hay que darle en el terreno de lo azaristico, que por casualidad Sherlock descubra un caso en que está implicada la esposa de Watson , todo muy cogido por los pelos, adolece de la falta de química entre Sherlock y Watson que era la salsa de la serie, la trama núcleo discurre de modo atropellado, sin sutilidad, y para colmo el villano es del todo a 100, marca blanca, añadiéndose momentos sin sentido (como la inútil escena del sabueso recorriendo Londres, solo para hacer un insustancial guiño a otra obra de Doyle, "El signo de los cuatro"), para concluir en una escena clímax bastante mal llevada, pretendiendo conmover y lo que produce es perplejidad por lo penosamente que está resuelta. Hay más incoherencias y lagunas en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A Watson le endilga el guión un ajado recurso del marido cansado de la rutina, por lo que el Dr. encuentra morbo en una mujer que conoce en un bus ( será encuentro casual), con la que intercambia watsaps, no le pega al íntegro Watson, chirría, a no ser que esta mujer sea un cebo para siguientes episodios, aún así orgánicamente cruje. Como es estridente que le eche la culpa a Sherlock de que su esposa se interponga en una bala, ha sido decisión de ella. Lo del pendrive escondido en un busto de Margaret Thatcher en una fábrica de Georgia resulta cuando menos cogido con pelos, no podría ser de Stalin, Lenin o Putin? Por lo estar en una república ex soviética, no!!! Es de la ex primer ministro de UK. Luego está que unos bustos de los todo a 100 tenemos que tragar con que solo se han hecho seis, venga ya!!! La pelea entre Sherlock y el vengador mercenario resulta buena, con influencias a la saga Bourne, pero se final es insultante, se oye la policía desde fuera y entonces el mercenario desaparece como si nada, se evapora. Resulta que este mercenario escucha durante su cautiverio que la traidora es la inglesa, y entonces el “lumbreras” decide que es Mary, esperpéntico. El clímax donde nos enteramos de que la villana es alguien que pasa por allí, es ridículo, es una mente criminal una secretaria, Vivian Norbury (Marcia Warren), es un acto de dejadez por parte del guionista el que nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino, NO! Es apreciable la alegoría de que la escena clímax se dé un recinto-acuario rodeados de tiburones, pero es lo único bueno, pues a continuación (tras una resolución de caso donde lo mejor es no es no analizarla) nos cuelan la grotesca muerte-sacrificio de Mary, propia de un sketch de José Mota, o sea que Mary es capaz de atravesarse en la trayectoria de una bala, mientras la superdotada mente de Sherlock queda impasible, rozando el esperpento, orgánicamente muy mal resuelto, pero como la ley de Murphy todo es susceptible de ser empeorado con ese grito ahogado de Watson copiado de el de Michgael Corleone en “El padrino III”, y es que es una de las muertes menos sentidas y anti-emotivas que recuerdo, frialdad absoluta.
Sherlock resolviendo la desaparición de la esposa de un tipo:
Sherlock: "Su esposa lo dejó porque su aliento apesta y le gusta usar la ropa interior '.
Marido: Yo no... Sólo los sujetadores.
Espero que en los dos episodios que restan de temporada el listón se eleve sensiblemente, si no, mal asunto, y es que el nivel estaba elevado y este capítulo ha sido un bajón, aún con todo le doy un interesante. Fuerza y honor!!!
Sherlock resolviendo la desaparición de la esposa de un tipo:
Sherlock: "Su esposa lo dejó porque su aliento apesta y le gusta usar la ropa interior '.
Marido: Yo no... Sólo los sujetadores.
Espero que en los dos episodios que restan de temporada el listón se eleve sensiblemente, si no, mal asunto, y es que el nivel estaba elevado y este capítulo ha sido un bajón, aún con todo le doy un interesante. Fuerza y honor!!!