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Voto de TOM REGAN:
10
8,0
13.160
Western. Romance
James McKay (Peck), un capitán de navío retirado, viaja desde el Este a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill (Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico, culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Heston), sino que incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre ... [+]
25 de octubre de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
185/02(05/10/16) Obra Maestra de William Wyler, extraordinaria desmitificación del salvaje oeste, coloca a un protagonista externo que llega a este entorno sin ley, donde impera la darwinista ley del más fuerte, las apariencias, la fanfarronería, y este tipo le da la vuelta y las deja sin sentido. Un épico relato que trata la sempiterna lucha de los ganaderos por ocupar el terreno del otro, por tener más agua, enfrentando a dos clanes violentamente, en una escalda sin fin hacia un clímax final brutal. El guión de James R. Webb (El cabo del miedo”), Sy Bartlett (“Almas en la hoguera”), y Robert Wilder (Escrito sobre el viento”), se basan en el relato breve "Ambush At Blanco Canyon", de Donald Hamilton (“Hombres violentos”), publicado por entregas en el Saturday Evening Post (febrero de 1957), adaptado para la pantalla por Jessamyn West (“La gran prueba”) y Robert Wyler. El género estadounidense por excelencia, el western, se le da una vuelta de tuerca, como casi todos las del oeste es el reflejo de la gestación dolorosa de una nación en plena expansión, y para esto se necesitaban de hombres duros como los antagonistas Henry y Rufus, pero que los tiempos nuevos, los vientos de progreso (el Este) los representa James McKay, siendo por esto una historia del ocaso del Oeste, un relato crepuscular donde tocaban a su fin estos pioneros y llegaba la “civilización”, lo viejo frente a lo nuevo, la violencia frente a la negociación. La ambientación es propia y ejemplo de los films producidos para competir con la pujante televisión, ofreciendo un magno espectáculo visual y auditivo, rodando en technirama (variante del scope) que en gran pantalla apabulla, con enormes tomas paisajísticas y con una fascinante música de Jerome Moross, una de las mejores que se han compuesto para el género, a lo que se suma un impresionante elenco actoral (Gregory Peck, Charlton Heston , Burl Ives, Jean Simmons, Charles Bickford o Carroll Baker), y escenas de movimientos de jinetes espléndidas. Fue nominada a dos Oscar, a la banda sonora y el que ganó, el del actor de reparto para el inconmensurable Burl Ives. Al presidente Dwight D. Eisenhower le gustó tanto la película que la proyectó cuatro noches sucesivas en la Casa Blanca durante su segunda administración.
Imponente film, obra que da sentido al Cine con mayúsculas, un espectáculo que lo conjunta todo de modo equilibrado y a la vez grandioso dando valor a su título, aventuras, romance, peleas, tiroteos, escenas en masa en movimiento, romance, personajes bien perfilados, con matices, humanizados, un increscendo dramático homérico, y sobre todo un western con aroma a algo glorioso. Tratando temas universales con profundidad y hondura emocional, la codicia, el clasismo, las falsas apariencias, el odio enconado, las ansias de venganza, la arrogancia, el machismo, la cerrazón, y todos estos males de nuestra Condición Humana frente a un tipo que encarna la “civilización”, el Este con su educación frente al Oeste con sus rancios códigos basados en la ley del más fuerte, del que grite más, del más fanfarrón, expone en tono crítico los elementos inherentes al género del oeste, las guerras de granjeros, batallas por el agua, las vendettas, convierte a estos vaqueros cerriles en caricaturas de sí mismos, y ello gustándose en la estética propia del género, mostrado desde los créditos iníciales con esa diligencia que surca el oeste a toda velocidad, con esos vastos e infinitos escenarios como marco, los tiroteos, doma de caballos, peleas, duelos, desfiladeros con emboscadas, y más.
