Una serie sobre un tema bastante trillado. Sin embargo, a pesar de todo, se le concede el beneficio de la duda. Tal vez por pretender encontrar una explicación a esos días de crack en la bolsa, cosa que parece atractiva pero que como queda en evidencia en esta serie mejor dejarla para un documental.
La historia comienza y ya chirría porque no consigue un resultado audiovidual redondo. La música, estética, vestuario intentan reproducir los 80 pero demasiado descaro en ello.
La trama tiene altibajos e historias que no vienen a cuento como relaciones sentimentales, por poner un ejemplo, prescindible perfectamente.
El asunto de la droga y las juergas de wall street ya es tan repetitivo que se lo podrían ahorrar.
Don Cheadle me parece un estupendo actor pero, aquí, en un registro histriónico total y tan carucaturizado es excesivo sobretodo porque en momentos donde el personaje intenta ser serio cuesta bastante creerlo.
Le falta alicientes, giros en el guión que mantengan la atención que se pierde rápido porque todo suena tanto tanto tanto.
En conclusión, la suma de estos elementos hace una serie empalagosa. Resistir varios capítulos es un ejercicio de paciencia por eso me queda todavía el último por ver y por eso me da tanta pereza de verlo.