Lo sabía.
Space Jam en los 90 era hija de su época: entretenidísima, épica, graciosa, con alma, ingenua y tremendamente carismática. Como los mismos años 90.
Space Jam: Nuevas Leyendas es hija de su época, 2021: clónica, aburrida, todo apariencia y nulo fondo, un anuncio de 110 minutos para críos con el cerebro frito. Desde ese remedo de Hacendado que es Lebron James imitando al genio Jordan, hasta todos y cada uno de los secundarios. Por cierto, no están todos, porque han censurado a unos cuantos (sí, hemos retrocedido incluso en eso. El progresismo-buenista es más censor y peligroso que muchos dictadores tercermundistas. Ironía en estado puro).
Y es que es así. Vivimos una era de subnormalidad profunda, de niños que poseen toda la información en la palma de su mano, y prefieren elegir la mediocridad absoluta. De influencers, tiktokers, onlyfans, feminismo trasnochado, bienquedismo, ofendiditos legión en twitter....en 30 años hemos pasado de la autenticidad, a la más absoluta bajeza humana.
Esa clase de bajeza que sólo puede proporcionar un Estado del bienestar fatal entendido y peor ejecutado.
Así que esta película es lo que es: un estudio de mercado diseñado en una oficina de la WB, por una generación que no tiene ni la más absoluta idea de lo que hace, y que se creen que por apelar insistentemente a la nostalgia de tiempos infinitamente mejores, van a poder siquiera adquirir el 1% del carisma que tenía la generación de entonces.
Y no. No funciona así.
Sois la peor generación de la historia, y esta película es el perfecto reflejo de ello.
Y lo sabéis.