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Voto de elnoiroig:
7
28 de enero de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozcamos primero que el universo de Waters es particular, que repite ciertos patrones y clichés, de los cuales evidentemente no se esconde (empezando por repetir buena parte del reparto).
Gran parte de sus películas se basan en una fuerte crítica social (al menos todas las que he visto). En este caso, la reprobación a la cultura de lo grotesco, de patrones que no desearíamos convivir con ellos, pero que tras un telón o pantalla se vitorean y alaban.
Cuanto "peor", "mejor".
Es indudable que Waters no iba desencaminado, 40 años después la programación de TV está plagado de estos ejemplos. Seres combluterados, maniquís de silicona, morenos de betún y pelos que rozan las leyes de la física.
El reproche que recibe esta película y director en su época más temprana es cierta rotundidad a la hora de plasmar escenas. Yo humildemente pienso que quien se sienta ofendido tiene "cierto problema". Y es que no puedes ofenderte por estas alegorías, donde verás una representación de coito del mismo realismo como si juntaras a Barbie y Ken simulando una penetración; o alguna zona desnuda, pechos de seres pasados de peso, o algún pene flácido, nunca en actitud sexual/pornográfica.
Aquí da para hablar sobre como la influencia religiosa nos ha creado estos tabús, o miedo al desnudo pero no es sitio ni momento.
Sólo, si decidís verla, que no os supere estos actos alegóricos e intentad ver la crítica. Luego ya os gustará o no, pero que no sea por un reproche a un acto sexual donde el hombre ni se quita los calzoncillos.
Gran parte de sus películas se basan en una fuerte crítica social (al menos todas las que he visto). En este caso, la reprobación a la cultura de lo grotesco, de patrones que no desearíamos convivir con ellos, pero que tras un telón o pantalla se vitorean y alaban.
Cuanto "peor", "mejor".
Es indudable que Waters no iba desencaminado, 40 años después la programación de TV está plagado de estos ejemplos. Seres combluterados, maniquís de silicona, morenos de betún y pelos que rozan las leyes de la física.
El reproche que recibe esta película y director en su época más temprana es cierta rotundidad a la hora de plasmar escenas. Yo humildemente pienso que quien se sienta ofendido tiene "cierto problema". Y es que no puedes ofenderte por estas alegorías, donde verás una representación de coito del mismo realismo como si juntaras a Barbie y Ken simulando una penetración; o alguna zona desnuda, pechos de seres pasados de peso, o algún pene flácido, nunca en actitud sexual/pornográfica.
Aquí da para hablar sobre como la influencia religiosa nos ha creado estos tabús, o miedo al desnudo pero no es sitio ni momento.
Sólo, si decidís verla, que no os supere estos actos alegóricos e intentad ver la crítica. Luego ya os gustará o no, pero que no sea por un reproche a un acto sexual donde el hombre ni se quita los calzoncillos.