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Comedia
Patrick Dennis es un niño de 10 años que se acaba de quedar huérfano. Su tía, "Tía Mamá", una dama que vive por encima de sus posibilidades, le enseñará a Patrick a salir de forma extravagante de las trampas de la vida. La mejor amiga de Tía Mamá es Vera Charles (Coral Browne), una llamativa actriz de Pittsburg, mientras que el testaferro se llama Patrick (Fred Clark), y no comparte para nada la forma de vida de la tía del pequeño. (FILMAFFINITY) [+]
11 de noviembre de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje del realizador Morton DaCosta (1914-89). El guión, de Betty Comden y Adolph Green (“Cantando bajo la lluvia”, Donen y Kelly, 1952), adaptan la novela “Auntie Mame” (1955), de Patrick Dennis, pseudónimo de Edward Everett Tanner III (1921-76), y la versión teatral de la misma de Jerome Lawrence y Robert E. Lee. Se rueda en los platós de Warner Studios (Burbank, CA) con algunas tomas exteriores de L.A. (CA). El film es nominado a 6 Oscar (película, actriz principal, fotografía, dir. artística...) y gana un Globo de oro (mejor película: comedia). Producido por Morton DaCosta para la Warner, se estrena el 27-XII-1958 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Chicago (residencia del padre de Patrick), NYC (casa de Mame en Beekman Place, nº 3) y Connecticut (residencia de verano de la familia Upson), a lo largo de unos 10 años, entre 1928 y 1938 c., con un epílogo en 1950 c. Patrick Dennis, de unos 10 años, queda huérfano al morir su padre, que ha dispuesto en su testamento que el chico viva con su tía, Mame Dennis (Russell), y administre sus bienes en calidad de albacea, el banquero Dwight Babcock (Clark). La tía es aficionada a las fiestas, las relaciones sociales, la diversión, los espectáculos, etc. Siente pasión por vivir, improvisar, organizar, emprender, conversar ... Es excéntrica, o al menos lo parece, algo alocada, extrovertida y partidaria de posiciones liberales, abiertas, vanguardistas e innovadoras. El Sr. Babcock es taciturno, reservado, conservador y partidario del orden, la disciplina, la severidad y la represión de las posiciones abiertas, confiadas y dadas a gozar de la vida.
El film suma drama, comedia y crítica social. Básicamente es una comedia alocada, que reproduce muchas de las características de la “screwball comedy” americana clásica, de los años 30 y 40 del siglo pasado. El ritmo de la acción es vertiginoso, la sucesión de lances es fluida y muy rápida, ocurren muchas cosas en poco tiempo y se plantean contradicciones e incompatibilidades que sirven de base a un humor cálido y directo, basado en la ironía, la burla, la ridiculización y la exageración. El resultado es un trabajo meritorio, interesante, entretenido, divertido e hilarante, capaz de hacer las delicias de un público aficionado a la crítica de las extravagancias en general y de las de los ricos en especial, el inmovilismo de los más conservadores en una época de grandes cambios, la vanidad y la presunción, la indolencia de los hijos de las familias acomodadas, el egoísmo, la codicia, la mezcla espuria de la búsqueda simultánea del amor y el dinero, el clasismo, el oportunismo, la estupidez, etc. En el apartado positivo, defiende el protagonismo de la mujer, la capacidad de liderazgo de la misma, sus valores de inteligencia, sensibilidad, iniciativa, capacidad de discernimiento, espíritu crítico, ánimo batallador, etc.
La acción dramática tiene lugar en Chicago (residencia del padre de Patrick), NYC (casa de Mame en Beekman Place, nº 3) y Connecticut (residencia de verano de la familia Upson), a lo largo de unos 10 años, entre 1928 y 1938 c., con un epílogo en 1950 c. Patrick Dennis, de unos 10 años, queda huérfano al morir su padre, que ha dispuesto en su testamento que el chico viva con su tía, Mame Dennis (Russell), y administre sus bienes en calidad de albacea, el banquero Dwight Babcock (Clark). La tía es aficionada a las fiestas, las relaciones sociales, la diversión, los espectáculos, etc. Siente pasión por vivir, improvisar, organizar, emprender, conversar ... Es excéntrica, o al menos lo parece, algo alocada, extrovertida y partidaria de posiciones liberales, abiertas, vanguardistas e innovadoras. El Sr. Babcock es taciturno, reservado, conservador y partidario del orden, la disciplina, la severidad y la represión de las posiciones abiertas, confiadas y dadas a gozar de la vida.
El film suma drama, comedia y crítica social. Básicamente es una comedia alocada, que reproduce muchas de las características de la “screwball comedy” americana clásica, de los años 30 y 40 del siglo pasado. El ritmo de la acción es vertiginoso, la sucesión de lances es fluida y muy rápida, ocurren muchas cosas en poco tiempo y se plantean contradicciones e incompatibilidades que sirven de base a un humor cálido y directo, basado en la ironía, la burla, la ridiculización y la exageración. El resultado es un trabajo meritorio, interesante, entretenido, divertido e hilarante, capaz de hacer las delicias de un público aficionado a la crítica de las extravagancias en general y de las de los ricos en especial, el inmovilismo de los más conservadores en una época de grandes cambios, la vanidad y la presunción, la indolencia de los hijos de las familias acomodadas, el egoísmo, la codicia, la mezcla espuria de la búsqueda simultánea del amor y el dinero, el clasismo, el oportunismo, la estupidez, etc. En el apartado positivo, defiende el protagonismo de la mujer, la capacidad de liderazgo de la misma, sus valores de inteligencia, sensibilidad, iniciativa, capacidad de discernimiento, espíritu crítico, ánimo batallador, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Elogia valores nuevos, susceptibles entonces de provocar escándalo en muchos, como la dignidad y respetabilidad de las madres solteras, el amor libre, las parejas de hecho, el arte moderno (abstracción, informalismo, expresionismo abstracto americano...), las profesiones artísticas, consideradas inestables y poco remuneradoras, como la de pintor, poeta, novelista, compositor, actriz de teatro, etc.
