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Voto de setinho:
5
2020
Scott Frank (Creador), Allan Scott (Creador) ...
7,6
35.837
Serie de TV. Drama
Miniserie de 7 episodios. Kentucky, años 60. En plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez, que lucha contra sus adicciones mientras trata de convertirse en la mejor jugadora del mundo ganando a los grandes maestros, en especial a los rusos.
1 de noviembre de 2020
492 de 733 usuarios han encontrado esta crítica útil
A nivel técnico es estupenda, no se le puede negar. La ambientación, las actuaciones, la banda sonora que rescata algunos grandes temas de los 60, etc. Fabuloso todo. Pero la historia es previsible y está llena de tópicos. En el fondo, es lo mismo de siempre. La misma película sobre un genio loco que ya hemos visto mil veces, pero ahora en formato miniserie. A la gente le encantan las películas sobre genios locos. Siempre que se hace una producción sobre una persona que destaca en cualquier campo, se nos presenta como alguien al que le falta un tornillo. Supongo que a la gente le gusta pensar que la genialidad tiene un precio, y así se sienten más conformes con su mediocridad.
El problema es que esto realmente tiene muy poca evidencia empírica. La serie nos insiste mucho en que Morphy y Steinitz se volvieron locos y, aunque no se le nombre, si hablamos de ajedrecistas locos, todos pensamos en Bobby Fischer. Pero es que por estos 3 ajedrecistas, ha habido otros 1.000 grandes ajedrecistas con una salud mental excelente y una vida equilibrada. El actual campeón del mundo, Magnus Carlsen, que probablemente es el mejor ajedrecista de la historia, es un tipo normal y corriente que va al campo de fútbol a animar a su equipo y se comporta como un gañán futbolero cualquiera. No es un loco, ni un antisocial, ni tiene problemas de adicciones. Pero a la hora de hacer una película de ajedrez, no se hace sobre Carlsen, ni sobre Kasparov, o Karpov, o Kramnik, o Petrosian, o Anand, o Capablanca, o Alekhine... no, la película se hace sobre Bobby Fischer, que tiene no una sino varias peliculas, a la que ahora se le suma esta miniserie, porque la protagonista es claramente la versión femenina de Bobby FIscher con el alcoholismo de Mihail Tal. El doble combo que le llaman.
Estoy muy en desacuerdo con quienes sostienen que este tipo de producciones fomentan el ajedrez. Aquí el ajedrez se presenta como un juego intimidante reservado para genios, a poder ser locos y antisociales. Y si encima se drogan, mejor que mejor. Por cierto, me encantaría saber cuál es esa droga que te hace jugar mejor al ajedrez. Yo aquí haciendo ejercicios de cálculo y estudiando finales y resulta que lo tengo que hacer es meterme tranquilizantes para caballos. Así me va.
Y hay muchos detalles que no me gustan nada, por ejemplo que una niña que ni siquiera tiene un tablero de ajedrez le gane una simultánea a varios jugadores de club. Primero porque es completamente absurdo y exagerado. Y segundo porque, según esta visión, si tienes talento para el ajedrez no necesitas entrenar ni nada, y si no tienes un talento especial ni te molestes en jugar, porque va a venir una niña petarda y te va a ganar en menos de 20 jugadas, y encima te va a mirar por encima del hombro y te va a hacer sentir un idiota. ¿Esto es fomentar el ajedrez?
En el ajedrez el 80% es práctica y el 20% talento, como casi todo en la vida, por otra parte. Y al ajedrez puede jugar cualquiera, y cuando digo jugar me refiero a jugar muy bien. Yo conozco varios maestros de ajedrez, incluso Grandes Maestros, que tienen de genios lo que yo de astronauta. Simplemente aman este juego y se han esforzado mucho para llegar donde están. Ahora bien, si uno quiere ser el mejor del mundo obviamente tiene que tener un talento especial, pero como todo en la vida. Si uno quiere ser el mejor catador de vinos del mundo tendrá que tener un paladar especial, pero eso no quita que los que tenemos un paladar normal y corriente podamos disfrutar de un buen vino. En el ajedrez es exactamente igual. No hace falta ningún talento especial para disfrutar de este juego y llegar a ser un gran jugador si uno se lo propone.
Y tampoco estoy de acuerdo con quienes dicen que en esta serie se habla de ajedrez. Esto va sobre genios locos, no sobre ajedrez. Lo único que hacen es soltarte 4 referencias sueltas, algunas de ellas chorradas absolutas, te nombran a Morphy y Capablanca unas cuantas veces y en las partidas se muestra como juegan 5 ó 6 jugadas de alguna línea principal de aperturas como la Najdorf. ¿Y para esto contrataron a Kasparov como asesor? No me jodas, hombre.
