Me enfrenté a esta película atraído por la etiqueta de ser la película con la escena más sangrienta de la historia del cine, y la verdad es que puedo decir que no ha sido para tanto. Quizás por el acento cómico de la película, o por lo cutre de los efectos especiales, pero...me esperaba mucho más de la faceta más gore del director de El Señor de los Anillos. Bien es cierto que la película tiene sus momentos, en algunos de los cuales sí que se vuelve realmente divertida, pero lo cutre de algunos fx y lo exagerado de algunas situaciones vuelven la cinta un tanto insulsa, y la trama principal carece de importancia, convirtiéndose ésta en una sucesión de escenas a cada cual más rocambolesca.
spoiler:
Mención especial se merecen dos escenas: la del ya famoso perro Fernando comido por la madre del protagonista, y la escena del muestro final, el cual me parece un tanto exagerado de más, pero dada la cinta ante la que nos encontramos, eso es lo de menos, y he de admitir que yo también me reí bastante con dicha escena.