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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
6
Drama Es una tarde casera como cualquier otra para Julieta, madre joven recién separada de su marido, con sus dos niños montando la bronca en el diminuto apartamento, cuando el más pequeño se cae y se hace daño. Con los críos a cuestas, Julieta va al hospital, donde la ayuda y la comprensión dan paso a terribles sospechas. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2010
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Julieta (Erica Rivas) se dispone a trabajar un domingo a la noche, desde la intimidad de su confortable casa. Atraviesa una crisis matrimonial después de 9 años de convivencia y acaba de recibir un llamado de su ex marido que no puede hacerse cargo de los chicos. Igualmente ella intenta realizar su tarea mientras sus hijos de 2 y 8 años no quieren dormir y juegan a trenzarse en interminables peleas, sin que ella les ponga límites.
La casa está provista de todas las comodidades y entretenimientos que, sin embargo, no son suficientes para calmar las crecientes demandas infantiles. El televisor a todo volumen o los juguetes novedosos han perdido seducción para estos pequeños que prefieren pegarse entre ellos y llamar la atención de la madre, hasta que el más pequeño se cae y ella decide llevarlo a una clínica privada para un mayor control.
A partir de este incidente doméstico, se inicia una noche interminable, que registra las distintas aristas de temas tan incómodos como la descontención de los niños, la crisis de la maternidad, la involuntaria pero frecuente violencia familiar y la presencia de la culpa que se acumula sobre las espaldas de la mujer.
La talentosa actriz protagonista transmite la incertidumbre de su personaje desbordado por circunstancias de las que no es la única responsable. Ella está siempre sola: su madre tomó la pastilla, su marido se fue, los niños no entienden razones y los médicos la acusan de que sus hijos tienen demasiados golpes. Cada uno aporta su cuota de violencia que redunda en incomunicación y viceversa; cada uno de los personajes tiene su razón y su cuota de culpabilidad. Los conflictos de la familia no son económicos: nada falta en la casa ni en la clínica privada donde atienden a los chicos, pero todos son víctimas de un ritmo vertiginoso que los empuja a sostener un nivel de vida que implica estructuras familiares colapsadas.
La película registra ese funcionamiento de obligaciones por delante de los afectos, donde la protagonista no puede disfrutar de la maternidad pero tampoco de su profesión ni de su feminidad y cae en una alienante despersonalización, atrapada en exigencias ajenas, imposiciones sociales y demandas permanentes, para las que el film no da soluciones pero sí señala una raíz conflictiva mucho más amplia que lo aparente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rouse cairos
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