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Críticas de Roberto H Roquer
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
1
9 de julio de 2022
240 de 315 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llega un momento en el ciclo de vida de cualquier género exitoso que termina agotándose y muriendo. Cuando eso ocurre, uno de los síntomas más evidentes es que el género comienza a autoparodiarse, infantilizarse y a no tomarse a si mismo en serio en un intento desesperado de tratar de agarrar los últimos puñados de dólares antes de pasar a otra cosa. Los que vivieron los 80 y 90 lo entenderán. Las películas de ciencia ficción que surgieron a rebufo de Star Wars en los 80 (Alien, Dune, Galáctica si me apuras, etc) terminaron al final de la década dando productos que o bien era mediocres y tenían guiones absurdos que mezclaban de manera disparatada peluches vivientes, niños con superpoderes y naves espaciales (siendo Masters of the Universe quizá la más conocida) o bien parodiaban abiertamente y de forma cínica el absurdo total al que el género había llegado, como la infravalorada Starship Troopers.

Bien, algo similar está pasando hoy en día con el género de superhéroes, tal como Thor Love and thunder nos muestra. Hablamos de una película con un tono abiertamente humorístico y ligero que trata de aportar al género el toque humorístico del director. El problema radica en que lo hace de una forma tan tosca que termina fallando en los dos campos. Por un lado, como película épica se siente totalmente fallida dado que lo que pasa en pantalla parece tan carente de importancia que al espectador le cuesta que nada de eso le interese. La historia que se nos cuenta (genérica a más no poder y llena de agujeros de guión) parece una mera excusa usada por el director para hacer una procesión de fuegos artificiales de colorines, bromas dignas de un chaval de 7 años no muy espabilado y escenas de acción rodadas con piloto automático. La épica, la tensión e incluso la diversión que uno se espera de cualquier película de este estilo ni está ni se le espera y quien quiera ver una historia coherente que busque en otra parte, ya que el guión de esta obra no es más que una sucesión de escenas bastante inconexas que más parecen una compilación de squetches cómicos de los Morancos parodiando una película de Thor que una verdadera película de Thor.

Pero por otro lado, a diferencia de lo que ocurre en cintas como Deadpool, aquí el humor tampoco funciona. Las bromas dan casi más vergüenza ajena que risa y lo que es peor, el humor es tan constante que no solo hace imposible tomarse la cinta en serio, sino que impide que el guión pueda intentar hacer algo interesante con sus personajes como desarrollarlos psicológicamente o darles profundidad, ya que cada momento que la cinta trata de ponerse seria surge algún chiste absurdo y sin gracia que saca al espectador de la historia. Al final, lo único llamativo termina siendo una estética saturada de colores que intenta rellenar el vacío de una trama prácticamente inexistente pero que no hace sino evidenciar cómo esta película está totalmente vacía.

Es inevitable ver esta película y no sentir que se trata del MCU parodiándose a sí mismo. El humor infantiloide, el guión cortado y pegado, la estética videoclipera... el problema es que estamos ante una parodia involuntaria, ante unos productores y un director tan desconectados con el público que genuinamente piensan que esto es lo que un fan del cine de superhéroes quiere ver. Empiezo a pensar que Jojo Rabbit únicamente fue un accidente afortunado y que Waititi es incapaz de hacer una película disfrutable por adultos funcionales. Si esto es todo lo que el UCM puede dar, creo que tiene los días contados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Roberto H Roquer
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6
7 de agosto de 2021
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie nos cuenta la historia de Segev, un guia turistico de Tel Aviv que está casado con una bailarina americana. Un día, antes de viajar a su país por una semana, ella muere atropellada por un coche. Segev pronto descubre que su difunta mujer no era quien pensaba y que tenía una relación con un hombre misterioso. A raiz de esto, Segev se verá involucrado en una trama llena de misterios mientras trata de desvelar los scretos de la muerte de su mujer.

