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Voto de Roberto_mim:
6
6,8
681
Western. Drama. Romance
Un forastero se establece en un pueblo de las montañas de Ozark. Su presencia resulta beneficiosa para la vida de sus vecinos, personas rudas y llenas de odio. Pero el recién llegado no logrará vencer la desconfianza de un joven que vive obsesionado con la idea de matar a su padre, al que considera culpable de la muerte de su madre y de todas sus desgracias. (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2014
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña película respecto a su género, realización y técnica. Sin duda su principal virtud es la modernidad en cuanto al color (excelente para la época) el vestuario, las texturas o su magnífica fotografía.
Lo menos bueno: su argumento, flojo, manido y hasta incomprensible; y las interpretaciones, por lo general demasiado cercanas a los tempos de expresión facial del cine mudo, pero con una perturbadora inexpresividad corporal, sin gesticulación y, sobre todo, carentes de naturalidad.
A todo ello ayuda una pobre ambientación, la falta de naturalidad de gentes rudas de montaña, sus ropas, no por modestas menos pulcras y aseadas, sus perfectos peinados y sus maquillajes algo grotescos (especial mención para el patriarca de la familia deshonrada) dan a la pelicula una pátina totalmente teatral, a la que se suma la ausencia casi total de primeros planos.
En definitiva una película muy personal, extraña y poco convencional, que si bien huye de los arquetipos del género, fracasa en explorar las vías alternativas que se proponía.
Lo menos bueno: su argumento, flojo, manido y hasta incomprensible; y las interpretaciones, por lo general demasiado cercanas a los tempos de expresión facial del cine mudo, pero con una perturbadora inexpresividad corporal, sin gesticulación y, sobre todo, carentes de naturalidad.
A todo ello ayuda una pobre ambientación, la falta de naturalidad de gentes rudas de montaña, sus ropas, no por modestas menos pulcras y aseadas, sus perfectos peinados y sus maquillajes algo grotescos (especial mención para el patriarca de la familia deshonrada) dan a la pelicula una pátina totalmente teatral, a la que se suma la ausencia casi total de primeros planos.
En definitiva una película muy personal, extraña y poco convencional, que si bien huye de los arquetipos del género, fracasa en explorar las vías alternativas que se proponía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Sin los clichés típicos del género; el polvo de los caminos agarrado a las ropas, las galopadas de los caballos o los tragos de licor en infectas tabernas, duelos a muerte, traiciones o ambiciones sin límite; nos queda un drama de guión simplón, con picos dramáticos carentes de tensión (el momento de la recuperada visión de una anciana y su forzada revelación sobre el parentesco de dos de sus vecinos es especialmente hilararante) y una construcción de los personajes plana e incluso confusa, especialmente en la rápida aceptación por parte de Wayne del forastero, interpretado por Hatty Carey, para después volver a su aprehensión ciega, pese a la revelación que le supone descubrir en él a su padre; un odio incomprensible por, como relata el film, la mera ausencia frente a la enfermedad y la muerte, por causas naturales, de su progenitora. Aunque esta turbia relación se viste como una maldición familiar entroncada con temores místicos de los habitantes, al estilo de los nigromantes de la literatura europea, metido con calzador en el que es un drama familiar plenamente convencional.
La parte final es todavía peor, se sucede un accidente mortal entre la jefa del clan (Behula Bondi) y su hijo, aparentemente idiotizado, que despertará con la conciencia y la voz recuperadas, cual milagro de lázaro (el segundo en el film) para mortificar a su madre antes de morir, con el duelo entre padre e hijo y el arrepentimiento de este una vez vencido y postrado; que de estado grave pasa, en segundos y gracias a la explicación de su progenitor, a la recuperación y la declaración de un amor (de Wayne hacia Betty Field) antes cohibido sin razón aparente.
La parte final es todavía peor, se sucede un accidente mortal entre la jefa del clan (Behula Bondi) y su hijo, aparentemente idiotizado, que despertará con la conciencia y la voz recuperadas, cual milagro de lázaro (el segundo en el film) para mortificar a su madre antes de morir, con el duelo entre padre e hijo y el arrepentimiento de este una vez vencido y postrado; que de estado grave pasa, en segundos y gracias a la explicación de su progenitor, a la recuperación y la declaración de un amor (de Wayne hacia Betty Field) antes cohibido sin razón aparente.