20 de junio de 2011
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Nunca había visto un film de terror con una música tan original e inquietante a la vez. Es como un personaje más de la trama y al mismo tiempo anticipa al espectador los momentos de mayor intensidad. Otro punto a destacar de la cinta es lo matices en los colores que la hace única, al igual que la locación que sirvió como academia de ballet; es el mismo edificio donde fue escrito "Elogio a la locura" del escritor Erasmo de Rotterdam. Sin duda una fuente de inspiración para esta peculiar película.
La película tiene un ritmo en la secuencia de las escenas vertiginoso e interesan, hasta innovador para la época. Indudablemente un clásico en su género, quizás lo único que no me convenció fuel el final, algo predecible y truculento.
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