El extrovertido personaje de Brody, Sam Shapphiro, un joven sindicalista comprometido con su lucha. Es el motor de la trama, es el rayo de esperanza que ilumina algunos de los limpiadores de una empresa importante, para otros es todo lo contrario, es el peligro que puede hacerles perder el trabajo... este bipolarismo miedo-esperanza se mantiene todo el film y es la realidad de muchos immigrantes en los Estados Unidos. El bipolarismo mencionada se ve reflejado especialmente en Maya y Rosa, dos hermanas mejicanas que trabajan limpiando en esa empresa: una, la jóven, se compromete por completo con la causa, su juventud refleja sus ganas de vivir y sus sueños, llega hasta tal punto es euforia que se enamora de Sam. La hermana mayor, por contra, es madre de dos hijos y esposa de un hombre enfermo. Tiene poco, pero cree sabe que es mejor que nada y cree que esos afanes sindicalistas pueden meter a los trabajadores en un problema.

Volviendo al personaje de Sam, lo cierto es que los trabajadores, aunque con miedo, ven cada vez más claro que su vida puede ser mejor, que no tienen por que conformarse con un sueldo bajísimo y unas condiciones de trabajo pésimas, sin seguros, sin vacaciones... que no tienen por que bajar la mirada cuando pasan ejecutivos a su lado. En una multitudinaria manifestación que tiene lugar en una de las últimas escenas de la cinta se puede observar un cartel que resume en una frase el espíritu de la lucha laboral de los trbajadores immigrantes: "Queremos pan... pero también rosas...".