Para ello el intenso guión se apoya en un héroe atípico, Wyler lo retrata con cariño y mimo, lo incrusta en el entorno del wild west, hombre de ciudad sumergido en la selva de un territorio sin ley, tipo educado, visto elegante, modesto, humilde, con aguante ante las provocaciones, moviéndose por la trama con una enorme dignidad y orgullo, sin tener que restregárselo a nadie, el honor no es algo que haya que estar escupiéndoselo a la cara al primero que se cruce, uno no alardea de ello, y McKey lo hace de modo sutil, soportando las inquisidoras miradas de todos, ante este mundo testarudo el opondrá la razón, la comprensión, el entendimiento, y mucha inteligencia, ello desafiando las normas preconcebidas (sobre todo en el far west) de que hombres solo puedan ser los más fuertes, muestra el sinsentido de de la violencia. Y Gregory Peck lo encarna con pasión contenida, con vitalidad, con mesura, con flema, seguro de sí mismo, firme en sus convicciones, con una tremenda empatía, formidable su lenguaje gestual y de mirada limpia.
Wyler fundamenta su historia en la confrontación de caracteres para remarcar la idea que quiere transmitir; James McKay frente a Steve Leech, los dos de la misma generación, chocan la personalidad reflexiva, prudente, reservada y observadora de James, con la visceral, arrogante, violenta y machista cuasi-atávica del capataz; Patricia Terrill y Julie Maragón, dos amigas, pero la primera una caprichosa y cerrada de modos provincianos, la segunda una maestra inteligente, de mundo, tolerante; El Mayor Henry Terrill frente Rufus Hannassey, el primero un triunfador, con una gran mansión, de aparentes modales educados, chocando con un modesto jefe de clan ganadero que vive en una cabaña, de aspecto tosco y de vestimenta ajada, representando los dos modos de vida diferentes, pero a la vez similares, con códigos parecidos, aferrados al modo de vida del pasado que terminará por barrerlos.
La puesta en escena es apabullante, un orgullo para el Séptimo Arte, con una fenomenal dirección artística de Frank Hotaling (“El hombre tranquilo”), rodando en agrestes desiertos en California y Arizona, Red Rock Canyon State Park , Mojave Desert, Stockton, Marysville, Farmington, Ione, en California, Canyon de Chelly National Monument, Empire Ranch, San Rafael Ranch State Park, Texas Canyon, Mescal, San Pedro River, San Raphael Valley, Kentucky Camp, en Arizona,... (sigue en spoiler)
Imponente film, obra que da sentido al Cine con mayúsculas, un espectáculo que lo conjunta todo de modo equilibrado y a la vez grandioso dando valor a su título, aventuras, romance, peleas, tiroteos, escenas en masa en movimiento, romance, personajes bien perfilados, con matices, humanizados, un increscendo dramático homérico, y sobre todo un western con aroma a algo glorioso. Tratando temas universales con profundidad y hondura emocional, la codicia, el clasismo, las falsas apariencias, el odio enconado, las ansias de venganza, la arrogancia, el machismo, la cerrazón, y todos estos males de nuestra Condición Humana frente a un tipo que encarna la “civilización”, el Este con su educación frente al Oeste con sus rancios códigos basados en la ley del más fuerte, del que grite más, del más fanfarrón, expone en tono crítico los elementos inherentes al género del oeste, las guerras de granjeros, batallas por el agua, las vendettas, convierte a estos vaqueros cerriles en caricaturas de sí mismos, y ello gustándose en la estética propia del género, mostrado desde los créditos iníciales con esa diligencia que surca el oeste a toda velocidad, con esos vastos e infinitos escenarios como marco, los tiroteos, doma de caballos, peleas, duelos, desfiladeros con emboscadas, y más.
Para ello el intenso guión se apoya en un héroe atípico, Wyler lo retrata con cariño y mimo, lo incrusta en el entorno del wild west, hombre de ciudad sumergido en la selva de un territorio sin ley, tipo educado, visto elegante, modesto, humilde, con aguante ante las provocaciones, moviéndose por la trama con una enorme dignidad y orgullo, sin tener que restregárselo a nadie, el honor no es algo que haya que estar escupiéndoselo a la cara al primero que se cruce, uno no alardea de ello, y McKey lo hace de modo sutil, soportando las inquisidoras miradas de todos, ante este mundo testarudo el opondrá la razón, la comprensión, el entendimiento, y mucha inteligencia, ello desafiando las normas preconcebidas (sobre todo en el far west) de que hombres solo puedan ser los más fuertes, muestra el sinsentido de de la violencia. Y Gregory Peck lo encarna con pasión contenida, con vitalidad, con mesura, con flema, seguro de sí mismo, firme en sus convicciones, con una tremenda empatía, formidable su lenguaje gestual y de mirada limpia.
