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Voto de LennyNero:
9
7,7
4.984
Drama
En los años 40, finalizado el conflicto de la Guerra Civil Española, una familia abandona el campo y emigra a Madrid con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, la vida en la ciudad es cruel y está llena de desengaños y penalidades. Manuel, el padre, encuentra trabajo en una fundición, pero no puede soportar el ritmo de trabajo. Pepe, el hijo mayor, se dedica a turbios asuntos relacionados con el estraperlo. ... [+]
11 de diciembre de 2008
73 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los géneros más cultivados, aunque ciertamente no exclusivos, de la filmografía filofascistoide es el blut und boden, esto es, la exaltación de la sangre y la tierra. Ligado al género encontramos como elemento clave que lo configura la dualidad, no exenta de maniqueísmo, entre el campo, promotor de de la pureza y las bondades intrínsecas del ser humano, y la ciudad, vivero de toda corrupción y decadencia de valores morales.
Aunque Surcos pretende ser un film de esta clase no se deja encorsetar y va más allá tanto en su forma como en su mensaje. La contraposición está presente, pero de una forma más subliminal que explícita. En este sentido se aleja de clásicos como Amanecer (aunque su influencia es clara en la construcción de personajes o en el retrato caótico de paisajes urbanos) y sitúa la acción directamente en la ciudad, mientras que el ámbito rural permanece en un simbólico fuera de campo representado por una figura patriarcal, vulnerable ante las nuevas circunstancias pero de fuerte personalidad y cuya honestidad es intachable. Tampoco faltan a la cita otras figuras clave del género como las mujeres como motor fundamental de la trama. Una vez más hallamos a la mujer rubia, generosa y bondadosa frente a un grupo de mujeres morenas cuya descripción se asemeja a una jauría de lobas sin escrúpulos.
Ligado a esta idea se presenta un film indudablemente machista y que ofrece una visión “natural” de la violencia machista. Esta funciona en dos niveles, por un lado están las mujeres, cuyo castigo no es arbitrario pues sus actos las hacen merecedoras de ello. En el otro lado están los hombres, los ejecutores, que o bien son seres despreciables y por tanto es algo natural en ellos su violencia arbitraria o bien son bondadosos y por sentirse traicionados reaccionan de la única manera posible.
Precisamente esta naturalidad en el retrato entronca con uno de los elementos más importantes del film que no es otro que, siendo pretendidamente un film de exaltación de ciertos valores de la España franquista, deviene en película denuncia, muy cercana por estilo y contenido al neorrealismo italiano (con guiño metacinematográfico incluido).
Aunque Surcos pretende ser un film de esta clase no se deja encorsetar y va más allá tanto en su forma como en su mensaje. La contraposición está presente, pero de una forma más subliminal que explícita. En este sentido se aleja de clásicos como Amanecer (aunque su influencia es clara en la construcción de personajes o en el retrato caótico de paisajes urbanos) y sitúa la acción directamente en la ciudad, mientras que el ámbito rural permanece en un simbólico fuera de campo representado por una figura patriarcal, vulnerable ante las nuevas circunstancias pero de fuerte personalidad y cuya honestidad es intachable. Tampoco faltan a la cita otras figuras clave del género como las mujeres como motor fundamental de la trama. Una vez más hallamos a la mujer rubia, generosa y bondadosa frente a un grupo de mujeres morenas cuya descripción se asemeja a una jauría de lobas sin escrúpulos.
Ligado a esta idea se presenta un film indudablemente machista y que ofrece una visión “natural” de la violencia machista. Esta funciona en dos niveles, por un lado están las mujeres, cuyo castigo no es arbitrario pues sus actos las hacen merecedoras de ello. En el otro lado están los hombres, los ejecutores, que o bien son seres despreciables y por tanto es algo natural en ellos su violencia arbitraria o bien son bondadosos y por sentirse traicionados reaccionan de la única manera posible.
Precisamente esta naturalidad en el retrato entronca con uno de los elementos más importantes del film que no es otro que, siendo pretendidamente un film de exaltación de ciertos valores de la España franquista, deviene en película denuncia, muy cercana por estilo y contenido al neorrealismo italiano (con guiño metacinematográfico incluido).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El paisaje representado nos remite a un Madrid castizo, cañí, representado por una galería de tópicos parlantes pero cuya humanidad y cercanía son fácilmente reconocibles por el público facilitando así la empatía y la inmersión en la trama. Aunque este retrato coral no deja de ser un marco, una imagen reflejada en un espejo que nos permite ver la profundidad de campo que hay detrás. Una sociedad corrupta, miserable (en lo moral y en lo económico), donde los ricos campan a sus anchas amparados por un sistema policial brutal e inmisericorde con los más desválidos mientras hace la vista gorda a los tejemanejes de las clases altas. Un mundo urbano que se presenta como vía de escape a la pobreza pero que resulta una trampa mortal, un estado que destruye los sueños con la ruidosa e ineficaz burocracia de unos servicios sociales de empleo que, saturados, no funcionan y revelan todo su cinismo. Un retrato en conjunto que deja muy mal parada la presunta regeneración de la sociedad de la España de Franco.
El punto débil del film se halla sin duda en sus recursos técnicos. Cierto es que juega muy bien con los contrastes lumínicos, muy cercanos al cine expresionista alemán y que hay un dominio absoluto del retrato coral de los personajes mediante suaves cortes de montaje, pero ello no es óbice para echar en falta un poco más de atrevimiento formal y un cuidado más exhaustivo en el raccord, tanto de continuidad como de sonido.
Sin embargo esto se revela casi un detalle nimio ante el atrevimiento argumental del film. Es evidente que siendo un film pagado por el estado y declarado de interés nacional en los títulos de crédito, la película buscaba ser vehículo de propaganda. Lo que probablemente no se sabrá nunca es si el director utilizó los recursos para realizar la idea que realmente quería o si buscando servir al régimen le salió el tiro por la culata. En cualquier caso lo realmente importante es que el film funciona como legado histórico, como una pieza del pasado de este país que no habría que olvidar. Una película que debería ser rescatada del olvido tanto por su calidad como por su valor cinematográfico.
El punto débil del film se halla sin duda en sus recursos técnicos. Cierto es que juega muy bien con los contrastes lumínicos, muy cercanos al cine expresionista alemán y que hay un dominio absoluto del retrato coral de los personajes mediante suaves cortes de montaje, pero ello no es óbice para echar en falta un poco más de atrevimiento formal y un cuidado más exhaustivo en el raccord, tanto de continuidad como de sonido.
Sin embargo esto se revela casi un detalle nimio ante el atrevimiento argumental del film. Es evidente que siendo un film pagado por el estado y declarado de interés nacional en los títulos de crédito, la película buscaba ser vehículo de propaganda. Lo que probablemente no se sabrá nunca es si el director utilizó los recursos para realizar la idea que realmente quería o si buscando servir al régimen le salió el tiro por la culata. En cualquier caso lo realmente importante es que el film funciona como legado histórico, como una pieza del pasado de este país que no habría que olvidar. Una película que debería ser rescatada del olvido tanto por su calidad como por su valor cinematográfico.