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Voto de Oír Llover:
10
7,5
7.952
Musical. Drama
Teyve, el lechero de un pueblo ucraniano, vive feliz con su esposa y sus cinco hijas, todas ellas solteras. Una tarde, mientras hace el reparto, conoce a Perchick, un pobre estudiante de Kiev con ideales revolucionarios. Los dos simpatizan, y Teyve le ofrece casa y comida a cambio de que le dé clases a una de sus hijas. Al mismo tiempo, Lazar Wolf, un rudo carnicero que se ha quedado viudo, pide a Teyve la mano de su hija mayor. (FILMAFFINITY) [+]
25 de septiembre de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi por primera vez esta película entera ayer, ya que cuando era pequeña creo que no había sido capaz de pasar de la primera hora. Está claro que una mente infantil no está preparada para entender y digerir la gran amalgama de sentimientos que se muestran a lo largo de la película.
Me pareció memorable, muy humana, enternecedora...
También es verdad que una mente adulta no puede dejar a un lado la publicidad encubierta (bueno, no tan encubierta) sobre el sufrimiento judío, el permanente éxodo en el que han vivido toda la vida, la diáspora... etc, etc... pero si uno ve la película con los ojos del alma y se deja embargar por la estupenda interpretación de Topol que te mete en la historia desde el minuto cero, es imposible que no te guste.
Me pareció memorable, muy humana, enternecedora...
También es verdad que una mente adulta no puede dejar a un lado la publicidad encubierta (bueno, no tan encubierta) sobre el sufrimiento judío, el permanente éxodo en el que han vivido toda la vida, la diáspora... etc, etc... pero si uno ve la película con los ojos del alma y se deja embargar por la estupenda interpretación de Topol que te mete en la historia desde el minuto cero, es imposible que no te guste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo mejor de lo mejor de todo: la escena del sueño. Era una de las pocas que recordaba de mi niñez por su espectacularidad y su teatralidad. Magnífica la figura de la viuda del carnicero sobrevolando el escenario con su largo y andrajoso vestido de muerta... a-lu-ci-nan-te.