Wyler fundamenta su historia en la confrontación de caracteres para remarcar la idea que quiere transmitir; James McKay frente a Steve Leech, los dos de la misma generación, chocan la personalidad reflexiva, prudente, reservada y observadora de James, con la visceral, arrogante, violenta y machista cuasi-atávica del capataz; Patricia Terrill y Julie Maragón, dos amigas, pero la primera una caprichosa y cerrada de modos provincianos, la segunda una maestra inteligente, de mundo, tolerante; El Mayor Henry Terrill frente Rufus Hannassey, el primero un triunfador, con una gran mansión, de aparentes modales educados, chocando con un modesto jefe de clan ganadero que vive en una cabaña, de aspecto tosco y de vestimenta ajada, representando los dos modos de vida diferentes, pero a la vez similares, con códigos parecidos, aferrados al modo de vida del pasado que terminará por barrerlos.
La puesta en escena es apabullante, un orgullo para el Séptimo Arte, con una fenomenal dirección artística de Frank Hotaling (“El hombre tranquilo”), rodando en agrestes desiertos en California y Arizona, Red Rock Canyon State Park , Mojave Desert, Stockton, Marysville, Farmington, Ione, en California, Canyon de Chelly National Monument, Empire Ranch, San Rafael Ranch State Park, Texas Canyon, Mescal, San Pedro River, San Raphael Valley, Kentucky Camp, en Arizona,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... esto engrandecido por la arrolladora fotografía en Technirama y Technicolor del checo Franz Planer (“Desayuno con diamantes”), impresionantes planos de paisajes que se pierden en el horizonte, tomas rebosantes de lírica visual, exaltación de una nación inabarcable, colosales tomas de grúas, con la cámara en travellings prodigiosos, proyecta amaneceres y crepúsculos hermosos y poéticos, encuadres vibrantes, por el día muy lumínica la luz, resaltan la fuerza del sol sobre un entorno duro y árido, donde el agua es el Edén, componiendo bellos cuadros. Y esta su icónica música de Jerome Moross (“La mujer del obispo”), de las mejores que jamás se hayan compuesto, rebosa energía, vitalidad, sentido épico aventurero, de las que te hacen saltar en tu asiento, evocando el escenario epopéyico, estimulando, enardeciendo, epicúrea su melodía que ya te transporta cual máquina del tiempo durante sus impetuosos créditos iníciales, creados estos por el más grande en la materia, Saul Bass (“Goodfellas”), volviendo al score, un crimen a premio armado que perdiera el Oscar a favor de la de Dimitri Tiomkin por "El viejo y el mar".
El reparto de secundarios brilla por lo bien formados e interpretados que están. Destaca un Burl Ives que tarda una hora en entrar en escena y cuando lo hace apabulla en su eclosión en la fiesta con un monólogo estremecedor, un carismático actor que desborda la pantalla con su carácter indómito, duro, pasional, orgulloso, digno, extraordinario. Su némesis es Charles Bickford como el Mayor, excelente como despliega sutilidad en su retorcida personalidad, arrogante, altiva, intolerante, excelente cuando acepta con flema que “su gente” no le acompañe por el desfiladero, luego cabalgando en solitario y como su rostro va cambiando conforme se le acerca “su gente”. Charlton Heston estupendo como el despectivo y presuntuoso Steve Leech, sobresaliente en la Atronadora pelea al amanecer contra McKey. Jean Simmons dulce y bella como la maestra, de un encanto y ternura que te llega. Carroll Baker está muy bien en su arco de desarrollo de enamorada cariñosa, a gradualmente engreída, consentida, y sobre todo demostrando que el salvaje oeste la tiene presa de sus arcaicas convicciones. Chuck Connors está tremendo como el villano viscoso, con ese toque perverso del gran bigote, con su lenguaje gestual brusco y grosero, con la sonrisa perversa cínica, fenomenal su patetismo en el duelo contra McKey. El mexicano Alfonso Bedoya interpreta a un peón amigo de McKey de modo muy divertido y con un histrionismo gestual muy acorde a su jocoso rol, fue su último trabajo, murió el mismo año antes del estreno del film, a los 53 años, debido a problemas derivados de su alcoholismo.
