Una película más completa y verosímil de lo que parece (no me sorprendería leer en los periódicos una noticia similar). La comedia es lo más serio del mundo si sabemos leer entre líneas y descubrir las críticas. No debería pasar desapercibido el mensaje anticapitalista; ni la reprobación de la actitud de los propios trabajadores, que critican a sus superiores pero aspiran a sus puestos, es decir, que se dejan vencer por la presión social.
Yo añadiría un matiz a la descripción del mejor Costa-Gavras que hace Javier Angulo: sarcástico. La verdad es que me reí un montón con los imprevistos que le acontecen a ese Jack Lemmon francés (atención al parecido físico) de origen gallego llamado José García. Y es que en el mundo "real" las cosas no salen como en las películas, ni para los asesinos ni para los policías.
Este registro cómico tan acertado no se lo había visto nunca a Gavras (en Mad City se le fue de las manos), pero me ha sorprendido gratamente.
Otro aspecto inquietante: la joven hija despertó mis instintos pedófilos más ocultos; ésos que habían estado aletargados hasta el día de ayer. Me esforzaré en hacer que vuelvan a hibernar.
Las sensaciones van cambiando a lo largo de la película: 1, interés; 2, desconcierto; 4, inquietud; 5, descojone.
spoiler:
El final es previsible, aunque por lo menos es abierto.