Termino con un par de detalles en el spoiler:
El problema es que esto realmente tiene muy poca evidencia empírica. La serie nos insiste mucho en que Morphy y Steinitz se volvieron locos y, aunque no se le nombre, si hablamos de ajedrecistas locos, todos pensamos en Bobby Fischer. Pero es que por estos 3 ajedrecistas, ha habido otros 1.000 grandes ajedrecistas con una salud mental excelente y una vida equilibrada. El actual campeón del mundo, Magnus Carlsen, que probablemente es el mejor ajedrecista de la historia, es un tipo normal y corriente que va al campo de fútbol a animar a su equipo y se comporta como un gañán futbolero cualquiera. No es un loco, ni un antisocial, ni tiene problemas de adicciones. Pero a la hora de hacer una película de ajedrez, no se hace sobre Carlsen, ni sobre Kasparov, o Karpov, o Kramnik, o Petrosian, o Anand, o Capablanca, o Alekhine... no, la película se hace sobre Bobby Fischer, que tiene no una sino varias peliculas, a la que ahora se le suma esta miniserie, porque la protagonista es claramente la versión femenina de Bobby FIscher con el alcoholismo de Mihail Tal. El doble combo que le llaman.
Estoy muy en desacuerdo con quienes sostienen que este tipo de producciones fomentan el ajedrez. Aquí el ajedrez se presenta como un juego intimidante reservado para genios, a poder ser locos y antisociales. Y si encima se drogan, mejor que mejor. Por cierto, me encantaría saber cuál es esa droga que te hace jugar mejor al ajedrez. Yo aquí haciendo ejercicios de cálculo y estudiando finales y resulta que lo tengo que hacer es meterme tranquilizantes para caballos. Así me va.
Y hay muchos detalles que no me gustan nada, por ejemplo que una niña que ni siquiera tiene un tablero de ajedrez le gane una simultánea a varios jugadores de club. Primero porque es completamente absurdo y exagerado. Y segundo porque, según esta visión, si tienes talento para el ajedrez no necesitas entrenar ni nada, y si no tienes un talento especial ni te molestes en jugar, porque va a venir una niña petarda y te va a ganar en menos de 20 jugadas, y encima te va a mirar por encima del hombro y te va a hacer sentir un idiota. ¿Esto es fomentar el ajedrez?
En el ajedrez el 80% es práctica y el 20% talento, como casi todo en la vida, por otra parte. Y al ajedrez puede jugar cualquiera, y cuando digo jugar me refiero a jugar muy bien. Yo conozco varios maestros de ajedrez, incluso Grandes Maestros, que tienen de genios lo que yo de astronauta. Simplemente aman este juego y se han esforzado mucho para llegar donde están. Ahora bien, si uno quiere ser el mejor del mundo obviamente tiene que tener un talento especial, pero como todo en la vida. Si uno quiere ser el mejor catador de vinos del mundo tendrá que tener un paladar especial, pero eso no quita que los que tenemos un paladar normal y corriente podamos disfrutar de un buen vino. En el ajedrez es exactamente igual. No hace falta ningún talento especial para disfrutar de este juego y llegar a ser un gran jugador si uno se lo propone.
Y tampoco estoy de acuerdo con quienes dicen que en esta serie se habla de ajedrez. Esto va sobre genios locos, no sobre ajedrez. Lo único que hacen es soltarte 4 referencias sueltas, algunas de ellas chorradas absolutas, te nombran a Morphy y Capablanca unas cuantas veces y en las partidas se muestra como juegan 5 ó 6 jugadas de alguna línea principal de aperturas como la Najdorf. ¿Y para esto contrataron a Kasparov como asesor? No me jodas, hombre.
Termino con un par de detalles en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los paralelismos entre Bobby Fischer y la protagonista son muy evidentes. De hecho, es que es la vida de Bobby Fischer. El americano que logró derrotar a la Unión Soviética. También se nos muestra cómo los ajedrecistas soviéticos cooperaban entre sí, que es de lo que se quejaba Bobby Fischer. Y el ajedrecista favorito de la protagonista es Paul Morphy, que también era el ajedrecista favorito de... Bobby Fischer.
Por cierto, el happy ending que se marcan al final, además de ser totalmente previsible desde la primera vez que vemos al tal Borgov (que supongo que representa a Spassky), me parece forzadísimo y sin sentido. Vemos al Belvitz ese o cómo se llame en casa de Benny Watts cuando estos personajes no se habían conocido en toda la serie.
Lo que sí me ha gustado mucho es la escena final. Todos los ajedrecistas sentimos cierta envidia de la pasión con la que se vive el ajedrez en Rusia, y esta pasión se refleja muy bien en la serie, así como el entusiasmo de la protagonista en aquel país. Y me gusta mucho que después de ganar al campeón del mundo, lo que más le apetezca a la protagonista es irse a un parque a jugar con unos jubilados, sin nada que ganar, sin nada por lo que competir, simplemente a disfrutar del ajedrez.
Por cierto, el happy ending que se marcan al final, además de ser totalmente previsible desde la primera vez que vemos al tal Borgov (que supongo que representa a Spassky), me parece forzadísimo y sin sentido. Vemos al Belvitz ese o cómo se llame en casa de Benny Watts cuando estos personajes no se habían conocido en toda la serie.
Lo que sí me ha gustado mucho es la escena final. Todos los ajedrecistas sentimos cierta envidia de la pasión con la que se vive el ajedrez en Rusia, y esta pasión se refleja muy bien en la serie, así como el entusiasmo de la protagonista en aquel país. Y me gusta mucho que después de ganar al campeón del mundo, lo que más le apetezca a la protagonista es irse a un parque a jugar con unos jubilados, sin nada que ganar, sin nada por lo que competir, simplemente a disfrutar del ajedrez.