Spoiler:
Momentos recordables: La Colosal entrada en escena de Rufus, invitándose a la fiesta de los Terrill, imponiendo un soliloquio estremecedor que deja a los presentes sin habla; La Colosal pelea a puños al amanecer de James frente a Steve, da fatiga verla, sientes los golpes en ti, Wyler tardó dos días en rodarse y dejó a ambos actores exhaustos. Cuando ambos están totalmente agotados, Steve le dice:
- He de reconocer que tarda un infierno de tiempo en despedirse, McKay.
- Por mi parte, lo doy por terminado.
Ambos se ponen en pie y se miran, entonces McKay espeta a Steve:
- Y ahora, dígame: Qué hemos demostrado? (silencio como respuesta, aunque el gesto de Steve parece que algo le ha calado);
Diálogos de calidad:
Pat: Pero si me quería, por qué iba a dejar que pensara que era un cobarde?
Julie: Si lo amas, por qué crees que es? Cuantas veces un hombre te tiene que enamorar?
Ganadero: Y qué, Mister McKay? Ha visto alguna vez algo tan grande como esta tierra?
McKey: Pues... sí.
Ganadero: Sí? El qué?
McKey: Un par de océanos.
Ganadero: Hombre... eso...( desconcertado)
Uno de los mejores western jamás realizados. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/10/horizontes-degrandeza.html
El reparto de secundarios brilla por lo bien formados e interpretados que están. Destaca un Burl Ives que tarda una hora en entrar en escena y cuando lo hace apabulla en su eclosión en la fiesta con un monólogo estremecedor, un carismático actor que desborda la pantalla con su carácter indómito, duro, pasional, orgulloso, digno, extraordinario. Su némesis es Charles Bickford como el Mayor, excelente como despliega sutilidad en su retorcida personalidad, arrogante, altiva, intolerante, excelente cuando acepta con flema que “su gente” no le acompañe por el desfiladero, luego cabalgando en solitario y como su rostro va cambiando conforme se le acerca “su gente”. Charlton Heston estupendo como el despectivo y presuntuoso Steve Leech, sobresaliente en la Atronadora pelea al amanecer contra McKey. Jean Simmons dulce y bella como la maestra, de un encanto y ternura que te llega. Carroll Baker está muy bien en su arco de desarrollo de enamorada cariñosa, a gradualmente engreída, consentida, y sobre todo demostrando que el salvaje oeste la tiene presa de sus arcaicas convicciones. Chuck Connors está tremendo como el villano viscoso, con ese toque perverso del gran bigote, con su lenguaje gestual brusco y grosero, con la sonrisa perversa cínica, fenomenal su patetismo en el duelo contra McKey. El mexicano Alfonso Bedoya interpreta a un peón amigo de McKey de modo muy divertido y con un histrionismo gestual muy acorde a su jocoso rol, fue su último trabajo, murió el mismo año antes del estreno del film, a los 53 años, debido a problemas derivados de su alcoholismo.
Spoiler:
Momentos recordables: La Colosal entrada en escena de Rufus, invitándose a la fiesta de los Terrill, imponiendo un soliloquio estremecedor que deja a los presentes sin habla; La Colosal pelea a puños al amanecer de James frente a Steve, da fatiga verla, sientes los golpes en ti, Wyler tardó dos días en rodarse y dejó a ambos actores exhaustos. Cuando ambos están totalmente agotados, Steve le dice:
- He de reconocer que tarda un infierno de tiempo en despedirse, McKay.
- Por mi parte, lo doy por terminado.
Ambos se ponen en pie y se miran, entonces McKay espeta a Steve:
- Y ahora, dígame: Qué hemos demostrado? (silencio como respuesta, aunque el gesto de Steve parece que algo le ha calado);
Diálogos de calidad:
Pat: Pero si me quería, por qué iba a dejar que pensara que era un cobarde?
Julie: Si lo amas, por qué crees que es? Cuantas veces un hombre te tiene que enamorar?
Ganadero: Y qué, Mister McKay? Ha visto alguna vez algo tan grande como esta tierra?
McKey: Pues... sí.
Ganadero: Sí? El qué?
McKey: Un par de océanos.
Ganadero: Hombre... eso...( desconcertado)
Uno de los mejores western jamás realizados. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/10/horizontes-degrandeza.html