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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
8
Drama Nueva York, 1863. La ciudad está dominada por la corrupción política, y la guerra entre bandas provoca muertos y disturbios. En este contexto, el joven inmigrante irlandés Amsterdam Vallon (Leonardo DiCaprio) quiere vengarse de William Cutting, "Bill el carnicero" (Daniel Day-Lewis), el hombre que mató a su padre (Liam Neeson). (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2007
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daniel Day-Lewis deja su oficio de zapatero para crear una interpretación única e imborrable.
Si Sergei Eisenstein (El acorazado Potemkin, Octubre) y David W. Griffith (El nacimiento de una nación) levantaran cabeza, seguraniente habrían encontrado en Gangs of New York más de un rasgo en común con su cine. Tenemos ante nosotros un perfecto de ese tipo de cine que muy de vez en cuando reaparece. Representa la nostalgia de un cine majestuoso que no escatima su labor artesanal, un cine en el que la autoría y la comercialidad pactan una tregua y el espectáculo y la calidad se tornan inseparables. Es tal la carga emocional de la historia a la que nos enfrentamos que uno llega a dudar de si el talento desmesurado de su director podrá evitar esa peligrosa frontera de descomposición entre la forma y el fondo. ¡Pero vaya si lo consigue! Aúna cuerpo y espíritu como si de la misma materia se trataran.
Martin Scorsese recurre de nuevo a la violencia como ya hiciera en varias de sus obras maestras (Toro Salvaje, Uno de los nuestros), pero uno tiene la sensación de que lo hace desde un punto de vista nuevo. Este drama épico que cuenta la delicada supervivencia de una población que se debate entre la huida o destino forzoso a la guerra civil, y el esfuerzo en la formación de un Nueva York apocalíptico, reúne todas las virtudes técnicas propias de Scorsese, pero en este caso suponen una valiosa y esencial aportación. Sin la belleza de la plasticidad de las imágenes, que gozan de un gran poder de evocación, sin el otra vez excelente trabajo de la montadora Thelma Schoonmaker, sin la rigurosa y detallista recreación a cargo de Dante Ferretti en el apartado de diseño de producción, sin esa fotografía pictórica de Michael Ballhaus, sin la acertada partitura..., Gangs of New York no existiría, o por lo menos, desaparecía la emoción de encontrarnos frente a un fastuoso fresco en movimiento, a pesar de que su planteamiento inicial lo hemos visto en infinidad de ocasiones.
Una vez asentados todos los recursos estructurales, en el que la textura y el tinte opaco de la imagen ayudan a colarnos en la ambientación, el director deja vía libre a sus dos personajes shakespearianos, Amsterdam Vallon y Bill El Carnicero, representantes de la crónica del nacimiento de una nación, pero también lo son de su idiosincrasia y el caos apocalíptico que reina en Five Points. La lucha entre nativos y extranjeros nos recuerda mucho a los vicios y comportamientos actuales.
Ni vacío existencial, ni delirios de grandeza, sino un cuadro de férrea presencia, mecánica precisión y espectacular avance que gracias a su prodigioso sentido del ritmo, amplía su objetivo inicial a un marco más general, el de los movimientos de masas.
La Maga
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