Media votos
7,1
Votos
687
Críticas
116
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Nashville:
9
Serie de TV. Drama
El presidente de un importante banco anuncia que se está muriendo, pero no tiene un heredero que pueda ocupar su lugar, de modo que será necesario elegir a su sucesor. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al cine se le considera con frecuencia el séptimo arte y, a veces, ese arte se cuela en la pequeña pantalla. The Moneychangers es la adaptación para televisión de la novela de Arthur Hailey y brilla por innumerables motivos.
Por encima de todo deslumbra su enorme reparto: Kirk Douglas y Christopher Plummer compitiendo por liderar un banco cuyo presidente acaba de morir. El resto del elenco masculino encaja a la perfección como una maquinaria de relojería suiza, cada pieza perfectamente engrasada.
El casting femenino es maravilloso, cada una de las chicas que aparece deja su propia huella. Resulta estimulante que, en una historia de banqueros, las mujeres no sólo no actúen como meros floreros sino que tienen un peso en la trama más que fundamental. Mención especial para Joan Collins como la vampiresa que logra embaucar a Plummer, verdaderamente hechizante. Susan Flannery, perfecta en su papel de garante de los derechos de los negros y los trabajadores. Pero el toque de prodigio debe ir a la oscarizada Anne Baxter, sencillamente majestuosa como jefa de personal del banco.
La historia es sabrosa, salpicada de temas sustanciosos como el éxito, la ambición, la fidelidad, el honor.
La puesta en escena, los momentos de suspense y los títulos de crédito contribuyen al excelente resultado, cuyo broche de oro lo pone la música de Henry Mancini (La Pantera Rosa, Desayuno con Diamantes).
Christopher Plummer ganó un más que merecido Emmy al mejor actor en 1977 por esta miniserie. No es extraño, su interpretación de Roscoe Heyward es sublime: convence como el banquero sólido y poderoso destilando magnetismo, capaz de mostrar poco después al más resquebrajado de los hombres.
Una pena que esta serie no haya tenido la trascendencia merecida.
Por encima de todo deslumbra su enorme reparto: Kirk Douglas y Christopher Plummer compitiendo por liderar un banco cuyo presidente acaba de morir. El resto del elenco masculino encaja a la perfección como una maquinaria de relojería suiza, cada pieza perfectamente engrasada.
El casting femenino es maravilloso, cada una de las chicas que aparece deja su propia huella. Resulta estimulante que, en una historia de banqueros, las mujeres no sólo no actúen como meros floreros sino que tienen un peso en la trama más que fundamental. Mención especial para Joan Collins como la vampiresa que logra embaucar a Plummer, verdaderamente hechizante. Susan Flannery, perfecta en su papel de garante de los derechos de los negros y los trabajadores. Pero el toque de prodigio debe ir a la oscarizada Anne Baxter, sencillamente majestuosa como jefa de personal del banco.
La historia es sabrosa, salpicada de temas sustanciosos como el éxito, la ambición, la fidelidad, el honor.
La puesta en escena, los momentos de suspense y los títulos de crédito contribuyen al excelente resultado, cuyo broche de oro lo pone la música de Henry Mancini (La Pantera Rosa, Desayuno con Diamantes).
Christopher Plummer ganó un más que merecido Emmy al mejor actor en 1977 por esta miniserie. No es extraño, su interpretación de Roscoe Heyward es sublime: convence como el banquero sólido y poderoso destilando magnetismo, capaz de mostrar poco después al más resquebrajado de los hombres.
Una pena que esta serie no haya tenido la trascendencia merecida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Plummer soporta el mayor peso dramático de la trama. El personaje de Roscoe se intuye importante, pero conforme se aclaran los demás enredos emergen las calamidades del que se presuponía como candidato idóneo a presidir el FMA (el banco ficticio de la película).
Al final, Roscoe se sabe manipulado a su antojo por la mesalina de la que se había ¿enamorado? y por la había tirado por la borda todo atisbo de moralidad. Además, el préstamo astronómico que había aprobado para el FMA resulta ser un fracaso.
Por supuesto, sus opciones a presidencia se esfuman y su dignidad queda tan tocada que opta por dejar una nota en su despacho y dirigirse a la azotea para tomar una decisión inequívoca. Ese último paseo con el rostro atormentado, el cuerpo contrito y el temblor de quien va a morir, quedan perfectamente bordados en la memoria del espectador por un Plummer excelso que da ese salto silencioso que temíamos. Espeluznante.
Al final, Roscoe se sabe manipulado a su antojo por la mesalina de la que se había ¿enamorado? y por la había tirado por la borda todo atisbo de moralidad. Además, el préstamo astronómico que había aprobado para el FMA resulta ser un fracaso.
Por supuesto, sus opciones a presidencia se esfuman y su dignidad queda tan tocada que opta por dejar una nota en su despacho y dirigirse a la azotea para tomar una decisión inequívoca. Ese último paseo con el rostro atormentado, el cuerpo contrito y el temblor de quien va a morir, quedan perfectamente bordados en la memoria del espectador por un Plummer excelso que da ese salto silencioso que temíamos. Espeluznante.