Al principio estaba ilusionado por este thriller israelí de Netflix, en particular tras el muy buen sabor de boca que me había dejado "El Espía" de Sacha Baron Cohen. Lamentablemente, aunque no se puede negar que esta serie tiene ambición y un estilo visual bastante refinado que la sitúa por encima del producto televisivo promedio, al final estamos ante una serie formulaica y sin personalidad. Tanto el guión como las escenas de acción son bastante genéricas y no aportan nada que no hayamos visto antes, aunque al menos se dejan ver con cierto interés y evitan el aburrimiento en casi todo momento. Los personajes son bastante planos (incluido el protagonista) y no hay en sus motivaciones ni su evolución nada de particular interés. Incluso el misterio que rodea a la mujer del protagonista y su muerte termina resultando cada vez menos interesante a medida que los episodios avanzan. Quienes disfruten de las series de intriga y no les importe volver a ver los clichés propios del género pasarán un buen rato con Hit & Run pero para el resto, esta serie no tiene nada que la haga destacar ni para bien ni para mal.
Roberto H Roquer
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5
28 de mayo de 2022
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Weerasethakul es, como cabría esperar de un director tan personal, un reflejo casi perfecto de la mente de su creador. Hablamos, por lo tanto, de una película muy personal tanto en forma como en contenido. La historia nos cuenta las vivencias de Jessica, una estadounidense viviendo el Colombia que un día comienza a sentir un extraño ruido de origen inexplicable. Siendo la única que es capaz de escuchar tal ruido, comienza una búsqueda para dar con su origen.

Por un lado, la película presentará el estilo de dirección habitual de Apichatpong Weerasethakul, planos largos y en ocasiones contemplativos que dan espacio a los actores para mostrar a sus personajes en su vida cotidiana. La gracia de este director es, por lo tanto, la forma que tiene de plasmar no únicamente los eventos necesarios para la trama, sino todo ese espacio y tiempo entre escenas que le permite crear un pequeño universo en su película. Esto hace que el ritmo sea las más de las veces algo lento (si bien nunca demasiado, excepto en la parte final, cosa de la que halaré en la zona spoiler), algo que no debería importar a los fans del realizador. La interpretación de Swinton es muy buena pero eso no ha de sorprender a nadie que siga la carrera de esta actriz.

A nivel temático, la película toca varios temas, desde la cuestión de la memoria (tanto como elemento político y social como en su aspecto psicológico y la importancia de nuestra memoria para definir quienes somos) como las dinámicas sociales de un país como Colombia, cosa que se puede ver en las diferentes interacciones de la protagonista a lo largo de su búsqueda y que la llevarán a relacionarse con personajes aparentemente marginales muy alejados de su burbuja de clase media-alta. Pero si hay un tema que lo domina todo, este es el de la reacción del ser humano ante lo desconocido y nuestra necesidad de comprender.

Es aquí donde quizá patina algo la película, en la constante sensación de tener mucho estilo y poca sustancia. La presentación cinematográfica nos invita a disfrutar de un estilo cinematográfico totalmente refinado, excesivamente personal y en ocasiones único para, por contra, presentar un fondo con ideas poco exploradas, bastante simplificadas y que no están a la altura de las ambiciones del director.

Comento en zona spoiler por qué la película se desinfla en su recta final
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Roberto H Roquer
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4
17 de abril de 2020
11 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie cuenta el reencuentro de Ruby y Bill, dos amantes de la universidad que se reencuentran 17 años después y lo dejan todo para comenzar un viaje en tren juntos. Si bien la premisa puede parecer interesante, la ejecución deja mucho que desear. Nunca logra encontrar su tono, cuando trata de ser comedia las situaciones presuntamente graciosas generan entre indiferencia y un poco de vergüenza ajena, y como drama romántico es difícil tomárselo en serio. Los personajes, a pesar de las buenas interpretaciones de la pareja protagonista, se reducen a un montón de manidos tópicos que ya hemos visto antes en otras series (el chico mono con un carisma superficial que tiene por dentro el corazón roto, la mujer casada frustrada con su vida familiar, etc.) amalgamados juntos con la esperanza (fallida) de crear personajes interesantes. Por su parte, la trama, bastante sosa, se limita a visitar lugares comunes, en ocasiones intentando aparentar ser más ingeniosa u original de lo que realmente es y sin ser capaz de despertar nunca un particular interés en el espectador, y de vez en cuando está salpimentada con escenas de contenido sexual que internan ser provocadoras y transgresoras pero tan fuera de contexto, forzadas y poco inspiradas que sólo podrían parecer transgresoras o provocadoras a personas con menos de 15 años o más de 60.
En definitiva, si alguien es muuuuuuuuy fan de las comedias románticas esto puede funcionar como un placer culpable o un sucedáneo de las muchas (y mejores) obras que trata de emular, pero para el resto de la audiencia no hay nada aquí lo suficientemente interesante como para justificar una inversión de 30 minutos semanales y mucho menos la cuota de HBO.
Roberto H Roquer
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8
26 de mayo de 2022
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos meses, el comunicador Roy Galán (que para quien no lo conozca es algo así como la versión no paródica de Robert Bodegas, el de Pantomima Full) publicó un texto en el que criticaba esta producción por no contar con Kelly McGillis, ignorando cosas como que la actriz ya lleva una década semi-retirada o que la nueva co-protagonisa, Jennifer Connelly, es también de una edad similar a Cruise.

