La vida de los estudiantes de un campus universitario corre peligro por la presencia de un asesino.
Tiene un comienzo que imita por enésima vez el modus operandi de un asesino en serie que ataca a jóvenes parejas que andan manteniendo relaciones en la parte de atrás de un coche, para posteriormente convertirse en una trama aburrida y sin sentido, en la que se presentan los clichés del cine americano relacionados con los campus universitarios.
El argumento absurdo y banal, se limita a presentar las ridículas costumbres del campus, estudiantes mediocres, grupos de estudio, clanes, bromas pesadas, enredos amorosos y jovencitas con pocas ideas, únicamente preocupadas por su aspecto físico y por ser la reina del baile.
Durante el desarrollo del insulso y mediocre argumento, pasan sin pena ni gloria los diferentes integrantes del reparto, ofreciendo insípidas actuaciones.
Las situaciones que presenta el argumento, resultan ilógicas y letárgicas, puesto que no hacen otra cosa que perder el posible interés por su ridículo desarrollo, que tarda en desarrollar los asesinatos.
Mientras continua la vida en el campus, se presenta una sombra que pretende ser amenazadora acompañada por una música que intenta ser inquietante, que únicamente consiguen resultar mediocres y absurdas pretensiones.
Sorprende la capacidad de omnipresencia del asesino, que aparece en el lugar exacto en el momento oportuno, que incluso es capaz de intuir hacia que lugar va a escapar su victima y esconderse estratégicamente dentro de un balde, demostrando que como vidente no tiene precio.
Mediocre, insulsa y bochornosa trama argumental, que en lugar de resultar terrorífica, resulta cómicamente lamentable, obteniendo una nota muy deficiente en el examen final.