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Voto de Lucas Liz:
4
Comedia. Drama Inspirada en la historia real de los Pelayo, una familia que consiguió su fortuna haciendo saltar la banca de los grandes casinos de todo el mundo. Narra las peripecias de un grupo de personas con pocas perspectivas de futuro a los que se les presenta la gran oportunidad: cambiar su suerte y disfrutar de una aventura que se convertirá en un modo de vida absolutamente a contracorriente, desbancar los casinos del mundo con un método ... [+]
14 de setiembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sobre el mundo de la suerte y la fortuna, sobre cómo ésta puede ser cierta o no, o puede estar influenciada por factores ajenos al azar, y sobre cómo ésta se puede perseguir, tratando de persuadirla, seducirla, moldearla y conseguirla. No obstante, corre distintas suertes en cada uno de sus elementos y la fortuna no siempre le sonríe, al menos bajo nuestra indiscreta y vacía mirada. Alguien la definió ya como un querer y no poder; no le faltaba una buena dosis de razón.
Cortés consigue un producto de género en el que se reconocen los elementos característicos de las películas de timos de siempre y también de esa nueva estética elegante, electrizante y de innovador montaje que Steven Soderbergh reinventó en su saga Ocean's, discurriendo ellas también en el mundo de los casinos y el juego.
Sin ánimo de ofender, desde el principio nos ha parecido algo pretenciosa, empezando por el "anglicismo" en el título, respondiendo quizá, y a nuestro juicio, a un halo desesperado de grandeza y queriendo dar una visión más cosmopolita del film. Es una mera percepción y lo que nos ha sugerido. El estilo quiere aproximarla a las cintas de la ya mencionada saga Ocean's, con una puesta en escena elegante, un reparto amplio y con ritmo avivado. Difiere de ella en la atmósfera creada y en la luz, la fotografía: más oscura en este caso, lo que nos ha gustado. Pero hasta en el papel de Lluís Homar como patriarca de la familia y cerebro de toda "la operación", nos recuerda en exceso a la situación de Jimmy Ocean en la primera de las cintas de Soderbergh; una mezcla de talento, obsesión y venganza.
Es entretenida, que no es poco, y agradable, pero no alcanza lo pretendido y se queda en algo menor de lo que se esperaba. Por momentos es incluso chulesca, cuestión que se ha de tratar con mucho tacto en el cine si no se quiere caer en el mayor de los ridículos. El sombrero y las gafas en el impasible Daniel Brühl no nos han convencido y su interpretación falta de energía tampoco. Realmente le ha faltado vigor y profundidad. Por contra, destacaríamos la de Lluís Homar, reconociendo que no es de nuestros actores preferidos, pero su trabajo en esta cinta hay que, al menos, mencionarlo. Además, siempre nos produce cierta sensación de bienestar la aparición de Eduard Fernández.
Es una película que no quedará guardada en nuestras sinapsis neuronales; pasó por nuestras retinas, pero creemos que con el tiempo (y poco) no quedará mucho rastro de ella en el cerebro. No obstante, es entretenida y para un rato de diversión ligera y sin necesidad de estrujarse el intelecto, puede servir. A lo que dejo la pregunta, ¿y no es eso para lo que sirve el cine, para entretener?
Lucas Liz
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