Exalta la búsqueda de la alegría, la vida intensa, la diversión, el sentido de la aventura, el buen humor y la risa. Propone como modelo de vida el basado en el espíritu libre, sin prejuicios, sin miedos a la realidad, sin ataduras a las convenciones sociales, sin prestar atención a las falsas apariencias y sin remilgos anacrónicos. Defiende la importancia del espíritu abierto a todas las razas, creencias, nacionalidades, culturas, etc. En ocasiones hace uso de la caricatura para subrayar el sentido innovador/transgresor de algunas de sus propuestas.
El relato se presenta dividido en dos partes bien diferenciadas y un epílogo: en la primera parte Patrick tiene 10 años (poco antes del crack de 1929), en la segunda tiene 20 (antes de la IIGM) y en la tercera tiene unos 30 (después de la IIGM). La narración está hecha desde el punto de vista de los recuerdos de Patrick, diferentes en cada una de las etapas del film. A la sencilla ingenuidad infantil del principio, sigue la desconcertada joven madurez de la segunda parte, para terminar con la experimentada y segura madurez del epílogo. La interpretación de Rosalind Russell (1907-76), de 51 años, nominada al Oscar y a los Globos de oro, es convincente por esforzada, versátil, rápida y humorística. Ella sola llena la pantalla y lleva el peso de la representación. En ocasiones roza la sobreactuación, aunque lo hace respondiendo a exigencias del guión o a indicaciones del realizador. Rinde homenaje a la “screwball comedy”, Gary Cooper, Ernst Lubitsch y a los guionistas Billy Wilder y Charles Brackett, citando la película “La octava mujer de Barba Azul” (Lubitsch, 1938).
La banda sonora, de Bronislau Kaper (“Lilí, Walters, 1953), ofrece una partitura variada y ligera, acorde con las apariencias de excentricidad y superficialidad, exageraciones para ahuyentar a timoratos (canapés de serpiente de cascabel) y propuestas de fondo más serias y atinadas de lo que parece a primera vista. Son temas destacados “Prelude” y “Theme”, cortes descriptivos como “Patrick” (de gran belleza) y “Mame” y canciones tan notables como “Killer Queen”, “Utopia” o “Life’s What You Make It”. La fotografía, de Harry Stradling Sr. (“My Fair Lady”), en color (technicolor), introduce cambios frecuentes en la decoración del plató principal (hall de Beekman Place, NYC). Las imágenes son coloristas y de composición imaginativa. Visualizan excentricidades inusuales (bebidas en llamas...). Subraya con rotundidad el humor gestual (saludo al mono) y visual.
Exalta la búsqueda de la alegría, la vida intensa, la diversión, el sentido de la aventura, el buen humor y la risa. Propone como modelo de vida el basado en el espíritu libre, sin prejuicios, sin miedos a la realidad, sin ataduras a las convenciones sociales, sin prestar atención a las falsas apariencias y sin remilgos anacrónicos. Defiende la importancia del espíritu abierto a todas las razas, creencias, nacionalidades, culturas, etc. En ocasiones hace uso de la caricatura para subrayar el sentido innovador/transgresor de algunas de sus propuestas.
El relato se presenta dividido en dos partes bien diferenciadas y un epílogo: en la primera parte Patrick tiene 10 años (poco antes del crack de 1929), en la segunda tiene 20 (antes de la IIGM) y en la tercera tiene unos 30 (después de la IIGM). La narración está hecha desde el punto de vista de los recuerdos de Patrick, diferentes en cada una de las etapas del film. A la sencilla ingenuidad infantil del principio, sigue la desconcertada joven madurez de la segunda parte, para terminar con la experimentada y segura madurez del epílogo. La interpretación de Rosalind Russell (1907-76), de 51 años, nominada al Oscar y a los Globos de oro, es convincente por esforzada, versátil, rápida y humorística. Ella sola llena la pantalla y lleva el peso de la representación. En ocasiones roza la sobreactuación, aunque lo hace respondiendo a exigencias del guión o a indicaciones del realizador. Rinde homenaje a la “screwball comedy”, Gary Cooper, Ernst Lubitsch y a los guionistas Billy Wilder y Charles Brackett, citando la película “La octava mujer de Barba Azul” (Lubitsch, 1938).
La banda sonora, de Bronislau Kaper (“Lilí, Walters, 1953), ofrece una partitura variada y ligera, acorde con las apariencias de excentricidad y superficialidad, exageraciones para ahuyentar a timoratos (canapés de serpiente de cascabel) y propuestas de fondo más serias y atinadas de lo que parece a primera vista. Son temas destacados “Prelude” y “Theme”, cortes descriptivos como “Patrick” (de gran belleza) y “Mame” y canciones tan notables como “Killer Queen”, “Utopia” o “Life’s What You Make It”. La fotografía, de Harry Stradling Sr. (“My Fair Lady”), en color (technicolor), introduce cambios frecuentes en la decoración del plató principal (hall de Beekman Place, NYC). Las imágenes son coloristas y de composición imaginativa. Visualizan excentricidades inusuales (bebidas en llamas...). Subraya con rotundidad el humor gestual (saludo al mono) y visual.