Esta anécdota, aparentemente sin importancia, es un ejemplo perfecto de la clase de película que Top Gun Maverick es y de la clase de audiencia a la que va (y no va) dirigida. He de confesar primero que no soy un fan de la original (la cual no es para mí más que un anuncio de reclutamiento de la marina de 2 horas) pero esta secuela cambia totalmente el tono para ofrecer una historia más madura y que, si bien no derrocha en complejidad y se ajusta a los códigos de la superproducción made in Hollywood, al menos si ofrece personajes mínimamente interesantes y lo que es más importante, una historia con unos temas mucho más fuertes que su predecesora. A diferencia de la primera película, que era excelente cuando los aviones volaban y nos regalaba escenas de acción pero perdía gas una vez la trama aterrizaba y se centraba en las historias de sus personajes, esta nos ofrece conflictos mucho más personales e interesantes que hará no solo que las partes dramáticas de la cinta funcionen mucho mejor, sino que además hace que las partes de acción funcionen infinitamente mejor al aumentar la tensión narrativa.

Estamos, por lo tanto, ante una película que a nivel temático ofrece una historia profundamente idealista sobre unos pilotos dispuestos a dar su vida por patriotismo, camaradería y sentido del deber. La película nunca ocultará su tono patriótico y carece del cinismo o la crítica que otras cintas militares recientes han mostrado. Y eso no es necesariamente algo malo. A quienes vengan buscando una película que pretenda derribar estereotipos, denunciar los crímenes de guerra de la CIA, mostrar a soldados llorando y hablando de sentimientos, dudando de sus ideales o haciendo una crítica política del militarismo estadounidense esta película les va a decepcionar, y es que si bien estas son formas totalmente legítimas de hacer una película bélica (como ya han demostrado otros directores) ha de entenderse que ambos tipos de película funcionan en tándem, siendo una el contrapeso de la otra. Y es por ello lo absurdo de (algunas) de las críticas de ciertos profesionales de la comunicación como la antes referida, ya que se corre el riesgo de criticar a Top Gun no por lo que es, sino por lo que a uno le gustaría que fuere.

Evidentemente, el momento estelar de la cinta son las escenas de acción, rodadas con aviones reales y sin casi CGI. Estas funcionan a la perfección y son absolutamente impresionantes, en particular en la escena climática (los últimos 20 minutos o así) que muestra quizá la representación más espectacular de la historia del cine de un combate aéreo. El reparto, por su parte, cumple de forma correcta, desde un Tom Cruise que interpreta su personaje fetiche, el héroe idealista, hasta un Miles Teller que hace un trabajo excelente. La relación casi paterno-filial entre ambos termina dando a la trama un toque emotivo que no estaba en la primera entrega y que hace que esta se sienta como una película más redonda y mejor trabajada en el aspecto del guión.

En conclusión, una película que agradece tener un tono más adulto y menos adolescente que su predecesora. A pesar de ser una secuela de Top Gun, esta cinta tiene más en común con otras superproducciones recientes de Cruise como Misión Imposible o al Filo del Mañana, esto es, una mezcla perfecta de un guión sólido con personajes cuidados, un tono algo más adulto y serio que el de la superproducción americana estándar y unas escenas de acción totalmente impactantes.
Roberto H Roquer
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