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Voto de manderlay puntoes:
8
7,5
1.568
Documental
Sam Dum es antropólogo y fan del metal, él se embarca en un viaje épico al corazón del heavy, su misión es descubrir el porqué este tipo de música ha sido desde siempre esteriotipada y condenada a la vez que ha sido aplaudida apasionadamente por millones de fans. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2007
43 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí era una película que ya de entrada presentaba varios alicientes: en primer lugar se trata de un documental sobre una música que yo, como el propio director, escucho desde que era un chaval, en segundo lugar porque Sam Dunn estudió, como yo, antropologia social y en tercer lugar porque siendo también un gran amante del cine, no conozco ningún otro documental, realizado además por un antropólogo, que se aproxime con un mínimo de seriedad y rigor a un cultura, tan próxima y alejada al mismo tiempo, esaa personas que visten de una determinada manera, que adoran una determinada música y que fácilmente hemos tendido a banalizar y que todos solemos llamar “heavies”. Es cierto, por otro lado, que este documental surge seguramente cuando el mercado ya está preparado para hablar de él, cuando ya tiene una respuesta y cuando las camisetas heavies, las muñequeras de pinchos y quién sabe si pronto los cinturones de balas, se venden ya en las tiendas de moda más “cool”. Como suele pasar habitualmente con la antropologia a menudo nos interesamos por cosas cuando estas ya están a punto de dejar de ser lo que eran. Pero, en cualquier caso, es una alegría que “productos” como dicho film puedan salir a la luz.
Mi crítica podría pudiendo adoptar tres perspectivas distintas: la de cinéfilo, la de antropólogo o la del amante de la música “heavy”, se centrará más en hablar de ella más como amante de la música rock, sin dejar de lado lo que en el film se puede ver de cinematográfico y también de antropológico.
En primer lugar, congratularme de que por fin un miembro de una determinada cultura, colectivo,movimiento o como se le quiera llamar, pueda “estudiarse a sí mismo" como miembro de ese colectivo. En segundo lugar, es interasante apreciar el que parece haber sido un extenso trabajo de campo, sólo hace falta ver el gran número de entrevistas realizadas (a los propios artistas, a expertos en música, a otros sociólogos, las reflexiones propias del director como “heavy” y no tanto como director o como antropólogo y algunas entrevistas a otros miembos de esta “cultura”), aunque desde mi punto de vista hubiera preferido más entrevistas en este último sentido, más anónimas. De todos modos sólo con ver el enorme listado de créditos y de personas entrevistadas y consultadas, además de los viajes del director, nos hace ver que si bien no sabría decir si se trata de un estudio antropológicamente riguroso (pero de eso que opinen los académicos) el trabajo realizado ha sido extenso, documentado y además, y para mí ese es otro factor decisivo, hecho con amor.
En tercer lugar, a nivel cinematográfico, el film es ágil, tiene un montaje ameno y divertido, el tono está lleno de humor, otra cosa para mi esencial para el resultado del film e incluso para la credibiliad de este. Un humor, tan a menudo necesario y más aún cuando, como es el caso, se habla, al menos en parte, de “uno mismo”.
Mi crítica podría pudiendo adoptar tres perspectivas distintas: la de cinéfilo, la de antropólogo o la del amante de la música “heavy”, se centrará más en hablar de ella más como amante de la música rock, sin dejar de lado lo que en el film se puede ver de cinematográfico y también de antropológico.
En primer lugar, congratularme de que por fin un miembro de una determinada cultura, colectivo,movimiento o como se le quiera llamar, pueda “estudiarse a sí mismo" como miembro de ese colectivo. En segundo lugar, es interasante apreciar el que parece haber sido un extenso trabajo de campo, sólo hace falta ver el gran número de entrevistas realizadas (a los propios artistas, a expertos en música, a otros sociólogos, las reflexiones propias del director como “heavy” y no tanto como director o como antropólogo y algunas entrevistas a otros miembos de esta “cultura”), aunque desde mi punto de vista hubiera preferido más entrevistas en este último sentido, más anónimas. De todos modos sólo con ver el enorme listado de créditos y de personas entrevistadas y consultadas, además de los viajes del director, nos hace ver que si bien no sabría decir si se trata de un estudio antropológicamente riguroso (pero de eso que opinen los académicos) el trabajo realizado ha sido extenso, documentado y además, y para mí ese es otro factor decisivo, hecho con amor.
En tercer lugar, a nivel cinematográfico, el film es ágil, tiene un montaje ameno y divertido, el tono está lleno de humor, otra cosa para mi esencial para el resultado del film e incluso para la credibiliad de este. Un humor, tan a menudo necesario y más aún cuando, como es el caso, se habla, al menos en parte, de “uno mismo”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Excelente el árbol genealógico sobre el heavy metal, una de las eternas discusiones dentro de este mundo, donde los subgéneros, los subestilos y las tendencias eran los árboles que impedían ver el bosque y que impedían darle ese mínimo grado de homogeneidad conceptual necesaria que todo objeto de estudio requiere.
Dunn consigue en todo momento ser didáctico, muestra con orgullo la cultura que ama y a la que él considera pertenecer, con humor y desde su personal y discutible perspectiva "científica" pero sin pretender ser nunca una lección magistral sobre lo que él heavy es o no deja de ser. Por otro lado sin emabrgo, me resultó excesivo darle demasiados minutos a las nuevas tendencias del género, ya muy alejadas de lo que el heavy y el hard rock fueron en sus orígenes. Para muchos, el heavy (o metal como algunos gustan de decir) ya no es lo que era, ya no hay demasiada identificación con las nuevas tendencias pero en estos casos siempre nos quedará escuchar una y otra vez a los Iron Maiden y olvidarnos de los Slipnokt. Pero en este film fue mágico ver y escuchar a Bruce Dickinson, al sexagenario y maravilloso frontman Ronnie James Dio o a un Dee Sinder chulo, vacilón y genial en esa caza de brujas que a finales de los ochenta y principios de los noventa supuso la PMRC, con la esposa de Al Gore y sus moralistas amigas al frente y ese “parental avertising explicit lyrics avisando a los padres de lo demoníaco que resultava que sus hijos/as escuchasen ciertos grupos de música. El arte y la libertad de expresión siempre han tendio del lado de los moralistas a su peor enemigo, pero por otro lado, ¿cuantas ventas extras no supuso para algunos el llevar esa etiquetita...? de todo se aprende.
En cuanto a la estructura del film, se divide en numerosos capítulos: los orígenes del género, la masculinidad, la religón, el satanismo, etc... El origen obrero de la cultura heavy, personas que pudieron “librarse” de caer en las garras de una cadena de montaje como por ejemplo los miembros de Black Sabbath (la que a priori parece ser la primera verdadera banda de heavy de la historia) o años más tarde, por hijos de esos obreros, que tuvieron más o menos suerte, pero que tuvieron siempre el rock y el heavy como válvula de expresión y de escape. Referente a la indiscutible masculinidad (que no necesariamente machismo) del género, me gustó la metáfora de la socióloga Deena Wenstein: “si un obrero tiene que demostrar su masculinidad, entre otras cosa con un buen uso de sus herramientas de trabajo, un buen “heavy” tiene que ser el mejor tocando su instrumento (habitualmente la guitarra)”, quizás tenga poco de científico este análisis pero resulta casi poético.
Interesante también el análisis sobre el satanismo y esa medio-conclusión de que puede ser más bien una reacción a la expansiva moral cristiana de la cual tan hartos están muchos.
Una pequeña contribución al mundo del rock y quién sabe si quizás también al de la antropologia
Dunn consigue en todo momento ser didáctico, muestra con orgullo la cultura que ama y a la que él considera pertenecer, con humor y desde su personal y discutible perspectiva "científica" pero sin pretender ser nunca una lección magistral sobre lo que él heavy es o no deja de ser. Por otro lado sin emabrgo, me resultó excesivo darle demasiados minutos a las nuevas tendencias del género, ya muy alejadas de lo que el heavy y el hard rock fueron en sus orígenes. Para muchos, el heavy (o metal como algunos gustan de decir) ya no es lo que era, ya no hay demasiada identificación con las nuevas tendencias pero en estos casos siempre nos quedará escuchar una y otra vez a los Iron Maiden y olvidarnos de los Slipnokt. Pero en este film fue mágico ver y escuchar a Bruce Dickinson, al sexagenario y maravilloso frontman Ronnie James Dio o a un Dee Sinder chulo, vacilón y genial en esa caza de brujas que a finales de los ochenta y principios de los noventa supuso la PMRC, con la esposa de Al Gore y sus moralistas amigas al frente y ese “parental avertising explicit lyrics avisando a los padres de lo demoníaco que resultava que sus hijos/as escuchasen ciertos grupos de música. El arte y la libertad de expresión siempre han tendio del lado de los moralistas a su peor enemigo, pero por otro lado, ¿cuantas ventas extras no supuso para algunos el llevar esa etiquetita...? de todo se aprende.
En cuanto a la estructura del film, se divide en numerosos capítulos: los orígenes del género, la masculinidad, la religón, el satanismo, etc... El origen obrero de la cultura heavy, personas que pudieron “librarse” de caer en las garras de una cadena de montaje como por ejemplo los miembros de Black Sabbath (la que a priori parece ser la primera verdadera banda de heavy de la historia) o años más tarde, por hijos de esos obreros, que tuvieron más o menos suerte, pero que tuvieron siempre el rock y el heavy como válvula de expresión y de escape. Referente a la indiscutible masculinidad (que no necesariamente machismo) del género, me gustó la metáfora de la socióloga Deena Wenstein: “si un obrero tiene que demostrar su masculinidad, entre otras cosa con un buen uso de sus herramientas de trabajo, un buen “heavy” tiene que ser el mejor tocando su instrumento (habitualmente la guitarra)”, quizás tenga poco de científico este análisis pero resulta casi poético.
Interesante también el análisis sobre el satanismo y esa medio-conclusión de que puede ser más bien una reacción a la expansiva moral cristiana de la cual tan hartos están muchos.
Una pequeña contribución al mundo del rock y quién sabe si quizás también al de la antropologia